Como sobrevivir en la carcel

Como sobrevivir en la cárcel (de los Estados Unidos). Traducido de esta página de wikiHow.
Has sido acusado de un delito y tras el juicio o las apelaciones has sido encontrado culpable y sentenciado a pasar algún tiempo en la cárcel. Pasarás la mayoría de tu tiempo encerrado en un edificio con personas que han hecho cosas despreciables, algunas peores de lo que eres capaz de imaginar. Si sabes comportarte, las cosas te irán mucho mejor. Tendrás que dar lo mejor de ti mismo si quieres sobrevivir en un sitio así.
Etapas:
1. No llores, muestres miedo o seas vulnerable públicamente. De hacerlo te convertirías rápidamente en un objetivo para el resto de prisioneros.
2. Aprender a jugar a las cartas, al ajedrez o al baloncesto hará que el tiempo se te pase más rápido.
3. Consigue un trabajo dentro de la cárcel. Eso te mantendrá ocupado y hará que los días vayan pasando.
4. Lee mucho. Ellos tendrán una biblioteca así que úsala. Intenta aprender algo. Considera el tomar cursos por correspondencia y continúa con tu educación. Piensa en escribir cartas también. Las cartas de los amigos y la familia, las historias cortas de ficción y la poesía pueden hacer que tu tiempo se pase un poco más rápido.
5. Prepárate para la sociedad que hay dentro de la prisión. Hay ciertos comportamientos hacia los otros que debes evitar:
No te conviertes en una fulana (novia). Ser una fulana puede servirte como medida de protección temporal de otros presos, pero serás el esclavo de uno de ellos. Las fulanas son usadas y abusadas. Se las apuestas en partidas de cartas y se las vende a cambio de cigarrillos. No es el camino para sobrevivir a largo plazo dentro de la prisión.
No seas un chivato. Si ves algo ilegal o violento, márchate y no divulgues ninguna información si te preguntan después. Ser conocido como un chivato hará que te pasen cosas bastante terribles. (Por supuesto, debes decidir si tus compañeros de prisión o las autoridades son más peligrosos. Porque si te interrogan los guardas y les mientes puedes caer en serios problemas legales.)
Consigue un arma para defenderte o acabarás convirtiéndote en una fulana. Es mejor acabar perdiendo una pelea que ser visto comportándose de forma cobarde o pacificadora. Tu reputación es más importante que tu deseo de evitar el dolor, así que mantenla junto con tu vida. En la medida que te sea posible, elude las confrontaciones, pero si no puedes evitar una de ellas, reacciona rápida y violentamente. Así que golpea primero. Si te dan una paliza, nunca llames a los carceleros. Repito: nunca. De hacerlo acabarías catalogado como fulana.

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Jack Sheppard

De entre todos los delincuentes de la historia que, habiendo acabado sus días en prisión, han conseguido escapar de ella, un lugar de excepción corresponde a Jack Sheppard (1702-1724). No creo equivocarme al decir que fue el mayor escapista de prisiones de todos los tiempos.
Como criminal, la biografía de Jack Sheppard es más bien aburrida. Y digo aburrida porque no era más que la vida típica de un chico inglés del siglo XVIII. Nacido en una familia muy pobre, en un área muy pobre, tuvo que comenzar a trabajar en su más tierna infancia y recibió privaciones y palizas desde los primeros días de su vida. Cuando tenía veinte años, en 1722, se ganaba la vida como ayudante de carpintero, y no lo hacía nada mal. Pero poco a poco el lado oscuro le fue atrapando, en gran parte por culpa de su afición por la bebida y las prostitutas. Empezó robando de algunas casas donde trabajaba: dinero, cubiertos de plata, lo que quedaba a mano. Al principio parecía que no se daban cuenta de sus sustracciones, por lo que fue tomando confianza y aumentando la cuantía de lo que se llevaba.
Por aquel entonces formaba parte de una banda de criminales, junto con su hermano Tom Sheppard, bajo las órdenes de Jonathan Wild.
De Jonathan Wild habla la Wikipedia en términos muy duros:

Jonathan Wild (1683-1725) fue quizás el delincuente más famoso de Gran Bretaña durante el siglo XVIII. Inventó un sistema que le permitía dirigir una de las bandas de criminales más poderosas de la época, al tiempo que ante los ojos de la nación era un sobresaliente policía. Manipulaba la prensa y los miedos de la gente, hasta convertirse en la persona más admirada durante la década de 1720 -30. Este amor se convirtió en odio cuando su villanía fue descubierta. Tras su muerte pasó a ser considerado un símbolo de la corrupción y la hipocresía.

Primera fuga

En una ocasión estando Jack Sheppard y su hermano Tom robando juntos, fueron descubiertos. Tom acabó siendo detenido, y el miedo a que fuera ejecutado – ya lo habían detenido anteriormente – le hizo delatar a su hermano, que fue puesto en busca y captura. Jonathan Wild también traicionó a Jack, para cobrar la recompensa habitual – 40 libras – y Jack Sheppard pisó por primera vez la cárcel en mayo de 1723.
Sheppard fue encerrado en la planta superior de St Giles Roundhouse, pero escapó en menos de tres horas, rompiendo el tejado de madera y dejándose caer hasta el suelo mediante una cuerda hecha con sábanas, al más puro estilo de las fugas hollywoodienses. Todavía con los grilletes puestos, se esfumó entre la multitud que se congrebaba en las inmediaciones de la cárcel al enterarse de que se había escapado un preso. Para distraer la atención de los demás, señaló hacia un tejado diciendo que había visto a Sheppard en las sombras de un tejado, escapando. Con este ardid se permitió el desaparecer discretamente.
A partir de entonces Sheppard comenzó su breve pero intensa carrera como escapista, combinándola con su torpe habilidad para desenvolverse en la vida cotidiana. Como criminal era bastante mediocre, totalmente embrutecido por los vicios. Sólo el paso por la cárcel le permitiría sacar lo mejor de sí mismo.

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Iphone

Siento verdadera pena por todas esas personas que en estos días han escrito sobre el nuevo teléfono móvil de Apple. Al menos espero que la próxima vez que oigan que una mujer se ha gastado 300 euros en unos zapatos no se lleven las manos a la cabeza.

Analisis de sangre

Hace poco fui al médico a hacerme un análisis de sangre. Los que tenemos la suerte de no tener que visitar a estos profesionales muy a menudo no estamos familiarizados con procedimientos más o menos rutinarios que ocurren en la consulta del médico todos los días. En mi caso, me muevo de forma torpe, porque no sé qué es lo habitual.
Una vez allí pude constatar algo habitual en España: la incapacidad de la gente para organizarse, ya sea de forma espontánea o mediante algún sistema, dentro de una fila.
Lo veo en el supermercado. Según estudios los estudios más elementales de la Teoría de Colas el tiempo medio de espera de las personas disminuye en más de un 30% si se usa una fila común para todas las cajas y la gente sólo se mueve cuando queda algún puesto libre.
En lugares infectos – no por las cajeras sino por los clientes – como el DIA%, cuando a veces se consigue llegar a este formato ideal, siempre aparece un indeseable que entiende que si el conjunto se ahorra un 30% él podría ahorrarse mucho más si pasa a ser el primero de su propia cola. Lo malo no es que se aproveche de los demás, sino que provoca que automáticamente se rompan filas, volviendo al sistema ineficiente pero libre de suspicacias.
En la consulta de mi médico no es diferente. Aunque este pone una lista con las personas y su orden de prelación, la gente prefiere guiarse por la costumbre, con lo que se ignora esa lista y se pasa al criterio de primero en llegar primero en ser atendido – modelo FIFO ( First In First Out ) o modelo ¿Quién es la última?.
Lo más siniestro de esta absurda lista de prelación que no se respeta es ver los tiempos estimados para cada paciente. Tres minutos. Se entiende que un porcentaje más o menos elevado de pacientes no asista a pesar de haber reservado cita. Pero tres minutos es realmente poco tiempo. La Sanidad Pública es una ficción de bienestar – que explotará junto con el sistema de pensiones a su debido tiempo. Hoy en día las únicas enfermedades para las que se puede esperar un trato excelente son las muy graves – cánceres, rehabilitaciones de accidentes de tráfico, transplantes.
No es que me sobre ética – cualquier día os cuento una historia sobre cómo ganar a la ruleta de forma infalible, mediante anuncio patrocinado – pero en el médico iba con la idea de no gastar más de esos tres minutos. Así, apenas si saludé y antes de sentarme ya estaba buscando mi expediente. En menos de diez segundos lo había encontrado y en otros tantos me había dado un diagnóstico.
No soy tan iluso como para pensar que el médico, antes de mi visita, había pasado algún tiempo repasando los análisis diversos que le habían llegado. En esos escasos segundos bien aprovechados pasó la vista por la hoja, con la mirada experta del médico. El formato era un dechado de usabilidad:
Sangre Tipo A…………………….3,4……………………..Optimo 3-5,2
Sangre Tipo B……………………6.000……………………Optimo 3.000-8.000
Sangre Tipo C…….***………….5,99……………………..Optimo 6-8
Sangre Tipo D……………………150,3……………………:Optimo 60 – 200

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Palabras inexistentes

Lo que demuestra que los rumíes son el pueblo más avaro que existe es que la generosidad no tiene en su idioma una palabra que la designe.

Al-Yahiz, Libro de los avaros.

I

Muchas confusiones se han producido a lo largo de la historia causadas por el insuficiente conocimiento del idioma de otros países. Seguramente el autor de la anterior frase preguntó a un rumí cómo se decía generosidad en su idioma y ante la ineficaz formulación de la pregunta, o el inadecuado conocimiento de su propia lengua, la pregunta quedó sin una contestación correcta.
Es de actualidad el caso de un médico y unas enfermeras que han sido condenados a muerte en Libia por contagiar el SIDA a cientos de niños, según parece, la condena es totalmente injusta.

Montagnier cree que los errores del juicio se basaron, al menos en parte, en la mala traducción del inglés al árabe del término recombinant: en vez de referirse a la recombinación natural de virus salvajes, que era la traducción real, fue interpretado como una manipulación genética intencionada.

II

De entre todas estas confusiones, que habrá muchas de ellas, la más famosa es la de la nieve de los Inuit y los esquimales. Según la leyenda, pues no es más que eso, los esquimales tienen decenas de palabras para designar a la nieve.
El enredo comenzó con la publicación del libro The Handbook of North American Indians, del antropólogo Franz Boas, en que hacía notar que los esquimales tenían cuatro términos distintos para la nieve: aput (nieve sobre el suelo), gana (nieve mientras cae del cielo), piqsirpoq (nieve en movimiento), y qimuqsuq (nieve arrastrada por el viento).
Edward Sapir y Benjamin Whorf defendían la hipótesis de que el lenguaje que hablamos es un reflejo de nuestra forma de ver el mundo. En un artículo bastante popular de 1940 sobre el relativismo del lenguaje, Whorf indicó que el idioma de los esquimales tiene hasta siete palabras diferentes para la nieve. Los escritores posteriores fueron inflando la cifra. Ya en 1978 la cifra que se daba giraba en torno a las 50 palabras para la nieve. The New York Times, el 9 de febrero de 1984 se atrevió a decir que eran 100 palabras en uno de sus editoriales.

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Manual del aventurero

El gusano es la base de la cadena alimentaria.

La cita proviene del libro Manual del aventurero, de Rüdiger Nehberg. Uno de mis libros favoritos y de lectura recomendada para todo el mundo. No os estoy hablando de un libro para dárselas de culto o para intentar ligar por encima del 130 C.I.. Es uno de esos libros de poca monta, uno de los pocos que trataría de leer alguien que nunca ha leído un libro. Y que sin embargo, es brillante y posiblemente el libro que más ha excedido jamás mis expectativas iniciales.

La idea del libro es contar métodos empleados por el autor para sobrevivir en las condiciones más adversas de la naturaleza. Algunos capítulos, por lo absurdo de las situaciones que presenta, resultan hilarantes: “reeducación forzada y lavado de cerebro”, “La convención de Ginebra”. Otros presentan escenarios que resultan del todo improbables: “sobrevivir en el desierto”, “curarse de picaduras de serpiente”. Pero muchos otros nos ponen ante situaciones que realmente pueden ocurrir y que, voluntariamente, tratamos de pensar que sólo ocurrirán en caso de muy mala suerte: Cómo afrontar una violación, cómo orientarse por el sol, el viento y las estrellas, cómo comportarse en la cárcel. Curaciones de emergencia.

Rüdiger Nehberg es todo un pionero en el área que presenta. Hoy en día los deportes de aventura son tan comunes que ni llaman la atención, pero en su época, puede decirse que él es uno de los inventores de la idea de buscar la aventura por el placer de la misma. En aquel tiempo, el libro era más propio de un pirado. Sin embargo es un grandísimo libro que ha vendido millones de ejemplares y se ha traducido a varios idiomas. Aunque a veces proponga situaciones que te hacen decir “este tipo está loco”, el libro destila sentido común en cada una de sus páginas y hace reflexionar sobre tantas cosas que, aunque no se recordara ni una palabra de sus enseñanzas, la tarea de habernos despertado del mundo en que vivimos bien que habrá merecido la pena.

Rüdiger Nehberg era – el libro es de 1981 – un panadero alemán que, de vez en cuando, planeaba unos viajes de varios meses a regiones realmente inexploradas. Hoy en día vuelca sus esfuerzos en defender a los Yanomani del Amazonas. En su época, los viajes que emprendía eran de verdadero riesgo, algunas veces a lugares peligrosos donde nunca había ido el hombre blanco. Él mismo cuenta que el sentido común es fundamental a la hora de tratar a gentes de otras culturas. Este consejo que da pensando en peligrosos indígenas de África puede servirnos sin embargo si alguna vez tenemos invitados rusos o japoneses.
La parte que más divertida me parece es la de la comida. El autor la entiende como una forma de tomar nutrientes para mantener el cuerpo con vida y se olvida de cualquier tipo de arraigo cultural. Así, propone un plan para acostumbrarse a la naturaleza donde, a veces, no tendremos platos, cubiertos o incluso alimentos que comer. Me encanta su pragmatismo:

Existen tres reglas fundamentales para comer: No comer nada que no apetezca o que de asco. No comer hasta saciarse, sino pararse antes. Masticar todo durante el mayor tiempo posible.

Hasta aquí todo suena estupendo y aplicable a cuando nos inviten a comer a casa de nuestra suegra. Mucho más adelante en el libro nos plantea la realidad de estar sólo en medio de la nada sin tener qué llevarse a la boca.

Lo que el artista de la supervivencia debe aprender a superar es todo tipo de ascos infundados. Con eso me refiero, por ejemplo, al causado por los insectos, pero no a la repugnancia que provoca la carne en estado de descomposición.

Al principio la superación del asco es algo psíquico. Si sentimos asco de una araña, eso significa que no tenemos suficiente hambre. A quien practica el arte de la supervivencia no debe importarle comer gusanos, pulgas de agua, ratas, serpientes, orugas, mosquitos, hormigas, ranas o moscardas gordas y verdes, ni siquiera con el estómago lleno. Durante el entrenamiento hay que ser capaz de limpiar y comerse a un perro atropellado por un coche.

Es preferible no tocar las orugas de colores, pues por lo general son venenosas. Si tienen pelos hay que quitárselos.

Así, a lo largo del libro el autor va narrando sus experiencias en diferentes lugares inhóspitos. Forzado a comer todo tipo de alimentos difíciles, el gusano se le antoja como el manjar del aventurero: tiene muchos nutrientes, no sabe mal, no hay riesgo en comerlo sin cocinar y abunda en la naturaleza.

De todas formas, el autor puede pasarse mucho tiempo sin comer, de hecho lo practicó como forma de entrenamiento hasta ver a dónde podía llegar. Por ello, en determinadas situaciones aconseja que es mejor ayunar. Cuando vas por el desierto “lo normal es que el viaje no dure más que dos o tres días, así que no hay que preocuparse más que por la bebida”. Si atraviesas la selva “el aire es muy húmedo y abunda el oxígeno, no merece la pena perder tiempo en buscar comida”.

Al finalizar el libro me quedaron dos cosas muy claras: la primera que vivimos alejados de nuestra verdadera realidad animal, en un mundo en el que no podríamos sobrevivir en caso de catástrofe. La otra, más positiva, es que es es bastante sencillo sobrevivir. Necesitamos realmente poco para salir adelante y si alguna vez acabamos viviendo en la calle, o en medio del campo, podríamos tener una vida perfectamente sana con los pocos medios que la naturaleza nos brinda.

El autor nos habla de la necesidad de enfrentarnos, con anticipación, a lo inesperado. Dar lo mejor de nosotros mismos antes de que ocurran los problemas y, si estos ocurren, afrontarlos con serenidad. Actos comunes de supervivencia como no viajar en el vagón de cola de un tren o no cerrar los pestillos del coche por dentro cuando viajamos pueden hacer que nos contemos entre los supervivientes a un accidente de tráfico o de tren. Por supuesto estos sucesos son muy infrecuentes, pero no por ello debemos dejarlos de lado y pensar que nunca nos puede tocar a nosotros.

El libro está lleno de trucos que también pueden aplicarse a viajes civilizados con aerolíneas de bajo coste y hoteluchos. Como por ejemplo el capítulo en que nos habla sobre la elección de compañeros de viaje. También cómo deben comportarse las mujeres en los países árabes. O cómo preparar el equipaje antes de partir.

En fin, un compendio de conocimientos útiles, inútiles, originales y siempre instructivos. Un libro que merece tener una segunda vida y este es mi tributo a Rüdiger Nehberg, que tanto me aportó.

Aquí tenéis un video suyo en que explica cómo hacer fuego.
Aquí tenéis a gente que vende el libro en castellano.
Nota: A diferencia de otras páginas en que se recomiendan películas o libros que hayan gustado (o no), hasta la fecha sólo estoy dando recomendaciones sobre la crème de la crème, libros que remarcaría entre los cientos de libros muy buenos que he leído.

El buen samaritano

I

Ir de Varsovia a Wieliczka. Esperar la fila en la Mina de Sal de la ciudad. Hacer fotos aún estando prohibido. Ir a casa, descargar las fotos y subir las mejores a Flickr.
Total: 6 horas. Saldo: – 20 euros de la entrada y el viaje de ida y vuelta desde Varsovia.

II

Navegar por Flickr y localizar de entre todas las fotos que se han subido sobre la Mina de Sal de Wieliczka las mejores. Traducir de la Wikipedia la historia de la mina y colgar las fotos.
Total: 3 horas. Saldo: + 1 euro de las mil personas que acabaron visitando la página, tres “pardillos” pincharon en un anuncio.

III

Que llegue un Blogger “importante” navegue con desprecio por tu página, seleccione la única entrada que has escrito en condiciones, te la copie entera, te de una lección sobre que la información tiene que ser libre. Que te den una charla sobre “la larga cola“, recibir dos palmaditas virtuales en el hombro y que le tengas que dar las gracias porque te ha puesto un link desde su página, link que aumentará tus visitas y tu pagerank en un 0,01%.
Total: 15 minutos. Saldo + 15 euros por las visitas desde buscadores que mostrarán este resultado antes que el original, para algo es más “importante”. Con un poco de mala suerte el contenido original, al ser indexado después del blog “importante”, será catalogado como “duplicado” con lo que incluso tendrá una penalización posterior por parte del buscador.

Valor y precio

Acciones de Google

Para muchos de los guruses de internet una muestra de que Google va bien es el precio de sus acciones, que han llegado a superar los 500$ (385€ ). Comparadas con las acciones de Microsoft, que sólo valen unos 30$ (23€) parece como si una empresa valiera más que la otra.
Sí, se trata de una enorme simpleza, no es más que el efecto Lomonaco. Todo el mundo sabe cuánto valen al mes los colchones que publicita esta compañía, pero poca gente sabe cuánto vale exactamente uno de sus colchones.
Con las acciones de Google ocurre lo mismo, se ha dividido el pastel que es la compañía en porciones que son mucho más grandes que las porciones en que ha dividido Microsoft la suya. Pero la tarta de Microsoft es, por ahora, mucho más grande.

Acciones españolas

El precio de una acción podría pensarse que es casual, pero de él depende en parte la propia actitud de los gestores de la empresa. Démonos un pequeño paseo por el parqué español. Hoy las acciones de Zeltia (una empresa farmaceútica) han pasado a valor de 5,75€ a 6,32€. A priori parece que no es una gran subida (apenas 0,50€ ) pero en realidad las acciones han subido un 11%, es un aumento excepcional.
Sin embargo, si miramos las acciones de FCC (una constructora – empresa de servicios) al comienzo del día valían 80,80€ y al final tan solo 79,15€. Es una bajada de más de 1,5€ pero en realidad el porcentaje de descenso es de un mínimo – 0,5%.
Podemos verlo como una oferta del Corte Inglés. Si un reproductor de mp3 costaba 80,80€ y a bombo y platillo nos anuncian que lo bajan de precio a 79,15€ nos sentimos despreciados. Pero una oferta de algo que valía más de 6 euros a 5,5 euros es una señora oferta.
Para una empresa cuyas acciones sean muy baratas las oscilaciones en la cotización serán más abruptas. Por ejemplo, en el mercado continuo español a día de hoy la empresa con la cotización más baja que existe es Reno de Medici (una empresa que fabrica cajas de cartón y productos similares) cuyas acciones cuestan 0,52€, menos que una barra de pan.
Las cotizaciones de las acciones se mueven según fracciones de céntimos de euro, asín que si las acciones de Reno de Medici se mueven un céntimo de euro (lo mínimo que podrían subir o bajar) la subida o bajada de nuestras acciones será del 2%.
En el otro extremo, nos encontramos con que la empresa española del mercado continuo con acciones más caras es Acciona (constructora/empresa energética/empresa de servicios) cuyos valores cuestan 141,5€.
Cuando una acción supera los 50€ la variación mínima de la cotización pasa a ser de 0,05€, por lo que la acción podría subir o bajar, de forma pírrica, hasta los 141,55€ – 11,45€, apenas una variación del 0,03%.
Y si nos atemos a la regla de los 50€, una acción que esté próxima a ese precio, sin alcanzarlo, como es el caso de Adolfo Domínguez (empresa textil) que vale 47,02€ la variación de un céntimo no supondría nada sobre el total 0,02%.

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