I want to live in America

Hoy he escuchado con algo más de atención la famosísima canción del musical West Side History, I want to live in America.

La canción es una apología de las maravillas de vivir en América (Estados Unidos), y suele reproducirse cuando se trata de ensalzar el sueño americano. Se trata de un diálogo entre dos chicas, emigrantes de Puerto Rico. Una es la gran asimilada al país de acogida, que se dedica a elogiar al país de las barras y estrellas. La otra defiende el país de sus recuerdos, con imágenes positivas.

Aunque es una especie de dialéctica, la realidad es que la pro-americana destroza a su compatriota en el debate de las ventajas o desventajas de Puerto Rico. Y por lo tanto la canción tiene muchas líneas que ridiculizan por completo al Estado de Puerto Rico. Hoy en día no se podría haber producido un texto tan ofensivo hacia un país o región. Un musical excelente como West Side History se habría tenido que cancelar sine die por cuestiones morales.

Los versos más sangrantes dicen:

“Puerto Rico…You ugly island…
Island of tropic diseases.
Always the hurricanes blowing.
Always the population growing…
And the money owing. And the babies crying.
And the bullets flying.”

Puerto Rico…Qué isla más fea…
Isla de enfermedades tropicales.
Siempre los huracanes soplando.
Y la población creciendo…
Y el dinero debiendo. Y los niños llorando.
Y las balas volando.

Según leo, en la película este texto se suavizó levemente, aunque persiste en todas las representaciones y grabaciones de los musicales, quedando en:

“Puerto Rico…My heart’s devotion…
Let it sink hack in the ocean.
Always the hurricanes blowing,
Always the population growing.
And money owing. And the sunlight streaming.
And the natives steaming…”

Aquí desaparece la referencia a los escasos anticonceptivos o la excesiva delincuencia.

Llama la atención que a pesar de lo cuestionable del texto, se ha respetado y se sigue vilipendiando a ese Puerto Rico en las representaciones modernas del musical. Se le tolera como a un clásico.

Marmolillo Awards 2011

Resumir todo el año destacando lo que para mí ha sido lo mejor.

Música.

Ganador 2011: Selección de lieder de Hugo Wolf, interpretados por Ian Bostridge (tenor) y Antonio Pappano (piano).

Incontestable vencedor. A principios de año, en uno de mis modestos propósitos, decidí que había que abordar uno de los géneros más difíciles de la música clásica: los lieder, género sobre el que, con mejor o peor gusto bromeé en su momento.

Por azares del Emule acabé con una versión bastante poco común de los lieder de Hugo Wolf. La más famosa de todas es, con mucho, la interpretación de Dietrich Fischer-Dieskau. Tan importante es, que pocos tenores se atreven a grabar discos con las canciones que compusiera Hugo Wolf.

Sin embargo Ian Bostridge, un tenor inglés, se acercó a la obra con gran modestia. Escogió una buena selección de canciones, en un único disco y dándole un toque personal. Sabiendo que no iba a estar a la altura pero intentando aportar algo nuevo. Y es un disco de gran elegancia y un equilibro perfecto. Lo he oído tantas veces este año, sobre todo conduciendo, que detuve mi exploración del género. No pude lanzarme sobre la obra de Schumann o reforzar la de Schubert. Es que sólo he oído esta selección de lieder de Hugo Wolf, una y otra vez.

Quizás el papel del pianista sea el que la haga destacar sobre las interpretaciones de Fischer-Dieskau, donde hay un inmenso tenor y un tipo tocando el piano. Es una música excelentemente compensada, con una gran química entre el cantante y el acompañante.

Ni que decir tiene que oír estos lieder en medio de un caótico atasco es una experiencia delirante pero que he vivido muchas veces. Todo el mundo pitando y luchando por un centímetro de asfalto y tú más centrado en el ciclo de los Mörike Lieder.

Me llamó mucho la atención del compositor, Hugo Wolf, autor totalmente encasillado en un género único: el lieder. Y es curiosa su vida pues para él este no era sino uno género de formación. Todas las canciones que compuso eran una especie de ejercicio de estilo encaminadas hacia la creación operística, donde el autor volcaba todas sus aspiraciones, sin embargo su carrera se vio truncada por la terrible sífilis, una enfermedad que le llevó a la locura y posterior muerte con apenas 40 años de edad. Wolf fue capaz de crear bellísimas canciones de poemas que otros compositores habían descartado por lo estéril. Por la excelencia en un género que no era su favorito, por su capacidad de sublimación partiendo de textos pobres, Hugo Wolf habría sido merecedor de su propio Marmolillo Award.

Una de las canciones más bonitas del disco, cantada por Fischer-Dieskau. El trabajo de seleccionar las imágenes de fondo en los videos de Youtube, algo a veces despreciable, es sin embargo en este vídeo muestra un trabajo de verdadera paciencia y belleza por su ingenuidad.

Un pequeño reportaje sobre el disco del que hablo, donde se pueden oír varios fragmentos de fondo:

Literatura.

Ganador 2011: In the Jaws of the Dragon: America’s Fate in the Coming Era of Chinese Hegemony, ensayo escrito por Eamonn Fingleton.

Un libro fascinante sobre el enfrentamiento entre Oriente y Occidente, con un punto de vista totalmente original. El autor es uno de los occidentales que más sabe sobre Oriente, sobre todo de Japón. Se lanza a unos juicios sobre la forma de ser asiática y China y cómo ese comunismo está destinado a acabar siendo la nueva forma de gobierno ganadora.

El libro es denso, muy ambicioso y en él el autor se arriesga a opinar en formas muy críticas y dando nombres y apellidos. Es una ejercicio de libertad periodística de la buena. Me cuesta mucho resumirlo, y lo he intentado sin conseguirlo. Lo recomiendo fehacientemente. No dice ninguna de las tonterías o simplezas que estás acostumbrado a leer en la prensa -en cualquiera- sobre China.

En realidad yo hubiera querido leerme su obra cumbre: In Praise of Hard Industries: Why Manufacturing, Not the Information Economy, Is the key to Future Prosperity, pero sólo muy recientemente apareció la edición en Kindle del que aquí resalto y es el único libro de este autor que puede leerse en dicho formato. Tras tres años de Kindle y algunas mudanzas, me cuesta muy mucho comprar un libro en papel.

Internet & Blogs.

Ganador 2011: Heroin.com: Selling Junk Online, artículo que ya destaqué en su momento. No es brillante, pero es lo mejor que recuerdo haber leído en este año.

Software y pamplinas 2.0.

Ganador 2011: Motorola Defy. Mi penúltimo reducto de lucha contra las nuevas tecnologías era tener un buen teléfono móvil, algo que considero que casi nadie necesita. Pero igual puedo decir que el poder tener Internet en el móvil me ha salvado el culo en más de una ocasión, porque no lo uso para jugar al Angry Birds.

Mi investigación sobre modelos me llevó a elegir este por un argumento que casi nadie valora a la hora de elegir teléfono: es sumergible (¡En agua!) y bastante resistente a golpes y arañazos. Su relación calidad-precio es de las mejores, la batería es de bastante resistencia y va con Android. A mi la verdad que “sensaciones” de que la pantalla vaya fina o tenga brillos como que no me aportan nada. Y aunque haya expertos que digan que no es posible, me compré el teléfono sin verlo hasta que lo tuve en mi casa, simplemente confiando en las opiniones de otros consumidores.

Persona del año.

Ganador 2011: Steve Jobs, uno de los fundadores de Apple. Persona admirada por todo tipo de aficionados a las ciencias, pero que demuestran su absoluta parcialidad mirando para otro lado cuando se intenta entender su personalidad llena de claroscuros. El “re-“inventor”” del teléfono, que al mismo tiempo era un fanático de todo tipo de patrañas New Age.

Insomina Prize.

Ganador 2011: El autor de estas líneas.

Cine.

Ganador 2011: El club de la lucha. Sin siquiera haber visto la película completa, este año he visto poco cine y bastante malo. Cuando digo poco estamos hablando de menos de diez películas. Me gustó la experiencia de ver la mitad de “El club de la lucha” en cine – la película va de más a menos – y luego leerme el libro para continuar con la trama hasta el final. Cuando tienes que hacer estos experimentos, algo no va bien. Por suerte para mi este año ya he visto dos películas mucho mejores que las de todo el 2011.

Series y televisión.

Ganador 2011: Premio desierto. He visto pocas series, la mayoría mientras plancho y sin el más mínimo interés. El género está totalmente agotado.

Best comment in blog.

Ganador 2011: Aunque sospecho que es un fake como una casa, el mejor comentario en mucho tiempo es este:

MARCO ZENTENO DE LA CIUDAD DE LA PAZ – BOLIVIA , DESEO INVERTIR LA SUMA DE 50 DOLARES EN LAS BOLSAS DE VALORES DE WALL ETREET. NASDAQ ETC.PARA ALIVIAR MI CRISIS, Y DESEO SABER COMO SE COMPRA LAS ACIONES Y EL REPORTE MENSUAL DE GANACIAS, CAPITALIZACION MENSUAL, PAGOS DE DIVIDENDOS MENSUALES ETC.

Ediciones anteriores del premio:
Marmolillo Awards 2010
Marmolillo Awards 2009
Marmolillo Awards 2008

Muerte por asfixia

Una noticia que cada cierto tiempo salpica los noticiarios es la de la muerte de una persona, más o menos famosa, en una práctica masturbatoria conjugada con una asfixia parcial. La Wikipedia le da el romántico nombre de “asfixia autoerótica“.

El caso más conocido, sin lugar a dudas, es el de David Carradine, pero continuamente aparecen casos de personalidades públicas que sucumben ante tan arriesgada práctica.

No tiene sentido siquiera considerar si bajo los efectos de estas asfixias aumenta la sensación erótica. El riesgo es simplemente demasiado elevado. Si la restricción del aire se realiza apretando el cuello, como en un ahorcamiento, las consecuencias son totalmente imprevisibles. El cuerpo tiene una reacción automática ante la presión sobre la vena carótida, limitando el oxígeno que accede al cerebro y restringiendo el ritmo del corazón. Es demasiado fácil que se produzcan daños cerebrales irreversibles o la muerte. Si pierdes la conciencia en plena asfixia, no podrás hacer nada para recuperar el flujo del oxígeno y aunque pudieras tal vez sea ya demasiado tarde.

En España murieron durante el año 2010, 71 mujeres víctimas de violencia machista o doméstica (crímenes pasionales en el pasado). En Estados Unidos mueren entre 250 y 1.000 personas en prácticas de asfixia “lúdica” (muertes accidentales). Si ponderamos estas tan indeterminadas como cuestionables cifras al tamaño de España, estaríamos hablando de que en España morirían entre 40 y 160 personas cada año por estas macabras prácticas.

De estas muertes por asfixia hay que realizar una división en dos grupos. Está por un lado la práctica autoerótica, realizada casi siempre en solitario. Y por otro, una terrible sucesión de muertes que se producen en juegos entre adolescentes, alentados por la leyenda urbana (y nunca mejor aplicado el término) de que en los primeros momentos de la ausencia de oxígeno se produce una especie de “colocón”.

No es mi intención revolcarme en los lodazales de estas prácticas ni atraer visitas que dan muy mal fario. Me llama la atención de todas estas muertes el hecho de que siempre se las relaciona con el suicidio. Y esta asfixia es la antítesis del suicidio simulado. El suicidio simulado es aquel en el que se quiere aparentar que se va a morir pero lo importante es llamar la atención. El caso clásico es la despechada mujer que se atiborra a pastillas y tras tragar la última descuelga el teléfono de las emergencias o de su desatento marido. En estos casos la víctima no quiere morir, y normalmente no lo hace, pero se deja llevar por una extraña parafernalia mental que le lleva a seguir tan tortuoso camino.

En las asfixias autoeróticas o causadas por “amigos” sucede diametralmente lo contrario. La persona se acerca a la muerte mucho más de lo que cree y bajo ningún concepto querría llegar a ella. Su mayor interés es que aquello no trascienda y nadie sepa de tan bizarra práctica.

Pero tanto en un caso como en el otro, si se llega a un desenlace fatal, la víctima está muy cerca de ser identificada con un suicida. En el primer caso, siempre se considerará que se trataba de un suicidio. Y es que el suicidio simulado sólo puede ser ficticio si este no llega a su aparente fin. Una persona que se tome una sobredosis de pastillas, llame a todos los números de atención, deje la puerta de casa abierta, llame a los vecinos y pida un taxi para ir a un centro de salud, y aún así muera, es considerada una suicida y recibe el correspondiente tratamiento legal.

Las asfixias autoeróticas son tan vergonzosas que lo habitual es que la familia de la víctima trate de disimular las pistas que pudieran llevar a dar un veredicto forense acertado. Si el muerto aparece colgado, desnudo, con pornografía, su dolida y arrepentida madre se encargaría de vestirlo, ocultar la literatura y darle una vestidura decente – como tanto preocupaba al protagonista de la novela de Delibes.

Ahora bien, ¿Hasta qué punto es esto legal? No deja de estar interponiéndose en la investigación de una muerte, de forma deliberada. Casi con toda seguridad el forense dará un veredicto erróneo. Y qué importa si ya está muerto y no va a haber asesinos.

Lo más curioso de todo el tema es que parece que sólo mueren con esta práctica personas famosas. Y es que aparece uno de los tabús del suicidio: los seguros. Normalmente ningún seguro pagaría cantidad alguna por una muerte voluntaria. Pero una muerte accidental, eso ya es otra cosa. Los pobres diablos de más imaginación que vida sexual poco pueden dejar, más que un recuerdo no demasiado malo a los familiares que les sobrevivan. Pero las celebridades tienen mucho dinero y un suicidio impide cobrar algunas primas interesantes. Así, cuando lo más normal es que se taparan las vergüenzas de los famosos y se airearan las de los pobres diablos, en este caso suele suceder totalmente lo contrario. También hay otro punto a tener en cuenta y es la necesidad de justificar que no se ha producido un asesinato. A un desconocido, no lo quiere matar nadie, pero ante una persona de posición, hay que dar alguna explicación extra.

Del mismo modo que los medios de comunicación tienen un pacto de silencio – más o menos razonable – sobre el suicidio, sobre estas muertes tienen una actitud de absoluta glotonería. Que demuestra hasta qué punto es necesario dicho pacto, o de lo contrario la crueldad y el morbo se apoderarían de las televisiones hasta límites que aún no conocemos. ¿Quién no supo de la muerte de David Carradine por televisión? Sin embargo se produce un daño enorme al dejar caer aquello de la práctica autoerótica. Porque muchos se preguntarán, ¿Si el marido de una supermodelo se entretenía haciendo esas cosas, qué límites del placer no se traspasarán con ello? Se despierta la curiosidad de personas con muy pocas luces. Y es que el tratamiento de estas noticias es como el de algo muy conocido que “ahí está” y que de vez en cuando se muere uno por ello.

El juego de las parcelas de interés también se muestra en estas muertes. Los psiquiatras prefieren pensar en las 1.000 muertes anuales, tratando de crear especialidades nuevas, muertes que acercar a su corral.

El tratamiento que da uno de los expertos a este tipo de prácticas de asfixia por placer, a parte de la medicación con antidepresivos, es realmente brutal:

Personalmente he empleado anti-andrógenos y, en un caso, la castración.

Más sobre todo esto.