Cocina sencilla para tiempos complicados

Un libro de cocina un tanto inusual es el que escribiera Igone Marrodán Prados en 1995. Alejado del glamour de la guía Michelín, distanciada de los tenedores de los cocineros-estrella. Sin el ansia por mostrar cuantas más recetas mejor del 1080 recetas de cocina. Un libro de cocina para pobres. Y para aquellos que carecen de toda instrucción en los fogones.
El libro se publicó de forma oportunista, no en un auge de la cocina de autor, o de la dieta mediterránea. Simplemente auspiciado por la crisis económica de 1992.
Su introducción es de un pesimismo que parece fuera a presentarnos platos realizados con mondas de patatas, sopas bobas o hervidos de malas hierbas.

Y al estar planteado PARA TIEMPOS COMPLICADOS, como son los actuales, además de presentar recetas que se elaboran con ingredientes de ajustado precio susceptibles de ser sustituidos por otros similares que según la temporada pueden resultar aún más baratos, hago hincapié en cómo canalizar las sobras de las preparaciones para la realización de otros platos, apuntando tras el desarrollo de cada receta las posibles variaciones y su posterior uso.

Sólo por eso, ya el libro merecería la pena. Pero en realidad lo compré como transición hacia mi emancipación. Nunca antes había cocinado nada más complejo que un bocadillo y tuve que curtirme en la cocina leída para aprender hasta lo más elemental.
El único libro que vi que tratara lo más simple entre lo simple sin soberbia y sin darlo por sabido, fue este.
La receta del huevo frito ocupa casi dos páginas y tiene una frialdad propia de un matemático. Además de detallarla hasta lo irracional, indica todas las posibles variaciones y qué alimentos combinan bien con los huevos fritos.

Es mejor no escatimar aceite y poner abundante en la sartén en que se van a freír huevos, ya que éstos salen mucho mejor si pueden nadar en la grasa y el aceite sobrante se utilizará después para hacer todo tipo de guisos y frituras al no haber absorbido ningún aroma ni sabor. La sartén más adecuada será una de pequeño diámetro y preferentemente profunda.

Para evitar que al freír el huevo la clara se pegue en la espumadera, conviene mojar ésta en el aceite ya caliente antes de incorporar el primer huevo.[…]

En este libro se encuentran las recetas más sencillas que quepa imaginar. Patatas fritas. Tortilla francesa. Cómo cocer la pasta. El arroz con leche. También hay sitio para platos más complejos, algunos son muy elegantes y excelentes para quedar bien ante invitados de apellido Borbón.
¿Cómo diablos se publicó un libro así? Estamos ante una obra única en la literatura culinaria. Un libro austero y modesto en que la cocinera no trata de asombrarnos con rebuscadas combinaciones (también llamadas maridajes o fusiones) sino que se limita a expresar los cánones de la cocina, sin ningún tipo de alarde por su parte. El libro no tiene ni una foto en sus 550 páginas. Y tampoco tiene tantas recetas como quepa esperar. La propia autora lo indica: pocas y bien explicadas, contando todas las variaciones que admite el plato.
El punto grotesco lo da la continua racanería en los ingredientes. Resulta divertido que en todo momento la autora nos recuerda que un ingrediente se puede cambiar por otro, sin que pase nada. Si no tienes pato puedes usar un pollo que sabe igual. Si no tienes ternera pues no la eches. Si quieres ahorrar echa una cucharada más de caldo. Con las sobras de este plato puedes hacer unas croquetas de esta forma.
Para colmo sorprende el pragmatismo al mencionar la competencia de los productos preparados. La autora no hace ascos a las patatas congeladas, considerando la opción de usarlas para hacer una tortilla española.
Este libro me salvó el cuello en su momento. Aún hay muchas recetas que no he intentado y hasta hoy hacía años que no lo volvía a ojear. Qué de recuerdos.
Datos para localizar el libro:
– Es un libro que tiene más de diez años, luego las tiendas de segunda mano y las bibliotecas son lugares idóneos para dar con él. Es un libro de bolsillo, lo cual significa entre otras cosas que cabe en un bolsillo y hasta aquí puedo leer.
– Es de la colección El libro de bolsillo de Alianza Editorial, el nº 1718 con ISBN 84-206-0718-5. Es absurdo eso del ISBN, es como buscar a una persona de la que sólo conoces el DNI, sin el nombre no vas a ninguna parte y el nombre suele ser único de por sí.
– En Iberlibro lo venden a 10€. Y si lo compráis a través del link que pongo aquí (Cocina sencilla para tiempos complicados), me enviarán un plato de cocido a casa.
¿Qué hace una página seria como esta hablando de un libro de cocina? Cuando me planteo mi lista de los diez libros que más me han marcado, hay Premios Nobel, obras centenarias, autores idolatrados que acaban quedándose en el camino. Pero nunca puedo dejar fuera a este libro.
Artículos relacionados:


♦ El libro de los avaros
♦ Manual del aventurero
♦ Trampa 22

Superficie de España

I

Los conocimientos de geografía de los estadounidenses suelen ser muy escasos. En gran parte porque viven en un país de tamaño colosal y se dedican principalmente a estudiar su propia geografía, ya de por sí suficientemente compleja. Se conocen los 50 estados que lo componen, sus capitales y principales ciudades y dónde están situados, que no es poco.
A los españoles les ofende que algunos norteamericanos no estén seguros de la ubicación de nuestro país. Antes de llevarse las manos a la cabeza, no estaría de más preguntarse cuántos de las capitales de Europa se conoce cada uno, o precisar mínimamente dónde se encuentra Letonia.
Los libros americanos suelen refererirse para ponderar los países extranjeros usando referencias de sus propios estados. Italia es un poco más larga que Arizona. Francia tiene un 80% del tamaño de Texas. Suecia es la décima parte de California.

II

La superficie de España no es un número definido. Resulta sorprendente la cantidad de valores distintos que se citan, dependiendo de la fuente. En la misma Wikipedia hay enormes diferencias. La Wikipedia en inglés habla de los 505.992 km². Pero según del idioma el país parece ir menguando:
505.992 km² (inglés)
505.811 km² (español)
504.782 km² (francés, portugués, árabe)
504.646 km² (alemán)
En todos los casos se supone que están incluidas todas las colonias y territorios de ultramar. Según parece el dato más fiable es, como siempre, el de la Wikipedia en inglés.

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Telefonos

Una excelente oportunidad de hacer el ridículo se nos presenta cuando tenemos que anotar un número de teléfono. En los orígenes de los teléfonos móviles era habitual apuntar el móvil de una persona en una hoja de papel bajo el título de “móvil”. Lo cual no dejaba de ser ridículo, porque al menos en España es bastante conocido por todo hijo de vecino que cualquier número de teléfono que empiece por 6 es un móvil.
Así, apuntar móvil es como anotar el nombre de una persona y escribir junto a él la palabra nombre, o apuntar una ciudad mayor – como París o Barcelona – y escribir aclaratoriamente ciudad.
Para colmo de absurdo se tiene tendencia a no escribir el nombre de la persona que nos da el teléfono. Tras pocas horas ese papel comienza a perder significado para convertirse en un número carente de sentido por completo. La causa que achaco a que normalmente no escribamos el nombre de la persona que nos da su teléfono es que por lo común no sólo no conocemos el teléfono de la persona que nos lo da, sino que tampoco tenemos mucha idea de su nombre completo y tratamos de pasar por listos, no preguntando lo obvio.
Cuántas hojas de papel llenas de teléfonos acaban apareciendo con el tiempo, teléfonos de los que no estamos seguros de a quién pertenecen. Algunas veces hay una pequeña aclaración, como un nombre de pila, que resulta insuficiente. Guardamos esa hoja de papel sin atrevernos ni a romperla ni a llamar al número de la persona desconocida.
En mi caso siempre he tenido la tendencia a comportarme como si fuera muy listo. Si quiero guardar una contraseña en un papel no escribo en la hoja “usuario zrubavel: contraseña magdalenas3”. Ni por supuesto barbaridades como “email bill.gates@gmail.com, contraseña mac3intosh”. Todo lo más suelo escribir una contraseña y a veces ni siquiera completa, una pista para dar con ella.
Cuando anoto un nº de cuenta de banco, o de tarjeta de crédito, separo las cifras para que parezcan números de teléfono, o tacho algunas cifras para dar pie a confusión.
Estos sistemas, lejos de garantizarme una gran seguridad, me han llevado a numerosos problemas y a todo tipo de papeles crípticos. Si dramático es tener un teléfono que no sabes a quién pertenece, ni te cuento un número que no sabes ni lo que es. Puede ser una fecha enmascarada, una contraseña, un número de teléfono ofuscado, o quién diablos sabe que.

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Mercado de alquiler

Irracionalidad nº 3.400 del mercado inmobiliario español.
Tómese uno de los barrios más exclusivos de Madrid, quizás el que más exclusivo resulte sea La Moraleja, donde viven un montón de celebridades y gente con mucho dinero. La Moraleja tiene su propio servicio de seguridad privada, amén del que pueda tener cada una de los chalets que la componen.
Con Google maps puede verse una toma aérea del barrio. Lo azul son piscinas, la mayoría particulares. Lo verde son árboles, ese vegetal que en otra época abundaba en España. Lo verde continuo son campos de golf. Sí, hay más de uno.
Visítese la página de compra y venta de vivienda de Idealista y trate de buscar un piso de alquiler en La Moraleja. Sí, es cierto que la mayoría de las 89 viviendas que encuentro son chalets, algunos de muchos metros cuadrados.

Ahora vayámonos al otro extremo de Madrid, a uno de sus barrios más populares – por no decir menos ricos, o tal vez más pobres: Carabanchel. En esta vista de Google maps nos hacemos a una idea de cómo es el barrio. Lo anaranjado son bloques de edificios. Lo verde vuelven a ser árboles.
Y procédase a realizar la misma búsqueda de vivienda de alquiler en la misma página. Se vuelve a elegir todo sin filtro alguno.

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Cuentas separadas

Hace unos días, entre los favoritos de internet (que pueden y deben consultarse diariamente en del.icio.us/popular o mejor aún en del.icio.us/tag/toread ) aparecía un artículo titulado Los 25 mejores consejos sobre el dinero.
De entre todos ellos, había una verdad muy incómoda. Para uno de los expertos consultados, el principal punto a tener en cuenta a la hora de administrar el dinero, conseguir ahorros, hacerse rico y dar con buenas inversiones, era elegir una buena esposa.
Terreno movedizo mezclar dinero con amor. Se supone que una buena pareja debe ser una persona comprensiva, cariñosa, asertiva, divertida, ingeniosa, buena en la cama y fuera de ella. A falta de algunas virtudes ser un manitas o una buena cocinera han estado siempre bien considerados. ¿Qué tiene que ver el dinero con todo esto?
Un amigo mío es una de esas personas que podría tener mucho dinero. Tiene cierta facilidad para ganarlo: es un gran trabajador y muy bueno en lo que hace. Además tiene gustos muy austeros. Sin embargo, su mujer es bastante diferente. Le gusta un ladrillo más que a un tonto un lápiz. Gracias a ella ahora tienen dos coches y dos casas…y una enorme deuda con el banco. Ellos son felices, pero también son menos ricos de lo que podrían serlo. Desde luego el dinero no da la felicidad, pero no me sorprendería que la vida les diera uno de esos “imprevistos” en que uno tiene la necesidad de gastar mucho dinero. Los imprevistos se convierten en problemas cuando no hay dinero para pagarlos. Y los problemas acaban con la felicidad.
Desde luego, no se debe elegir caballo sólo mirándole los dientes. Pero no está de más echarles un vistazo antes de comprarse uno. Es una pena ver como hay gente que tiene varios empleos, vive como un asceta para ahorrar unos pocos euros y luego, cualquiera desde fuera puede ver cómo todo el dinero se va por el sumidero porque su pareja es manirrota.
El peor caso de todos es el de la gente simple. Un familiar mío es la típica persona sencilla a la que le gusta veranear en el campo, pasar la tarde entre ovejas o gallinas trabajando más que durante el resto del año. Una persona de gustos sencillos. Y encontró a una mujer sencilla como él. Lo peor de todo es la gente sencilla que trata de parecer sofisticada. Mi familiar es un tipo que parece un paleto pero al que cuando se le conoce un poco se da uno cuenta de que es un tipo listo, ingenioso y que además sabe disfrutar de las pequeñas cosas. Pero su mujer además de todo eso es pretenciosa. Ya en el viaje de novios les tocó el martirio de ir a Japón. El capricho implicaba gastar el triple de lo que a él le habría bastado para tener una excelentes vacaciones. Cuando aún se estaban recuperando de deudas y subidas de tipos de interés ya tenía ella pensado un nuevo viaje, esta vez a Canadá.

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Consejos para comprar un MP3

Estas navidades se me ocurrió la feliz idea de comprarme un reproductor de mp3. Fui a una tienda y me sorprendió la variedad de modelos y precios que existían. Así que dándomelas de comprador informado me fui de allí tras echar un vistazo a todo lo que se me ofrecía.
Pensé que haciendo un trabajo de campo por Internet podría llegar a encontrar buenas recomendaciones. Sin embargo, al poco tiempo pude darme cuenta de que las únicas opiniones que iba a encontrar en la red eran las de los compradores de un determinado modelo. El tipo que se compró un reproductor de marca Sony nos contará si el modelo le salió rana o si funciona correctamente. Pero no será capaz de contarnos si es mejor que el Ipod de Apple. No era exactamente lo que pensaba.
Luego traté de orientarme por las opiniones de los periódicos digitales, pero en cuanto sólo encontraba opiniones favorables y cantos de alabanza ante las facetas de cada producto, con el olor de patrocinadores de fondo, decidir desistir.
Aún me quedó la más ilusa y decepcionante de mis ideas: consultar uno de esos blogs de gadgets (chatarra electrónica del futuro) que tanto proliferan por internet. Aunque quizás no miré donde debiera, la impresión que me causaron fue nefasta. Páginas mantenidas por niños grandes que entienden su enfermiza compulsión hacia la compra de aparatos tan útiles como baratos más como un hobby o afición.
El propio hecho de escribir el blog es una forma de hacer creer que se trata de una noble causa. La realidad oscura es que es un gusto patológico, socialmente aceptado pero no menos preocupante que el de aquellas mujeres que piden un préstamo para comprarse un vestido para la boda de una amiga.
Los blogs de gadgets que consulté estaban llenos de publicidad encubierta, artículos que buscaban a la desesperada un buen posicionamiento en buscadores para arrancar las miasmas de Adsense. Y repetición sobre repetición. El fusilamiento de artículos enteros era tal que resultaba imposible saber quién había copiado a quién. Recuerdo un reproductor de mp3 en particular sobre el que sólo había una opinión en todo internet, pero que se repetía de forma literal en varias decenas de páginas.
Esperaba encontrar algún tipo de comparativa decente, algo razonable pensado para el usuario pardillo, como yo. Ellos lo que querían era que pinchara en sus anuncios, cosa que no hice.
Continuando con el insulto hacia páginas más honradas y útiles que la mía, en un ejercicio más de soberbia daré lecciones para quien quiera comprarse un aparato para escuchar música.
En realidad no voy a dar una comparativa, porque no tengo ni idea de los modelos que existen. Si hiciera una buena comparativa esos blogs de los que tan mal he hablado me la copiarían sin escrúpulos. Como este es un blog más destructivo que creativo no les daré esa facilidad.

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Buena suerte

Flujo piroclástico


El flujo piroclástico es uno de los efectos tan frecuentes como devastadores de las erupciones volcánicas. Es el descenso desde la cima del volcán de una mezcla de gases, rocas y cenizas, a altísimas temperaturas (100-800ºC) y a una velocidad vertiginosa, que puede superar los 150 km/h.
La marea tiene un poder destructor arrebatador y arrasa con todo lo que encuentra. Su textura es una incierta mezcla entre lo sólido, lo líquido y lo gaseoso. Puede desplazarse varios kilómetros incluso sobre la superficie del mar. Y es letal. La fuerza de su propio movimiento de expansión le permite segar edificios, talar árboles. Y el gas que se mueve por el aire quema todo lo que se encuentra a su paso, además de resultar venenoso.
No se sabe aún lo suficiente sobre este fenómeno, en parte porque es bastante improbable – no abundan los volcanes activos – y porque todo aquel que ha estado cerca de un flujo piroclástico ha muerto. Sólo de esas lecciones de muerte se han podido obtener algunas conclusiones. Pompeya es el caso más famoso, pero no el único.

El desastre de Saint-Pierre


Saint-Pierre era la principal ciudad de la isla del Caribe Martinica, una colonia francesa de las pocas que aún quedan en el mundo. Saint-Pierre tenía un volcán, el Monte Pelée. Y los volcanes suelen ser un motivo perpetuo de preocupaciones, aunque en este caso los habitantes de esta población se habían acostumbrado a las continuas llamadas de atención del suyo. Sin embargo, el 25 de abril de 1902, el volcán erupcionó.
Desde luego que los habitantes de Saint-Pierre no quedaron impasibles ante la actividad del volcán, pero no en balde habían realizado sus estudios de riesgo y consideraban que su ciudad no corría peligro. Tras la primera explosión del 25 de abril se fueron sucediendo los episodios volcánicos, con resultados que preocuparían hasta a los más calmados del lugar.
Quizás el suceso más sorprendente de todos los que siguieron a la erupción fue la invasión de serpientes. Escapando de los vapores malsanos y venenosos de la montaña, una miríada de serpientes emigró de forma forzosa y acelerada hacia Saint-Pierre el 3 de mayo de 1902. Cientos de serpientes, de casi dos metros de largo invadieron la ciudad. Estas serpientes(Bothrops lanceolatus), tremendamente venenosas, pertenecen a una especie única en el mundo que sólo se desarrolla en la isla de Martinica.
Todo aquel animal o persona que se cruzó en su camino murió. Los soldados y los gatos gigantes de Martinica las mataron mientras pudieron, pero fueron muchos los que murieron, estimándose en unas 50 personas las bajas causadas por este extraño incidente.

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Palabras cortas

Una pregunta constante sobre Alemania es porqué un país que ha dado a músicos de la talla de Beethoven, Mahler, Brahms, Wagner, Bach o Hindemith no ha sido capaz de ocupar un lugar preeminente en la música pop y rock.
El idioma alemán tiene entre sus cualidades el que sus palabras tienden a ser excesivamente largas, algo que causa problemas en las letras de las canciones. Sin embargo, el alemán es el idioma perfecto para la filosofía que requiere de palabras con mucho contenido semántico.
De la Crítica de la Razón Pura, de Inmanuel Kant:

Sofern nun die Sinnlichkeit Vorstellungen a priori enthalten sollte, welche die Bedingungen ausmachen, unter der uns Gegenstände gegeben werden, so würde sie zur Transzendental-Philosophie gehören. Die transzendentale Sinnenlehre würde zum ersten Teile der Elementarwissenschaft gehören müssen, weil die Bedingungen, worunter allein die Gegenstände der menschlichen Erkenntnis gegeben werden, denjenigen vorgehen, unter welchen selbige gedacht werden.

Por el contrario, se dice que el inglés es el idioma perfecto para la música ligera. No se suele mencionar lo suficiente la que quizás sea su mayor ventaja sobre otras lenguas: sus palabras son muy cortas.
En la canción de Gary Jules Mad World la palabra más larga que se emplea tiene tan sólo diez letras. Si en el anterior texto de Kant la palabra promedio tenía ocho letras, en esta canción el promedio es de tan solo cuatro letras:

All around me are familiar faces


Worn out places, worn out faces


Bright and early for their daily races


Going nowhere, going nowhere


Their tears are filling up their glasses


No expression, no expression


Hide my head I want to drown my sorrow


No tomorrow, no tomorrow

And I find it kinda funny


I find it kinda sad


The dreams in which I´m dying


Are the best I´ve ever had


I find it hard to tell you


I find it hard to take


When people run in circles


It´s a very, very mad world mad world

Children waiting for the day they feel good


Happy Birthday, Happy Birthday


Made to feel the way that every child should


Sit and listen, sit and listen


Went to school and I was very nervous


No one knew me, no one knew me


Hello teacher tell me what´s my lesson


Look right through me, look right through me

And I find it kinda funny


I find it kinda sad


The dreams in which I´m dying


Are the best I´ve ever had


I find it hard to tell you


I find it hard to take


When people run in circles


It´s a very, very mad world … world


Enlarging your world


Mad world

Aquí viene un video para demostrar por qué esta canción no funcionaría en ningún otro lenguaje del mundo:

La frontera hungara

Bela Bartok (1881-1945) fue un músico húngaro – el más grande que ha dado ese país – que se dedicaba en sus ratos libres a recorrer su país con un grabadora, para capturar las melodías tradicionales de los pueblos y salvarlas de la desaparición.
Fruto de uno de esos viajes surgió la que es una de sus obras más conocidas. Estas danzas provienen de una región de Hungría que, por los avatares del destino, ahora pertenecen a Rumanía. Así, el nombre que recibe es el de Danzas Rumanas.
(Ahora viene un video)

Cuentan que la melancolía y el elevado índice de suicidios de los húngaros se debe en gran medida a la nostalgia de un país que, tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, ha visto menguar sus fronteras de forma muy brusca, perdiendo las dos terceras partes de su territorio hace menos de un siglo, en uno de esos absurdos repartos de los aliados.
El gran beneficiado con el despiece de Hungría fue Rumanía, que a pesar de su testimonial participación en la Primera Guerra Mundial, consiguió aumentar su superficie en casi un 100%.



Música con mayúsculas para una historia agridulce.
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♦ Bela Bartok


La ruta de las especias

Dulces azucarados

¿Has probado alguna vez los dulces de Marruecos? Si es así, te gustarán más o menos que los dulces españoles. Pero a buen seguro que habrás notado que son mucho más dulces que los de nuestro país, España. Tienen más azúcar y más miel que los nuestros.
Pues cuando un alemán llega a España tiene la misma sensación: todo es mucho más dulce en nuestra tierra. Recetas comunes a ambos países, como el arroz con leche ( o Milchreis) varían apenas en la cantidad de azúcar a añadir. Alguien con más rigor podría investigar sobre la entrada de la Wikipedia sobre el arroz con leche. Es una receta que existe en casi todas las regiones del mundo, puede entenderse como que es una receta “que está en el aire” y tarde o temprano toda cultura acaba llegando a ella.
Si uno va más hacia el norte de Europa, los postres son cada vez menos dulces. Quizás un marroquí no consideraría un dulce sueco como tal.
Las causas de las diferencias entre la concentración de azúcar en los postres entre unas regiones y otras pueden entenderse en función de la facilidad con que un pueblo haya podido acceder a él. Los españoles, tras conquistar y arrasar Sudamérica y América Central, pusimos nuestras plantaciones de caña de azúcar por doquier. Los suecos de la época quizás ni siquiera conocían esa planta. Como ya indiqué en otra entrada, hasta hubo una época de la historia en que tomar mucho azúcar se consideraba signo de prosperidad, de ahí que hasta la caries fuera bella.
Con el tiempo, el producto se abarató lo suficiente como para que cualquier país pudiera consumir tanto como quisiera. Pero al menos en Europa, la concentración de azúcar aumenta gradualmente conforme nos acercamos más hacia el sur.

La ruta de las especias

La que creo que es la explicación de este hecho puede buscarse en Sri Lanka, antes llamado Ceilán. Una isla paupérrima justo al sur de la India. Entre los siglos XVI y XVIII se sucedían las visitas de comerciantes europeos que, tras un viaje de varios meses, plagado de peligros, se plantaban en los puertos de esta isla, y en muchos otros de Asia, a realizar el negocio del siglo: cambiar productos manufacturados; telas preciosas y joyas por simples especias.
Hoy nos reímos de los retrasados indios americanos que se dejaban camelar por cuatro cristales brillantes y que a cambio nos vendían sus tierras o nos daban su oro, pero el mismo trato se producía, de forma inversa, en las costas asiáticas. Empresarios de MBA que se dejaban engañar, tras haber hecho el viaje, a cambio de unas plantas que nacen prácticamente sin querer.
¿Nunca te has planteado por qué había tanto interés por las especias? Las especias de antes eran las mismas que las de ahora. Eran la pimienta, el sésamo, el cardamono, la canela, la nuez moscada, la guindilla, el cilantro, el espliego y tantas otras. Hoy en día estas plantas no cuestan casi nada. Mucha gente no las usa apenas para cocinar. Si de repente su precio subiera a valores mil veces los actuales, simplemente prescindiríamos de ellas.

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