Ajedrez y moviles

En los torneos de ajedrez está totalmente prohibido el uso de teléfonos móviles. Y es que gracias a ellos se podrían obtener numerosas ayudas desde el exterior para ganar una partida.
En los torneos de nivel medio no hay una vigilancia estricta. Simplemente si tu teléfono suena estás acabado. La sanción es muy dura en la mayoría de las normativas de federaciones: pierdes la partida. Y dependiendo de la posición del tablero, el árbitro dictamina la puntuación que obtiene el rival (normalmente ganar, pero en un caso de posición totalmente perdida en que uno se salve por la campana el árbitro podría asignarle quizás sólo medio punto).
La norma en cuestión establece:
Artículo 12: La conducta de los jugadores
12.2

2. Está absolutamente prohibido llevar teléfonos móviles u otro tipo de medios de comunicación electrónicos durante las partidas, el jugador que lo haga perderá la partida. La puntuación del rival será determinada por el árbitro.
Estas sanciones son muy frecuentes. Casi nadie se acuerda de apagar el teléfono hasta que ve de cerca los riesgos de esa actitud. Hasta yo que juego poquísimo he ganado una partida gracias al móvil de mi rival.
A alto nivel el caso más conocido es el del ucraniano ex-campeón del mundo Ruslan Ponomariov, un jugador del más alto nivel que perdió una partida así el día de su cumpleaños. Y es que era normal que ese día recibiera más llamadas de las habituales. Este tipo de errores suelen suceder al mismo comienzo de la ronda, lo cual no es tan grave porque no tienes todavía una posición ventajosa.
Hace un par de días sucedió un caso excepcional. Nigel Short, el mejor jugador inglés de los últimos años y un icono en su país, perdió la partida porque sonó su teléfono móvil.
En Chessbase explican detalladamente lo sucedido. No fue para nada una situación convencional: Short apagó ostensiblemente su teléfono antes de la partida. Es más, lo tenía junto al tablero (y encima de un libro ) según puede verse en esta fotografía:
telefono-short-perdida.jpg
El suyo es, dando crédito a su versión, un caso de total mala suerte:

  • El teléfono era totalmente nuevo, se lo habían regalado hacía pocos días.
  • Nunca lo había cargado, estaba todavía con su batería original.
  • El ruido que causó su derrota no fue una llamada entrante, o un mensaje de texto. Fue una alerta de batería baja o de fin de batería. Que por lo visto se produjo incluso con el teléfono apagado.

Es este un caso curioso, ¿Debía Short conocer esa feature de su teléfono móvil o realmente una persona puede confiar en que cuando su teléfono móvil esté apagado no emita ningún sonido? Lo único que tengo claro es que las ventas de teléfonos Nokia (el causante de este singular acontecimiento) entre jugadores de ajedrez van a caer vertiginosamente.
En general la norma habla de que ni siquiera habría que llevar el teléfono encima, pero eso es algo que no cumple nadie, salvo en las eliminatorias al campeonato del mundo y pocos torneos más.
La opinión de Nigel Short tampoco es del todo confiable. Suena a excusa barata de desconocedor de la tecnología, como el que dice “no recibí tu email” o “a veces se me cuelgan las llamadas solas”.
Fuente: The Nokia Gambit.

Paamayim Nekudotayim

Paamayim Nekudotayim es el nombre oficial para el Operador de Resolución de Alcance (Scope Resolution Operator) (::) en PHP. Significa “dos puntos dobles” en Hebreo.
Nekudotayim (נקודתיים) significa “dos puntos”. Paamayim (פעמיים) en este contexto significa dos veces.
El nombre fue introducido en el Zend Engine 0.5, desarrollado por programadores israelíes. A pesar de lo confuso del término sigue usándose en las últimas versiones de PHP, como en el siguiente comando de error:

Parse error: syntax error, unexpected T_PAAMAYIM_NEKUDOTAYIM in file on line line

Me parece increíble que se consigan introducir palabras hebreas en la terminología informática, sobre todo cuando el equivalente inglés es tan sencillo: double colon. Supongo que el hecho de que sea un término que no se debe pronunciar y las ganas de cachondeo han debido ayudar mucho, además de la influencia de los programadores judíos.

Radioactividad

Ahora nos invade una mezcla de diversión y pena cuando vemos que a comienzos del siglo XX, poco después del descubrimiento de la radioactividad, existían todo tipo de productos “radioactivos” como si de una ventaja añadida se tratase. De estos productos, los mejores eran los fraudulentos, los que en realidad no eran radiactivos. Los otros sirvieron para disparar los casos de cáncer de forma alarmante.
Estos incautos que se dejaron embaucar por lo nuevo, fuese sano o no, nos parecen inocentes, cándidos, un poco estúpidos. Pero yo me pregunto qué pensarán de nosotros las generaciones futuras cuando vean nuestra actitud de comienzos del siglo XXI hacia la energía nuclear:
Tenían la tecnología necesaria, los métodos para evacuar los residuos radioactivos sin que produjeran ningún daño. Había uranio suficiente y no era demasiado caro. La seguridad suficiente para que un accidente fuera casi imposible. Sin embargo, un miedo patológico les invadía. No conocemos las causas exactas. Quizás fueran simplemente razones de índole religiosa, lo cierto es que preferían agotar hasta la última gota de petróleo. Sin importarles lo caro que fuese ese combustible o el perjuicio que causara en sus economías. La lucha contra la energía atómica figuraba en las campañas de los partidos políticos. Daba votos y nadie se atrevía a defenderla mínimamente, al menos antes de las elecciones.
Intentaron en vano desarrollar nuevas tecnologías basadas en energías que llamaban no contaminantes: eólica, solar. Mediante subsidios se fomentó su comercialización. Se llegó a hablar de llenar de paneles solares toda la superficie del desierto del Sahara. Cambiaron las cosechas para producir combustibles de tipo biológico. Era como si el hombre de las cavernas hubiera descubierto el fuego y lo rechazara: donde se ponga una buena piel que se quiten esas modernidades.

Shabbat y tecnologia

Éxodo 23:12 Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero.

Éxodo 20:10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.

Éxodo 31:13 Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.

Éxodo 16:29 Mirad que Jehová os dió el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.

Isaías 58:13 Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras,
58:14 entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.

Deuteronomio 5:14 mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú,ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como tú.

Shabbat

La observación del día de descanso, el Shabbat, es mucho más estricta entre los judíos que entre los católicos. Los primeros, que sólo aceptan el Antiguo Testamento, tienen la Biblia plagada de referencias que encomian a la retirada y el descanso en el séptimo día.
Los católicos sin embargo tienen también referencias en el Nuevo Testamento que contradicen la severidad del Shabbat:

Marcos 2:27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo.

Colosenses 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,

Romanos 14:5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.

Jesucristo era judío, pero entre sus enseñanzas estaba la de que no había que tomarse tan en serio la observación del Shabbat. Para los cristianos (por creencia o por educación) el alcance de la celebración del Shabbat nos es desconocido. Nos imaginamos una fiesta similar al domingo cristiano: Misa y descanso.

Judíos ortodoxos

Sin embargo los judíos ortodoxos, los que cumplen las leyes en su vida cotidiana, y que son cerca de un millón sólo en Estados Unidos, el cumplimiento de las normas del Shabbat es un quebradero de cabeza.
Vaya por delante la explicación, en mi opinión necesaria, de que el Shabbat no se corresponde con el día del sábado. Esto es, no va desde las 00:00 de la noche hasta la noche siguiente. Es un día que parte de la caída del sol del viernes hasta el anochecer del sábado. De ahí que se reparta entre dos días.
Las normas se recogen en las 39 tareas prohibidas, que van desde la imposibilidad de hacer un nudo, hasta la prohibición de sembrar. Las tareas son muy variadas (pueden leerse aquí ) pero en general se resumen en lo siguiente: En Shabbat no se debe trabajar.
El objetivo del Shabbat es recordar el gesto de Dios que tras crear el mundo se detuvo a observar lo realizado. No fue tanto un descanso, innecesario en un ser todopoderoso, sino un parar, evaluar lo hecho en los días anteriores. El día sagrado de los judíos no es un castigo que pone difícil el convivir con la religión. En el Shabbat las actividades permitidas y recomendadas son el comer, el sexo, estar con la familia, visitar a los amigos, cantar, reflexionar, rezar, leer. No es ni mucho menos un infierno, antes bien, una comunión entre el hombre y Dios.
Sin embargo la vida moderna dificulta la evasión de las 39 tareas prohibidas. El no sembrar es bastante llevadero, pero una de las más difíciles normas es la que se refiere al fuego: no encenderás o apagarás un fuego en el día de Shabbat .

Electricidad y Shabbat

Y aunque para los no fumadores esta prohibición del fuego sea algo sencillo de realizar a diario, la norma no está anclada en el pasado sino que se ha ido actualizando conforme la tecnología iba avanzando. Equivalente a encender un fuego es encender un interruptor. Tampoco está permitido apagarlo. Internamente se produce una reacción que provoca una llama que enciende un filamento. Así es como lo entienden la mayoría de los rabinos, que impiden por lo tanto el uso de la luz eléctrica.
Ahora bien, los judíos pueden ser los religiosos más cumplidores del mundo, pero tienen un sentido práctico que les ha hecho prosperar siempre. No se trata de un hecha la ley, hecha la trampa, sino que dentro de la legalidad, tratan de mantener algunos aspectos imprescindibles para la vida moderna. Si fueran pocos, serían unos hackers, como son una enorme comunidad de varios millones de personas en todo el mundo, son un interesante mercado en el que las empresas se han fijado, para hacerles la vida más fácil. La tecnología Kosher, compatible con el Shabbat .
La preparación del judío para el Shabbat empieza ya el mismo viernes. Hay que organizar todo tipo de tareas para que el día sagrado estén dispuestas. Para no incurrir en las prohibiciones, los nudos se atan, las semillas se plantan. Pero también se cierran los cabos laborales (no está tolerado el siquiera pensar en el trabajo en ese día), se prepara la comida – no habrá horno al día siguiente ni microondas, ni fuegos de la cocina. Se hace la compra, pues tampoco está permitido comprar al día siguiente. Toda una serie de tareas que con la rutina semanal resultarán normales y rara vez se olvidarán de algo importante.
El sábado por la mañana suena el despertador. Está permitido haberlo configurado por la noche, pero no por la mañana (sería trabajo). No se puede interrumpir el sonido con la mano: sería interrupción del sonido estridente, algo no permitido (igual que tampoco lo está el producir sonidos muy fuertes). Además, si el reloj es eléctrico se interrumpiría una corriente – un fuego – lo cual está también vedado.
No hay problema porque existen los despertadores kosher, respetuosos con la religión y homologados por los rabinos:
kosherclock_bnr.jpg
Estos despertadores permiten varias alarmas programadas que se autoextinguen (por ejemplo una a las 7:30 otra a las 7:35 otra a las 7:40 otra a las 21:00 y otra a las 15:00). Además la pantalla es opaca (muy importante que no tenga luces y que no haya un display que pueda ser interrumpido, otra prohibición importante es la de escribir o borrar lo escrito).
No se puede usar el agua caliente para la ducha, pero la higiene es fundamental para un día así de celebración familiar y hacia Dios. Aquí hay poca solución posible. Tras vestir las mejores prendas posibles, uno se prepara para el desayuno, en familia y un acto más de la celebración. Pero un drama espera en el frigorífico.
Si el frigorífico es de los que accionan una luz al abrir la puerta, un judío ortodoxo no deberá abrirlo. Lo habitual es desenroscar la bombilla el día antes para evitar este problema. La nueva tecnología sin embargo no lo pone tan sencillo al ser un mecanismo incluido en el propio refrigerador.
Hay un problema añadido: el termostato. Si abres la puerta, el frigorífico se calienta, con lo que se acciona el motor que trata de igualar las temperaturas. Por eso un practicante fiel tiene que estar atento y no abrirlo hasta que el motor esté en uno de esos momentos de funcionamiento.
Afortunadamente la tecnología se ha preocupado por ellos y existen varios frigoríficos de primeras marcas que ya disponen de un modo Kosher (compatible con el Shabbat). Entre ellas Eletrolux:
Estos productos son todo un desafío tecnológico. Por un lado, tienen que formar parte de un frigorífico convencional, pues no sería rentable fabricarlos por separado. Las modificaciones afectan a aspectos que son fundamentales en el uso en modo “no Shabbat” como la luz que se enciende o el termostato. Además, debe recibir la sanción oficial de un rabino. Existen algunas empresas de certificación de productos como “Apto para Judíos Ortodoxos”, casi todas radicadas en Israel.
electrolux-cooktop-induction-hybrid.jpg
El producto tecnológico por excelencia para el Shabbat es la vitrocerámica con “modo Shabbat”. La prohibición más clara es la de encender un fuego de ahí que sea una de las más controladas por los practicantes. Las vitrocerámicas, cocinas y hornos deben tener un modo de funcionamiento “sin botones”, que permitan calentar la comida preparada previamente, sin interacción clara del cocinero, pero con la flexibilidad de adaptarse a la necesidad de subir y bajar el fuego. No he conseguido entender del todo bien cómo funcionan. Me imagino que los fuegos permanecerán en stand-by si no sienten que hay algo encima y los habrá a distintas temperaturas.
La activación de los modos “Shabbat” es normalmente compleja para evitar que una persona ajena a las tribulaciones de los judíos no se encuentre por accidente con uno de esos frigoríficos que no iluminan o una cocina que no se apaga. Así, el ama de casa judía ortodoxa tiene que tener un alto conocimiento de la tecnología para no equivocarse con las configuraciones. Lo sorprendente es que la existencia del sábado en lugar de hacer a los judíos ortodoxos menos tecnológicos los convierte en más preocupados por los avances que ningún otro.
Como curiosidad, la mejor tienda de fotografía de Nueva York (y por ende una de las mejores del mundo) es gestionada exclusivamente por judíos ortodoxos. Cierra los viernes por la tarde y todo el sábado, para abrir en domingo.

Gramma

Las prohibiciones invaden todas las actividades cotidianas de ese día. No se pueden tocar instrumentos musicales, pero sí cantar. No se puede ver la televisión (desde luego no encenderla) y tampoco el ordenador. Los teléfonos móviles están descartados, sólo pueden usarse en caso de emergencia y también sólo unos modelos especiales, sin luces y sin displays del número entrante (prohibición de escribir). El ejército israelí es el mayor demandante de estos teléfonos, para sus soldados judíos ortodoxos.
Una prohibición curiosa es la que se refiere a la escritura. No está permitido escribir. En este caso se refiere por escribir “unir más de dos letras”. En general están prohibidos los actos de unir (como hacer un nudo) y separar (como abrir un fieltro), la escritura está entre el trabajo (prohibido) y este propio acto de unión.
Uno puede sobrevivir sin escribir durante un día a la semana. Sin embargo esto causa problemas en los hospitales, donde hay que ir rellenando el historial del paciente. Es algo inevitable, de ahí que el ingenio judío haya salido en ayuda. Existen unos bolígrafos de escritura temporal, la tinta se borra a los pocos días de ser escrita. Esto permite tomar las notas pertinentes y luego al día siguiente, con autorización, reescribirlas con tinta permanente, antes de que se pierdan.
La tecnología curiosa invade la cotidianidad. Hay coches aptos para judíos ortodoxos (no se debe viajar en sábado, encender el motor o apagarlo son infracciones, las puertas no deben abrirse tampoco, toda una cadena de dificultades). Recientemente se inventó la lámpara para sábados: es una lampara convencional sólo que en lugar de encenderse o apagarse cuenta con una mampara que la hace opaca según se gira. Así, está encendida todo el día, pero no tiene que estar emitiendo luz y no se apaga nunca.
lampara_sabado.jpg
Estos inventos recuerdan a épocas pretéritas, pero son tecnológicamente todo un reto y son de lo más puntero que existe.
Uno de los conceptos más fascinantes que giran en torno al Shabbat es la Gramma. En términos generales están prohibidas las acciones directas: pulsar un botón. Encender una luz, abrir una puerta, golpear un tambor. Son acciones que provocan una reacción directa, no autorizada.
Sí se permiten sin embargo las acciones no intencionales. Un ejemplo de debate continuo son las luces que se encienden automáticamente cuando se entra en una habitación o las puertas de los centros comerciales de acción automática. Uno no las abre propiamente pero en cierto modo las provoca. Si existe un lucro en la acción, además de un conocimiento de lo que se está realizando, esta no está permitida. Sin embargo cuando se produce de forma indirecta, no voluntaria, entonces sí. Uno por ejemplo puede encender una de esas luces automáticas sin ser consciente de ello, entonces no incurre en infracción. Si la habitación estaba suficientemente iluminada y provoca esa iluminación no hay infracción; Al no haber un beneficio directo no existe correlación entre el acto y la consecuencia.
Esta falta de causalidad, a veces un poco forzada, es la denominada Gramma. Si hay Gramma, el acto está permitido. Casi toda la tecnología que se crea para funcionar en Shabbat está basada en este principio. Para ello uno de los métodos más eficaces es el de la aleatorización.
Mediante la aleatorización una acción puede provocar una respuesta no del todo predecible, por lo que es permitida. Por ejemplo: si al pulsar un botón este provoca, en función de una determinada función de probabilidad, que una luz se encienda (o no) podemos estar evitando las prohibiciones. Si uno acaba encendiendo esa luz el resultado es inesperado, al no depender plenamente de uno mismo.
Otra forma de aleatorización es el retardo voluntario. Por ejemplo pulsamos un botón y este produce una reacción, pero a posteriori, tras un tiempo de espera aleatorio que bien puede ser de pocos segundos o casi un minuto. Nuestra acción no produce un efecto conocido e inmediato, de ahí que sea en ciertos modos permitida.
No deben confundirse estos ardides con que todo truco es permitido. Una acción que trate de evadir el principio fundamental del Shabbat , de retirada, no está permitida por mucha tecnología que incluya. Por ejemplo, los ascensores de los edificios donde habitan judíos, y hay barrios enteros, no funcionan de forma habitual, sino que van haciendo un recorrido por cada una de las plantas, parando siempre y abriendo siempre las puertas de forma automática. Aunque cumple estrictamente la legislación, su uso no es recomendado al ser un descarado rodeo para evitar enfrentarse a la cruda realidad de las escaleras.
Un saludo afectuoso para todos los lectores judíos de esta página.
Fuentes: Todas en inglés. Aparte de las ya citadas:

Inversiones de futuro

No hemos aprendido nada. Ni jamás lo aprenderemos. No se vende ni una vivienda y ahora está claro hasta para el más contumaz: la vivienda no es una buena inversión.
Y dadas las caídas, hasta el infinito y más allá de las inmobiliarias en bolsa, los expertos y aprendices que se las dan de saber mucho lo tienen claro: las inversiones para el futuro son las nuevas fuentes de energía renovables.
Dicen que los mercados cotizados anticipan los resultados empresariales. Que si una empresa está vendiendo cada vez menos la caída en bolsa sucede antes que la reunión pública en que se cuentan los malos resultados. Que si una empresa tiene futuro – pero no presente – sube en bolsa y si tiene presente – pero no futuro – baja.
Si pensamos en las energías renovables, tenemos que darnos cuenta de que ya no son algo del futuro, sino del presente. De que están ahí porque llevan años buscando su sitio y porque el petróleo se ha pasado varios pueblos. Las energías renovables eran una buena inversión pero probablemente ya no lo sean. Probablemente ya sea demasiado tarde.
Yahoo era una gran inversión en 1996, en el 2000, cuando todo el mundo era consciente de que Internet sería algo más que una moda, ¿Seguía siendo una buena inversión?
Yahoo es un buen valor, si después del 2000 su cotización se resintió, a largo plazo hay esperanzas de ganar dinero. Pero muchas empresas que ni siquiera te suenan estaban en el mismo bombo que Yahoo. La más famosa de todas es pets.com, un portal de mascotas del que ya nadie se acuerda. Pets cotizó en bolsa, fue un pelotazo para desaparecer de la faz de la Tierra. Las acciones de Pets.com acabaron por valer 0 dólares. Valían menos que el papel higiénico.
Está claro que entre las energías renovables habrá éxitos extraordinarios. Empresas que acabarán siendo de las más importantes del mundo. Pero habrá Pets y no existiendo bolas de cristal, el riesgo de comprar la equivocada es muy alto.
Pero sobre todo, hay que tener en cuenta que estamos comprando renovables demasiado tarde. Así que nuestras esperanzas de ganar son mucho menores. Así, invertir en renovables no me parece sino algo muy arriesgado. Por lo tanto nada recomendable. Y como todos los analistas lo recomiendan, ¡Garantía de fracaso!

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Hombres y Mujeres y Viceversa

Me gusta el típico programa de relleno veraniego que emite Telecinco de 16:00 a 17:00: Hombres y Mujeres y Viceversa.
Es el ya clásico programa de busca de parejas en que una persona tiene que elegir entre diversos pretendientes, pero alargado más allá de la anécdota que suele significar la falsa respuesta a preguntas tales cómo ¿Cuál fue el sitio más extraño en el que hiciste el amor?
En lugar de ser casi una lotería, que solía realizarse a ciegas por cuanto más se apreciaba por el físico que por las pruebas y preguntas tontas de los concursos predecesores, se trata de algo parecido a la vida real: la persona que elige se cita con los aspirantes y en función de estas citas va descartando pretendientes.
No hay tantos problemas de tiempo; mientras haya verano hay tiempo tiempo para decidir al pretendiente final. Este ritmo pausado es lo que tiene el programa de original y lo que lo hace deliciosamente repugnante.
Lejos de una idílica búsqueda del amor, el programa detalla el tremendo absurdo de la búsqueda de una pareja ideal. Y está lleno de matices desagradables.
Por un lado los pretendientes, obligados a querer a una persona, sin opción a elegir, tienen que combatir con sus compañeros y compañeras para obtener los favores de una “persona amada” algo que no han podido escoger. Todo un absurdo.
Por otro lado los electores, llamados tronistas en la página de Telecinco, con comportamientos endiosados. Al fin y al cabo no todos los días se tiene a tanta gente deseando gustarte.
Este endiosamiento es especialmente patético y es quizás lo que más me gusta del programa. Al fin y al cabo las personas de un lado y del otro son todas del mismo tipo. A unas les ha tocado un papel humilde y a las otras no, sin embargo los que están arriba no son capaces de percibir esto, o de comportarse de esa manera.
Resulta sorprendente lo fácil que es conseguir que la gente realice las tareas más denigrantes del mundo, siempre y cuando sean envueltas en un halo de elegancia. Es desagradable ser rechazado por una persona que nos gusta, pero hacerlo en público lo es mucho más. Y si luego se disecciona ante unos supuestos expertos justificando tu falta de aptitud, la cosa sería, en condiciones normales y fuera de los platós de televisión, para necesitar psicólogo de por vida.
Si para muchas personas el día de su boda se antoja como el día más feliz de sus vidas; No tanto por el símbolo sino por ser el centro del Universo durante unas horas, se entiende que haya varios miles de personas en España que estarían dispuestas a matar con tal de salir en televisión maquilladas y vestidas por profesionales. Si hay que ser rechazado en una cita, eso ya es secundario.
Observando la página del programa puede verse hasta qué punto es todo una pantomima. La mayoría de los participantes son personas que querrían trabajar en la televisión, en el cine, en la moda, en el arte, en el mundillo del vivir del cuento. No son personas reales, son personajes. Es gente sacada de esa valiosísima base de datos de aspirantes a concursos de telerealidad. Es gente dispuesta a pasar por el aro casi con cualquier cosa, con pocos niveles de vergüenza.
Todo es una farsa pero muestra al desnudo el engaño del amor que a veces nos dibujamos en la cabeza. El romanticismo, que es una pose. Los topicazos de las citas, de los regalos. Las frases manidas. Hacer lo que crees que esperan que hagas.
Las citas en los sitios “sorprendentes” son algo ya muy visto. Si quedas con una chica por primera vez y quieres parecer original, no quedas en un Cañas y Tapas.
Pero al final se acaba optando por otros tópicos, que por ser más elaborados son más falsos. Como la típica vista de puesta de sol, para aparentar romanticismo. O la terraza de verano en el tejado de un edificio para parecer “alternativo, cosmopolita”. O ir a practicar un deporte para parecer desenfadado y de paso enseñar músculos. O el erotismo de pacotilla de los balnearios y los masajes de aficionado. Ir a un paintball y decir “me gustan los deportes de aventura”, ir a un circuito de karts y decir “me gustan las emociones fuertes”. Ir a un barecillo donde ponen jazz y decir “me gusta la cultura en todas sus formas”.
Esta originalidad es absurda puesto que de lo último que puede aprenderse de una persona es su capacidad para sorprender. En este concurso, ante la presión del resto de concursantes y la existencia de guiones, todo resulta incluso más exagerado, lo que convierte en vomitivo estos gestos aparentemente llenos de frescura.
Los concursantes se saben dentro de una trama elaborada por guionistas y desconfían de todo. Saben que entre los aspirantes a conquistar su corazón hay gente que sólo quiere airearse en televisión, probables actores que buscan ridiculizarlo. Gente de poco fiar.

Pero lo mejor de todo el programa son las frases
. Las personas que hacen de electores empiezan a pensar en sí mismos en tercera persona. Se autoidealizan. Todos son románticos, divertidos, detallistas, un poco locos, protectores, dadores de libertad, un tanto introvertidos, con algo de artistas, que se cuidan pero que entienden que el interior es lo importante. Sorprenden estos dechados de virtudes en personas que muchas veces están desempleadas y casi todas tienen empleos por los que no merece la pena luchar lo más mínimo. ¿Quién consigue una excedencia de tres meses para ligotear en televisión?
Así, todo el mundo habla de una forma figurada, se recitan versos de Antologías Poéticas para enamorar, frases célebres y sentencias, textos extraídos de novelas y de películas. Se dan aforismos sobre el amor, las relaciones humanas. Se rellenan tarjetas con frases como “Amarse es mirar los dos en la misma dirección”, se promete amistad al margen de la competición.
El resultado, el premio del concurso son algo que no me interesa en absoluto. Lo que me gusta es ver comportamientos que todos tenemos a diario, en la pantalla de casa, sin tener que sufrir demasiada vergüenza propia y ajena.
Me gusta ver cómo solemos equivocarnos de pleno cuando tratamos de reconocernos a nosotros mismos. Los concursantes tienen todos cualidades similares.

  • Soy una persona impulsiva, si quiero hacer algo lo hago sin dudarlo (¿Es eso una virtud?).
  • Me han hecho mucho daño. (¿Y esa facilidad para conseguir parejas dañinas, no es también un motivo de alarma?)
  • Me doy todo en las relaciones, no me guardo nada.
  • Voy con la verdad por delante. (Sinónimo de que se es un bocazas, alguien “con la escopeta cargada” dispuesto a saltar a la primera de cambio).
  • Me gusta pasármelo bien. (¿A quién le gusta pasárselo mal? Y si es un preaviso de que lo más importante para ti es tu propio placer, mal vamos.)

Otra son las citas entre los concursantes. Ves cómo de 15 minutos (porque no durarán mucho más) una persona es capaz de montarse una auténtica película sobre cómo es la otra persona.
Cómo nos aferramos a frases sueltas y las colocamos en el microscopio, tras sacarlas de todo contexto. Una frase que se dice sin mayor transcendencia la otra persona es capaz de colocarla en el centro de su objetivo. Ante este hecho, se recurre a esas frases célebres tratando de que la sentencia elegida tenga algún tipo de sentido positivo. “Aquello que dijiste de que sólo se vive una vez me dejó pensando mucho”.
Cuando no se cae en gracia, se recurre a decir que la otra persona “no ha sabido verme tal y como soy”, o excusas en esa línea “no me encontraba cómodo, no fui yo”. Normalmente ese yo que queremos que vean de nosotros no es más que el superyo, la persona que somos cuando estamos de un humor estupendo, cuando nos salen las cosas bien. Ese superyo es un ser improbable y por lo tanto mejor que la persona vea el yo de los días de diario, porque es el que se va a encontrar casi todo el tiempo.
En fin, es una sucesión de topicazos, uno detrás de otro, a cual más patético y por lo tanto digno de ver. Una descripción de uno de los participantes:

Se considera extrovertido, amigo de sus amigos y buena gente. Le gusta […] estar con los suyos[…]

Civil War

I

Me interesa la Guerra Civil Americana por los siguientes puntos:

  • Es una guerra extensísimamente documentada, se conocen algunas batallas hasta tal punto que se pueden reproducir casi al más mínimo detalle.
  • Es una guerra clásica, en el sentido de que fue una guerra de hombres más que de armas. Aunque casi se sitúa en la frontera entre unas y otras. El Norte venció por su más avanzada tecnología.
  • Es una guerra civil de la que ha pasado el suficiente tiempo como para no hablar de buenos y malos. El Sur era esclavista y separatista y aún asín El Sur no es el malo de la película.
  • Es una guerra de honor, dentro del honor que cabe en una guerra. La rendición del General Robert Lee y su aceptación por parte de Ulysses Grant es uno de los gestos más bellos de la Historia de la Humanidad. Quizás excesivamente romántico:

Lee preguntó si según los términos de la rendición se permitiría a sus hombres el conservar sus caballos, puesto que en el Ejército Confederado los soldados eran los dueños de sus monturas. Lee explicó que los hombres necesitarían esos animales para trabajar en sus granjas una vez volvieran a la vida civil. Grant respondió que no cambiaría los términos en que había redactado la propuesta de rendición (que no hablaba de permitir a los soldados el mantener sus monturas) pero que ordenaría a sus oficiales que dejaran que todo soldado confederado que reclamase la posesión de un caballo o una mula pudiera quedarse con él. El General Lee estuvo de acuerdo en que esa concesión ayudaba en mucho su decisión de firmar el acuerdo de rendición.

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Maraton

Anoche estuve viendo la primera hora de la maratón de las Olimpiadas de 2008. La maratón es la prueba más épica de toda la competición y la medalla es una de las más simbólicas de todos los Juegos.
Esta mañana me levanto para ver el resultado. Venció el keniata Sammy Wanjiru, siempre en el grupo de cabeza, hasta el final mismo de la prueba. Un resultado extraordinario para un deportista jovencísimo (sólo tiene 21 años) con una marca de récord olímpico. Un triunfo histórico para Kenia, que extraordinariamente nunca había ganado el Oro en la maratón.
Pero por lo que escribo es por el asco que me ha causado leer la noticia en el periódico. El titular del periódico es claro: Chema Martínez deslumbra y después se apaga.
O sea, ¿Que el español tuvo grandes opciones de victoria? No señores. Estuve viendo la carrera y aunque Chema Martínez se dejó el pellejo, lo que hizo en ese supuesto deslumbrar fue meterse en el grupo de cabeza, a costa de no poder tirar ni con su alma durante el resto de la carrera. El grupo de corredores africanos marcó un ritmo bestial – acabaron con un récord olimpico – del que la mayoría de los corredores se desentendieron. El español estuvo ahí durante la primera mitad de la carrera, pero a mi me recordaba a esos aficionados que se ponen a correr junto a los escaladores de las pruebas de montaña del Tour, que durante unos segundos son capaces de ir al mismo ritmo. Cierto es que Chema Martínez es un grandísimo corredor, pero se le notaba que iba con un sobreesfuerzo. Yo no noté ningún brillo y seguro que cualquier persona mínimamente neutral tampoco. Al final el corredor español acabó descolgándose de ese grupo de cabeza, cada vez más, hasta desaparecer de las clasificaciones.
Las noticias deportivas son exageradas, optimistas, pero están grotescamente centradas en la actuación de los españoles. A veces es absurdo, sobre todo en deportes en los que somos más malos que la quina. Por ejemplo en bádminton, en que parece que cuando eliminan a los españoles se ha producido una hecatombe o se deja de competir porque ya no tiene sentido. No hay españoles, lo sentimos pero no habrá medallas en bádminton este año.
La noticia de la maratón la podemos comparar con la del New York Times.
Porque sí, aunque los americanos no sean los mejores, también compiten. De hecho, si miramos los resultados, el 9º, 10º y 22º clasificados son de Estados Unidos, mientras que Chema Martínez acabó el 16º.
El titular español: Chema Martínez deslumbra y después se apaga.
El americano: Wanjiru Gives da el primero Oro en Maratón a Kenya.
El artículo español menciona a Wanjiru en cuatro ocasiones.
El artículo americano menciona a Wanjiru en trece ocasiones.
El artículo español menciona a Martínez en siete ocasiones.
El artículo americano menciona a su mejor corredor, en tres ocasiones.
A ver, que Chema Martínez no podía ni con las pestañas, que no es Fernando Alonso que acaba octavo en una carrera y escribes un artículo en que se te olvida mencionar al menos cuáles han sido los tres primeros clasificados. Que si España es buena en hockey pues se centra uno en España pero si no hemos hecho nada en un deporte, se puede hablar de los que eran buenos de verdad. Que hay gente a la que le gusta además de España, el propio deporte.

Paises sin medallas en las Olimpiadas

Los siguientes países NUNCA han ganado NI UNA medalla, siquiera de bronce:

  1. Albania
  2. Andorra
  3. Angola
  4. Antigua And Barbuda
  5. Bahrein (Maryam Yusuf Jamal, bronce en 1.500 femenino Londres 2012)
  6. Bangladesh
  7. Belize
  8. Benin
  9. Bolivia
  10. Bosnia And Herzegovina
  11. Botswana
  12. Brunei
  13. Burkina Faso
  14. Burma
  15. Camboya
  16. Cabo Verde
  17. República Centroafricana
  18. Chad
  19. Comoros
  20. Congo
  21. Chipre
  22. East Timor
  23. El Salvador
  24. Guinea Ecuatorial
  25. Fiji
  26. Gabon
  27. Granada
  28. Guatemala (Plata en marcha, hombres 20 Km en Londres 2012)
  29. Guinea
  30. Guinea-Bissau
  31. Honduras
  32. Jordania
  33. Kiribati
  34. Laos
  35. Lesotho
  36. Liberia
  37. Libia
  38. Madagascar
  39. Malawi
  40. Maldivas
  41. Mali
  42. Malta
  43. Islas Marshall
  44. Mauritania
  45. Islas Mauricio
  46. Micronesia
  47. Mónaco
  48. Montenegro
  49. Nauru
  50. Nepal
  51. Nicaragua
  52. Oman
  53. Palau
  54. Papua New Guinea
  55. Ruanda
  56. Saint Kitts And Nevis
  57. Santa Lucía
  58. San Vicente y las Granadinas
  59. Samoa
  60. San Marino
  61. São Tomé And Príncipe
  62. Seychelles
  63. Sierra Leona
  64. Somalia
  65. Sudan
  66. Swazilandia
  67. Gambia
  68. Turkmenistan
  69. Tuvalu
  70. Vanuatu
  71. Vaticano
  72. Yemen

Nótese que algunos no son países propiamente dichos, como Comoros, pero para participar en las Olimpiadas basta tener cierto reconocimiento de independencia.
Togo es uno de los países que se ha salvado de la maldición en estos Juegos Olímpicos de 2008. El remero Benjamin Boukpeti nunca ha estado en Togo, pues nació y se crió en Francia. No ha pisado “su país” ni una sola vez, sólo participaba con bandera togolesa porque su padre era de allí y las normas olímpicas exigen que al menos haya un participante de cada deporte por cada continente.
Fuente: WikiAnswers
Nota: Se han hecho arreglos al texto original según las correcciones indicadas aquí.

Please, stop

Stephen Dubner, coautor del excelente blog y decepcionante libro Freakonomics pone el dedo en la llaga con este artículo en el que describe el absurdo de que existen hasta 59 aplicaciones para Iphone que permiten calcular la propina a dejar (en EEUU lo habitual es dar entre un 10% y un 20% de propina).
El programa es sencillo: apenas una regla de tres. Lo abochornante es que haya tanta gente perdiendo su tiempo en desarrollar una aplicación asín. Por supuesto uno es libre de hacer con su tiempo libre lo que quiera, mientras sea legal. Pero seamos serios. Hay mejores formas de perder el tiempo.
Si lo que te gusta hacer es programar y quieres hacer tu propio programa, me parece genial. Pero alma de cántaro, no hace falta que reinventes la rueda. Hay muchos programas útiles que están todavía por hacer.
Algunas de las cosas que a más gente le gusta programar, sin que sirvan para nada por cuanto existen no ya decenas sino miles y puede que millones de programas equivalentes son:

  • Gestores de archivos, para visualizar los archivos y carpetas que hay en un ordenador y en los DVD-CD grabados.
  • Reproductores de música.
  • Tetris.
  • Programas que sean capaces de jugar al ajedrez decentemente.
  • Editores de texto.
  • Gestores de RSS.
  • Editores de HTML.
  • Buscadores.

A ver, si te apetece hacer un programa que juegue ajedrez, un desafío mayor es hacer que juegue penosamente al Go. Además hay premios en metálico. Y es algo en lo que no se han empleado millones de euros de investigación. Y es algo que todavía no está inventado. Y las habilidades a desarrollar son similares.
Si te apetece crear un buscador, no tiene mucho sentido que el buscador siga los mismos principios que Google o de lo contrario serías capaz de inventar…¡Google! pero el del 1997. Serías un Pierre Menard virtual. No sé si eso es algo que quieras contar a tus nietos.

Haz cosas nuevas

Por ejemplo: hay miles de personas dándose de tortas para conseguir el mejor sistema que te recomiende películas y música de acuerdo a tus gustos. Y la verdad es que a poca gente le interesa. Infinitamente más fácil y más necesario es hacer un sistema similar pero para nombres de bebé. Los aspirantes a padres pasan horas y horas barajando posibles nombres sin rumbo fijo, navegando por páginas del Internet profundo que más parecen las páginas amarillas. Los libros con listas de nombres se venden muy bien desde hace décadas.
La gente necesita un sistema interactivo: se propone un nombre y el usuario vota “me gusta o no” y recibe una nueva propuesta, más atinada cada vez. Del tipo:

  • Judit: No me gusta.
  • Jennifer: Me gusta
  • Leticia: No me gusta
  • Tamara: Me gusta
  • Rosario: Me gusta
  • Leandra: No me gusta
  • Samara: Me gusta
  • Yumara: Me gusta
  • Adona: Me gusta
  • Coraima: Me gusta

Y acaban llamando a sus hijas Coraima Rosario Yumara. Y sí, se acaban dedicando a la chatarra.