Metaspam

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Impresiona este mensaje de spam que recibí ayer, aunque me suena haberlos visto hace mucho tiempo. Spammers que usan técnicas anti-spam para que sus mensajes no sean detectados como lo que son. Imágenes distorsionadas. ¿Pero no se habían inventado para evitar a los spammers?

Referidos de Amazon

Aunque el 2010 es el año del Tigre según el calendario chino, para mi va a ser el de Amazon porque pienso daros la brasa a base de bien.

Los más observadores habréis visto que he incluido alguna publicidad sutil, poco intrusiva y etcétera relacionada con Amazon. Este tipo de publicidad funciona con lo que se llama referidos. Es diferente de la publicidad que pagan en Google, donde cada click significa una cantidad insignificante de dinero.

El sistema de referidos se refiere a que cuando alguien compra algo porque tú lo recomendaste te llevas una comisión sobre la venta. Es como lo que hacen compañías tales como Avon o Herbalife, pero en rollo 2.0. Es decir, que si yo hablo muy bien de un libro, lo haya leído o no, y os engatuso para que hagáis click en el enlace que os lleva a Amazon y acabáis comprando ese libro, me llevo una parte del dinero que pagáis.

Así dicho suena muy bien pero la realidad es más sutil. Desde que tengo publicidad de Amazon he tenido 231 clicks en libros, películas (?) o música recomendada por mi. Por esos 231 clicks no he ganado ni un céntimo. Pero resulta que dos personas han acabado comprando libros merced a esas recomendaciones mías. Por ellos he ganado 60 céntimos de dólar.

El sistema de referidos sin embargo es muy diferente al del mundo real. Cuando una persona visita mi página y luego la de Amazon, queda marcada con una especie de “pegatina virtual” que indica que ese cliente es mío (durante cierto tiempo o hasta que llegue otra persona y le ponga otra pegatina). De ahí se llega a la extraña y desagradable situación de que yo recomiende el libro de Chernev “Logical chess, move by move” y una persona me haya hecho ganar dinero virtual por comprar “Chess for Kids” que es un libro que jamás recomendaría.

Aún más extraño es que alguien haya comprado el libro Discovering Piano Literature, Book 2 (Alfred Masterwork Edition), libro que jamás he recomendado. Ni él ni nada que se le parezca.

El sistema de referidos es quizás peor que el que existe en el mundo real. Hoy he comprado mi primer libro virtual en la tienda de Amazon para Kindle. El libro es Good Calories, Bad Calories, de Gary Taubes. La idea del libro es fascinante y conforme lo estoy leyendo, el interés es mucho mayor. El caso es que ese libro lo compré tras las muy favorables reseñas, entrevistas y extractos del socio Seth Roberts. Pero claro, al comprar por Kindle no hay forma alguna de decir “Oiga, que este libro lo estoy comprando por el tipo este que no veas si dio la brasa al respecto”.

Al final resulta que en un caso de adoctrinamiento absoluto una persona no consigue la comisión y en casos de libros altamente no recomendados uno se lleva una comisión. Es uno de los sinsentidos de Internet.

Aplicaciones para Kindle

Hace pocos días Amazon anunció que lanzaría una campaña para permitir que desarrolladores de programas pudieran trabajar en modificar las utilidades que el Kindle trae de serie.

La idea no es para nada nueva, siendo el ejemplo del teléfono Iphone de Apple el paradigma de este tipo de propuestas. La idea es que otros trabajen para mejorar tu producto, ellos lo harán incentivados por las ventas de los programas que creen y a la empresa le compensa porque se lleva una parte de esas ventas y al mismo tiempo tiene un producto más atractivo.

Es como si los fabricantes de coches sólo crearan la carrocería y dijeran “permitiremos que incluyáis mejoras” y entonces en torno a ese producto se crearan empresas de alfombrillas, de dados para colgar en el retrovisor, de sancristóbales, de pegatinas de ciudades, etc. Pero además con el añadido de que estas empresas tendrían que vender a través del canal de venta de ellos. Es decir, ellos te compran el producto cuando tienen un vendedor y luego lo revenden a mejor precio.

Aunque el acuerdo que propone Amazon, similar a los de Apple es de 70% para el desarrollador del programa y 30% para Amazon, el concepto sería como el de un librero al que reservases un libro de 10€. Pagas el libro por adelantado y luego el librero le pega un telefonazo a la editorial, lo compra por 7€ y te lo entrega posteriormente.

En el ejemplo, el librero se ha ganado un 30% “sin hacer nada” (las comillas quieren decir que claro que ha hecho) y en el 70% del resto del beneficio va el resto del trabajo desde que un tarado se puso a escribir en casa hasta que aquello acabó en una estantería.

Ante las citadas comillas, decir que si Amazon no diera esa posibilidad de ganar un 30% sin hacer nada, los creadores de programas no tendrían una oportunidad de ganar ese 70%, con lo que no se puede criticar a estos intermediarios sin al menos ser conscientes de que son ellos los que están creando el negocio y la capacidad de hacer dinero.

Volviendo al asunto, tenemos al Kindle, de que ya he escrito demasiado y lo que queda por escribir. Es un aparato muy completo y útil, pero como cualquier cosa, se puede mejorar aún más. Lo que llama la atención respecto al caso de Apple y su Iphone es que estamos ante un aparato con unas restricciones que chocan ante la falta de inventiva de los desarrolladores.

Un programador está acostumbrado al sota-caballo-rey de Apple: un interfaz visualmente muy atractivo, colores para aburrir, facilidad para introducir la información, cámara de fotos, GPS, teléfono, Internet por descontado…Es como un dibujante con una hoja en blanco: todo es posible para él.

Pero con el Kindle esto no funciona:

  • El interfaz es en blanco y negro. En un futuro puede que sea en colores pero ahora es en blanco y negro. No tiene sentido hacer algo “por si en un futuro hay colores”.
  • No hay cámara ni GPS, con lo que desaparecen de un plumazo un montón de interacciones interesantes. Las aplicaciones que usan Google Maps empiezan a saturar, pero no hay desarrollador que no piense que hay sitio para alguna más.
  • La conexión a Internet es muy limitada. Amazon tiene en Estados Unidos un acuerdo de “Internet gratis” pero limitado a lo que se puede ver: prácticamente texto plano, nada de video o aplicaciones complicadas y muy visuales. La situación fuera de Estados Unidos es mucho peor pues en casi todos los casos sólo se permite el acceso a Amazon.com y en.wikipedia.org, el resto de Internet no está permitido.
  • Los refrescos de pantalla son muy lentos (está pensado para leer libros) con lo que cualquier intento de animación, como en los juegos, lo tiene muy pero que muy difícil.

Leyendo en foros uno se encuentra con programadores verdaderamente frustados. Actualmente el proyecto no es más que una declaración de intenciones y una lista de requisitos muy concisa, como para que te hagas una idea de lo que se podrá o no hacer. Muchos creen que con las restricciones que he indicado más arriba, más las de procesador y memoria, “no se puede hacer nada”.

Pero lo cierto es que el Kindle es un ordenador y como tal permite cualquier tipo de desarrollo, más o menos eficaz. Está claro que las dos primeras aplicaciones serán un cliente de correo electrónico (actualmente desde Estados Unidos se pueden consultar algunas páginas web con el Kindle, pero la experiencia es muy mejorable incluso con Gmail que tiene una versión de su página específica para Kindle) y un gestor de Twitter (no porque sea útil, sino porque se obtiene mucha repercusión y sobre todo porque es trivial su programación).

Ahí se encontrará uno la habitual lucha un tanto patética por reinventar la rueda, adaptada a un dispositivo. Quien tenga el primer o mejor gestor de correo podrá vender cientos de miles de copias de su programa. Los programas se suelen vender a precios muy bajos (de 1 a 3 dólares) con lo que puede obtener una cantidad de dinero muy interesante en proporción a las horas de trabajo. Muchas personas que escriben blogs muy populares a diario no ganarán todo ese dinero en un año, a pesar de escribir más de una hora al día.

Pero luchar por eso es caer en una lotería, el más rápido, el que consiga la primera mención en una página importante, cualquiera puede ganar. No es cuestión de tener un programa especialmente bueno.

Los programadores de juegos, que son en gran parte la legión que invadió la tienda de aplicaciones para Iphone, ahora se encuentran sin opción alguna. No podrán lanzar más que un rudimentario buscaminas (sé que Kindle trae uno de serie), o un sudoku, o unos crucigramas, todo así de primitivo, tan siglo XX.

Al margen de los programas que caben en cualquier parte, surgirán programas específicos para el Kindle, un lector de libros. Programas que tengan relación con el hecho de leer libros, no con jugar al ajedrez en un aparato que es para leer libros, o peor aún publicar un post en un blog con un aparato que es para leer. Deben nacer aplicaciones y programas que sean para leer mejor, para hacer la experiencia aún más fructífera.

Un programador que quiera hacer algo para Kindle tiene como primer handicap el tener que esperar, esperar a ver qué se puede y qué no hacer. Porque a lo mejor Amazon sólo deja crear una especie de fichero que sea “aplicación” y que trabajes con él de forma apartada. Pero que no tenga relación alguna con los libros.

Y luego llegará el momento en que muestren lo que hay a disposición de cualquiera, y la gente se lance a por esos gestores de correo y de Twitter y algunos otros a intentar proyectos más ambiciosos o raros.

Pero para los programadores más modernos, las restricciones son duras, pues muchos se han acostumbrado a la exuberancia de recursos. Y con el Kindle, no va a ser posible. Habrá que construir mucho código sobre una versión de Java, lo cual ya de por sí es molesto. Y no bastará con copiar todas las librerías que uno ya posee de otros proyectos. Habrá que ser minimalista o no se podrá usar la aplicación.

Lo más interesante desde luego es la gestión de las interacciones y actualizaciones. No hay verdadera conexión a Internet o no se puede asumir que la hay en todos los casos. Muchos americanos programarán olvidándose del enorme volumen de Kindles que hay en Canadá, Reino Unido y el resto del Universo. Y todos esos Kindle puede decirse que tendrán conexión a Internet nula.

Y encima está que no se puede abusar de las llamadas, aún en el mejor de los casos estando en Estados Unidos. Puesto que a partir de cierto volumen, toca pagar. Y Amazon no paga. Y el usuario seguramente sólo esté dispuesto a hacer un pago inicial por el programa, no una cuota mensual (aunque Amazon ya ha avisado que eso sería posible).

Así que esas redundantes llamadas de ida y vuelta con extensos ficheros XML que apenas si dicen más que “nombre=pepe” se deben evitar a toda costa. Hay que volver a la informática de los años 80, a cuidar de un espacio de memoria como de la niña de los ojos.

En resumen, creo que va a ser duro y por eso interesante, desarrollar un programa para Kindle. Que los que sean capaces de pasar por la experiencia aspira a buenas recompensas: un comprador de Kindle es una persona predispuesta para gastar con moderación, como un consumidor de Apple. Por lo que las aplicaciones que sean apreciadas tendrán miles y puede que cientos de miles de usuarios.

¿Qué están pidiendo los usuarios?

La gran reclamación de todos es una forma de clasificar el material, pues actualmente está todo en una misma carpeta y es un verdadero desastre. La gente quiere la posibilidad de clasificar sus libros por categorías o por etiquetas. Esto lo han reclamado tantas veces ya que incluso Amazon avisó de que algo haría al respecto durante el 2010.

También están los escritores de reseñas que quieren comentar su opinión sobre el libro y dejar la fecha de inicio y de fin de la lectura. Esta forma de lectura compulsiva nunca me ha gustado, pero lo cierto es que muchos son los que leen casi con ansiedad y con el taxímetro en la mano. Ellos quieren saber no sólo cuántos libros han leído, sino las páginas, la frecuencia de lectura y un montón de estadísticas sobre ese tema.

Me imagino que los extranjeros como yo querrán un diccionario de castellano, pero eso dependerá de la Real Academia (¡Derechos de autor, el diccionario es un contenido muy protegido!) con lo que se puede eternizar.

Creo que una utilidad muy buena para el Kindle puede ser un método para aprender idiomas, más tipo juego que aburrido libro de texto y ejercicios. Pero de nuevo esos contenidos o se trabajan un montón o uno se encuentran que tiene dueño.

Hay mucha gente que quiere un salvapantallas mejor al que trae el Kindle. Las fotos cansan, pero son las fotos que se muestran cuando nadie mira la pantalla.

En fin, que hay todavía mucho por ver. Estoy realmente curioso por ver las aplicaciones exitosas que surgen, y estoy seguro de que algunas las compraré (si no me han robado el Kindle antes).

Un factor que puede marcar el desarrollo de lo que se produzca para el Kindle – e incluso desincentivarlo – serán las aplicaciones que se hagan para el i-pad de Apple. Es curioso que el Kindle le saca varios años de ventaja al aparato de Apple, pero el i-pad admite aplicaciones desde el primer día de su salida a las tiendas, mientras que el Kindle todavía no. Si el Kindle ofrece la posibilidad a los desarrolladores después de Apple esté en el mercado (y eso va a ocurrir en Abril) entonces se producirá una dependencia.

Antes de empezar nada la gente dirá ¿Qué se está empleando en el i-pad que yo pueda adaptar al Kindle? Del mismo modo, los desarrolladores de i-pad adaptarán sus programas al kindle. Con lo que casi todo lo que se produzca será un poco dependiente del éxito que haya tenido un programa para el i-pad, no se realizará nada pensado exclusivamente para el kindle – incluso que sólo funcione en el kindle.

Idea de negocio

Con el auge de la Web 2.0 y la Web Social y la Web distribuida – o sea, lo de siempre – las llamadas redes sociales están en puja.

Creo que dada su importancia ha llegado el momento en que el mercado está lo suficientemente maduro como para plantearse el crear una red social no por profesiones, ni por grupos de edad, ni por nivel socioeconómico, ni por aspecto físico.

Es necesaria una red social dirigida exclusivamente a los creadores de redes sociales. Al ser tantos, está claro que mercado hay, luego no nos extenderemos más en este punto.

La red es perfectamente viable económicamente pues los propios usuarios de la red pagarían por verse anunciados en ella. Tendríamos garantizado el negocio redondo, el perpetuum mobile económico: los clientes pagan por crear publicidad, por estar en la red y al mismo tiempo hacen clicks en los anuncios que están en la red social.

Para aumentar el potencial rendimiento se debería licenciar el código como abierto para que a su vez los usuarios fueran los encargados de mantener y mejorar la aplicación. Al ser una empresa virtual no son necesarias oficinas, luego el negocio quedaría reducido a:

  • Crear un logotipo similar al de Twitter. Diez minutos de trabajo con MSPaint.
  • Tener un nombre de dominio que tenga dos vocales iguales seguidas, a ser posibles Úes. 10 dólares al año y se reserva en cinco minutos.
  • Tener un ID de Adsense y que todo el negocio sea usando ese ID.

Ya habría montado el negocio si hubiera estado dispuesto a ese primer paso con MSPaint. Pero eso no quita que la empresa esté ya en fase beta, restringida a un número limitado de usuarios (1.000.000.000.000). El nombre posible es el de SUUSUUS.com (la tercera U es la del alfabeto cirílico pero nadie se dará cuenta de la diferencia). Al ser el nombre un palíndromo no se trata de atraer a un público eminentemente geek (compradores compulsivos de hardware) pero no se descarta como spin-off de la idea principal.

Las tarjetas de visita serían con fuentes muy chulas como Helvética y se podrían imprimir desde Internet. A lo mejor se hacen camisetas y tazas con el logotipo de la empresa. O sin el logotipo, el caso es vender cosas.

La empresa no saldrá a bolsa porque su objetivo principal es el de crecer orgánicamente. Puede que Google quiera un acuerdo de contenidos al que en principio habría que negarse para luego decir que sí. Con la gente de Yahoo ni hablar, salvo que se retracten públicamente de una cosa que publicaron hace dos años y pico en cierta página de las millones que sirven.

Sé que lo de las tazas y camisetas ya lo he mencionado pero no estaría de más recalcarlo porque es algo que la gente puede comprar más de una vez. Te compras un Kindle y una Wii pero tazas puedes comprar varias y camisetas también, sobre todo si aumentas de peso con facilidad.

Antes de salir oficialmente en beta (permanente) sería necesario haber estado en alguna tienda de Apple y que te hayan tratado bien.

Y sin embargo, hay empresas “start up” que reciben mucha promoción a diario, como si fueran a comerse el mundo, y tienen aún menos sentido que esta que he mencionado.

Comprar MySpace

Aquí hay un artículo muy interesante sobre la compra de MySpace por parte de News Corporation, la compañía de medios de comunicación dirigida por Rupert Murdoch.

Ahora habrá muchos que digan que la compra en su momento fue un grave error. Suelen ser los mismos que alaban compañías que crecen muy rápido cuando están en la cresta de la ola y que cuando empiezan a ir mal se desentienden y pasan a hablar de nuevas empresas.

En el momento de la compra, News Corporation tenía la billetera llena y estaba dispuesto a comprar “algo gordo en Internet”. Con el cuento de que la red es 2.0, que es el futuro (cuando ya forma casi parte del pasado) y que es algo que crece a toda velocidad, llama la atención que no tuvieran apenas opciones que comprar.

De hecho sólo disponían de dos opciones: el buscador Ask o el pack de MySpace e IGN. Visto de esa forma, está claro que no fue un error sino un acierto. En julio de 2005 sencillamente no había muchas otras empresas de la red a un precio alcanzable.

Aún a pesar de haber sido superado por Facebook como principal red social, no deja de ser la 11ª página de Internet en número de visitantes y es una página que da dinero por publicidad, no migajas como otros productos de los que se habla como si fueran futuros gigantes.

En Internet hay un gran problema de precios, en parte culpa de empresas como Google que inflan mucho los precios al tener una enorme cartera, gracias al negocio de la publicidad. Google tiene muchísimo dinero y como no puede dejarlo en el banco, no se le ocurre otra cosa que comprar empresas de Internet. El precio que paga suele ser alto y a menudo convierte a esas empresas en productos que fracasan – no siempre.

Con un actor que paga caro, se equivoca a menudo y no aprende sino que sigue actuando igual, es difícil competir en Internet. Ahí tienes a un gigante como News Corporation que a pesar de querer entrar en Internet no encontró nada a un precio razonable (y pagaron por MySpace 580 millones de dólares).

Gran parte del declive de MySpace, según cuenta el artículo indicado al principio se debe a la necesidad de ganar dinero por publicidad. Ahí también es curiosa la actitud de los críticos, que se quejan de que una empresa intentara ganar dinero, a toro pasado les resulta evidente que intentar ganar dinero “fue un error”. ¿Que hubiera sido un acierto, comprar Technorati?

En Internet a pesar de su supuesta novedad y futuro – y ya empieza a ser un negocio consolidado – no hay tantas buenas oportunidades de negocio como se dice. Porque en empresas reales de productos tangibles hay oportunidades mucho más interesantes con mucho menos riesgo.

Luego si uno escribe algo así se le tacha de negativo: en Internet hay que dar la imagen de que todo va bien, que si alguien dice lo contrario que sean los medios tradicionales de comunicación.

Del Manifiesto

La presentación del anteproyecto de Ley de Economía Sostenible ha desencadenado numerosas protestas virtuales (a la calle sólo se sale a comprar el pan y tirar la basura) especialmente en lo que respecta al apartado de:

la creación de una comisión administrativa dependiente del Ministerio de Cultura que tendrá la potestad de bloquear páginas web de enlaces, sin que sea preciso la intervención judicial.

Tras esta iniciativa, un grupo de personas, llamémosles un grupo de periodistas, blogueros, responsables de páginas web, profesionales y creadores de Internet ha lanzado un manifiesto denominado “En defensa de los derechos fundamentales en Internet” que ha circulado con gran éxito y que parece representar la opinión de mucha gente.

Ese manifiesto alerta sobre una serie de puntos e indicaciones que considera “están en peligro” y que atentan contra los derechos fundamentales. Sin embargo, si tratamos de aplicar los principios del manifiesto a la propia creación del manifiesto, vemos que parece no aplicarse.

Los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto

Menuda generalización. Más bien diría un grupo de ellos. El que se me incluya en ese manifiesto sin que yo haya abierto la boca ya es motivo de sobra para tirarlo a la basura.

Un manifiesto tiene que venir firmado por las personas que lo redactan, aunque sea dar los nombres. La Declaración de Independencia de los Estados Unidos era un texto precioso pero precisamente su valor venía refrendado por la firma de los que lo redactaron y decidieron. Firmándolo, se jugaban la vida, pues pasaban a estar condenados a muerte por Inglaterra. Aquí no hay ningún riesgo por lo que no entiendo porque no está firmado. De nuevo vuelvo al primer punto, si se han juntado un grupo de personas, que digan quienes son o no hablen en nombre de todos.

Luego se mencionan muchos derechos fundamentales. Suena estupendamente. Al vivir en democracia, tengo derecho a votar a mis representantes. Y luego ellos pueden decidir lo que quieren con mi voto. Aunque hayan salido los del bando contrario al que yo voté. O aunque yo les votara y luego opten por tomar medidas que no fueron las que prometían. Da igual, así funciona la democracia.

Pero que en Internet aparezcan de la noche a la mañana unos tipos y se instauren como mi representante. ¿A cuento de qué? ¿De que tienen más lectores que yo? ¿Más seguidores en el Facebook? Pueden decir lo que quieren y les oirá mucha más gente. Pero no me representarán ni serán una figura democrática.

Estos representantes se han entendido en el concepto griego de aristocracia. El gobierno de los mejores. Aunque ahora podría ser más una followcracy, el gobierno de los que tengan más followers (le pego un copyright al término por si acaso).

Y al respecto digo yo, ¿Por qué personas que hasta anuncian cuando se van a dormir no anuncian cuando van a redactar un manifiesto? Tal vez porque no querían que participara todo el mundo, sólo los destinados a tan altas tareas. Los otros que hagan luego el trabajo que tan bien conocen de poner enlaces gratis.

Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista.

El propio manifiesto trata de evitar cambios legislativos porque tiene miedo a no saber adaptarse a ese nuevo entorno.

Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta[…]
las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas[…]

¿En qué quedamos? ¿Son industrias obsoletas o son industrias que pueden sobrevivir? Una industria obsoleta es la de la fabricación de pianolas.

¿Cómo ha podido salvarse una frase tan malsonante como:

se ha democratizado extraordinariamente la creación

?

El mencionar “industria obsoleta” y “obsoleto modelo de negocio”, ¿Era imprescindible? ¿No se podía resumir un poco? Tal vez no si se quería llegar a un decálogo.

10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas.

Este 10º punto no se aplica a la creación de Manifiestos. Los Manifiestos se firman o no. O estás a favor de Lolita Flores, o del Manifiesto. Tú eliges. Nunca pensé que sin una pistola en la sien estaría más del lado de Lolita Flores.

No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Lo que no es de recibo es esa frase. O es legal o no es legal, pero por amor de Dios, la locución no es de recibo no es de recibo.

Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España.

Pensaba que en el resto de puntos del manifiesto se indicaba que la Constitución respalda la neutralidad de la Red y que este texto sólo era para evitar tener que salir a manifestaciones o realizar grotescos ataques contra páginas estatales. Este punto además está en desacuerdo con el anterior que indica que no se deben realizar cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales.

En resumen, el texto no me gusta por lo mal redactado, lo innecesariamente extenso, lo redundante y sobre todo porque se ha realizado a espaldas de los propios internautas que, como sólo piensan en el blanco o negro, sabían que estarían de su parte. Más me preocupan esas reuniones de “la élite de Internet” que lo que pueda hacer el Ministerio de Cultura.

Tampoco me gusta que en un país con cuatro millones de parados, con una Universidad que es una pantomima, donde no se toman medidas para salvar la economía a largo plazo, ni jamás se tomarán, donde hay tres millones de funcionarios y otros treinta que matarían por serlo, donde te llaman terrorista y te juzgan como tal de forma arbitraria, haya tantas personas que sólo se preocupen por su Internet. Hay vida ahí fuera. Y si esa vida fuese mejor, tal vez tendríamos un Internet también mucho mejor.

Nota: Una persona que se atreva a escribir algo llamado Manifiesto, relativo a la cultura, y que no haya leído la Declaración de Jefferson y que sobrecogido ante la concisión y elegancia de la misma no haya intentado escribir algo decente – o al menos conciso – no merece representar mi opinión.

Problemas en la Wikipedia

Un buen comentario de Slashdot sobre las dificultades con que se encuentran los verdaderos expertos para incorporar ediciones en la Wikipedia, que está controlada por “los de toda la vida”:

Agravada aún más por el hecho de que el “otro editor” es, en la vida real, un egocéntrico barista de Starbucks cuya única razón para tener precedencia en el artículo proviene del hecho de que se involucró en la Wikipedia cuando era algo cool para los geeks sociópatas de instituto que no tienen la coordinación motriz suficiente para los juegos online de pegar tiros. Él estaba abriéndose paso entre la burocracia de la Wikipedia cuando tú estabas haciéndolo en la selva, dirigiendo una expedición arqueológica; ahora tú quieres corregir algo del artículo sobre el tesoro que desenterraste, pero “¿Querría un extra de espuma en su café?” El chico va echando balones fuera, mareando con la burocracia, sobre todo porque carece del más elemental entendimiento del campo en que tú eres experto, pero también porque acaba de tener una discusión con su madre y ahora tiene un humor de perros.

Y dos listas para leer con cuidado (no son los infames top habituales):
Los 50 artículos más interesantes de la Wikipedia inglesa.
Los 50 siguientes artículos más interesantes.

Modelo de negocio

En la rueda de prensa en que Google ha presentado su nuevo sistema operativo, orientado hacia los notebooks (ultraportátiles o portátiles baratuzos), uno de los asistentes pregunta por el modelo de negocio de este novedoso sistema operativo:

Con que la gente use más la web es algo que puede ser muy positivo para Google. Cada aplicación será igual que la aplicación en la web (parece implicar que no habrá anuncios extra). El sistema operativo es libre y de código abierto, así que podrías modificarlo para eliminar automáticamente los anuncios.

Antes de que la gente fantasee con el futuro de esta tecnología, la gente de Google ha dicho oficialmente que NO hay modelo de negocio.

Así da gusto crear nuevos productos, cuando el generar ingresos con ellos es lo de menos.

Se me olvidó indicar que esto se llama en otros mercados dumping. Es como vender un producto en pérdidas, con la idea de echar de mercado a otros competidores. Como cuando una cadena de supermercados vende el aceite por debajo del precio de coste, para atraer clientes que jamás lo comprarán en los puestos de la competencia.

Personalmente creo que este tipo de acciones sacan del mercado a los productos de rango intermedio, como las distribuciones de Linux. Ocurrió con los buscadores, que de ser un mercado muy segmentado se ha quedado en tres o cuatro jugadores, el resto tiene cuotas de mercado que dan la risa. Parece como si fuera una lucha de gigantes, pero los grandes bocados en la cuota de mercado se los están dando a los peces pequeños.

El internet q keremos

Antes de empezar a escribir sobre algo, para que parezca que lo que digo es verdad, trato de buscar ejemplos que apoyen mi argumentación. En este caso tengo tantos que me cuesta por donde empezar, pero qué mejor manera de empezar que usarme a mi mismo como muestra y luego saltar a casos por todos más conocidos.

Como algunos habréis notado, cada vez hay menos artículos. Va por rachas, pero haciendo las cuentas se puede notar que el número de artículos puede haber caído a menos de la mitad que en años anteriores. Y en muchos casos, no hay artículos extensos. Y no es por falta de ideas, lo que ocurre es que a veces me doy cuenta de que iniciar según que artículos puede ser meterse en una labor de varios días.

Por otro lado mientras tanto tengo algunas páginas de contenido que es pura basura. Unos textos breves, aderezados con palabras en negrita, tags, categorías, fotos que se llaman con nombres meditados. Lo que en el internet de la gente puntera se llama “blog temático” y los que tienen más honestidad se atreven a llamar splogs.

Por ejemplo, un artículo más o menos elaborado podría ser este sobre la compra de Alaska. Según Word, tiene 1.320 palabras.

La versión splog, o blog temático, de este artículo, sería más o menos del siguiente modo:

Compra de Alaska

En 1867 Rusia vendió Alaska a Estados Unidos por 7.200.000 $.
Esta cantidad, actualizada con la inflación, sería de unos 60 millones de euros. Lo que cuesta la clausula de rescisión del jugador del Sevilla Luis Fabiano.
¿Por qué Rusia vendió Alaska?

Seguir leyendo…

Rusia hizo un buen negocio con la venta de Alaska. Porque era una fuente de problemas.
Eduard Andreevich Stoeckl, fue el encargado de realizar la venta de Rusia a Estados Unidos a encargo del Zar Alejandro II.

Fuente: Wikipedia.

Tags: Rusia, Alaska, EEUU, e-bussiness, web 2.0, Luis Fabiano, Sevilla, Betis, Recreativo de Huelva, Jamones de Huelva, Champions

Está claro que el segundo artículo se detiene en menos detalles que pueden ser poco relevantes o curiosos. Al fin y al cabo lo más importante está contado: que Alaska costaba menos que Luis Fabiano.

Ahora bien, la página del “blog temático” se posicionaría mejor en las búsquedas de Google, mediante artimañas como la de los tags y sobre todo los enlaces mutuos masivos. Si alguien busca información sobre la compra de Alaska, encontrará el artículo del “blog temático” antes que mi propio artículo. Y quizás no busque más.

No me quejo de que existan los “blogs temáticos”. Como dice la frase, El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas. Asín que he preferido cortar por lo sano: ajustar velas y hacer blogs de calidad más que dudosa.

¿Qué utilidad tiene hacer blogs de pacotilla? Obviamente ganar dinero con la publicidad. Cuanto peor sea el contenido de una página, más dinero puede ganar con la publicidad. En dos páginas que tengan el mismo número de visitas, la más cutre tendrá más ingresos.

La reflexión que pocos quieren ver es esa: que en Internet menos es más, o está siendo más. En el tiempo que puedo tardar en escribir un artículo sobre la construcción de trincheras en la Primera Guerra Mundial, puedo escribir 20 de temas chorra, en páginas chorra, que me darán unos ingresos que aunque no muy altos, al sumarlos me permiten comprar todo tipo de bienes, desde latas de atún hasta libros sobre la Primera Guerra Mundial.

Cuando se establece un debate en Internet sobre cómo debería ser, hablan de un lado los que escriben artículos extensos, y los intermediarios que consiguen sacar un beneficio a esos artículos. Y del otro, los que consumen esos artículos – que siempre querrán cuantos más y más baratos mejor – pero también los que crean sus blogs de contenidos tan superficiales como indexables por Google.

El eterno debate de la música pirata, la música legal, la música gratis y los intermediarios que se enriquecen. En este caso, a mi, habitual del Emule, lo que me preocuparía es que Antón García Abril ganase más tocando en el metro tonadas de Ecuador que componiendo en su despacho insoportables matracas contemporáneas. Aunque por el camino se lucren veinte.

Ahora se debate que si los periódicos quieren cobrar por los contenidos. Mientras que los “medios alternativos” se frotan las manos ante la eliminación de la competencia.

Mucho se ha hablado de la revolución de Internet, pero lo cierto es que alguien como yo puede escribir un artículo decente al mes, mientras que un profesional puede hacerlo casi a diario. No hay más que ver a Manuel Vicent o Juan José Millás. Se puede seguir 100 blogs y al final uno tiene su dosis diaria de contenido decente. Pero para eso hay que ojear otras 99 infamias.

A mi el internet que me gustaría tener es de los artículos extensos, mejor o peor documentados. El de los profesionales que se dejan sus horas para hacer algo digno. Aunque tuviera que pagar. Pero como mi opinión aquí no cambiará nada, me cambiaré progresivamente de bando. Escribiré sobre Luis Fabiano, artículos de tres párrafos y dos docenas de tags.

La opinión es que a pesar de los pesares, la calidad gratuita sigue existiendo. Y es cierto. Pero también se va agotando. La Wikipedia cada vez tiene menos nuevos bibliotecarios, los artículos se estancan. Estupendas páginas de diseño viejuno desaparecerán de la red dentro de pocos meses – las Geocities. Los catedráticos eméritos que escribieron una página que no visita ni Dios olvidaron el medio, y con motivo. Que una página llena de imprecisiones se lleve todas las visitas, ignorando la suya, desespera al más paciente.

Que cada cual defienda lo que quiera, pero sabiendo hacia donde se encamina todo. La red será más social, más interactiva, más lo que quieras, pero empiezo a pensar que habrá una época dorada de los contenidos, que ya la hemos vivido, en que las mejores páginas eran las primeras.

Si toda la información sigue estando ahí, pero la que se añade nueva es cada vez de peor calidad, enterrará a lo poco de mérito que exista. Pensar en que los que puedan hacer algo bueno lo seguirán haciendo, “adaptando su modelo de negocio” no va a funcionar siempre. A veces la adaptación consiste en bajar la calidad en pos de la cantidad.

Bueno, bonito, barato

Carlos Blanco anuncia los finalistas de un concurso de emprendedores, el SeedRocket. Se supone que es un concurso al que se presentaron cientos de ideas de las que estas son las mejores, o al menos las que tienen mejores perspectivas de convertirse en un negocio.

En general, todas van de lo mismo: pisos, viajes, rollos para teléfono móvil. Es el Internet para los que saben usar Internet. Son proyectos que suenan estupendamente, de los que cuentas con orgullo a tus amigos y conocidos. Aplicaciones que te imaginas que usarán ellos pues en cierto modo son similares a ti en gustos y comportamientos.

Siempre me sorprende el enorme vacío que existe de programas para personas normales y corrientes. Es un mercado complicado en el que los diseños elegantes no funcionan tan bien como se cree. En el que los dogmas de la usabilidad de salón no son válidos.

Se supone que toda esta tropa se tiene primero que formar y convertirse en un usuario de Internet preparado. Y cuando lo sea, podrá participar en todo lo demás.

Creo que hay una desconexión entre lo que es la realidad y lo que están “emprendiendo” en Internet. Se busca a un público verdaderamente marginal porque es el que conecta con nuestra forma de ser. ¿Quién va a usar un “espacio online para gestionar los pisos compartidos”, mientras existan los imanes de frigorífico? No digo que la idea no tenga su interés, pero ¿No hay nada que esté aún por hacer y que pueda tener un público masivo?

La respuesta en parte la dan todos esos proyectos descartados por el jurado del SeedRocket. Si tienes una idea de un proyecto que tenga poco glamour, eres un cadáver. No pasas los filtros y el desincentivo es tan grande que al final equipos muy válidos deciden pasar por el aro, programar para un sistema operativo que todavía no existe en España (salvo testimonialmente) o hacer aplicaciones para Blackberry porque la Blackberry es cosa de jefes.

Me imagino que el problema no está en los “emprendedores” sino en los jurados, que como en todas estas historias de Internet son siempre los mismos. Tienen su sota-caballo-rey mental y hay que adaptarse a él, o morir.

Un ejemplo de todo esto fue la beca Alzado 2008. Sí, está bien que haya una beca así pero eso no quiere decir que ya todo se haga bien.

El proyecto ganador fue Jobsket, una página de búsqueda de empleo totalmente diferente de las que conocemos actualmente.

Es una web de empleo con ideas nuevas y que nos ha impresionado

Y efectivamente, la página es muy original y tiene ideas muy interesantes. Pero ¿Son todos esos efectos necesarios? Las webs de empleo son como los buscadores, los efectos especiales entretienen pero no sirven de mucho. Y encima hay un oligopolio que lleva años asentado y contra el que poco se puede luchar.

Probablemente fue el mejor proyecto presentado, pero quería indicar cómo se prioriza eso, la estética espectacular, el “hacer algo nuevo”. La utilidad del proyecto es lo de menos.

Y esto queda manifiesto en los proyectos de “la mención de honor” en dicha beca. TubeGraph, algo que probablemente tiene mucho mérito técnicamente pero que no sirve para nada y prueba de ello es notar que a pesar de haber ganado un premio tan importante, con la visibilidad que esto proporciona, no lo visitan ni las cucarachas, y el tercer vídeo más modificado sólo lo ha sido 21 veces.

Si alguno de los mencionados se siente ofendido por ser empleado como ejemplo, le pido mis disculpas. Lo único que quiero decir es que entre este maremagnum de términos empalagosos: diseño, usabilidad, estética, independencia de plataforma, movilidad, interactividad, social, se nos ha olvidado el más importante de todos: útil.