Mucho se ha comentado sobre la anterior entrada que exponía un error informático como “el más difícil del mundo”. En Meneame ofrecen una historia mucho más interesante sobre un fallo informático: El email que sólo llegaba hasta 500 millas de distancia.
Desde luego, la segunda historia es mucho más interesante y difícil que la primera, que tal y como se cuenta casi sugiere la propia solución. Sin embargo hay algo que convierte a la historia del fallo que sólo ocurría tres días al año en más interesante que la otra, en mi opinión.
Tal y como está narrada, da toda la impresión de que el fallo nunca estuvo asociado a fechas. Cuando cuentan que el programa funcionaba siempre, salvo tres días al año, dan casi por descontado que el error estuvo ahí por lo menos un año entero. Y a mi me dio la impresión de que se le cercó por aproximación en una labor de varios años. Es decir, para poder enunciar el problema con tanta brevedad y sencillez, se requirieron varios años de observación casual.
En la otra historia el fallo era mucho más grave y tenía que ser resuelto en cualquier caso. Mientras que en la historia de los viernes de septiembre, algo me dice que se pudo llegar a octubre sin que la sangre llegara al río. Que al año siguiente volvió a fallar en septiembre y sólo entonces alguien decidió tomar cartas en el asunto. Y con un poco de suerte, ganó tiempo hasta dejarle la patata caliente a otro, sabiendo que septiembre es un excelente mes para tomar vacaciones.