En España la crisis económica está golpeando con bastante dureza. Una de las causas es el agotamiento del modelo económico basado en la construcción.
Un razonamiento evidente es que a España le iría mucho mejor con un sistema productivo de más calidad, más basado en las tecnologías modernas y más requeridas. Y sobre eso, hay numerosas ideas y algunos caminos interesantes que se están recorriendo o descartando, pero que están ahí y son sobre los que habría que luchar.
En el mundillo de Internet y el submundo de los blogs, los mensajes de apoyo a las nuevas tecnologías son continuos. Y aunque son para bien, no hay que ser tonto, en muchos casos son mensajes interesados.
El que tiene un chiringuito online trata de justificar que “el gobierno debería fomentar mi chiringuito online porque es nuevas tecnologías y ahora hay que fomentar las nuevas tecnologías.”
Esto es digno de ser criticado y aprovecho para hacerlo. El que quiera tener empresas cutrecillas de ámbito tecnológico, pues que las tenga. No son menos malas o necesarias que una ferretería o un servicio de limpieza de piscinas. Pero me parece desmesurado que tengan la cara de hablar de que lo suyo es algo que está cambiando el mundo y que un empujoncito del gobierno es necesario para mejorar el mundo. Eso ya no está bien.
Un caso típico son las redes de blogs. Las habrá mejores y peores, pero la red de blogs media, ni la peor ni la mejor, es un trabajo esclavista. Los editores (escritores) de estas redes son personas que saben leer, escribir, tienen conocimientos modernos de informática y tienen algo que decir. Pueden vivir en el país más pobre del mundo y estar en las peores condiciones económicas imaginables. Pero no es justo que se les pague cuatro duros (por ahí leí de uno que pagaba un post a apenas dos euros, y tenía que ser contenido original y estar bien escrito).
Si el gobierno apoyara estos proyectos tecnológicos punteros, lo que estaría apoyando es a uno que paga a sus empleados en dinero negro o a la freelance cantidades de pacotilla. Y con más dinero o subvenciones no pagaría mucho más, lo que haría sería que además de tener un blog de Apple y otro de Tendencias, tendría uno de aficionados del Osasuna y otro de coleccionistas de postales antiguas. ¿Y dónde estaría el avance tecnológico, y el valor añadido, y el progreso de nuestro país en todo eso?
Luego están los que han visto un producto que funciona en Estados Unidos y quieren lanzarlo en España antes de que aquel producto inicie la expansión territorial. Un Facebook a la española, un buscador a la española, un Twitter a la española.
Oiga, que ellos no tienen acentos, que no es lo mismo y ellos no conocen la idiosincrasia española de la siesta y de enterrar una sandía en la arena de la playa.
Estos productos aportan innovación igual a cero. Tienen interés porque al final se crearán puestos de trabajo en España y todo eso. Y me parece bien que se hagan. Pero menos palmaditas en el hombro y menos pensar que se está inventando el mundo, que eso ya está hecho en Estados Unidos y es crear lo mismo cambiando las imágenes y los textos. Que no se hace ni en una tarde ni en dos, que hace falta dinero para montarlo. A todo que sí. Pero no a que es un avance tecnológico. Porque no lo es.
Y otra cosa son los que dicen “apoyar la tecnología para avanzar” y decir que si la banda ancha es mucho más barata en Suecia y en Japón y que el ADSL cueste 40 euros al mes hace que no avance la tecnología. Venga ya, que 40 euros al mes no es dinero, eso se consigue escribiendo 20 post en una de esas redes sociales low cost. El acceso a Internet podría ser más barato y eso sería bueno. Los CDs vírgenes podrían ser más baratos y eso también sería bueno, pero ambas cosas tienen precios de risa para el país en el que vivimos.
En estos casos lo que se quiere es “ya que uso la tecnología, que salga beneficiado en mis gastos”. Esto no es innovación y una persona no se va a comprar el ADSL porque valga la mitad. La realidad es que ya hay cosas que valen la mitad que el ADSL y te permiten el acceso a Internet (que no a las redes P2P de descarga) y la gente no las usa. Porque ahora mismo sólo se usa internet para el P2P, ver el periódico, lo que ha salido en la quiniela que no ha tocado, ver el correo electrónico y poco más.
Luego están los emprendedores, que hacen cursos y jornadas para emprendedores, que tienen Blackberry e Iphone y cuenta de Twitter pero que se dedican full time al emprenderísmo. Luego salen ideas y conceptos malsanos, preocupantes, como la “gestión de la identidad online”, de lo que se crea una empresa a su vez, una empresa que se dedica a atender a todos esos profesionales del emprenderísmo. Y claro, como ellos son emprendedores no tienen una marca, la marca son ellos. Tienen un blog que es su nombre y dos apellidos. Copiando la idea de algún innovador que no ha inventado nada. De la mayoría de estos emprendedores no se sabe ni lo que venden.
Pues toda esta tropa quiere que creemos que ellos están mascullando cómo será el futuro. Un emprendedor es el notas de la papelería de mi barrio, que antes de la siete está abriendo y no tiene tiempo de ir a congresos ni de actualizar su Twitter. O el del bar de enfrente que se ha dado cuenta de que había que cambiar las fotos de los bocadillos. No uno que anuncia que está en la Terminal del aeropuerto, presto a llegar a uno de los congresos de emprendedores.
Los verdaderos proyectos de avance tecnológico y de los que no se habla porque no le interesan a nadie, o a nadie que tenga blogs, y que se me ocurren ahora, son del tipo:
Informatizar la justicia. De pe a pa. Echarle millones de euros al proyecto porque hace verdadera falta. Con eso funcionando, sobrarían algunos cientos de miles de funcionarios. Otra cosa es que esos funcionarios seguirían trabajando. El presupuesto en modernizar la justicia tendría que ser de un cheque sin hacer preguntas.
Informatizar los trámites administrativos. Eso es empujar el desarrollo de Internet de verdad. No que te puedas sacar el certificado de empadronamiento por Internet, sino que sea la única forma de hacerlo. Oiga que es que hay una abuela en un pueblo de Cuenca que no tiene acceso a Internet. Pues esa pobre señora tendrá que ir a un cibercafé con su nieto o pagar a una empresa cutre de “tecnologías de la información” que se dedique exclusivamente a eso.
En Estados Unidos, donde se realiza el curiosísimo sorteo de las Green Cards (permisos de trabajo, ¡Por sorteo!) la única opción de participar es mediante solicitud electrónica (con foto escaneada y rellenando un formulario). En países como Perú se han creado literalmente pequeñas empresas “tecnológicas” que se dedican a hacerle las fotos a indígenas que no saben distinguir un ordenador de una lavadora y a rellenarle sus datos. Con esto se eliminarían miles de penosas ventanillas en que los jubilados guardan el turno a sus nietos. Y muchos funcionarios menos. Eso es dinero ahorrado y eso es avance tecnológico.
Es llamativo que vivamos en un país que se preocupa más de esa jubilada de un pueblo de Cuenca que no tiene Internet que de los millones de trabajadores que no pueden realizar trámites administrativos porque no pueden faltar a su trabajo. Oiga, que esa jubilada de Cuenca tiene el DNI caducado desde hace veinticinco años. Y ha sobrevivido sin ningún problema. Creo que podrá pasar sin esos certificados de empadronamiento.