En casa de herrero

Unos meses atrás, le escribí un e-mail a la Real Academia de la Lengua. Cuando lo redactaba, me sentía como el que entra en la casa de los suegros, toda enmoquetada, con los zapatos sucios. No sabía donde pisar, y revisé la gramática y la ortografía varias veces. Ésta fue la respuesta que recibí:
Estimado señor:
La petición que usted nos hace no podemos atenderla desde este servicio
del DRAE, puesto que este tipo de peticiones no se pueden atender desde
este servicio. Tiene que dirigirse directamente al Secretario de la
Academia Española, ya que hasta la salida del DRAE en CD-ROM no se
facilita esta información. La dirección la encontrará usted en el
Directorio de la RAE.

El estilo repetitivo me recuerda a mi adorado Thomas Bernhardt, pero no me parece el lugar más adecuado para usarlo. Supongo que tras esos arrugados académicos se ocultan cientos de brillantes filólogos con contrato por obra y sueldo de abreviatura.

La fidelidad

Tengo una amiga con la que a menudo surge como tema de conversación la fidelidad. Ella es muy extremista en su postura y afirma que todos los hombres son infieles, o potencialmente infieles. En realidad estoy de acuerdo con ella, pero para dar ánimos a la conversación, me toca defender la postura contraria.

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El chino te come a ti

Esta mañana, amodorrado, el estómago me dio el primer vuelco con el telediario matinal. Según parece, una notable empresa china se dedica a hacer salsa de soja(tan popular en China como pueda ser el ketchup en EEUU)con pelo humano. Las imágenes eran tan vomitivas como explicatorias del proceso.
La noticia podía verse, por ejemplo, en:
http://www.elsemanaldigital.com/fdi/articulos.asp?idarticulo=2763
(El link ya no está activo)

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Comer en el chino

Hoy he comido en un restaurante chino. Sin entrar en valoraciones, me surge la duda de por qué tienen tan mala fama estos restaurantes. He estado en cientos de sitios infames, cadenas de comida rápida. Sin embargo nadie alcanza esa fama ancestral de los chinos.
Se oye que guardan la comida que sobra, y siempre sobra. Que nadie ha visto nunca a un chino muerto, porque reutilizan los cadáveres.

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