Hombres y Mujeres y Viceversa

Me gusta el típico programa de relleno veraniego que emite Telecinco de 16:00 a 17:00: Hombres y Mujeres y Viceversa.
Es el ya clásico programa de busca de parejas en que una persona tiene que elegir entre diversos pretendientes, pero alargado más allá de la anécdota que suele significar la falsa respuesta a preguntas tales cómo ¿Cuál fue el sitio más extraño en el que hiciste el amor?
En lugar de ser casi una lotería, que solía realizarse a ciegas por cuanto más se apreciaba por el físico que por las pruebas y preguntas tontas de los concursos predecesores, se trata de algo parecido a la vida real: la persona que elige se cita con los aspirantes y en función de estas citas va descartando pretendientes.
No hay tantos problemas de tiempo; mientras haya verano hay tiempo tiempo para decidir al pretendiente final. Este ritmo pausado es lo que tiene el programa de original y lo que lo hace deliciosamente repugnante.
Lejos de una idílica búsqueda del amor, el programa detalla el tremendo absurdo de la búsqueda de una pareja ideal. Y está lleno de matices desagradables.
Por un lado los pretendientes, obligados a querer a una persona, sin opción a elegir, tienen que combatir con sus compañeros y compañeras para obtener los favores de una “persona amada” algo que no han podido escoger. Todo un absurdo.
Por otro lado los electores, llamados tronistas en la página de Telecinco, con comportamientos endiosados. Al fin y al cabo no todos los días se tiene a tanta gente deseando gustarte.
Este endiosamiento es especialmente patético y es quizás lo que más me gusta del programa. Al fin y al cabo las personas de un lado y del otro son todas del mismo tipo. A unas les ha tocado un papel humilde y a las otras no, sin embargo los que están arriba no son capaces de percibir esto, o de comportarse de esa manera.
Resulta sorprendente lo fácil que es conseguir que la gente realice las tareas más denigrantes del mundo, siempre y cuando sean envueltas en un halo de elegancia. Es desagradable ser rechazado por una persona que nos gusta, pero hacerlo en público lo es mucho más. Y si luego se disecciona ante unos supuestos expertos justificando tu falta de aptitud, la cosa sería, en condiciones normales y fuera de los platós de televisión, para necesitar psicólogo de por vida.
Si para muchas personas el día de su boda se antoja como el día más feliz de sus vidas; No tanto por el símbolo sino por ser el centro del Universo durante unas horas, se entiende que haya varios miles de personas en España que estarían dispuestas a matar con tal de salir en televisión maquilladas y vestidas por profesionales. Si hay que ser rechazado en una cita, eso ya es secundario.
Observando la página del programa puede verse hasta qué punto es todo una pantomima. La mayoría de los participantes son personas que querrían trabajar en la televisión, en el cine, en la moda, en el arte, en el mundillo del vivir del cuento. No son personas reales, son personajes. Es gente sacada de esa valiosísima base de datos de aspirantes a concursos de telerealidad. Es gente dispuesta a pasar por el aro casi con cualquier cosa, con pocos niveles de vergüenza.
Todo es una farsa pero muestra al desnudo el engaño del amor que a veces nos dibujamos en la cabeza. El romanticismo, que es una pose. Los topicazos de las citas, de los regalos. Las frases manidas. Hacer lo que crees que esperan que hagas.
Las citas en los sitios “sorprendentes” son algo ya muy visto. Si quedas con una chica por primera vez y quieres parecer original, no quedas en un Cañas y Tapas.
Pero al final se acaba optando por otros tópicos, que por ser más elaborados son más falsos. Como la típica vista de puesta de sol, para aparentar romanticismo. O la terraza de verano en el tejado de un edificio para parecer “alternativo, cosmopolita”. O ir a practicar un deporte para parecer desenfadado y de paso enseñar músculos. O el erotismo de pacotilla de los balnearios y los masajes de aficionado. Ir a un paintball y decir “me gustan los deportes de aventura”, ir a un circuito de karts y decir “me gustan las emociones fuertes”. Ir a un barecillo donde ponen jazz y decir “me gusta la cultura en todas sus formas”.
Esta originalidad es absurda puesto que de lo último que puede aprenderse de una persona es su capacidad para sorprender. En este concurso, ante la presión del resto de concursantes y la existencia de guiones, todo resulta incluso más exagerado, lo que convierte en vomitivo estos gestos aparentemente llenos de frescura.
Los concursantes se saben dentro de una trama elaborada por guionistas y desconfían de todo. Saben que entre los aspirantes a conquistar su corazón hay gente que sólo quiere airearse en televisión, probables actores que buscan ridiculizarlo. Gente de poco fiar.

Pero lo mejor de todo el programa son las frases
. Las personas que hacen de electores empiezan a pensar en sí mismos en tercera persona. Se autoidealizan. Todos son románticos, divertidos, detallistas, un poco locos, protectores, dadores de libertad, un tanto introvertidos, con algo de artistas, que se cuidan pero que entienden que el interior es lo importante. Sorprenden estos dechados de virtudes en personas que muchas veces están desempleadas y casi todas tienen empleos por los que no merece la pena luchar lo más mínimo. ¿Quién consigue una excedencia de tres meses para ligotear en televisión?
Así, todo el mundo habla de una forma figurada, se recitan versos de Antologías Poéticas para enamorar, frases célebres y sentencias, textos extraídos de novelas y de películas. Se dan aforismos sobre el amor, las relaciones humanas. Se rellenan tarjetas con frases como “Amarse es mirar los dos en la misma dirección”, se promete amistad al margen de la competición.
El resultado, el premio del concurso son algo que no me interesa en absoluto. Lo que me gusta es ver comportamientos que todos tenemos a diario, en la pantalla de casa, sin tener que sufrir demasiada vergüenza propia y ajena.
Me gusta ver cómo solemos equivocarnos de pleno cuando tratamos de reconocernos a nosotros mismos. Los concursantes tienen todos cualidades similares.

  • Soy una persona impulsiva, si quiero hacer algo lo hago sin dudarlo (¿Es eso una virtud?).
  • Me han hecho mucho daño. (¿Y esa facilidad para conseguir parejas dañinas, no es también un motivo de alarma?)
  • Me doy todo en las relaciones, no me guardo nada.
  • Voy con la verdad por delante. (Sinónimo de que se es un bocazas, alguien “con la escopeta cargada” dispuesto a saltar a la primera de cambio).
  • Me gusta pasármelo bien. (¿A quién le gusta pasárselo mal? Y si es un preaviso de que lo más importante para ti es tu propio placer, mal vamos.)

Otra son las citas entre los concursantes. Ves cómo de 15 minutos (porque no durarán mucho más) una persona es capaz de montarse una auténtica película sobre cómo es la otra persona.
Cómo nos aferramos a frases sueltas y las colocamos en el microscopio, tras sacarlas de todo contexto. Una frase que se dice sin mayor transcendencia la otra persona es capaz de colocarla en el centro de su objetivo. Ante este hecho, se recurre a esas frases célebres tratando de que la sentencia elegida tenga algún tipo de sentido positivo. “Aquello que dijiste de que sólo se vive una vez me dejó pensando mucho”.
Cuando no se cae en gracia, se recurre a decir que la otra persona “no ha sabido verme tal y como soy”, o excusas en esa línea “no me encontraba cómodo, no fui yo”. Normalmente ese yo que queremos que vean de nosotros no es más que el superyo, la persona que somos cuando estamos de un humor estupendo, cuando nos salen las cosas bien. Ese superyo es un ser improbable y por lo tanto mejor que la persona vea el yo de los días de diario, porque es el que se va a encontrar casi todo el tiempo.
En fin, es una sucesión de topicazos, uno detrás de otro, a cual más patético y por lo tanto digno de ver. Una descripción de uno de los participantes:

Se considera extrovertido, amigo de sus amigos y buena gente. Le gusta […] estar con los suyos[…]

Civil War

I

Me interesa la Guerra Civil Americana por los siguientes puntos:

  • Es una guerra extensísimamente documentada, se conocen algunas batallas hasta tal punto que se pueden reproducir casi al más mínimo detalle.
  • Es una guerra clásica, en el sentido de que fue una guerra de hombres más que de armas. Aunque casi se sitúa en la frontera entre unas y otras. El Norte venció por su más avanzada tecnología.
  • Es una guerra civil de la que ha pasado el suficiente tiempo como para no hablar de buenos y malos. El Sur era esclavista y separatista y aún asín El Sur no es el malo de la película.
  • Es una guerra de honor, dentro del honor que cabe en una guerra. La rendición del General Robert Lee y su aceptación por parte de Ulysses Grant es uno de los gestos más bellos de la Historia de la Humanidad. Quizás excesivamente romántico:

Lee preguntó si según los términos de la rendición se permitiría a sus hombres el conservar sus caballos, puesto que en el Ejército Confederado los soldados eran los dueños de sus monturas. Lee explicó que los hombres necesitarían esos animales para trabajar en sus granjas una vez volvieran a la vida civil. Grant respondió que no cambiaría los términos en que había redactado la propuesta de rendición (que no hablaba de permitir a los soldados el mantener sus monturas) pero que ordenaría a sus oficiales que dejaran que todo soldado confederado que reclamase la posesión de un caballo o una mula pudiera quedarse con él. El General Lee estuvo de acuerdo en que esa concesión ayudaba en mucho su decisión de firmar el acuerdo de rendición.

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Maraton

Anoche estuve viendo la primera hora de la maratón de las Olimpiadas de 2008. La maratón es la prueba más épica de toda la competición y la medalla es una de las más simbólicas de todos los Juegos.
Esta mañana me levanto para ver el resultado. Venció el keniata Sammy Wanjiru, siempre en el grupo de cabeza, hasta el final mismo de la prueba. Un resultado extraordinario para un deportista jovencísimo (sólo tiene 21 años) con una marca de récord olímpico. Un triunfo histórico para Kenia, que extraordinariamente nunca había ganado el Oro en la maratón.
Pero por lo que escribo es por el asco que me ha causado leer la noticia en el periódico. El titular del periódico es claro: Chema Martínez deslumbra y después se apaga.
O sea, ¿Que el español tuvo grandes opciones de victoria? No señores. Estuve viendo la carrera y aunque Chema Martínez se dejó el pellejo, lo que hizo en ese supuesto deslumbrar fue meterse en el grupo de cabeza, a costa de no poder tirar ni con su alma durante el resto de la carrera. El grupo de corredores africanos marcó un ritmo bestial – acabaron con un récord olimpico – del que la mayoría de los corredores se desentendieron. El español estuvo ahí durante la primera mitad de la carrera, pero a mi me recordaba a esos aficionados que se ponen a correr junto a los escaladores de las pruebas de montaña del Tour, que durante unos segundos son capaces de ir al mismo ritmo. Cierto es que Chema Martínez es un grandísimo corredor, pero se le notaba que iba con un sobreesfuerzo. Yo no noté ningún brillo y seguro que cualquier persona mínimamente neutral tampoco. Al final el corredor español acabó descolgándose de ese grupo de cabeza, cada vez más, hasta desaparecer de las clasificaciones.
Las noticias deportivas son exageradas, optimistas, pero están grotescamente centradas en la actuación de los españoles. A veces es absurdo, sobre todo en deportes en los que somos más malos que la quina. Por ejemplo en bádminton, en que parece que cuando eliminan a los españoles se ha producido una hecatombe o se deja de competir porque ya no tiene sentido. No hay españoles, lo sentimos pero no habrá medallas en bádminton este año.
La noticia de la maratón la podemos comparar con la del New York Times.
Porque sí, aunque los americanos no sean los mejores, también compiten. De hecho, si miramos los resultados, el 9º, 10º y 22º clasificados son de Estados Unidos, mientras que Chema Martínez acabó el 16º.
El titular español: Chema Martínez deslumbra y después se apaga.
El americano: Wanjiru Gives da el primero Oro en Maratón a Kenya.
El artículo español menciona a Wanjiru en cuatro ocasiones.
El artículo americano menciona a Wanjiru en trece ocasiones.
El artículo español menciona a Martínez en siete ocasiones.
El artículo americano menciona a su mejor corredor, en tres ocasiones.
A ver, que Chema Martínez no podía ni con las pestañas, que no es Fernando Alonso que acaba octavo en una carrera y escribes un artículo en que se te olvida mencionar al menos cuáles han sido los tres primeros clasificados. Que si España es buena en hockey pues se centra uno en España pero si no hemos hecho nada en un deporte, se puede hablar de los que eran buenos de verdad. Que hay gente a la que le gusta además de España, el propio deporte.

Paises sin medallas en las Olimpiadas

Los siguientes países NUNCA han ganado NI UNA medalla, siquiera de bronce:

  1. Albania
  2. Andorra
  3. Angola
  4. Antigua And Barbuda
  5. Bahrein (Maryam Yusuf Jamal, bronce en 1.500 femenino Londres 2012)
  6. Bangladesh
  7. Belize
  8. Benin
  9. Bolivia
  10. Bosnia And Herzegovina
  11. Botswana
  12. Brunei
  13. Burkina Faso
  14. Burma
  15. Camboya
  16. Cabo Verde
  17. República Centroafricana
  18. Chad
  19. Comoros
  20. Congo
  21. Chipre
  22. East Timor
  23. El Salvador
  24. Guinea Ecuatorial
  25. Fiji
  26. Gabon
  27. Granada
  28. Guatemala (Plata en marcha, hombres 20 Km en Londres 2012)
  29. Guinea
  30. Guinea-Bissau
  31. Honduras
  32. Jordania
  33. Kiribati
  34. Laos
  35. Lesotho
  36. Liberia
  37. Libia
  38. Madagascar
  39. Malawi
  40. Maldivas
  41. Mali
  42. Malta
  43. Islas Marshall
  44. Mauritania
  45. Islas Mauricio
  46. Micronesia
  47. Mónaco
  48. Montenegro
  49. Nauru
  50. Nepal
  51. Nicaragua
  52. Oman
  53. Palau
  54. Papua New Guinea
  55. Ruanda
  56. Saint Kitts And Nevis
  57. Santa Lucía
  58. San Vicente y las Granadinas
  59. Samoa
  60. San Marino
  61. São Tomé And Príncipe
  62. Seychelles
  63. Sierra Leona
  64. Somalia
  65. Sudan
  66. Swazilandia
  67. Gambia
  68. Turkmenistan
  69. Tuvalu
  70. Vanuatu
  71. Vaticano
  72. Yemen

Nótese que algunos no son países propiamente dichos, como Comoros, pero para participar en las Olimpiadas basta tener cierto reconocimiento de independencia.
Togo es uno de los países que se ha salvado de la maldición en estos Juegos Olímpicos de 2008. El remero Benjamin Boukpeti nunca ha estado en Togo, pues nació y se crió en Francia. No ha pisado “su país” ni una sola vez, sólo participaba con bandera togolesa porque su padre era de allí y las normas olímpicas exigen que al menos haya un participante de cada deporte por cada continente.
Fuente: WikiAnswers
Nota: Se han hecho arreglos al texto original según las correcciones indicadas aquí.

Please, stop

Stephen Dubner, coautor del excelente blog y decepcionante libro Freakonomics pone el dedo en la llaga con este artículo en el que describe el absurdo de que existen hasta 59 aplicaciones para Iphone que permiten calcular la propina a dejar (en EEUU lo habitual es dar entre un 10% y un 20% de propina).
El programa es sencillo: apenas una regla de tres. Lo abochornante es que haya tanta gente perdiendo su tiempo en desarrollar una aplicación asín. Por supuesto uno es libre de hacer con su tiempo libre lo que quiera, mientras sea legal. Pero seamos serios. Hay mejores formas de perder el tiempo.
Si lo que te gusta hacer es programar y quieres hacer tu propio programa, me parece genial. Pero alma de cántaro, no hace falta que reinventes la rueda. Hay muchos programas útiles que están todavía por hacer.
Algunas de las cosas que a más gente le gusta programar, sin que sirvan para nada por cuanto existen no ya decenas sino miles y puede que millones de programas equivalentes son:

  • Gestores de archivos, para visualizar los archivos y carpetas que hay en un ordenador y en los DVD-CD grabados.
  • Reproductores de música.
  • Tetris.
  • Programas que sean capaces de jugar al ajedrez decentemente.
  • Editores de texto.
  • Gestores de RSS.
  • Editores de HTML.
  • Buscadores.

A ver, si te apetece hacer un programa que juegue ajedrez, un desafío mayor es hacer que juegue penosamente al Go. Además hay premios en metálico. Y es algo en lo que no se han empleado millones de euros de investigación. Y es algo que todavía no está inventado. Y las habilidades a desarrollar son similares.
Si te apetece crear un buscador, no tiene mucho sentido que el buscador siga los mismos principios que Google o de lo contrario serías capaz de inventar…¡Google! pero el del 1997. Serías un Pierre Menard virtual. No sé si eso es algo que quieras contar a tus nietos.

Haz cosas nuevas

Por ejemplo: hay miles de personas dándose de tortas para conseguir el mejor sistema que te recomiende películas y música de acuerdo a tus gustos. Y la verdad es que a poca gente le interesa. Infinitamente más fácil y más necesario es hacer un sistema similar pero para nombres de bebé. Los aspirantes a padres pasan horas y horas barajando posibles nombres sin rumbo fijo, navegando por páginas del Internet profundo que más parecen las páginas amarillas. Los libros con listas de nombres se venden muy bien desde hace décadas.
La gente necesita un sistema interactivo: se propone un nombre y el usuario vota “me gusta o no” y recibe una nueva propuesta, más atinada cada vez. Del tipo:

  • Judit: No me gusta.
  • Jennifer: Me gusta
  • Leticia: No me gusta
  • Tamara: Me gusta
  • Rosario: Me gusta
  • Leandra: No me gusta
  • Samara: Me gusta
  • Yumara: Me gusta
  • Adona: Me gusta
  • Coraima: Me gusta

Y acaban llamando a sus hijas Coraima Rosario Yumara. Y sí, se acaban dedicando a la chatarra.

40-15

El origen del sistema de puntuación en tenis: quince, treinta, cuarenta, se cree que se basa en sus orígenes en la Francia medieval. Es posible que se usara una especie de reloj en la pista de juego, moviéndose un cuarto la aguja cada vez que se producía un tanto, formando así las puntuaciones de quince, treinta y cuarenta y cinco. Cuando la manilla del reloj llegaba al sesenta, el juego se daba por finalizado.

Otra teoría sugiere que el sistema de puntuación fue copiado del juego Stické, que jugaban los oficiales británicos en la India durante el siglo XIX. En este juego el sistema de anotación estaba basado en las diferencias de calibre de las balas que usaban los barcos británicos. Cuando se disparaba desde el barco para saludar, se lanzaba una bala de 15 libras desde la cubierta principal, seguida de una de 30 libras desde la cubierta media para terminar con una bala de 40 libras disparada desde la cubierta inferior.

Estas dos explicaciones, tan estrambóticas como asumidas, son las que indica la Wikipedia, citando a la Enciclopedia Sueca.
Mucho más plausible es esta otra explicación:

El misterioso sistema de puntuación se pierde en el tiempo, la primera referencia histórica que tenemos de él es la mención del mismo en un poema sobre la Batalla de Azincourt, escrito en 1415. Originalmente parece que el sistema de puntuación iba por quincenas, así 15, 30, 45. Pero con el tiempo, en lugar de decir “cuarenta y cinco”, la gente empezó a decir “cuarenta” por acortar y esto con el tiempo se acabó asentando.
¿Pero por qué en múltiplos de quince? Bueno, nadie lo puede saber a ciencia cierta pero parece que el origen es francés, ya que durante la Baja Edad Media 60 era un número clave en Francia, del mismo modo que hoy lo es 100. Esta es la causa por la que las palabras para los números setenta, ochenta y noventa del francés estén basadas en el número sesenta. Así, setenta se dice soixante-dix, o sea, sesenta y diez. Por todo ello tiene sentido que un partido se jugara a sesenta puntos.

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¿Pero entonces, por qué dividir entre cuatro? La explicación más plausible tiene que ver con las apuestas deportivas, puesto que durante la Edad Media la mayoría de los deportes, incluido el tenis, se jugaban apostando dinero. Había leyes en la vecina Alemania, vigentes desde finales del siglo XIII y durante todo el XIV, que prohibían apuestas superiores a los sesenta “denarios“, las cuales sustentan esta teoría. Y es que también sucede que en esa misma época existía una moneda en circulación llamada gros denier tournois que valía 15 denarios.
Luego parece como que el público de los partidos de tenis en Francia apostaba un gros denier tournois por cada tanto, hasta un máximo de sesenta denarios por partido.

Una explicación a todas las teorías posibles se da en el libro Tenis: Una Historia cultural (en inglés) que está disponible en Google Books.
En ese libro se consideran las numerosas teorías (las primera de las mencionadas por la Wikipedia se descarta de inmediato, la segunda ni se menciona por ser totalmente imposible) y se desvela cómo el origen de la inusual puntuación en el tenis preocupaba ya en el Renacimiento. El mismo Erasmo (1466-1536) menciona la puntuación en uno de sus libros sin ser capaz de desvelar su origen y en varios libros de la época ya se apuntan teorías.
Al final se da como la más plausible la antes citada, pero dando un gran margen de duda. Es increíble pensar que el sistema de puntuación del tenis esté basado en una moneda (cambiante a lo largo de los siglos) que tiene su origen en el 211 antes de Cristo, de cuando la Segunda Guerra Púnica, de los tiempos de Aníbal.

Doublespeak

El término doublespeak, del inglés, se refiere a aquellos giros del lenguaje que se emplean para no llamar a una cosa por su nombre. Esta misma es la definición del eufemismo, sólo que en el caso del eufemismo se hace de una forma relativamente natural, mientras que en el doublespeak es de forma totalmente forzada e inventando términos nuevos. No creo que exista término equivalente en el castellano asín que me repetiré empleando el vocablo inglés.
El doublespeak se emplea sobre todo en los contextos corporativos, políticos y militares en que se trata de decir algo sin decirlo o se usan circunloquios que acaban en un enorme absurdo para justificar alguna causa.
En el caso de España tenemos casos claros en la actualidad en que el gobierno se niega a emplear la palabra crisis o el término recesión. Para evitarlo, se empezó usando eufemismos, pero llegó un punto en que esto no era suficiente y se pasó al oscuro y vergonzoso territorio del doublespeak. El parón del crecimiento económico pasó a ser un crecimiento a ritmo menor, para luego ser un crecimiento a ritmo inferior a la inflación y finalmente llegaremos a un crecimiento de tipo no positivo ni igual a cero. La palabra decrecimiento es tabú.
Ante casos tan grotescos, se instauró un premio no muy conocido: el del Consejo Nacional de Profesores de Inglés (NCTE Doublespeak Award). Este premio, instaurado en 1974, galardona a aquella figura pública que haya logrado el mejor doublespeak del año.
Todos los presidentes de los Estados Unidos desde la fecha han conseguido el suyo, George Bush ha conseguido dos de ellos más un tercero para su administración. Un récord muy difícil de alcanzar.
La Asociación del Rifle, en su defensa de la posesión de armas, consiguió con este discurso de Charlton Heston, su presidente, el premio en el año 1999:

“La majestad de la Segunda Enmienda, que los Fundadores de nuestra nación tan divinamente captaron y dieron forma en nuestros derechos adquiridos al nacer, garantiza que no tengamos gobierno déspota, ninguna facción renegada de fuerzas armadas, ninguna banda armada de criminales, ninguna ruptura de la Ley y el Orden, no haya una anarquía absoluta, que ninguna fuerza maligna, criminal, o forma de opresión interna o externa pueda jamás quitarnos las libertades que definen nuestro Americanismo…Dejadme que sea aún más claro. Los Padres Fundadores garantizaron esta libertad porque sabían que ninguna tiranía podría ocurrir en un pueblo en que los ciudadanos disfrutaran de su derecho a tener armas. Esa es la razón por la que vosotros y vuestros descendientes nunca tendréis que tener miedo al fascismo, a los separatismos, a los campos de refugiados, a los lavados de cerebro, limpiezas étnicas o especialmente a la sumisión ante ningún tipo de criminales.”

En el año 1996 el ganador fue el periodista Joe Klein. 1996 fue el año de la publicación del libro Primary Colors, libro de autor anónimo en que se trataba las elecciones primarias del Partido Demócrata de 1992. El libro fue un gran éxito de ventas, y desde el principio mucha gente apunto a que la autoría del libro correspondía a Joe Klein, algo que él negó una y otra vez, incluso dejando en mal lugar a las cadenas y periódicos para los que trabajaba. Hubo un punto en que incluso se le preguntó si estaba dispuesto a poner en tela de juicio su credibilidad como periodista negando que era el autor del libro y aún así dijo que no era suyo.
Pero luego resultó que sí que lo era y así lo acabó reconociendo. En su defensa dijo que había quedado desprestigiada su credibilidad como escritor, no como periodista. También se refirió a sus negativas como unas pequeñas mentiras inocentes (little white lies).
Los casos más divertidos son a la vez los más graves. En 1991, con la Guerra del Golfo, el vencedor fue el Departamento de Defensa, que se refirió a algunas misiones de bombardeo masivo como “tareas”, los aviones bombarderos eran “sistemas de armas” y el bombardeo de los lugares era “visitar un lugar”.
El bombardeo de edificios era ataques sobre “blancos (u objetivos) duros”, y el de personas, “blancos blandos”.
En 1989, ante el terrible vertido del Petrolero Exxon Valdez en las costas de Alaska, los portavoces de Exxon hablaron de que las playas habían quedado “limpias y estabilizadas”. Cuando quedó patente que la costa seguía llena de manchas de petróleo y debajo de cada piedra había petróleo, los términos se fueron suavizando hasta llegar a decir que “las playas han sido tratadas[…] hasta el punto de que los habitantes naturales puedan vivir en ellas sin sufrir ningún daño”.
También la ciencia tiene su ración de doublespeak en 1986 la NASA, con la fatídica explosión del transbordador Challenger, se cubrió de gloria con las expresiones:
Explosión del trasbordador: Una anomalía.
Los cuerpos de los astronautas fallecidos: Componentes recuperados.
Los féretros de los astronautas: Contenedores de tránsito para la tripulación.
El caso más grotesco es, en mi opinión, el premio de 1981 – no explicado suficientemente en la página del NCTE Doublespeak Award
En 1981 se produjo un trágico crimen en San Salvador, en el que asesinaron a tres monjas – que habían sido previamente violadas – y una cuarta religiosa, con un tiro en la cabeza. El entonces Secretario de Estado, Alexander Haig, se esforzó de forma desesperada por suavizar la descripción de cómo habían ocurrido los dramáticos hechos.
Esto le llevó a un punto en que desdibujó por completo la situación, haciéndose un lío en sus declaraciones, hasta llegar a un límite grotesco difícil de superar. Esta es la descripción del asalto de los criminales a las cuatro religiosas, según las palabras del Secretario de Estado:

Por las investigaciones que hemos realizado, uno puede llegar a pensar que el vehículo en que viajaban las cuatro religiosas se saltó un control militar, o puede que accidentalmente pareciera que lo habían hecho, entonces hubo un intercambio de disparos que tal vez los que causaron las víctimas trataron de ocultar.

Cuando se le preguntó por qué tipo de religiosas se saltan controles con el coche, o se embarcan en un tiroteo, dijo que las monjas que él conocía jamás harían algo así.
Lo que estaba intentando enmascarar era la barbarie del gobierno recién instaurado con la ayuda de Estados Unidos en El Salvador. Tratando de demostrar que los derechos humanos estaban siendo respetados en el país. Poco tiempo después sucedería la Masacre de El Mozote, considerada la mayor barbarie ocurrida jamás en Sudamérica en los tiempos modernos (y eso que nunca ha sido una balsa de aceite), en que se asesinaron a más de 1.000 civiles.
La lista completa de los premios al Doublespeak, con la descripción de los laureados, en esta página.
Fuente: The People’s Almanac. (Es un libro).

Bollería industrial

Resulta que las mayores causas de sobrepeso entre la población son la comida basura y la bollería industrial. Lo que me molesta un poco del término bollería industrial es lo de industrial. Porque casi todo lo que compramos en el supermercado o consumimos es industrial. La lata de tomate frito es industrial, la leche semidesnatada es industrial, el bote de guisantes es industrial.
La bollería industrial es tan nociva como la bollería casera. Un paquete de magdalenas caseras tiene las mismas calorías, desglosada en los mismos apartados que una magdalena de bollería industrial. Porque lo que hace que se consiga sobrepeso no es lo “industrial” sino lo “bollería”. Igual que un paquete de patatas fritas hecho en casa tiene la misma combinación de grasas e hidratos de carbono que el que venden en McDonald’s. Otra cosas es que sepa mejor, sea menos adictivo o tenga algunos ingredientes innecesarios y perjudiciales para la salud. Pero en términos de calorías y de engorde, da igual de donde venga.
La bollería industrial no es mala, la mala es la bollería. Lástima que el gremio de bolleros industriales no haga campañas defendiendo sus productos. Los de los congelados o las latas de conserva llevan décadas convenciéndonos de que sus productos son tan sanos – se atreven incluso a decir que incluso más – que los naturales.

Internet cafe

En los oscuros inicios de Internet se acuñó la idea del Internet Café (o cibercafé). Un lugar al que la gente iría para visitar páginas de Internet mientras se toma un café o unas cervezas.
La idea era muy buena, pero la realidad es que los internautas de la época eran más agarrados que vieja en moto. Se sentaban delante del ordenador y se pasaban las horas sin gastar ni un céntimo, todo lo más una consumición si era obligatoria.
Así, poco a poco el concepto se fue erosionando. Los bares que habían levantado una infraestructura acabaron relegando toda una zona del local para esa parte de clientes. Había Internet Cafés que tenían una parte de Café y otra de Internet. Luego llegaría la distinción total: los Internet Café dejaron de ser bares para ser simplemente sitios donde se podía navegar por internet. Quizás habría algunas máquinas de venta de refrescos, o la opción de tomar un café. Poco más.
Los tiempos siguieron cambiando. Los portátiles se pusieron de moda. También los virus y los programas espía. Ya casi nadie se fía de un ordenador de un cibercafé. Ahora la gente prefiere tener la opción de conectar su propio portátil a un cable con conexión a la red. Nada más.
Así, quien quisiera montar un cibercafé ya no necesita las decenas de costosas pantallas y equipos. Ya casi basta con tener los cables. Y con la aparición de las redes inalámbricas (wireless) ni siquiera eso. Basta con que el local tenga una de esas conexiones para que cualquiera pueda acceder a ella.
Se ha realizado una vuelta completa. Ahora son otra vez los cafés los que ofrecen entre sus productos la conexión a Internet. De nuevo se espera conseguir clientes que visiten páginas de Internet mientras toman café y cervezas. Algo se ha aprendido de la experiencia porque en muchos casos se cobra por dicha conexión. Starbucks, la cadena de cafeterías por excelencia, tiene acuerdos con operadoras y con clientes pero en resumidas cuentas puede decirse que todavía hay que pagar para tener esa conexión.
Y es normal, porque de lo contrario los clientes consumirían menos y pasarían más tiempo en el local. Aunque los tiempos apuntan a que esas conexiones acabarán siendo gratuitas, tal vez obligando a alguna consumición o relegando a los clientes de redes inalámbricas a otra zona del local.
Y luego se pasaría a los locales de red inalámbrica, pero sin cafetería. Un oscuro lugar vacío lleno de mesas y de sillas. Un negocio virtual donde los haya. Y quien sabe a donde llegará esto. Quizás con los años todo el mundo tenga Internet en su móvil y lo único que hagan falta sean las mesas y las sillas. Lo que es seguro es que el café de la palabra Internet Café es totalmente accesorio.

Boicot a China

Cada cierto tiempo los informativos nos recuerdan el ridículo puritanismo de los estadounidenses. Se escandalizan ante escenas de inocente erotismo. El caso mas famoso es el del pecho de Janet Jackson durante el descanso de la SuperBowl de 2004. Están locos estos yanquis.
¿Quienes se escandalizan? ¿Todo el país sale a las calles quemando imágenes de Janet Jackson? Según las noticias, parece como si a gran parte de la población estadounidense estuviera inmensamente preocupada por las imágenes emitidas en televisión.
Tal vez la realidad no sea exactamente así. Tal vez haya algunas personas que arman mucha bronca, que expresan su desagrado con lo que han visto. Tal vez las asociaciones, lobbys y organismos yanquis sean mucho mas sólidos que los de otros países y sean capaces de llevar su mensaje de protesta mucho mas lejos. En España lo habitual es protestar entre los amigos y familiares y dejarlo todo en un berrinche. Por eso nunca hay noticias sobre la indignación de los españoles. Puede que el indignarse y escandalizarse solo sea algo propio del otro lado del Atlántico.
Cada cierto tiempo los informativos nos despiertan con un tiroteo en un lugar publico de Estados Unidos. Allí las armas están mucho mas distribuidas de lo que seria deseable. Aquí te enfadas con el vecino y sales con un bate de béisbol. Si tuvieras una recortada, otro gallo cantaría, o eso me imagino yo. Pero allí tienen armas y si solo nos guiáramos por lo que dice la televisión, la vida no dista mucho de aquella en el lejano oeste.
Huracanes, Bush, conflictos con Cuba, Irak, tiroteos, puritanismo. Estados Unidos es un lugar miserable.
Sobre Croacia sabemos sin embargo mas bien poco. Nunca matan a nadie. Nunca hay huracanes. No son buenos en fútbol. Debe ser un país tranquilo con historia aburrida.
La opinión que nos merece un país es, en muchos casos, fruto de los medios de comunicación. De forma consciente o no, lo que vemos sobre el se acumula en nuestro cerebro hasta crear una idea mas o menos solida. Si no se habla en televisión de un sitio, si no conocemos a nadie de allí, no acabamos teniendo ninguna opinión.
Estados Unidos lleva décadas sufriendo continuas noticias negativas, hasta antojarsenos en Europa como un país grotesco que incomprensiblemente – e inmerecidamente – ostenta el rango de potencia mundial. Ahora por fin China toma el relevo, gracias a la televisión podemos hacernos una idea de como es el gigante asiático destinado a liderar al planeta Tierra.
Pero tampoco China parece tan buen lugar. Jornadas de trabajo bestiales, absoluta falta de seguridad social, no tienen gobierno democrático, hay pena de muerte, detenciones arbitrarias, oscurantismo. Para colmo de males, el conflicto con Tibet. ¡Me quedo con los Estados Unidos!
La imagen de China es también una imagen televisiva, de noticias fragmentadas. Cierto que casi todo lo dicho hasta ahora es cierto. Pero también es verdad que la situación en el país no para de mejorar. Es posiblemente el país que mas rápido esta creciendo y eso se esta traduciendo en riqueza para los ciudadanos. Empieza a haber clase media y clase alta, no solo muy ricos y pobres. De un día para otro no se va a eliminar la pobreza, ni eso quiere decir que en el proceso todos hayan salido ganando. Pero es indudable que en promedio China ha salido ganando en muchos aspectos, no solo económicos, sino que también han mejorado las libertades y la educación.
Ahora parece que es obsceno que los Juegos Olímpicos se celebren en ese país, dechado de defectos y vicios. Si queremos que los deportes solo se practiquen en países honestos, nos quedamos con media Europa (entendiendo a la España de Seseña como uno de ellos ), algún país de Sudamérica, y apurando una docena mas de dudosas excepciones.
Seria bueno para la candidatura de Madrid, todos los años luchando contra París y Londres, pronto tendríamos que ganar. Ademas seria económicamente más bueno para Madrid el que se organizaran los juegos. En China no necesitan mejorar, ni tampoco puestos de trabajo, ni infraestructuras, ni dar imagen a nivel mundial. Eso si, España que siga dando su 0.7 en dádivas a países pobres, que tenemos que intentar arreglar el mundo.
Las olimpiadas son una gran oportunidad para China, y los medios de comunicación les están chafando la fiesta. Es lógico que los chinos estén muy enfadados. No te dejes llevar por consignas manidas. Piensa un poco antes de decir chorradas de un boicot a China. O vete guardando fuerzas para Sudáfrica, organizadora del Mundial de Fútbol en 2010, porque tampoco ellos se lo merecen.