Audio Captcha

audio-captcha

Un captcha es uno de esos desafíos con palabras o letras distorsionadas que hay que reproducir sobre un cuadro de texto. El objetivo de los captcha es evitar que un programa pueda realizar automáticamente una determinada tarea, y que tenga que mediar la intervención humana en una parte del proceso. Esto especialmente útil para evitar el envío automático de información o el registro de usuarios en un determinado sistema, casi siempre con fines de spam.

Un problema de los captchas es el de las personas que no pueden ver. Para ellos ya es bastante complicado el navegar por Internet, como para encima encontrarse con un problema de este tipo. Un ciego no puede resolver un captcha y no existen programas que les faciliten la vida, pues en tal caso serían empleados por los distribuidores de spam, para saltarse la protección directamente.

La solución pasa por los captchas de audio que son un fichero de sonido que sirve como alternativa a la detección de las palabras escritas. Normalmente uno tiene la elección entre un sistema u otro (en Estados Unidos hay leyes que exigen que el sistema sea apto para personas con minusvalías visuales) aunque lo normal es emplear el sistema de las palabras distorsionadas.

Sin embargo, si alguna vez has oído un captcha te habrás dado cuenta de que es un verdadero galimatías. Los captcha de audio son mucho más difíciles de resolver que los de texto. Se estima que la tasa de acierto de los captchas de audio es inferior al 50%.

En la pantalla de arriba, vemos dos captchas ofrecidos por ReCaptcha. El de texto te exige introducir dos palabras sencillas. Pero el de audio te muestra una secuencia de ocho cifras que hay que distinguir entre un considerable ruido de fondo.

Para colmo de males, los captcha de audio son más fáciles de resolver por las máquinas que los captchas de texto. Gran parte de la dificultad estriba en que los sistemas de audio captcha están mucho menos desarrollados.

En muchos casos sólo hay que enunciar una serie de cifras (ocho en el caso de recaptcha) con lo que resulta mucho más fácil de trazar para una máquina que todas las combinaciones de letras, con la doble opción de mayúsculas y minúsculas. Además, los sonidos están pregrabados, con lo que no sólo hay que perseguir una serie de cifras, sino en unas interpretaciones limitadas y concretas.

Verdaderamente estamos ante un reto tecnológico considerable. Cualquier movimiento hacia dificultar la tarea de los spammers convierte la experiencia de los usuarios ciegos en una pesadilla, pues ya la situación actual es casi intolerable.

Una posible solución sería que el captcha de audio formulara una pregunta y el usuario tuviera que introducir no lo que ha oído, sino la respuesta a dicha pregunta. En este caso se choca con las minusvalías intelectuales, pues no hay pregunta lo suficientemente sencilla que no pueda resultar complicada para algunas personas.

En muchos casos hay además problemas de usabilidad en los formularios que dificultan el trabajo de las personas ciegas aún más. Al tratarse de un apartado marginal dentro del registro o la introducción de formularios, muchas veces el tratamiento es absolutamente superficial.

Así que amigos, la próxima vez que veáis uno de esos molestos captchas pensar que dependiérais de la versión de audio, vuestra situación sería infinitamente peor.

La importancia de llamarse Kennedy

Es muy notoria la presencia de miembros de la familia Kennedy en importantes estamentos de la política americana.
Resulta curioso sin embargo que en los orígenes en que se forjara esta saga de políticos, amparados en costosas campañas electorales costeadas por Joseph P. Kennedy, ya el propio hecho de llamarse Kennedy se convirtió en una ventaja.

El caso más flagrante es el de John Francis Kennedy, un empleado de la fábrica de Gillette en Massachusetts que no tenía ninguna relación con los miembros de esta egregia familia. En 1954 ganó las primarias del partido demócrata y luego la elección ante los republicanos para el puesto de Tesorero del estado de Masachusetts. Hay consenso al señalar que el único motivo por el que ganó ese puesto fue por la coincidencia de su nombre (John F. Kennedy, como el futuro presidente y por entonces Senador del estado de Massachusetts).

John Francis Kennedy no dudó en colocar de inmediato a algunos de sus amigos en puestos políticos. Lograría la reelección en dos ocasiones, hasta que finalmente decidió presentarse al puesto de gobernador de Massachusetts (el equivalente a presidente autonómico en España). Esto ocurriría en 1960, con John Fitzgerald Kennedy ocupando la presidencia de los Estados Unidos.

En estas elecciones de 1960, alertados por la importancia de llamarse Kennedy, comparecieron seis John Kennedy que nada tenían que ver con la prestigiosa familia compitiendo por puestos de importancia en el gobierno de Massachusetts:

  • John Francis Kennedy, de Canton al que el puesto de Tesorero le sabía a poco y aspiraba al de Gobernador.
  • John B. Kennedy, de Saugus. Aspirando al vacante puesto de Tesorero.
  • John M. Kennedy, de Boston. También aspirando a la Tesorería.
  • John Kennedy de Braintree, aspirando al puesto de comisario del condado de Norfolk
  • Otros dos John Kennedy’s (de Everett y de Plymouth) aspirando a puestos en el Parlamento de Massachusetts

Esta irracionalidad, en la que basta con llamarse como un político famoso para tener opciones de hacer carrera política, se ha visto reflejada posteriormente en algunas películas. Pero el antecedente es bien real.

Fuente: Wikipedia, artículo sobre John Francis Kennedy.
Vía: People’s Almanac, The 20th Century (es un libro).

Disclaimer: No tengo familiares directos en la saga Kennedy.

Philip Columbo

The Trivia Encyclopedia fue una enciclopedia de datos curiosos editada a comienzos de los años setenta. Este tipo de libros que contienen datos peculiares son bastante exitosos en los países de habla inglesa. The Book of Lists es otro de ellos, un libro muy recomendable para los aficionados a lo curioso con algún tipo de rigor.

Aunque The Trivia Encyclopedia fue un éxito de ventas, alcanzaría mayor notoriedad en los años ochenta, al calor del nacimiento de otro monstruo de las trivialidades: el juego Trivial Pursuit.

El juego fue un sorprendente éxito mundial, llegando al punto de que no se daba abasto para fabricar copias al ritmo que exigía la demanda. Este juego de preguntas por temas es tan conocido que no creo que requiera mayor presentación. Sólo indicar que es uno de los pocos casos en que un gran grupo de amigos funda una empresa con capital propio ¡Y esta triunfa!

Se dice que el diseñador del tablero, el logoptipo y las fichas, llamado Michael Wurstlin, fue escogido por su perfil barato. Se le ofrecieron 1.000 dólares por el diseño y con tal de ahorrar, el artista decidió usar imágenes que estuvieran libres de derechos de autor: las extravagantes imágenes que decoran cada uno de las casillas.

Al final los creadores del juego hasta quisieron ahorrarse ese dinero y le ofrecieron un porcentaje sobre beneficios. A regañadientes el diseñador aceptaría la que fue una de las mejores decisiones de su vida.

Trivial Pursuit mostraba una constelación de preguntas más o menos sencillas. Pero eran tantas las preguntas que obviamente en algún momento tendrían que haber recurrido a libros. Muchos autores del libros y enciclopedias sospechaban que habían tomado preguntas y respuestas de sus textos. Les molestaba ver pasar un pastel tan gigantesco y no poder siquiera rascar las migajas. Sin embargo, The Trivia Encyclopedia tenía algo que a cualquier otro le faltaba: una prueba.

Francia capital París se ha podido tomar de cualquier enciclopedia geográfica. Pero el nombre de pila del famoso detective de ficción Columbo (Colombo en la versión castellana) figuraba como una de las preguntas del Trivial Pursuit.

Y el problema es que aunque el juego de mesa defendía como válida la respuesta “Philip”, la realidad es que en ninguno de los episodios de la serie se menciona jamás su nombre, algo que el personaje se niega siempre a dar. Y en algún caso, hacia el final, se optó por la disuasoria respuesta de “Frank”.

Philip desde luego no era su nombre de pila. Los autores de The Trivia Encyclopedia habían incluido este erróneo dato a propósito. Un cebo para capturar a amigos del copiar y pegar. En el que cayeron los creadores del juego.

La argucia de incluir datos falsos es tan antigua como la historia del propio hombre. Durante la Guerra de la Independencia Americana los propios americanos se encontraron en más de una situación delicada al descubrir graves inexactitudes en los mapas de su propio territorio. Y es que a propósito los británicos habían difundido esos mapas, guardándose para sí la verdadera cartografía.

Hoy en día suele usarse como medida de protección de copyright. Un par de calles falsas aquí, y el mapa que también las tenga, tiene que ser por fuerza copiado.

Cuenta la Wikipedia en su artículo sobre las calles trampa (trap streets, ¡vía Javimoya!) que una guía de carreteras de Atenas alerta en la portada a los amigos de la copia que su mapa tiene calles que no existen.

Incluso el aparentemente No Evil y libre mapa de Google Maps tiene una calle trampa: Kerbela Street en Shrewsbury, Inglaterra.

Estas trampas están ahí esperando al copiador incauto. Y el objetivo siempre es el mismo: una demanda multimillonaria. En Estados Unidos la jurisprudencia ya ha alertado que este tipo de juicios no se pueden ganar, pero esto no rige para otros países. Por ejemplo, la Automobile Association tuvo que pagar en el 2001 una multa de 20 millones de libras por copiar una de estas calles trampa.

Las argucias para detectar copyright están a la orden del día. A mi me gusta incluir algunas levedades ortográficas para asín dejar claro quién es el autor. Pero quien se está jugando su forma de vida, hace bien en pelear por lo que ha realizado con el sudor de su frente.

Igual que los mapas, existen invenciones en todo tipo de publicaciones: enciclopedias que enumeran datos equivocados (la Wikipedia es el mayor ejemplo que existe, está plagada de artículos trampa), diccionarios que se inventan términos para detectar a copiadores. También listados telefónicos. Incluso existe un caso curioso de una receta de cocina imposible: al mezclar limón con bicarbonato sódico se produce una sustancia efervescente que anularía hasta el mayor experimento de Ferrán Adriá.

Todo esto, aunque no sirva para meter a nadie en la cárcel, si es una buena forma de airear vergüenzas de otros. En el caso de presentación de este artículo, entre The Trivia Encyclopedia y Trivial Pursuit, aunque hubo un importante juicio, todo lo más que pudo demostrarse es que esa pregunta había sido copiada, pero al no ser más que una entre miles, la relevancia de cara a los derechos de autoría se esfumó, sin que consiguieran obtener ni un céntimo de compensación en el veredicto.

Fuentes: Siempre es digno mencionar que un artículo de Javi Moya sirvió como referencia para este artículo.
Vía: Mental Floss Blog.

Buganvilla

bugamvilla1

bugamvilla2

bugamvilla3

De acuerdo que la palabra buganvilla es un poco complicada. Se trata de un género de plantas originarias de América del Sur (el género es la Bougainvillea).

Pase que una empresa cometa el error y escriba el nombre con B (Bouganbilla). Pero que la misma empresa, en la duda, comercialice paquetes con la grafía correcta y otros con la incorrecta, para acertar en al menos un 50% de las ocasiones, es algo que resulta inquietante.

Todas las fotos son de la misma tienda, al parecer cada uno escribe buganvilla como le viene en gana.

Bougan-villa es una mezcla entre el nombre científico (Bougain-villea) y el nombre común (Bugan-villa). Tiene un pase, lo que nunca tendrá un pase es la terminación en –billa. Sólo en México llaman a la planta buganbilia, lo que sí se escribe con una segunda “b” correcta.

Kuuk Thaayorre

El kuuk thaayorre es un lenguaje derivado del Paman. Actualmente lo hablan unas 200 personas en la costa oeste del cabo York, en Australia. Es uno de los pocos idiomas aborígenes que aún aprenden los niños en esta remota región de Australia.

Aunque nunca habías oído hablar de esta lengua, te puedo asegurar que ya nunca la olvidarás. A pesar de ser un idioma de una tribu no muy famosa por sus avances tecnológicos, el desarrollo sintáctico y morfológico de las palabras es bastante avanzado e inusual.

Una de las características más interesantes del idioma es su forma de establecer las direcciones. En casi todos los idiomas que conoces, las direcciones y posiciones se marcan respecto de la situación de la persona que habla. El Seat Ibiza tuneado estaba a mi derecha. Dame dos docenas de ciruelas de las que tienes a la izquierda.

Aunque con otras palabras y expresiones, griegos, franceses, ingleses, alemanes, árabes, rusos y africanos, todos usan construcciones similares con términos más o menos equivalentes a derecha e izquierda, delante o detrás.

La peculiaridad del lenguaje de los Kuuk Thaayorre es que ellos dan referencias absolutas en este tipo de indicaciones. No hablan de tu derecha o tu izquierda, sino de la derecha e izquierda de la Tierra, es decir, los puntos cardinales.

Y eso es sencillamente increíble porque fuerza a tener que pensar no dónde está el Seat Ibiza o las ciruelas, sino que en primer lugar hay que pensar dónde está la tienda, si al norte, al sureste o al nornordeste.

En un artículo brillante, Lera Boroditsky diserta sobre su viaje a esta región para conocer de primera mano esta peculiaridad que probablemente sea única en el mundo.

Una consecuencia obvia de su forma de hablar es que en todo momento tienes que tener el sentido de la orientación, o de lo contrario no puedes hablar correctamente. El saludo normal en kuuk thaayorre es “¿A dónde vas?” y la respuesta debería ser algo como “Sursureste, a media distancia.” Si no sabes en qué dirección estás situado, ni siquiera puedes decir “Hola”.

Normalmente la anécdota es lo suficientemente curiosa de por sí como para justificar el viaje. Pero Lera Boroditsky realizó un experimento aún más interesante.

comic-heb

Con un poco de suerte, la de arriba sea la primera tira cómica que veas en hebreo. Aparte de no entender nada, te fijarás en que los textos están escritos de derecha a izquierda. La primera viñeta es la que está arriba a la derecha, por eso viene primero el dibujo y luego lo que se supone que dice. En los lenguajes actuales de occidente y no en todos pero sí en muchos, lo habitual es hacerlo al revés, como todos conocemos, de izquierda a derecha.

tira-mortadelo

Aquí estamos realizando una ordenación temporal de las viñetas, de acuerdo a nuestra forma de plasmar la escritura. Para los españoles, ingleses o alemanes, una historia transcurre de izquierda a derecha. Para los hebreos o árabes, de derecha a izquierda.

Esto se traduce en la forma de organizar la información. Si le damos cuatro dibujos a un rumano, para que los ordene formando una historia, colocará a su izquierda aquel que considere la primera parte de la historia. A la derecha de este la segunda, luego la tercera y finalmente la cuarta en el último lugar. Y lo hará así aunque no le demos instrucciones específicas sobre cómo debe realizar la ordenación.

También está comprobado mediante estudios que aquellos que usen principalmente lenguas que ordenan mayoritariamente en el otro sentido, ordenarán de la otra forma, de derecha a izquierda. Pero la gente de Kuuk Thaayorre, ¿Cómo lo hará?

Esta investigadora decidió llevar a cabo este experimento con estas personas de idioma tan singular, para llegar al no menos singular resultado de que ellos ordenaban la historia de este a oeste. Es decir, la propia construcción del idioma tiene implícita una ordenación singular del tiempo, como algo que sucede de este a oeste.

Imaginad la situación, si le decís a un niño que realice la ordenación, la hará de una determinada forma. Si le dices que os giréis, reordenará las viñetas en la forma simétrica, siempre teniendo en cuenta el sentido de la posición en que se encuentra.

Con gentes asín, ¿Quién necesita un GPS?

Fuentes:

El estudio en cuestión, es mucho más interesante de lo que esta pequeña anécdota trata. Otro fragmento:

[Hablando de los géneros gramaticales (aquello del masculino-femenino-neutro)]

Por ejemplo, algunos idiomas de los Aborígenes en Australia tienen hasta dieciséis géneros, entre los que destacan géneros para armas de caza, animales caninos, cosas que brillan o como en el famoso título del libro del lingüista cognitivo George Lakoff, “Mujeres, fuego y cosas peligrosas”.

Sobre esto indicar que en la Wikipedia indican que el idioma con más géneros gramaticales es el Yanyuwa, lengua aborigen, que cuenta con un total de 16 géneros. Estos son:

  • Femenino (de tipo humano)
  • Masculino (de tipo humano)
  • Femenino
  • Masculino
  • Comida (no cárnica)
  • Arbóreo
  • Abstracto
  • Partes del cuerpo
  • Parentesco familiar
  • Relación formal entre personas conocidas
  • Relación formal entre personas a nivel de abuelos
  • Relación formal entre personas que se evitan
  • Grupos humanos
  • Nombres de personas
  • Nombres ceremoniales
  • Nombres de sitios

En la explicación sobre los géneros gramaticales en los idiomas aborígenes, se narra la curiosa gramaticología de la palabra erriplen (avión en la lengua Gurr-goni).

Erriplen [avión] es un nombre del género “vegetales comestibles”. Esta confusión proviene de las siguientes analogías lógicas: En primer lugar, el género “vegetales comestibles” tiene que haberse extendido a otras plantas, y de ese modo, a todos los productos fabricados en madera. Las canoas están hechas con madera por lo que, lógicamente, también estarían incluidas en esta categoría. El género se amplía a todos los medios de transporte y así, al tomar prestada la palabra erriplen para introducirla en su lenguaje, se le asignó el género “vegetales comestibles”. Aunque las analogías tienen sentido en su propio uso, para nosotros el resultado es, sin embargo, un poco paradójico y extraño.

También han hablado sobre ese artículo en castellano en esta página.
Artículo sobre el uso de los reflexivos en el kuuk thaayorre (para gente con conocimientos elevados de lingüística).

Artículo relacionado: La Lengua Piraha.

Nombres disputados

Si llevas algún tiempo leyendo por aquí habrás visto que uno de los temas más frecuentes es el por qué las cosas se llaman de una determinada manera. Y por qué a veces se trata de luchar porque un nombre no se asocie con una definición o directamente no se llegue a adoptar.

En lo que a geografía se refiere, son frecuentes las diferencias por rencillas históricas. Desde el nombre de una calle en honor a un general franquista hasta el nombre de un país entero.

Se entiende que el tener cierto nombre sólo puede ser posible como forma de reconocimiento. Alejandría o América son nombres de lugares en homenaje a personajes que causaron pocas antipatías. Mientras que algunos como Stalingrado o Turkmenbashi lo hacen como honor a antiguos dirigentes absolutistas y saben que sus nombres no permanecerán en el tiempo.

Siempre llega el momento de revisar cuentas, de actualizar la memoria histórica. Es entonces cuando los lugares pierden sus referencias consideradas inadecuadas.

Una excepción notable y de considerable interés son los territorios compartidos. Cuando una región es parte de dos países, que tal vez sean enemigos, a veces existe la imposibilidad de ponerse de acuerdo con los nombres.

Los Pirineos son franceses y españoles (y andorranos y catalanes) pero no sentimos problema alguno en llamarlo de la misma forma, aunque cambie ligeramente por las características propias de cada lengua. Pero esto no sucede entre países que aún no han curado sus heridas de guerra. Veamos algunos ejemplos:

Mar de Japón.

Hay mares como el Mar del Norte que con el tiempo han ido perdiendo referencias geográficas. Hubo un tiempo en que se llamó Mar Alemán. Estas alusiones suelen acabar molestando a los vecinos que comparten las aguas, pues consideran ese mar tan suyo como del dador del topónimo.

En el caso del Mar del Norte, fue cuestión de tiempo que ni siquiera los alemanes llamasen a su mar con el nombre de su país. Pero hay casos en que parece que falta mucho tiempo para llegar a una decisión.

El Mar de Japón es el ejemplo más claro. El mar es compartido entre Japón, Corea y Rusia. Sin embargo recibe el nombre del primer país.

mar-japon

Ni qué decir tiene que los japoneses llaman a ese mar “Mar de Japón”. Los coreanos sin embargo prefieren el nombre de Mar del Este, que llevan usando desde hace 2.000 años.

Para los japoneses la disputa no tiene sentido, puesto que todo el mundo conoce a ese mar con el nombre de Mar de Japón. Pero los coreanos alegan que la prevalencia del nombre del mar se debe al expansionismo japonés, y que el nombre que ellos le han dado desde siempre tiene mucha más antigüedad.

El asunto se llevó a la Comisión de las Naciones Unidas, que acabó archivándolo y decidiendo que no había razones suficientes para cambiarlo por el de Mar del Este. Y ahí quedó la cosa.

Cada país aporta sus mapas históricos en defensa de su nombre, pero los japoneses lo tienen todo bajo control. Incluso en los antiguos mapas europeos ya figura el nombre de Mar de Japon.

mar-japon-este

(Este es uno de los mapas coreanos en defensa de su causa).

Si Corea triunfase, los japoneses tendrían la molestia añadida de tener al oeste de su país al Mar del Este.

Golfo Pérsico.

Un combate titánico al que permanecemos ajenos los Mediterráneos es la lucha entre árabes e iraníes por el topónimo del llamado por nosotros Golfo Pérsico.

Aunque es una región mencionada desde los mismos orígenes de la escritura, el nombre oficial se convirtió en un conflicto semántico a partir de 1960, en que los países árabes decidieron llamarlo Golfo de Arabia.

golfo-de-arabia

En este caso la postura más fuerte es la persa, pues cuando tienes a Ptolomeo de tu parte – que ya lo llamara Golfo Pérsico en sus escritos – no hay nada que hacer.

Pero los árabes son mayoría en torno a dicho golfo y su creciente interés en defender todo lo árabe, les ha llevado a recurrir al novedoso nombre de Golfo de Arabia. También ellos tienen sus mapas antiguos que aportan como prueba.

golfo-persico

La posición iraní es fácil de defender, pero a diferencia del conflicto entre japoneses y coreanos, aquí casi todos los vecinos están de acuerdo en cambiar el nombre.

Es una lucha realmente interesante por lo desigual. Los iraníes tienen todo el peso de la historia y la costa este es suya. Los países árabes tienen la oeste y son muy insistentes en sus reivindicaciones. Hasta ahora no han conseguido atraer hacia su causa a ningún país importante. El Golfo Pérsico es el Golfo Pérsico. Pero los americanos, siempre deseosos de estar en buenas relaciones con los países árabes, tratan de usar el topónimo árabe cuando están en alguno de los países defensores del Golfo de Arabia.

Incluso la Guerra de Golfo tiene un nombre ambiguo, capaz de agradar a todos. Es lo romántico de los americanos, que hasta son capaces de hacer la guerra complaciendo a sus enemigos.

El combate es muy duro en todos los frentes. Los iraníes saben que en estas riñas cualquier concesión puede ser una muestra de debilidad.

Así que incluso el Gobierno iraní llegó a impedir la distribución de un atlas de National Geographic que mostraba el golfo de la discordia con el nombre de Golfo Pérsico y en pequeño una indicación entre paréntesis que decía Golfo de Arabia. National Geographic acabó enmendando el atlas y dejando este dato sólo como una nota aparte.

persian-gulf-onu

También desde internet se potencia la lucha y en su momento se realizó un Google bombing para que las búsquedas en Internet de los términos “golfo de Arabia” arrojaran como primer resultado este:

The Gulf You Are Looking For Does Not Exist. Try Persian Gulf.

The gulf you are looking for is unavailable. No body of water by that name has ever existed. The correct name is Persian Gulf, which always has been, and will always remain, Persian.

La Guerra del Guión.

Uno de los combates toponómicos más virulentos a la par que surrealistas es el que se desencadenó en Checoslovaquia tras la caída del Muro en Noviembre de 1989.

El país se llamaba entonces Czechoslovak Socialist Republic, República Socialista Checoslovaca. Ante el sin sentido del término Socialista, se decidió cambiar el nombre oficial del país. Y entonces, se abrió un extraño debate de enorme interés lingüístico.

Los checos lo tenían fácil, pero no tanto los eslovacos, que querían marcar una distinción en el nombre del país. Querían dejar de ser Czechoslovak para pasar a convertirse en Czech-Slovak (Chequia-Eslovaquia). Y lo que parecía que no era más que una sugerencia, pasó a convertirse en una pequeña guerra.

La reivindicación eslovaca trataba de restablecer la situación existente entre 1918-1920 y entre 1938-1939. Parecía una solicitud poco seria pero los parlamentarios eslovacos no daban su brazo a torcer: querían el guión.

La primera solución de compromiso fue salomónica. Los checos mantenían el nombre del país en su versión del nombre oficial: República Federal Checoslovaca. Y en la versión oficial en eslovaco, aceptaban partirlo: República Federal Checo-Eslovaca. Eso sucedió a finales de Marzo de 1990.

Pero tampoco el nombre gustó. Apenas un mes después, se volvía a debatir el nombre oficial del país. Los eslovacos insistían en que querían el guión y los checos no estaban del todo de acuerdo. Entonces llegó la siguiente sugerencia por parte de los checos: usar los dos nombres separados: República Federal Checo Eslovaca. Este nombre fue aprobado por el parlamento el 20 de abril de 1990.

El acuerdo incluía un apaño no evidente. En la versión original el nombre era Česká a Slovenská Federativní Republika. Ahora bien, según la gramática del checo y del eslovaco, los topónimos como este tendrían que escribirse con la primera de las letras en mayúscula y el resto en minúscula.

De cumplirse lo estrictamente correcto, Chequia quedaría en mayúsculas y Eslovaquia en minúsculas. Para evitar una infinita discusión, se optó por hacer todas las letras mayúsculas, también para Federal y para República.

El conflicto fue incluso más complejo. Pues aunque los medios de comunicación hablaron de “La Guerra del Guión” en realidad la distinción que exigían los eslovacos era más sutil. Existen dos caracteres diferenciados: el guión y la raya.

Para casi todos nosotros, son el mismo signo, el que hay en el teclado debajo de la ñ. En checo existe una distinción pero al igual que en castellano, es más teórica que práctica. Para el idioma eslovaco, sin embargo, los dos caracteres tienen un sentido muy diferente.

Lo que realmente querían los eslovacos no era un guión sino una raya. El guión sirve para distinguir dos términos relacionados, como hispano-americano. La raya establece alguna forma de separación entre ambos.

La discusión duraría poco más, pues al final de las palabras se llegó a las fronteras. Ambos países decidieron escindirse al final de ese mismo año, haciendo efectiva su separación el 1 de enero de 1993.

La Wikipedia tiene una lista de otros casos singulares de conflictos por nombres. Junto con el de Macedonia, ya tratado, creo que estos tres son los más interesantes.

Fuentes:

Renombrado de territorios, en la Wikipedia.
El mar de Japón, conflicto nominal, en la Wikipedia.
Defensa japonesa de su postura en el conflicto.
La disputa del Golfo Pérsico, en la Wikipedia.

El fallo informatico mas dificil del mundo

En un foro de una importante página de programadores informáticos, se debatía sobre cuál era el fallo de programación (bug) más difícil de encontrar que uno se había encontrado a lo largo de su vida.

El sistema permitía la votación de las respuestas, con lo que al mismo tiempo tenía un valor de encuesta. El error que ocupaba el primer puesto era el siguiente:

Esto no me ocurrió a mi personalmente, me lo contó un amigo:

Estaba tratando de corregir un error en un programa que ocurría sólo excepcionalmente. Acabaron acotándolo: El fallo sólo ocurría en miércoles (Wednesday), sólo en septiembre (September) y a partir del día 9. Es decir, 362 días al año, el programa funcionaba correctamente, pero había tres en que se producía un error muy grave que lo terminaba de inmediato.

La causa del error era puramente alfabética. La definición de las fechas era en la forma “Lunes, 4 Mayo 2009”. Esto funcionaba en todo los casos salvo para esos fatídicos Miércoles de Septiembre.

El motivo del error era la funesta combinación: September es el mes con más letras de todo el año, en inglés. Wednesday es el día de la semana con más letras de todo el año. Justo la combinación de ellos y las dos cifras del día del mes tenían el tamaño máximo posible en el idioma inglés y la persona que lo había diseñado había usado justo un carácter menos de los necesarios: Wednesday, September 22 2008, tiene 28 caracteres, algo que sólo ocurre en los últimos miércoles de Septiembre.

WordPerfect

Un gran problema al que nos enfrentábamos mientras preparábamos la versión de nuestro programa para PC era el encontrar un nombre nuevo para el producto. SSI*WP no era precisamente una maravilla. Me gustaba el nombre de WordPerfect, pero no encontré a nadie que me apoyara con él. El nombre se me ocurrió mientras estaba intentando aparcar cerca de las oficinas, en uno de esos momentos de inspiración del tipo ¡Ajá! Me gustaba el nombre, porque me recordaba a la expresión “letter perfect” y describía algo que era correcto palabra por palabra. Salí corriendo para la oficina, convencido de que todo el mundo se volvería loco y le encantaría el nombre, pero no le gustó a nadie.

Pasaron varios meses y todavía no podíamos ponernos de acuerdo con el nuevo nombre, así que decidimos organizar un concurso entre los empleados para darle un nombre al producto. El que diera el nombre que resultara ganador, se llevaría 100 dólares. De una larga lista de nombres presentados, cada cual tuvo que votar por sus favoritos. Word Plus y ProWrite fueron los que recibieron más votos, mientras que WordPerfect aparecía en las últimas posiciones de la clasificación. A pesar de tan pésimo resultado, puse WordPerfect en la lista de nombres que le entregamos al abogado para que hiciera una investigación de marcas registradas, sólo en el caso de que los otros nombres no sirvieran. Resultó que ya existía un procesador de textos con el nombre Word Plus, y había una impresora con el nombre de ProWrite. Como habíamos tardado tanto en dar con un nombre, no teníamos mucho tiempo para andar con cambios. En estas circunstancias, WordPerfect se convirtió en el impopular ganador. El nombre era tan impopular que, de hecho, nadie me pagó los 100 dólares del premio.

Wordperfect fue el procesador de textos por defecto, antes de que Microsoft Word se apoderara de ese preciado puesto. La historia de la compañía, desde que eran dos gatos hasta que cayó en el irremediable declive, está contada en esta página (en inglés) por uno de los protagonistas. La lectura nos retrotrae a un tiempo en el que el desarrollo de software era tan rentable que:

Aún así estábamos trabajando en unos márgenes de beneficio muy superiores a la mayoría de los negocios, incluyendo muchos negocios que son ilegales.

Y aunque por el tema parezca aburrido, es increíblemente recomendable la lectura, por la honestidad de la narración – algo infrecuente en las patéticamente épicas historias de la informática – y por lo ameno de su redacción.
Vía: Coding Horror.

Dedo Anular

El dedo anular tiene una definición que recuerda la de los números naturales: es el siguiente al dedo meñique.
Al existir manos derecha e izquierda y no tener éstas simetría especular, la definición de cualquiera de los dedos tiene alguna complejidad.
El criterio elegido por la Real Academia es excelente: meñique y pulgar se diferencian por el número de falanges, el meñique tiene tres y el pulgar dos. De esta forma se les distingue. El meñique es “el dedo exterior con tres falanges”. El anular es “el dedo contiguo al meñique”.
El dedo meñique tiene, de acuerdo con la Wikipedia, un significado mágico en casi todos los idiomas. En los occidentales lo habitual es llamarlo anular, de anillo. Los anillos tienen un valor simbólico pero también mágico.
Idiomas con el italiano, el francés, el alemán, el inglés o el castellano llaman a ese dedo por el nombre de “del anillo”.
Existe otra vertiente que lo nombra como el dedo de la medicina: con curiosos ejemplos: Japonés, Coreano, Latín (digitus medicinalis) y los ingleses, siempre tan ubicuos, que usan también la versión del anillo.
También existen algunos idiomas que lo nombran en función de su posición respecto de los otros dedos: Latín (digitus medio proximus), griego y serbio.
El punto está en la cuarta posible definición, que está tremendamente extendida por todo el mundo. Y es que así se le llama en: búlgaro, finlandés, ruso, sánscrito, ucraniano, japonés (repite junto al dedo médico), cantonés, chino, persa y algunos más. En todos estos idiomas, a ese dedo se le llama con el meta-nombre de “dedo sin nombre” o directamente “sin nombre“.
Esto se hace como forma de superstición, como dedo de fuerzas poderosas. Aunque resulta curiosa: para evitar nombrar al dedo, se le da el nombre de “sin nombre”, ¡Con lo que no se le puede nombrar!
Como dirían algunos, una solución de baja tecnología.
Fuente: Wikipedia en inglés.