Derechos de autor

Una de las historias más sorprendentes de plagio y mentira es la del periodista y escritor Nahuel Maciel. Les recomiendo que la lean de aquí, en un interesantísimo artículo de Mario Diament y mejor lectura que este resumen.

Para los perezosos, saber que Nahuel Maciel consiguió un crédito literario en Argentina bastante notable, a base de entrevistas a escritores y pensadores de primerísima fila. El principal problema era que se inventaba las entrevistas por completo.

Toda la personalidad de Nahuel Maciel se resume en su libro El elogio de la utopía, publicado en 1992 (ISBN: 9509067482). Y es que todo él es una gran mentira.

El libro es un compendio de entrevistas realizadas a Gabriel García Márquez por el propio Nahuel. Como pudo saberse algún tiempo después, esas entrevistas eran completamente inventadas.

Antes de cada capítulo, Nahuel Maciel realiza una introducción al mismo. También se descubrió que era una mera copia, palabra por palabra, del libro Prior de la Ciudad de los Toldos, de Mamerto Menapace. La aportación de Maciel fue sustituir en cada párrafo la palabra “Dios” por “utopía”.

Finalmente, el prólogo al libro, supuestamente escrito por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, también era una invención de este genial artista de la mentira.

Abandonemos la historia de Nahuel Maciel, que insisto es quizás la más interesante de todas, relatada por Mario Diament. Y centrémonos en ese prólogo de Eduardo Galeano. A diferencia del sacerdote Mamerto Manapace, bastante desconocido fuera del ámbito eclesiástico argentino, Eduardo Galeano es un reconocido escritor con una amplia página en la Wikipedia en castellano.

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Lejos

El Punto Nemo (48°50’S 123°20’W) es el lugar situado en el mar más alejado de cualquier tipo de tierra firme. Se encuentra en el sur del océano Pacífico, a 2.688 kilómetros de la isla Ducie (perteneciente a las Islas Pitcairn) en el norte, Motu Nuir (una pequeña isla junto a la Isla de Pascua) en el noreste y la isla Maher, de la Antártida, en el sur.
El punto terrestre más alejado del mar (Polo de inaccesibilidad de Eurasia) (46°17’N 86°40’E) se encuentra en el norte de China y está a 2.645 kilómetros de la costa más cercana. Está a unos 320 kilómetros de la ciudad de Ürümqi, en la región China de Xinjiang, en el desierto de Dzoosotoyn Elisen.
Resulta curioso que la máxima distancia de la tierra al mar o del mar a la tierra sea casi un mismo valor – 2.650 kilómetros. La distancia de Aranjuez (Madrid) a Estocolmo.
Tomado de la Wikipedia.

Pluto

Mucho se está hablando ahora sobre Plutón. Y es que este planeta puede dejar de serlo en breve. Más probablemente, provocará que nuevos miembros ingresen en la lista de planetas, llevando a que recordarlos todos resulte más confuso que el mapa de los Balcanes.
La historia del nombre de Plutón es fascinante. Gran parte del mérito de su descubrimiento se debe a Percival Lowell, un astrónomo que se pasó su vida tratando de localizarlo y que marcó las directrices del trabajo a seguir. No en vano sería un miembro del Observatorio Lowell, de Arizona, el que lo descubriría finalmente. Clyde Tombaugh fue su descubridor, el 18 de febrero de 1930. La confirmación a su observación la obtuvo el 13 de Marzo de 1930. El niño había nacido y había que bautizarlo.
A partir de ahora, traduzco literalmente de la Wikipedia:

El privilegio para darle un nombre a Plutón quedaba en manos del Observatorio Lowell y en su director, Vesto Melvin Slipher. En palabras del descubridor, Tombaugh, Slipher se vio forzado a sugerir un nombre para el nuevo planeta, antes de que algún otro lo hiciera. Pronto empezaron a llover propuestas de todas partes del mundo. Constance Lowell, la viuda de Percival Lowell, propuso Zeus, posteriormente Lowell para terminar sugiriendo su propio nombre. Ninguno de los cuales fue acogido con entusiasmo. Una joven pareja escribió solicitando que el planeta tomara el nombre de su hijo recién nacido. Muchos nombres mitológicos se sugirieron: Cronos y Minerva(propuesto por el New York Times, sin saber que ese mismo nombre había sido propuesto para Urano 150 años antes) ocupaban los primeros puestos de la lista. También en ella figuraban Artemisa, Atenas, Atlas, Cosmos, Hera, Hércules, Ícaro, Idana, Odín, Pax, Perséfone, Perseo, Prometeo, Tántalo, Vulcano y muchos otros. Un problema resultaba el que muchos de estos nombres mitológicos ya habían sido asignados a algunos de los numerosos asteroides.

El nombre que perduró para el planeta fue el del dios romano Plutón, que también intentaba evocar las iniciales del astrónomo Pervival Lowell, quien predijera que debía haber un planeta más allá de Neptuno. El nombre fue sugerido por primera vez por Venetia Phair (Burney, de soltera) que entonces contaba con once años de edad y vivía en Oxford, Inglaterra. Desayunando una mañana, con su familia, el abuelo – que trabajaba en una biblioteca universitaria de Oxford, leyó la noticia del descubrimiento del nuevo planeta en el Times. El abuelo le pidió a la nieta que sugiriera un posible nombre para él. Venetia, que por entonces estaba muy interesada en la mitología griega y romana, sugirió el nombre del dios romano de los infiernos. El abuelo se lo contó al profesor Herbert Hall Turner y este mandó un telegrama a sus compañeros en América con la sugerencia, y tras una favorable acogida, de forma casi unánime, el nombre de Plutón fue oficialmente adoptado y anunciado por el director del observatorio, Slipher, el 1 de mayo de 1930.

Nunca una inocente sugerencia llegó tan lejos. En honor a Venetia Burney, la joven estudiante de Oxford, se bautizó al asteroide 6235 Burney. Uno de los instrumentos de la nave New Horizons, que navega rumbo a Plutón para explorarlo junto con sus satélites, recibe también su nombre en honor a ella.
En una de esas vueltas de tuerca del destino, al casarse Venetia perdió su apellido – en Inglaterra no existía la posibilidad de elección – con lo que le resultó más fácil dar su apellido a un asteroide que mantener el suyo propio en el planeta Tierra.

Tlön

Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar. El espejo inquietaba el fondo de un corredor en una quinta de la calle Gaona, en Ramos Mejía; la enciclopedia falazmente se llama The Anglo-American Cyclopaedia (Nueva York, 1917) y es una reimpresión literal, pero también morosa, de la Encyclopaedia Britannica de 1902.

Así comienza, “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, del libro de relatos Ficciones, publicado en 1944, de Jorge Luis Borges. El relato completo puede, por ejemplo, leerse aquí.
Dicho relato es, en mi opinión, uno de los mejores de Borges, y por añadidura de toda la literatura en castellano.
La narración Tlön, sin embargo, pudiera constituirse como un relato en sí mismo. El propio Borges realizó una acotación en la historia, separando el relato en dos partes y una posdata.
Las 1.326 palabras que componen el relato de Tlön, son quizás, las más perfectas de la literatura en castellano. Incluye un comienzo sorprendente, alguna frase en inglés, la cita de varios libros y enciclopedias en su idioma original.
Los personajes del relato – Borges, Bioy Casares, Carlos Mastronardi – son escritores reales. Se menciona a De Quincey, el escritor que mayor influencia tuvo en la escritura de Borges. Algunos de los autores cuya bibliografía se cita son exactos, algunos de los libros están mal atribuidos y otros sencillamente son inventados.
La forma de moverse entre realidad y ficción de este relato es, sin dudarlo, la más perfecta que jamás se haya conseguido. La historia de la búsqueda de Tlön, detectivesca, recuerda a las búsquedas actuales a través de Internet. El resultado final, estremecedor e inquietante.
La lectura del relato de Tlön no debe realizarse frente a la pantalla de un ordenador o en el autobús, camino del trabajo. Debe hacerse en casa. A ser posible en soledad y bajo un silencio absoluto. Deteniéndose en cada palabra. La escritura de Borges se caracteriza por lo concreto de su lenguaje, la densidad del texto es máxima. Sólo hay que pensar que la historia más larga que Borges escribiera es el relato de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Unas escasas 20 páginas. El relato de Tlön no son más que dos páginas en formato Word. La cita de libros cultos ,una constante en la escritura borgiana, puede resultar molesta o innecesaria. En este caso, es totalmente pertinente.
Estructuralmente la forma de escribir de Borges es suprema. Su capacidad para llevar una historia, partiendo de un hecho trivial, hasta lo más sublime, aún no ha sido igualada. Tras leer Tlön, más de una vez si se considera necesario, se puede uno detener en el proceso creador del escritor, desde delante hacia atrás. Comienza hablando de un espejo y termina descubriendo otro mundo.

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Se ofrece guionista

Hola. Tengo un guión de 20 páginas tipo fábula futurista lleno de personajes tecnócratas, secuencias oníricas, calvinistas, robots, ángeles y un nuevo Edén. Quisiera encontrar dibujante o ilustrador al que interese el proyecto, yo soy guionista, pero es la primera vez que escribo un cómic. Es una historia que creo que vale la pena y me gustaría verla en imágenes. Si estás interesado en leerla, escríbeme y te la envío. Gracias!

Tomado de un anuncio por palabras, en Loquo.

Ser grande

Si nos preguntan por una gran persona de la Historia, solemos pensar en aquellos que la transformaron completamente. Jesucristo suele vencer en las encuestas al hombre más grande de la Historia. Quizás Alejandro Magno ocupe el segundo lugar.
Sin embargo, inconscientemente solemos asociar la grandeza con la bondad. Personas como Ghandi fueron más buenas que grandes. En mi opinión, muchas personalidades fundamentales de la Historia, grandísimos hombres, fueron auténticos indeseables.
El compositor Richard Wagner tiene una de las biografías más infames de entre todos los músicos de la historia. Pero hizo algo que ningún compositor importante soñó con hacer.
Mozart compuso sus primeras piezas con cinco años. Johannes Brahms aprendía a tocar el piano con tres años. Frederic Chopin había publicado sus dos primeras polonesas para piano con siete años.
Wagner, sin embargo, siempre quiso ser escritor dramático. Cuando cumplía los dieciocho años se dio cuenta de que el teatro que existía en su época era demasiado pequeño. La concepción del teatro que abarcaba su cabeza era muy superior a lo que el mundo le estaba ofreciendo.
Con dieciocho años, Wagner creó el concepto de la Gesamtkunstwerk (la obra de arte absoluta). Pensaba que había que fusionar todas las artes bajo un mismo espectáculo (música, teatro, efectos visuales, drama). La ópera del momento era el mejor espectáculo artístico de la época, pero el contenido dramático que se ofrecía era muy pobre. Las historias eran muy sencillas y hasta ridículas. Faltaba el pathos del teatro griego.
Lejos de tratar de convencer con sus escritos a que otros siguieran sus ideas, se puso el mono de trabajo y, con dieciocho años, se apuntó a la escuela de música. Este simple hecho, junto con su capacidad para llevar su determinación hasta las últimas consecuencias, lo convierte en el hombre que se dedicó a la música más grande de la Historia.
La producción musical de Wagner prácticamente se limita a las óperas, algo inaudito en la profesión de compositor. Su obstinación le llevó a crear en los últimos años de su vida la mítica tetralogía del Anillo del Nibelungo. Cuatro óperas (El crepúsculo de los dioses, Sigfrido, La Walkiria, El oro del Rin) soberbias, majestuosas, basadas en el poema épico alemán Das Nibelungenlied del siglo XII.
Cuatro óperas con argumentos complejos, con vestuarios de época extensísimos, ambientaciones majestuosas, música de primerísima calidad.
Las óperas de Wagner son muy largas, fácilmente pueden durar cinco y seis horas, contando los descansos. En vida de Wagner se inauguró para sus trabajos el teatro del Bayreuth, en Baviera, diseñado por el mismo Wagner. Entre sus peculiaridades se encuentra el hecho, ahora habitual, de que la orquesta queda totalmente invisible para el público, quedando todo el espacio escénico para los cantantes-actores.
Desde entonces esta pequeña ciudad del sur de Alemania acoge cada año un festival que suele coincidir con todo el mes de agosto. En mi modesta opinión, toda persona a la que le guste la música clásica debería realizar al menos tres cosas antes de morir:
La primera es oír una ópera de Wagner en Bayreuth, es caro, hay que planificarlo con meses de antelación, pero es algo que no se puede dejar pasar.
La segunda es oír la Novena sinfonía de Beethoven, la música más grande jamás compuesta, en una interpretación tan buena como resulte posible.
La tercera es asistir a una representación de una de las mejores orquestas del mundo – la Orquesta Filarmónica de Berlín es la mejor. Y si puede ser para una gran pieza para orquesta (una sinfonía de Mahler, la Turangalila de Messiaen, un concierto del siglo XIX, una sinfonía de Beethoven o Brahms).

Noticias de temporada

Ayer nos alumbraban los medios de comunicación con la noticia: Cada madrileño gastó en juego 718 euros el año pasado.
Me trae sin cuidado el dato, que no merece comentario alguno. Piensa en la metanoticia. ¿Hacen falta ocho meses para calcular el gasto en juegos de azar del 2005? No es más que una noticia de relleno, que puedes almacenar en la recámara durante meses, que puedes publicar con el móvil desde la playa en Benidorm.

El mareo de Margaret

Lo que para ingleses y alemanes alcanza el rango de enfermedad, para nosotros no es más que un simple mareo. Los primeros llaman a esta afección seasickness, algo así como enfermedad del mar. Para los alemanes, se trata del Reisekrankheit, la enfermedad del viaje.
¿Cuán grave puede resultar un mareo? Quizás el mareo más grave de la historia sea el que afectó a la que fuera virtualmente reina de Escocia, Margaret (1283-1290).
Por una serie de muertes coincidentes, la que fuera nieta del rey escocés Alexander III, acabó adquiriendo el derecho a la sucesión en el trono de Escocia. Margaret no era más que una niña de tres años de edad, hija de los reyes de Noruega.
Cuando Margaret tenía siete años de edad, fue enviada a Escocia por sus padres, que habían gestionado su matrimonio con el hijo de Edward I de Inglaterra, lo que consolidaría los tronos de Escocia e Inglaterra bajo un mismo reinado.
El barco zarpó de Noruega y llegó a las islas Orcadas, al norte de Escocia, a finales de septiembre de 1290. Margaret, una niña pequeña que nunca había navegado, ante un viaje duro por un mar peligroso. Murió durante el viaje. De mareo.

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El hilo de plata

Cuando se busca información marginal en Internet, es frecuente acabar en un callejón sin salida. Se busca un dato y no se encuentra. Sin ese dato, no se puede avanzar. Cuesta creerlo, pero mucha información, aún no está en Internet.
Al fin y al cabo, sólo un porcentaje mínimo de usuarios que utilizan la red incluyen información en esta. Algunos son los bloggers, que en su mayoría se pasan el tiempo copiando información ajena, reescribiéndola o simplemente resumiéndola. Cualquier suceso de cierta trascendencia que haya ocurrido en los últimos años tiene suficientes referencias como para nunca más caer en el olvido.
Junto a esta información que simplemente no existe, que lleva a perder horas de tiempo hasta que, nos damos cuenta, que no hay nada que hacer, hay algunos datos fascinantes. Son datos que, si se insiste lo suficiente en la búsqueda, uno acaba desenmascarando, hasta el punto de darse cuenta de que toda esa información proviene de un único lugar.
Pongamos un ejemplo para aclarar esta teoría.
Una entrada inusual de la Wikipedia, la que se refiere a Gutter Sound, una bahía dentro del puerto natural de Scapa Flow, en las Islas Orcadas, al norte de Escocia.
Una historia peculiar se esconde en ese lugar, donde muchos de los barcos alemanes de la I Guerra Mundial acabaron hundidos. Algunos de esos barcos consiguieron ser reflotados. Un detalle, al final de la historia, se deja caer, como si nada:

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Pobres

Dice el refrán:

El pobre, por pobre, va dos veces a la tienda.

La idea es clara: el pobre compra lo barato, y acaba teniendo que volver a comprar de nuevo la misma cosa. Lo barato sale caro.
Con los pobres del siglo XXI, los absurdamente hipotecados, se cumple el refrán con un retruécano:
El pobre que compró la vivienda que no puede pagar pasa de nuevo por la antigua inmobiliaria, ahora convertida en agencia de servicios financieros (refinanciación, reunificación, usura del siglo XXI).