Drielandenpunt

España limita al norte con Francia y Andorra; al oeste con Portugal; al este con el mar Mediterráneo y; al sur con Marruecos

Por su casi insularidad, las fronteras de España son de las más sencillas que uno pueda imaginar. Sólo tenemos fronteras con cuatro países y éstas estan bastante diferenciadas. Otros países tienen situaciones geográficas mucho más complejas.
Con 1/5 de la superficie de España, Hungría limita con Austria, Eslovaquia, Ucrania, Rumanía, Serbia, Croacia y Eslovenia. Más fronteras significa más relaciones con otros países, pero también más puntos que controlar y más potenciales focos de problemas.

I

Uno de los teoremas matemáticos complicados más fáciles de comprender por los profanos es el Teorema de los Cuatro Colores.
En 1852 el matemático Francis Guthrie observó que para dibujar un mapa de los condados de Inglaterra sólo eran necesarios cuatro colores para distinguir unos de otros. Entonces sugerió la conjetura de si sería posible que esta propiedad pudiera aplicarse a todos los mapas:

Si cualquier mapa geográfico puede ser coloreado con cuatro colores diferentes, de forma que no queden regiones adyacentes con el mismo color. Dos regiones se dicen adyacentes si comparten un segmento de borde en común, no solamente un punto.

La prueba matemática de la conjetura de Guthrie dista sin embargo de ser sencilla. Así, sólo se ha podido demostrar con ayuda de software. Las demostraciones informáticas desagradan a un amplio sector dentro del colectivo de matemáticos. Sobre el papel, una demostración matemática debe resultar sencilla y elegante. En el momento en que se emplea un ordenador la demostración pierde frescura y para aquellos que no estén familiarizados con la informática, también pierde claridad.
Cuántas horas valiosas se habrán perdido tratando de demostrar este inútil problema. Apenas hay lugares en el mundo donde se pueda encontrar un contraejemplo. Intuitivamente parece claro que cuatro colores deben bastar. Para el caso de España y sus países vecinos, bastarían con dos colores. En la mayoría de casos tres colores serían suficientes para realizar la tarea. Uno de los pocos puntos donde coinciden cuatro fronteras es en el conocido como Four Corners (Cuatro Esquinas), en los Estados Unidos.

La coincidencia de fronteras geométricas delimitada por los estados de Utah, Colorado, Arizona y Nuevo México sólo puede darse en un caso como este, en que las fronteras se han determinado mediante coordenadas geográficas y no por accidentes naturales, como ríos o montañas.
Es un fenómeno realmente inusual, aunque no único. En Canadá tienen su propia versión, esta vez con la intersección entre las provincias de Manitoba, Saskatchewan, los Territorios del Noroeste y Nunavut.
La intersección canadiense está en medio de la nada, alejada muchos kilómetros de cualquier carretera o aeropuerto y está señalada con un triste obelisco de aluminio. La americana está más aprovechada, aunque también coincide con una inhóspita reserva india. Aprovechando la situación, se ha construido un monumento que cobra 3$ por la entrada.

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El asno de Buridan

Cuenta la paradoja del asno de Buridan que un asno racional que se encontrase a la misma distancia de dos fuentes de comida y bebida, podría morir de hambre ante la incapacidad de decidirse por una u otra opción alimenticia.
La Wikipedia española, ese subproducto grotesco, tiene la desfachatez de mostrar en su artículo sobre el Asno de Buridan una foto de unos asnos pastando con el pie de foto “Asnos sin preocupaciones filosóficas”.
Las implicaciones filosóficas sobre la paradoja son muy extensas y están explicadas con detalle en las páginas antes citadas.
El asno de Buridan, sin embargo, nada tiene que ver con Buridan. La paradoja ya fue expuesta en términos similares por Aristóteles, en su libro De Caelo, con un hombre como ejemplo, que se encuentra a la misma distancia de la fuente de comida y de la de bebida.
Jean Buridan (1300-1358) fue un filósofo francés del siglo XIV al que le hicieron la cama. Con una formación un tanto inusual para la época – estudió arte en lugar de filosofía en la Universidad y se mantuvo como monje independiente en lugar de seguir una Orden religiosa en particular.
Cuenta la Wikipedia que en 1340 alcanzó la suficiente confianza como para atacar a su profesor, William de Ockham. Okham es famoso por el principio de la navaja de Occam que establece que las hipótesis científicas deben mantenerse tan sencillas como sea posible.
La realidad es que Ockham formuló su hipótesis, que ha sido sacada de contexto y amplificada en diversos ámbitos humanos, como soporte a sus teorías religiosas, más pensando en que puestos a invocar a los dioses, mejor suponer que hay sólo unos pocos. Hay quien afirma que tan famoso principio no pertenece a Ockham, o al menos no hay pruebas al respecto.

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Contrastes

Cuando se habla de un destino turístico y se dice que es un lugar de contrastes, se trata de vender la imagen de un espacio plural, donde hay cabida para impresiones muy diferentes. Un mensaje de riqueza y multiculturalidad.
La realidad es siempre la misma. Un lugar de contrastes es un sitio donde hay mucha miseria pero en el que, gracias a los avances en la ciencia del Turismo, tú no sólo te vas a librar de sufrir penurias, sino que vas a estar un par de clases sociales por encima de esa chusma.
Planeando mis vacaciones me encuentro sin embargo con un verdadero viaje de contrastes: Nueva York y Punta Cana.

Un viaje de contrastes. Por un lado, Nueva York, la ciudad de los sueños, cosmopolita, abierta, divertida, multiracial. Por otro, Punta Cana, la playa de tus sueños, agua turquesa, arena blanca, sol y calor… ¿No es irresistible?

Me ha parecido una combinación increíblemente bizarra, tanto que no admite comparación posible. El turismo en Punta Cana es de bajo standing cultural. Allí te dan un todo incluido, sol y buenas playas. No hay museos, ni conocer a gente de otros países, ni naturaleza de verdad, es ir a un hotel a tostarse bebiendo todo lo que uno quiera y comiendo hasta reventar. No dejan de ser actividades muy saludables y más sanas que ir a todos los museos que tenga una ciudad. Los españoles somos unos viajeros inexpertos y se nota nuestra presencia sobre todo en los museos, en los que a veces somos mayoría étnica.
Nueva York es una ciudad que se identifica con la modernidad, Punta Cana con turismo paleto. Pero la realidad es que cada cual establece su standar de viaje. Porque se puede ir a Nueva York a malgastar dinero en tiendas especializadas en cualquier chorrada, en visitas a la horrorosa Estatua de la Libertad. Y se puede descansar y disfrutar de lo lindo en Punta Cana, sin medrar con tuneadores ni reinas del piercing.
Pero desde luego, ese viaje combinado de ambos destinos asegura una mezcla humana más digna de un casting de Gran Hermano. El viaje es caro ( +1600 € para 9 días y 7 noches ) y la probabilidad de que las cosas salgan mal, elevadísima.

El buen rollo de 20 minutos

Poco bueno puede decirse del periódico “20 Minutos”. En particular, su esfuerzo en promocionar una imagen “de buen rollo” me resulta despreciable.

Los toros

Creo que todo empezó con la difusión de las corridas de toros. En un momento dado, el periódico decidió que no publicaría más información taurina, esgrimiendo argumentos éticos de defensa de los derechos de los animales. A mi eso sin embargo me recordó el caso de Miss Canadá, concurso que se retiró de dicho país supuestamente por defender la imagen e igualdad de las mujeres.
La verdad en el caso canadiense era que el concurso daba cifras muy bajas de rating en televisión y no era rentable. En el caso de 20 Minutos bien puede que nos encontremos con lo mismo. El público natural de ese diario es la gente de clase media y media-baja, mientras que los aficionados a los toros suelen ser personas de clase media-alta y alta.
Por eso el periódico carece de una sección sobre ópera o sobre vinos: porque no hay a quien le interese. En este caso la imagen es positiva para los no iniciados, en el de los toros es totalmente negativa. Razón de más para retirar esa información.
Aunque ellos bien que se jactan de su ética periodística, recalcando una y otra vez que los toros no son para ellos, que bien que se preocupan de la naturaleza.

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Jose Luis Perez de Arteaga

A todos los que no tenemos familia en Radio y Televisión Española (RTVE), la noticia del plan de reestructuración (despidos masivos de empleados) nos llega casi con alivio. Como toda empresa pública que se precie, la cantidad de parásitos, vagazos y personal obsoleto del ente (ente es un término que sólo se aplica a RTVE ) adquiere dimensiones colosales.
La solución dada ha sido un tanto salomónica: se despide a todo el mundo a partir de cierta edad. Para mi este salomonismo es una confirmación de que el plan no se basa en ningún criterio lógico de reestructuración, como pudieran ser la eficiencia, la funcionalidad, la pertinencia de los puestos o la rentabilidad. Vamos, que se corta usando un método fácil de exponer pero difícil de justificar.
Algunos presentadores de televisión que tenían un pie en la tumba se han ido despidiendo, con mayor o menor alivio para la audiencia, que echaba de menos la posibilidad de una renovación. Cientos de administrativos sin conocimientos del encendido del ordenador se van a ir por fin a la calle. Pero qué duda cabe que gran parte de los despidos serán enormente injustos.
Desde luego la que peor parada queda es la división de radio. Y es injusto, porque Radio Nacional es una de las pocas que atisba un sentido de utilidad pública, el objetivo que debiera buscarse en la permanencia de un medio subvencionado por el Estado.
Para no extenderme mucho más, la reestructuración que se realizará en Radio Clásica, una de las que forma Radio Nacional, alcanza el nivel de genocicio cultural.
Radio Clásica es uno de los pocos bienes culturales que disponemos en España que despierta la envidia a nivel mundial. Ni los alemanes, con su pasión por la música, tienen una radio que se dedique 24 x 7 a la música clásica de verdad. En otros grandes países la diferencia es aún mayor. Apenas hay algunos programas sueltos diseminados en el espacio y el tiempo del dial.
Aunque siempre se dice que el canal de Televisión “La 2” es cultural, hay que bucear a menudo en su programación para encontrar productos verdaderamente culturales. Sin embargo, Radio Clásica es cultura pata negra las 24 horas del día. Mucha estupidez se dice a diario con facilitar el acceso a la cultura a todos. En realidad la cultura a veces resulta inaccesible o cara. Por eso el disponer de un medio tan asequible donde conseguirla es un lujo y a la vez algo necesario.

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Levante

Este

A territorios muy extraños nos lleva la investigación de la etimología de la muy común palabra levante.
Dice la Real Academia:
levante.
(Del ant. part. act. de levar).

  • 1. m. Este (punto cardinal).
  • 2. m. Viento procedente del este.
  • 3. m. Nombre genérico de las comarcas mediterráneas de España, y especialmente las correspondientes a los antiguos reinos de Valencia y Murcia.
  • 4. m. p. us. Países que caen a la parte oriental del Mediterráneo.

A su vez, levar indica que proviene (Del latín levare, levantar).
La opinión general es esa, levante del verbo latino para levantar, el lugar donde sale el sol, el este.
Teniendo en cuenta que la palabra levante se ha conservado bastante similar en todos los idiomas, uno puede suponer que todos los términos proceden de este mismo origen latino. (En inglés: levant, en francés: levant, en alemán: levante, en italiano: levante, en ruso: Левант.

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Al Cesar lo que es del Cesar

La mayoría de los lectores habituales de la página llegaron hasta aquí a través de entradas sobre la burbuja inmobiliaria. Cada vez escribo menos sobre el tema, porque ya resulta cansino. Hay cientos de blogs que se dedican en exclusiva a hablar sobre eso.
A toro pasado es muy fácil hablar. Pronosticar bajadas cuando ya se ha visto hasta en el telediario es patético. Este es un tributo a los verdaderos gurús de la burbuja inmobiliaria.
No son gurús de esos que visten levitas y nunca salen a la calle, salvo para recoger un premio. En su mayoría fueron personas cotidianas, con el suficiente sentido común como para darse cuenta de que algo olía a podrido en Dinamarca, y con mucha paciencia para aguantar a los agoreros que se reían de sus vaticinios de loco.

Burbujona

Burbujona.tk
Bajo este anónimo sobrenombre se esconde uno de los más sufridos defensores del concepto de burbuja. No sé cuando exactamente surgió su página, pero como poco sería a finales del 2004. En aquella época podías sugerir que los precios no podrían subir eternamente y al día siguiente salía un artículo en prensa confirmando que se había producido una subida de precios del 17% trimestral. Eso te dejaba en una especie de ridiculo para tontos. Estaba claro que la reversión no sería de un día para otro y que cuanto más tardara en producirse peor sería esta.
Burbujona se dedicaba a publicar en su página artículos que desenmascaraban las noticias de falso optimismo que nos mostraba la prensa, daba salida a los comentarios que se sugerían desde fuera de España. Trataba de ofrecer una luz donde todo eran tinieblas. Su discurso moderado sorprende aún hoy en día, en que se preveen hecatombes mayores.
De la página de burbujona – todo un ejemplo de falta de usabilidad pero de calidad en la información – destaca el apartado de Fotos, hechos y escaneos curiosos, aunque su reportaje sobre Seseña, cuando nadie había oído hablar de Paco el Pocero, sería digno de que ganara un premio de investigación en la web. Lamentablemente para que te den un premio por tu web tienes que tener un diseño bonito y usar WordPress.
Burbujona tuvo algunos problemas con el alojamiento de su página. Es increíble que en algunos proveedores de servicios importantes su contenido se considerara inadecuado y le cerraran la página.

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Como desarrollar una super memoria

Cada cierto tiempo aparece por lugares como del.icio.us, como muestra de las mejores noticias de la semana, artículos que nos enseñan como dormir mejor, aprender más, aprovechar mejor el tiempo: ser mejores.

La receta de la abuela.

La idea es buena, pero me sorprende como tanta gente añade a favoritos esas listas, que en su mayoría son obviedades. Desde luego, no hay nada como la promesa de una vida mejor. El secreto para conseguir crear una de esas listas de éxito es poner la felicidad muy al alcance de la mano. ¿Quieres dormir mejor? Lee un libro antes de acostarte. Mano de santo, sin pastillas ni brujería.

La realidad es la que todos conocemos: los que se quedan dormidos leyendo son los mismos que no necesitan consejos para dormir mejor. Los que padecen de insomnio ya lo han probado todo, empezando por lo más obvio.

Hace unas semanas encontrábamos una de esas listas. ¡ 77 maneras de aprender más rápido, más a fondo y mejor !, traducción del artículo 77 Ways to Learn Faster…

Una de las secciones nos da los secretos para mejorar nuestra memoria:
15. Eschuchar música.
16.Lectura rápida.
17. Usa siglas y otros recursos mnemónicos.

La parte de escuchar música es la que suele tener más éxito. Ah! entonces para recordar mejor basta con escuchar música vale pues entonces me lo grabo en delicious.

Lamentable método para mejorar la concentración:
14. Toma un baño o una ducha.

Todo estos consejos no sirven para nada, lo sabemos y aún asín los guardamos como tesoros.

Quien quiera mejorar su memoria tendrá que esforzarse. Cualquier consejo que nos de que no suponga un esfuerzo será la mayoría de las veces una tontería y como mucho supondrá una mejora insignificante.

La lección del maestro.

Harry Lorayne es un mago que nació en 1926. A pesar de ser muy conocido como mago, su fama se la labró con sus espectáculos de memoria. Cuando entrabas en el teatro para ver sus números, Harry estaba en la puerta para saludarte. Te preguntaba tu nombre y te daba las gracias por acudir.

Luego llegaba el número en sí. Lo más sorprendente es que Harry no sacaba a los voluntarios del público por el viejo criterio de tú el segundo de la tercera fila o con el más agresivo método del foco de luz en la cara. Simplemente llamaba a la gente por su nombre, porque se acordaba. Podía recordar los nombres de todas las personas que habían entrado en el teatro, después de un saludo de un segundo. Lo más curioso es que también podía recordarlo si una persona había venido anteriormente a su espectáculo, sorprendiendo por enésima vez a su público. Recordaba el nombre de cientos de miles de personas en todo el mundo. Y no había truco, sólo memoria. Y no era una memoria prodigiosa, era una memoria entrenada.

Muy interesante es por tanto su libro Como desarrollar una super memoria. que, a diferencia de otros libros de charlatanes, explica todo lo que hace falta para mejorar la memoria. ¿Cómo fue capaz de desvelar sus secretos? Por el sencillo hecho de que la inmensa mayoría de la gente no será capaz de tomarse todo ese tiempo para mejorar, o al menos para llegar al punto que el llegó. Porque su método supone un esfuerzo considerable, pero es un camino fácil de recorrer, eso sí, lleva tiempo.

Lo mejor de su libro es que narra las directrices que sigue la memoria. Nada de neurología para amas de casa, Harry Lorayne sabe de lo que está hablando porque vivía de eso.

El sistema del colgadero

Desde luego, sistema del colgadero es una muy desafortunada traducción de no sé qué expresión inglesa. La idea inicial de Harry Lorayne es que para recordar una cosa no hay nada como exagerarla.

Y recurre al clásico juego de campamento en que una persona dice el nombre de un objeto. La siguiente debe repetir ese nombre y decir el de otro objeto. Asín ad infinitum o hasta que a uno se le olvide la secuencia. La mejor técnica para sobrevivir a ese juego es exagerar las imágenes de los objetos a recordar. Si alguien dice un coche no pienses en un inocuo Seat Ibiza, sino en el coche de Fernando Alonso, plagado de publicidad, o mejor aún uno de esos coches de demolición de ruedas altísimas. Si se menciona un zapato piensa en los zapatos de un payaso, o en un elefante con zapatos. Para un reloj mejor el Big Ben que uno de pulsera.

La realidad es que las imágenes grotescas son más fáciles de recordar. Y para encadenar pensamientos basta con enlazar personajes grotescos. Por ejemplo, partimos de Fernando Alonso en uno de esos coches de demolición, cuando sale de él vemos que tiene unos enormes zapatos de payaso. Mira hacia arriba y ve la hora en el Big Ben. La secuencia es propia de las peores pesadillas, pero inolvidable. Y puede extenderse hasta el infinito, sin que se nos pierda ni un detalle. De hecho os prometo que la próxima vez que veáis a Fernando Alonso os acordaréis de esta historia completa.

Mucho tiene que haber en juego para que recordar una secuencia de objetos sea de alguna utilidad. Sin embargo todos sabemos lo útil que es recordar números – cada vez menos en la época de los móviles (que nos roban) y los ordenadores personales (que se formatean accidentalmente).

Tener el móvil de una persona es útil. Recordar el número para siempre es un lujo y un detalle excelente para hacer pensar a una persona que nos importa algo. Por ejemplo a un cliente.

Para recordar los números Harry Lorayne desvela una extraña verdad: los números son imposibles de recordar porque no nos dicen nada en sí mismos. Pero los objetos no. De ahí que es más fácil recordar objetos que números. Y ahí es donde revela la técnica fundamental para la memoria: cambiar cosas difíciles por fáciles, aunque a efectos informáticos supongan un mayor esfuerzo.

Recordar un 7 son unos pocos bytes de memoria. Recordar a una tía muy fea y asignar esa tía fea al número siete es un esfuerzo mnemotécnico inmensamente superior, pero para la mente humana es mucho más cómodo.

El método de Lorayne propone transformar los números en objetos y recordar los objetos a través de una de esas secuencias grotescas. Vamos con un ejemplo:

El número de teléfono para las reclamaciones técnicas de Orange es el 954040025.

Vamos a asignar el 9 al Buho. Nos imaginamos a los malnacidos de Orange y a nosotros llamándoles por teléfono y que nos tienen esperando durante horas, hasta que se hace de noche y vemos un buho, un buho monstruoso que nos asusta y hace colgar.

Vamos a asignar el 5 a la palabra Ley. Pensamos que salimos corriendo huyendo de ese buho y nos tropezamos con un juez, de esos que tienen peluca y un libro de derecho procesal tremendo, amén del martillo. Caerá sobre nosotros todo el peso de la Ley.

Vamos a asignar al 4 la palabra Oca. Huímos del juez de primera instancia y nos tropezamos con un rebaño de ocas. Las ocas pueden parecernos dulces pero ese bicho es un animal del mismísimo diablo. Las ocas son territoriales como los tigres y atacan a las personas con furia. No necesito exagerar a una oca para pasar miedo.

Vamos a asignar al 0 la palabra Rey. Nos podemos imaginar al Rey que queramos, por ejemplo al Rey de España dando su discurso anual por Navidad. Si queremos hacer algo más grotesca la imagen, podemos pensar en cuando la televisión era en blanco y negro y contaba más o menos lo mismo que ahora.
Salimos huyendo de las ocas y nos tropezamos con el rey como busto parlante. Las ocas invaden el escenario pero sigue soltando su rollo de que España va bien.

Otro 4 y otra oca. La oca furiosa le arranca la cabeza de un picotazo al rey. Todo chorreando sangre, la grabación continúa.

Otro 0 y otro Rey. Tenemos por fuerza que asignar a la imagen del Rey siempre el mismo Rey. Caminamos huyendo de aquel escenario y nos encontramos en otro a otro Rey, soltando el mismo rollo, como si nada. Menuda pesadilla.

Otro 0 y otro Rey. Nos damos cuenta de que en realidad este nuevo Rey no suelta su discurso solo, hay otro justo detrás de él, hablando de que las Fuerzas de Seguridad del Estado nos protegen contra ETA. Feliz Navidad.

Asignamos al 2 la palabra Noe. Y tras salir de RTVE nos tropezamos con Noe en su arca, borracho como una cuba. El arca de Noe es inolvidable y más allí aparcado al lado de las oficinas de Televisión.

Otro 5 y otra Ley. Nos encontramos al juez de antes, que está quitándole todos los puntos del carné a Noe, por conducir borracho. Le van a caer varios años y el arca seguro que se lo lleva la grua. Dramático final a nuestra llamada a Orange.

Así, recordar el número de Orange es imposible, pero la historia que comienza con una llamada, un buho, la ley, la Oca, el rey, otra oca, otro rey, otro rey, Noe y la ley es bastante sencilla. Y os aseguro que la recordaréis durante un tiempo. ¿El secreto para desarrollar una supermemoria? Recordar las asignaciones entre números y palabras.

Es decir, para recordar mejor hay que aprender una serie de técnicas, antes de recordar la primera palabra. Por eso este sistema no tendría mucho éxito entre los vagazos del mundo actual. Queremos tener una mejor memoria, pero con trucos como ducharnos o escuchar música. Nada que suponga un esfuerzo mayor.

El sistema de Harry Lorayne asigna a cada cifra un sonido consonántico.
Al 0 el sonido de la RR. No la letra r, el sonido de R fuerte.
Al 1 el sonido de la T o la D.
Al 2 el sonido de la N. Esta es fácil de recordar porque la n tiene dos palos.
Al 3 el sonido de la M. Y la M tiene tres palos.
Al 4 el sonido de C o K. Y es fácil porque Cuatro empieza con K.
Al 5 el sonido de L. Para esto basta con pensar en los 50 latinos, la L para el cinco.
Al 6 el sonido de S. Seis empieza con S.
Al 7 el sonido de F. La letra F se parece al 7.
Al 8 el sonido de CH. Aquí no se admiten quejas.
Al 9 el sonido de P o B. Ambas letras se escriben como 9 invertidos.

Con esta comparativa hemos de formar palabras para cada número. El 0 es una palabra que sólo tenga el sonido de consonante R, por ejemplo Rey. Recordemos que la asignación es fonética, no grafológica. No importa cómo se escriba una palabra sino cómo suene.
Los veinte primeros números quedarían entonces:
0: rey
1: tea
2: Noe
3: amo
4: oca
5: ley
6: oso
7: fea
8: hucha
9: buho
10: torre
11: teta
12: tina
13: tomo
14: taco
15: tela
16: tez
17: tufo
18: techo
19: tubo
20: noria

Si sólo usáramos una palabra para cada una de las cifras el sistema sería demasiado limitado. Todo serían historias de ocas y reyes. Lorayne propone recordar al menos 99 números. Así, un número de teléfono de 9 cifras se limita a recordar 5 palabras encadenadas en una historia. Lorayne usaba una lista de 1.000 palabras, porque él era un profesional y se lo podía permitir.

El sistema en práctica

El sistema que sugiere funciona. De hecho, aún recuerdo muchos teléfonos usando este sistema. Y leí el libro hace más de diez años. Recuerdo muchos de los números de esa lista de 100, de hecho la lista la he tomado de esta página, pero podríamos ampliar:

21: nata
22: nena
23: gnomo
24: nuca
25: nilo
26: nuez
27: naife (una naife es un diamante, la puñetera f suele dar problemas)
28: nicho
29: nube
30: mar
31: meta

Hay que fijarse que lo importante es que sean nombres concretos de cosas claras. Por ejemplo un nicho es más fácil de recordar que la noche, porque un nicho es algo que se puede tocar. Como muy bien sabemos un piso es algo que se puede tocar, pero un piso en nuestra cabeza se puede confundir con una adosado, una hipoteca o un apartamento. Ideas claras de objetos concretos y bien definidos, de las que hemos de hacernos una imagen permanente. Para mi Ley es una cosa y la Ley de recordar es siempre un mismo juez con peluca.

El libro se extiende en técnicas para habilidades concretas, como aumentar la memoria para los nombres de persona, palabras extranjeras y para recordar caras. He de reconocer que esas técnicas no me valieron para nada y me parecieron forzadas.

La principal utilidad que la Lorayne a su método es el recuerdo de cartas. Con una lista similar se pueden recordar el orden de las 52 cartas de una baraja que estuviese desordenada, prácticamente sin esfuerzo. Le dediqué tiempo a su método y era capaz de recordar una baraja completa en unos cinco minutos. Con más práctica se pueden recordar dos barajas en el tiempo que se tarda en ver las 104 cartas. Esta habilidad le ha permitido a Lorayne algunas habilidades que otros magos de cartas – porque aparte de con la memoria Lorayne es famoso como mago – no pueden ni permitirse.

Hace muchos años Uni2 – la actual Orange – vendía unas tarjetas para llamar por teléfono desde cabinas. La tarifa que ofrecía para llamadas interprovinciales era mucho mejor que la de Telefónica y mucha gente, entre ellos yo, la usábamos. El código de acceso era un número de unas 15 cifras que permitía llamar con un determinado saldo. Si recordabas ese número podías llamar desde cualquier cabina con un saldo determinado. En aquella época yo recordaba el número de memoria.

Un día sin embargo Telefónica de España hizo una de las suyas y bloqueó el acceso con el número 900 de acceso a Uni2. Ese día te encontrabas a muchos pobres diablos con una tarjeta que no servía para hablar por teléfono. Tras probar en varias cabinas, parecía que el fallo era permanente. Me encontré a una mujer que se encontraba en la misma situación que yo. Había intentado llamar sin conseguirlo. Tenía el código apuntado en una hoja de papel. Gracias a las técnicas de Lorayne pude memorizar su código de acceso a golpe de vista y cuando Telefónica solucionó el acceso pude haber llamado usando su código (pero no lo hice porque mis estándares del honor son muy elevados). Cuando vi que podía recordar todos los datos de la tarjeta de crédito de la persona que compraba delante de mi en el supermercado, con solo verla una vez, me di cuenta de que era mejor no poner a prueba mi endeble ética, y dejé el libro y me dediqué a otras cosas, aprendiendo a olvidar a base de duchas y escuchando música.

Ajedrez, chusma y punto com

Muy conocidos son los mal llamados troles que inundan los blogs con comentarios ofensivos, la chusma que escribe con abundantes faltas de ortografía, los que usan el lenguaje de los móviles. Un mundo no tan conocido pero no menos infame es el de los portales para jugar al ajedrez On-line.

Ajedrez en blanco y negro

Todo comenzó en la prehistoria de Internet. Un grupo de aficionados se las ingenió para diseñar un sistema para jugar al ajedrez a través de la red. El interfaz gráfico era ASCII y se podían hacer jugadas ilegales. Gracias a la contribución desinteresada de mucha gente aquel grupo, denominado ICS (Internet Chess Server) fue desarrollando un producto cada vez más interesante.
Llegó el listo de turno – Daniel Sleator – que tomó la dirección del proyecto, para poco después patentarlo a su nombre. Y pocos años después, hizo que el servicio fuera de pago. A su nuevo portal lo llamó ICC (Internet Chess Club) y poseía el prestigioso dominio www.icc.com, dejando a algún ex-banco irlandés (el ICC) con la necesidad de comprar un dominio de Geocities. Todo mucho antes de que subastaran el dominio al mejor postor. Hoy en día la pagina es la de Chessclub.com.
Los voluntarios, como chusma tumultuosa y no exentos de razón, se enfadaron porque otros se aprovecharan de su trabajo, algo que es normal cuando trabajas gratis y das plenos derechos a todo el mundo. Hicieron lo que pudieron por boicotear el proyecto de ICC, y formaron un portal paralelo, el FICS (Free Internet Chess Server) donde se pudiera jugar gratis.
Pero por mucho que disguste, a veces es mejor pagar por un servicio equivalente. Hoy el FICS sobrevive con los accesos de despistadas amas de casa y el ICC es el portal para jugar al ajedrez por excelencia. Hay una gran diferencia entre el servicio de Answers de Yahoo y la opción refinada de Metafilter, que exige ser socio de pago para poder dejar un mensaje.
En el servidor gratuito, cualquier pregunta recibe cientos de respuestas, cuando no miles; La inmensa mayoría son pura basura. En el otro suelen ser unas pocas decenas cuanto más y están redactadas en perfecto inglés, muy razonadas y con links a páginas de referencia.
Los servidores gratuitos se llenan de mala gente que hace uso de nicks que, tras conseguir una pésima reputación, se ven obligados a cambiar. En el servidor de pago sólo puedes tener un nick (por cada vez que pagues) lo que hace que la gente siga unos estándares de educación más elevados.

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La Wikipedia descargable

Es increíble lo poco que aportan los guruses de Internet. Hace unos días se replicaba hasta el infinito y más allá la noticia de que la Wikipedia permitía la descarga completa de cada una de sus enciclopedias. Todo el mundo se alegraba mucho, se daban palmaditas en el hombro y repetían las cuatro cosas de la nota de prensa hasta la saciedad.
Siempre he pensado que para decir eso, mejor no se abre la boca. Si no tienes nada que aportar, quédate al margen, salvo que te paguen por escribir.
También soy de la opinión de que algún día cerrarán el grifo de Internet. Vivimos en una época de abundancia, en que todo está a tiro de piedra y hay fuentes de casi todas las series de televisión que uno pueda imaginar. Pero puede ocurrir que un día todo eso desaparezca. Por si acaso, hay que hacer copias de seguridad, tener películas suficientes como para ver dos horas de cine hasta que uno muera. Si suponemos una edad media de 80 años, y que empezamos a preocuparnos por asegurar nuestro futuro mediático a partir de los treinta años, necesitaremos tener cine y series como para 50 años. Si queremos dos horas de cine diarias, necesitaremos unas 18.250 películas, o 11,8 TB (Terabytes, 11.800 GB) de archivos.
Hasta que uno no tenga esa cantidad almacenada en discos duros, no puede dejar al Emule apagado por las noches. No importa lo floja que sea una película, hay que descargársela.

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