Windows y los piratas

Me pregunto si habré visto demasiada ciencia ficción o es que el mundo es así de raro. Pero la actitud americana ante la vida, tan valiente pero desconfiada, me lleva a pensar en la siguiente teoría:
Supongamos que el Ejército americano quisiera defenderse de sus múltiples enemigos potenciales. Sean éstos gobiernos u organizaciones criminales. Sabemos que todas estas sociedades usan y necesitan las nuevas tecnologías.
También sabemos que en la informática Microsoft siempre está al borde del monopolio. El porcentaje de usuarios de Internet que no usa el Internet Explorer es menor al 2%. Además, seguramente menos de un 5% de la gente sabe que hay otros navegadores. Algo parecido ocurre con el sistema operativo, Windows by default.
En fin, no sería aventurado sugerir que es más que posible que el gobierno U$A haya obligado/sugerido/acordado con la ovejita de Windows el incluir algún código malicioso para que EEUU tenga una posición de mayor superioridad en caso de una guerra contra un rival digno, como pudiera ser Europa, China o Rusia.
Código malicioso, para que nos entendamos, es algo así como una función que se ejecuta cuando alguien la ordena. Como incluir un botón en el mando del televisor que nadie ve, pero que si lo pulsas escacharra el televisor. Para pulsar ese botón basta con saber que existe y dónde está. Esto, en informática, se consigue con una condición que puede estar siendo validada todo el tiempo.
Imagina que enciendes tu ordenador. Windows empieza a mirar donde tienes los archivos, a pintarte los accesos directos, a ejecutar programas secundarios… en todo ese tiempo podría hacerse la pregunta de si es el momento de romper el ordenador. No lo notamos, porque nadie le ha dicho que lo rompa, todavía.
Pero ahora supongamos que el gobierno dice que hay que romper todos los ordenadores de China. Basta con codificar eso, colocarlo en Internet. Ahora pensemos en un ordenador chino con Windows. Nos conectamos a Internet y Windows comprueba si ha llegado el día del juicio final. Si es así, ordena que se rompa el ordenador. Como nadie sabe el código de Windows, no sabemos las instrucciones que él está pensando, con lo que esto podría pasar.
Una seria objeción contra esta hipótesis está en el hecho de que gobiernos fiables e importantes compañías han exigido y poseen, por su propia seguridad, el código fuente de Windows. Sin embargo, este código fuente puede estar completamente suavizado. Continuando el anterior ejemplo, es como si repartieran las instrucciones del mando del televisor, pero no dijeran nada del botón maldito. Y en los planos del mando indicaran el de otro, exactamente igual que el nuestro, pero sin el botón oculto. No notaríamos la diferencia.
El gobierno podría estar seguro si realizara los mandos a distancia con dichas instrucciones. Pero en la práctica nadie hace esto, porque sería un gasto enorme para hacer algo que ya hace Windows por algo menos de dinero, y Windows no entregaría las instrucciones para perder cuota de mercado.
En resumen, no sería imposible que Windows, en connivencia con el ejército, haya incluido alguna puerta secreta para tener libertad de bloquear a una compañía/gobierno, siempre bajo condiciones extremas que, como todos sabemos, cuando se tratan de EEUU, podrían alguna vez darse.

España depende de sí misma

Me sorprende que un mundo como el del fútbol, con cientos de millones de ojos puestos en él, haya tan pocas luces.
Ahora se habla mucho de que España, tras el traspiés contra Grecia, se ha complicado la clasificación, aunque todavía depende de sí misma. Si empata se clasifica.
¿Por qué son tan cortos de vista? ¿No se dan cuenta de que aunque hubiera ganado la situación hubiera sido exactamente la misma?
Supongamos que España hubiera ganado 1-0 a Grecia. El grupo quedaría:

Equipo Pts GF GC
España 6 2 0
Portugal 3 3 2
Grecia 3 2 2
Rusia 0 0 3

Como España jugaba contra Portugal en la última ronda, si España perdía pasaría a quedarse con 6 puntos. Automáticamente Portugal la adelantaría en la clasificación por el gol average y la diferencia de goles.
Si Grecia ganaba a Rusia, cosa más que de esperar, también entraría al empate de puntos. Lo que pasa es que tendría, cuando menos, la misma diferencia de goles marcados/recibidos que España, es decir, Grecia tendría al menos un gol marcado más que recibido y España, tendría un gol marcado más que recibido, a lo sumo.
En resumen, si España hubiera ganado a Grecia, estaría en la misma situación que está ahora. Si España pierde con Portugal y Grecia también lo hace tendría que perder por un único gol, habiéndose marcado muchos para que España pueda clasificarse. Bajo la hipótesis de que España hubiera ganado a Grecia, perdiendo España y no ganando Grecia España se clasificaría, pero en cualquier caso no dependería de sí misma y esperar que Grecia no gane es un tanto optimista.
Total: daba igual lo que hubiera pasado.
Además, los periodistas suelen decir que “se juega la clasificación en la última jornada”. Dado que no es como la Liga, en que con 38 partidos tienes la opción de no dejarte los deberes para el final, ¿Qué puede esperarse de una fase con 3 partidos? Matemáticamente es IMPOSIBLE clasificarse para la siguiente fase por méritos propios. La única opción es que un equipo gane los 2 primeros partidos y los otros 2 encuentros entre los rivales sean empate. En tal caso hay un equipo con 6 puntos, ya clasificado y 3 con 2 puntos, que deben de darse de tortas entre ellos. Pero decir que no se tiene la casificación, es otro exceso de nuestros divertidos periodistas.

Firmar

Una muestra de que los héroes existen y de que no todo es telebasura:
LAS FIRMAS DE PILAR
LÍNEA 900, Domingo 20 de Enero, a las 20:30 en LA2 de TVE
Actualmente la cifra de personas viudas en nuestro país ronda los dos millones. De ellas, la inmensa mayoría son mujeres mayores de sesenta años. Los hábitos sociales de la época que les tocó vivir impidieron a estas mujeres desarrollar una labor profesional fuera de su hogar. En sus DNI siempre ha figurado de profesión sus labores, y han dependido económicamente del sueldo y la pensión de su marido. El problema es cuando desaparece el marido. Al dolor de la pérdida suman la preocupación por el futuro. Su pensión queda reducida al 45% de lo que sus maridos cotizaron a la seguridad social. De este modo se explica que haya muchas mujeres con pensiones de menos de 50.000 pesetas.
Pilar Mora no es viuda. Vive con su marido en un pequeño ático de Barcelona. Tienen 78 y 82 años respectivamente, una edad en la que podrían ver pasar los días tranquilamente sin preocupaciones. Pero eso no va con su carácter. “Me enteré por muchas amigas mías que les había quedado una pensión tan pequeña al morir sus maridos, que no podían ni comer. Los gastos son prácticamente los mismos y tienen que vivir con el 45%, el resto se lo queda el Estado”. Pilar decidió hacer algo al respecto: recoger firmas para que el Congreso de los Diputados cambiase esta situación. Le dijeron que debía recoger 500.000 firmas, una labor que le ha llevado más de tres años. Finalmente, el 25 de octubre del año 2.000 Pilar entregó las firmas ante el congreso, haciendo uso del derecho de petición. Un año más tarde, no se ha producido ningún cambio.
Las firmas de Pilar no es un reportaje sobre las reducidas pensiones de viudedad. Es un documento que muestra hasta dónde puede llegar el poder de decisión de los ciudadanos en una democracia participativa. El Gobierno español ha prometido subir las pensiones paulatinamente, aunque, de momento, los cambios han sido apenas perceptibles. Mientras, Pilar Mora y su esposo Pere, que la ha apoyado en todo momento, han constituido una asociación para defender los derechos de los ciudadanos. Una pequeña gota en el océano del sistema, pero gota al fin y al cabo.

Animales de bellota

Si hay algo que me ha sorprendido de la visita al zoológico ha sido el papel de los animales que había fuera de las jaulas. Es una auténtica vergüenza cómo se comportaban. Las normas del lugar son simples, apenas alcanzan a dos: no se acerquen a los animales, no les den comida.
Sin embargo, veías al típico matrimonio con un hijo pequeño en el que los padres se afanaban por hacer llegar las sobras de su bocadillo a los leones u otros animales.
Este tipo de dejadez ante las normas blandas me parece abochornante. Siempre he pensado que en España hay una tendencia inevitable hacia el delito, y esta es la causa del retraso económico y cultural de país. Estamos acostumbrados a saltarnos los semáforos, a fumar donde está prohibido. No nos van a meter en la cárcel por eso.
Pero también somos amigos de la receptación – comprar objetos que a ciencia cierta sabemos que son robados- al pillaje ante el camión accidentado. A no decir a la cajera que sé ha equivocado con el cambio( y ella tendrá que pagarlo de su sueldo posteriormente).
Creo que la gente no mata y viola simplemente por miedo a la cárcel, no por respeto a lo establecido. Por eso, cuando veo que un politico ha cogido algunos cientos de millones de euros, entiendo que cualquier otro, en su lugar, habría hecho lo mismo.
Al hilo de los bárbaros de que hablaba, había algunas salas cerradas, como la de las serpientes e insectos, en que había un ruído ensordecedor, causado por la gente gritando, que no paraba de golpear los cristales para llamar la atención de los animales. Y de dispararles flashes. Desde luego, somos la especie más fuerte, pero no la más inteligente.

Animales

Hoy he estado de visita en el zoológico. De salida, indicar que estoy totalmente en contra de estos lugares. Son los restos de una aberración histórica que ha continuado perpetrándose a lo largo de los siglos.
Los reyes y figuras renombradas de la antigüedad recibían como regalo todo tipo de objetos exóticos de otros países remotos. Ellos no tenían la oportunidad de ir allí a visitarlos, así que la única forma que encontraban era esa.
Los romanos(y me refiero a la escasa clase alta; los pobres a pan y agua como siempre) tenían especial predilección por la carne de los animales extraños. En realidad, para ellos el acto culinario era más psicológico que físiológico. Un plato muy bien presentado, distinto, era mejor que algo fácil de preparar y a lo que estemos acostumbrados. Por eso, comer un animal jamás visto era algo a lo que pocos podían negarse.
Con el paso del tiempo nos tocaría a los españoles traer la fauna y flora americana, con algunos nativos como souvenir. Siempre aportando nuestro granito de arena a la civilización.
Ni que decir tiene que en el siglo XXI esto no tiene ningún sentido. Cualquiera puede ver los animales en los documentales, o hacer un safari fotográfico en Kenia. Sin embargo, no nos planteamos lo bárbaro que resulta todo esto.
Y lo dice un defensor de los toros, en el que al animal se le da una oportunidad de vivir más que digna. Porque pienso que la forma de morir de un ser atenta menos contra él que la forma en que viva. Y es que estos animales se pasan el día aburridos, sin nada que hacer, sólo esperar la comida. En un ambiente extraño, no se pueden sentir cómodos con las constantes miradas de las personas. Aislados por un foso de agua y una valla electrificada para mayor seguridad.
Cuando me acercaba a la zona de los monos pude comprobar algo que siempre he oído, que los animales enjaulados se encuentran tan mal que se masturban compulsivamente. Efectivamente, veías a algunos de ellos más que entretenidos.
Es por todo esto que creo que el zoológico es un sitio al que la gente racional puede ir un par de veces en su vida. Sales con un malestar que difícilmente te invita a repetir.

Dieta mínima

Una sección interesante y muy recomendable es la de las preguntas sobre temas cotidianos(The last word), en la revista New Scientist.
En ella la gente hace preguntas sobre aspectos habituales de la vida que les chocan. A veces es realmente difícil encontrar una respuesta adecuada. Algunas preguntas son ingenuas. Otras, fomentan interesantes pensamientos. Alguna destruye una antigua leyenda urbana.
En una pregunta que leí hace algún tiempo, alguien preguntaba si era posible vivir tan sólo de cerveza. Ante tan burda pregunta, la respuesta de reputados científicos hace que la cuestión pierda su inocencia. Al final, la respuesta era que casi, pero que no.
Desde entonces, llevo pensando una cosa mucho tiempo. Es sabido que una dieta estrictamente vegetariana tiene casi con toda seguridad carencias nutricionales severas. También es sabido que en países pobres, donde la gente se alimenta exclusivamente de un producto, como patatas, trigo o maíz, acaban sufriendo enfermedades por carencias vitamínicas o de oligoelementos fundamentales.
Mi pregunta es entonces la siguiente. Los médicos nos recomiendan tener una dieta lo más variada posible, pero si yo me empecinara en una lo menos variada posible, ¿Qué productos tendría que consumir y en qué proporciones para conseguirla?
Según leí, sólo a base de cerveza no iría muy lejos. Cuando digo productos, hablo de naturales, nada de Bio de Pascual con frutas, leche, cereales y cafeína. Apreciaría cualquier comentario de personas con algunos conocimientos, si son razonados, mucho mejor.
Personalmente me imagino que con algo como tomates, maíz y huevos sería lo más parecido a una dieta completa, pero me baso en criterios más intuitivos que científicos.
Espero vuestras respuestas.

Veterano de guerra

Uno de los asuntos de máxima actualidad son las celebraciones que se están llevando a cabo con motivo del aniversario del Desembarco de Normandía, hace 60 años.
Los americanos, siempre tan suyos, no paran de darse autobombo, de ser los liberadores del mundo presente, pasado y futuro.
Cualquiera con mínimos conocimientos de historia sabe que si alguien ganó la guerra, fue Rusia. Quizás lo más justo sería decir que la guerra la perdió Alemania por meterse donde no le llamaban. Habían hecho lo más díficil y aún querían más de lo que tenían. Se tropezaron con Rusia y ya no levantaron cabeza. Otro gallo habría cantado si Alemania no hubiera tenido la cabeza en el frío invierno ruso, tal vez se hubiera preocupado de su costa oeste.
Con motivo de estas celebraciones los americanos siempre airean a los veteranos de guerra. Para ellos tienen un tratamiento especial, son homenajeados, censados y controlados. Hasta tal punto, que saben cuántos veteranos de cada guerra aún siguen vivos.
Consultando un libro de datos sobre los Estados Unidos, observo que también contabilizan las viudas de dichos veteranos. Y me llevo la increíble sorpresa de que hasta hace un año aún seguía con vida la viuda de un combatiente en la guerra de Secesión.
Tengo que desempolvar mis conocimientos, sí, la guerra de Secesión estadounidense terminó en 1865. Y una de las mujeres que se casó con uno de los soldados murió en enero de 2004. No me salen las cuentas.
Resulta que la mujer se casó con un de los soldados mucho después, en 1927. Tuvieron que esperar 3 años hasta que ella cumplió los 18. Él tenía 81 cuando se casó. Una bella concurrencia de números capicúa.
El nombre de la mujer era Gertrude Janeway.
Seguramente, el gobierno estuvo pagándole, como viuda de un veterano de guerra, durante todos estos años. Una mujer que oía las historias de su marido sobre la guerra mientras estaba en la cama con él y que ha visto las sobrecogedoras imágenes del ataque contra las torres gemelas. Ante casos así, la historia del mundo se hace pequeña, y la personal, insignificante.