Referidos de Amazon

Aunque el 2010 es el año del Tigre según el calendario chino, para mi va a ser el de Amazon porque pienso daros la brasa a base de bien.

Los más observadores habréis visto que he incluido alguna publicidad sutil, poco intrusiva y etcétera relacionada con Amazon. Este tipo de publicidad funciona con lo que se llama referidos. Es diferente de la publicidad que pagan en Google, donde cada click significa una cantidad insignificante de dinero.

El sistema de referidos se refiere a que cuando alguien compra algo porque tú lo recomendaste te llevas una comisión sobre la venta. Es como lo que hacen compañías tales como Avon o Herbalife, pero en rollo 2.0. Es decir, que si yo hablo muy bien de un libro, lo haya leído o no, y os engatuso para que hagáis click en el enlace que os lleva a Amazon y acabáis comprando ese libro, me llevo una parte del dinero que pagáis.

Así dicho suena muy bien pero la realidad es más sutil. Desde que tengo publicidad de Amazon he tenido 231 clicks en libros, películas (?) o música recomendada por mi. Por esos 231 clicks no he ganado ni un céntimo. Pero resulta que dos personas han acabado comprando libros merced a esas recomendaciones mías. Por ellos he ganado 60 céntimos de dólar.

El sistema de referidos sin embargo es muy diferente al del mundo real. Cuando una persona visita mi página y luego la de Amazon, queda marcada con una especie de “pegatina virtual” que indica que ese cliente es mío (durante cierto tiempo o hasta que llegue otra persona y le ponga otra pegatina). De ahí se llega a la extraña y desagradable situación de que yo recomiende el libro de Chernev “Logical chess, move by move” y una persona me haya hecho ganar dinero virtual por comprar “Chess for Kids” que es un libro que jamás recomendaría.

Aún más extraño es que alguien haya comprado el libro Discovering Piano Literature, Book 2 (Alfred Masterwork Edition), libro que jamás he recomendado. Ni él ni nada que se le parezca.

El sistema de referidos es quizás peor que el que existe en el mundo real. Hoy he comprado mi primer libro virtual en la tienda de Amazon para Kindle. El libro es Good Calories, Bad Calories, de Gary Taubes. La idea del libro es fascinante y conforme lo estoy leyendo, el interés es mucho mayor. El caso es que ese libro lo compré tras las muy favorables reseñas, entrevistas y extractos del socio Seth Roberts. Pero claro, al comprar por Kindle no hay forma alguna de decir “Oiga, que este libro lo estoy comprando por el tipo este que no veas si dio la brasa al respecto”.

Al final resulta que en un caso de adoctrinamiento absoluto una persona no consigue la comisión y en casos de libros altamente no recomendados uno se lleva una comisión. Es uno de los sinsentidos de Internet.

Reuniones

Intentar clasificar todas las reuniones es demasiado pretencioso. La experiencia personal siempre será muy limitada a lo que uno ha podido vivir en su experiencia profesional.

Las causas por las que se produce una reunión, por tanto, son infinitas. Lo más habitual suele ser la necesidad de comunicar determinada información entre dos grupos de trabajo relativamente heterogéneos: los departamentos.

Las empresas se dividen en departamentos, que no son más que Reinos de Taifas en los que unos pintamonas se sienten importantes. En su aldea, ellos son reyes y poseen gran poder. Sin embargo, a menudo se necesita tratar con personas de otros departamentos. La poca fluidez de esta comunicación provoca, en gran parte, la reunión.

La reunión es una forma de reconocimiento de que no existe comunicación cómoda entre ciertos grupos de personas. Una prueba de que los departamentos trabajan de espaldas a la realidad de la empresa, para ellos lo importante es que el departamento vaya bien. Y a veces desconocen lo que sucede en el más allá. Es mediante las reuniones donde se produce ese conocimiento.

Un punto fundamental de las reuniones es que hay una figura clásica – como el que lo consigue todo en las cárceles – que es el convocador. Es un tipo que parece nacido por y para las reuniones. Estás hablando con él de cualquier cosa y cuando menos te lo esperas te salta con la terrible frase: te convoco.

Porque todo el mundo va a las reuniones, menos uno que es el que las convoca. Las convocatorias son como los duelos, te los sueltan a bocajarro, y no estás en disposición de rechazarlas, salvo enorme afrenta al honor. Y al igual que a los duelos, no suelen ir sólo dos personas, sino que resulta imprescindible la presencia de padrinos.

Digamos que la reunión tienen que hacerla los departamentos de Ventas y Relaciones Internacionales. En principio bastaría con que se presentara un miembro (o miembra) de cada departamento. Pero lo cierto es que si va un subalterno es posible que no sepa negociar o dialogar en favor de su departamento y acabe en un compromiso del que salgan perdedores. Tiene que ir alguna figura de cierta relevancia, normalmente un jefe intermedio.

Entonces la situación es la siguiente. Un simple empleado de Ventas tiene que tratar algo con un jefe intermedio de Relaciones Internacionales. El empleado atrae a un cargo intermedio, que vela por los intereses del departamento. Y el de Relaciones Internacionales, para no verse en desventaja, se trae a otro de su equipo, normalmente alguien que sepa un poco de qué va todo.

Y es entonces cuando uno de estos jefes tiene la brillante idea de invitar a uno de sus superiores. En la esperanza de demostrarle lo mucho que sabe durante la reunión, o para aumentar la presión sobre el departamento rival. Y claro está, los del otro departamento hacen lo mismo.

Mención especial merecen las reuniones a tres y cuatro bandas. Entonces aquello va derivando en una sucesión de personas conjugadas (ven tú que un día te vi hablando con una de Relaciones Internacionales) hasta llegar a lo más parecido que existe a una boda gitana. Media empresa está invitada a una reunión que quizás podría solventarse con una llamada telefónica.

Si la reunión implica que se desplacen personas, ya sea porque trabajen en otras ciudades o delegaciones, se trata de aparentar que es algo importante, por lo que se invitan a más y más personas. (No vamos a traer a Aaron de Viena y que no haya por lo menos dos jefes de departamento).

Como en las bodas, lo normal es que se te vaya la mano con los invitados y acaben convocados muchos más de los que uno imaginaba al principio. Llega un punto en que se empieza a invitar muy por arriba, recurriendo a personas con cierta importancia en la empresa. Estos figuran como “invitados” que no han confirmado su asistencia.

Lo más normal es que la reunión se proponga con una semana vista y luego uno de los dos que realmente era imprescindible decida que no puede (porque tiene que hacer una entrevista de trabajo ese día o porque tiene otra reunión) y entonces todo el chiringuito amenaza con desmoronarse. La solución pasa por el divertido juego de la coordinación de agendas. Normalmente todo el mundo está ocioso pero se trata de demostrar que a uno le resulta complicado pasar una reunión de las nueve a las diez.

Llegan las diez, hora de la reunión entre la gente de Ventas y Relaciones Internacionales. Llegar a la hora está muy mal visto. Parece como si uno no tuviera nada que hacer. Como en una cita, si la chica llega pronto, es una mala señal.

Hay ocho personas de la compañía convocadas a las diez y no se presenta nadie. A las y diez llega el primero, normalmente el que ha convocado la reunión. Y por necesidad, porque le toca probar el proyector, que no funciona porque no sabe usarlo. Llama a uno a que le ayude. Pasan diez y quince minutos, empieza a llegar la gente. El hecho de que el proyector falle provoca que muchos remoloneen y se pongan a hablar por teléfono, normalmente llamadas personales que tratan de disimular con caras de preocupación. La gente se llama por las mañanas para cosas estúpidas como contar qué se va a comer o si hay que sacar algo del descongelador.

La reunión empieza a las diez y media. Con suerte. Siempre falta alguien. Siempre hay alguien importante que “ha dicho que vendría” o que “se intentaría pasar”.

Esto es sencillamente terrible. La reunión empieza media hora tarde y una persona sabe que puede llegar una y dos horas tarde y en realidad no se está perdiendo nada. Es decir, hay ocho, o diez, o veinte personas, que cobran un buen dinero, que están literalmente destrozando los registros de competitividad de la compañía.

En una reunión hay que entender que el malgasto de tiempo se vuelve exponencial. Si pillas a un empleado viendo porno en su ordenador podrá estar así una hora, pero será una hora de un trabajador. En una reunión pueden pasarse tres horas del tiempo de ocho personas. Es todo el porno que verá ese empleado vago en todo el mes, y además de personas más importantes y supuestamente productivas.

Pero volvamos al punto de partida. Tenemos a Ventas y Relaciones Internacionales departiendo sobre la reunión. Un punto a destacar es que las reuniones no se preparan nada. Normalmente la gente se lleva papel para apuntar pero no es más que un soporte sobre el que poder hacer garabatos mientras los demás hablan. Si se necesita un dato es muy frecuente que no se sepa y que alguien aventure algo sin ningún tipo de conocimiento. La causa de la propia reunión suele ser el hablar sobre lo que un podía haber mirado en la quietud de su despacho. Se piensa y se medita en la propia sala, nadie tenía ideas previas y normalmente siempre hay ases en la manga y sorpresas de última hora.

Los jefes tratan de salvaguardar el honor de su departamento y al mismo tiempo potenciar la importancia del mismo. Los de Relaciones Internacionales se conforman con que los de Ventas les pidan que hagan algo, o que justifiquen que ellos son de gran ayuda. Luego los de Relaciones Internacionales comerán todos juntos y recalcarán esas frases mágicas como si fueran un discurso de investidura presidencial.

En una reunión la productividad es mencionada a menudo pero a nadie se le pasa por la cabeza lo improductiva que resulta una reunión. No se tiene la idea de que se está haciendo algo inútil, sino importante. La reunión tendría que haber empezado a las diez y a pesar del retraso a las once surge el primer imprevisto: aparecen dos notas que resulta que tenían la sala de reuniones reservada.

Prueba más de la improvisación continua de las reuniones es que lo más elemental es que no se cuide ni el detalle básico: reservar la sala donde celebrarla. Otras muestras de desidia y desinterés habituales son: que la presentación no funcione, que no funcione la videoconferencia, que no haya rotuladores con los que escribir.

Llega esta persona y rompe cualquier atisbo de ritmo. Hay veces que toca desplazar a todos los miembros de la reunión a otra sala. Se ponen a buscar como condenados, recorriendo en jauría toda la oficina. Siempre hay alguno que se despista y acaba abandonando, llamado por uno de los pocos empleados de guardia para firmar un cheque o atender a una petición importante y útil. Siempre más útil que estar en una reunión.

La interrupción puede provocar la sempiterna llamada a tomar café. Y ahí tienes a ocho personas tomando café en la sala correspondiente. Pero oiga, son los mismos que antes estaban reunidos en la sala y de repente ya no se puede hablar de trabajo porque la sala de café es sagrada como el Ganges. Se da un giro de 360º a la conversación. Llegó el momento del fútbol.

La situación es la siguiente: ocho personas están tomando café en una sala. Hablando de fútbol. Están ahí porque a nadie se le pasó por la cabeza que habría que reservar una sala de reuniones. Y dentro de una semana volverá a suceder lo mismo y a nadie le sorprenderá. De estas ocho personas, tal vez tres tengan alguna lógica de presencia en dicha reunión. Con algo de preparación podrían haberse reunido, tal vez en la misma sala de café y, durante unos minutos, solucionar sus diferencias.

Pero no, ahora son ocho y cuando terminen de tomar café encontrarán una sala donde seguir debatiendo soluciones. Serán casi las once y media. Se tardarán diez minutos en tener a todos los implicados calmados y dispuestos a hablar de trabajo.

Para entonces ya hay alguno al que se le ha acabado la batería del portátil. O que ha perdido la conexión de red y que necesita ayuda para recuperarla.

Y entonces llega una de las estrellas invitadas, de las que se afirmaba existía la posibilidad de que llegaran. Pregunta lo que se ha perdido y sorprendentemente los avances realizados se pueden expresar en menos de treinta segundos. La estrella comprende que aquello es un tostón y amaga con volver dentro de un rato. Se vuelve a marchar.

La conversación y el supuesto debate continúan durante mucho tiempo. La gente remolonea en la espera de que llegue ese Gran Jefe y los encuentre reunidos. Tener que resumir la ausencia de resultados tangibles fuera del entorno reunido es mucho más complejo y frustrante. Llega un momento muerto, de puro tiempo de relleno, en que de repente alguien desvía la conversación hacia algo aún más intrascendente, normalmente sin relación alguna con el trabajo. Puede ser hablar de que su hijo vio el otro día a Guti saliendo de un restaurante. Esta conversación se continua porque sí y aunque la mayoría de la gente permanece al margen se respeta como si fuese parte misma de la esencia del negocio.

En algún momento se vuelve al asunto. La reunión es soporífera. Los que tienen Blackberry se salvan leyendo correos personales enmascarados en el uniforme interfaz del correo. El resto hace garabatos en el papel. Los más tristes parece que estuvieran aprendiendo algo muy valioso. El tiempo pasa y nadie se preocupa de intentar hacer la reunión breve.

Una reunión breve es un fracaso. Las reuniones se convocan a longitudes desmesuradas, demenciales. A veces reuniones de cuatro o cinco horas. Se apura cada minuto como si fuese el último con una novia que vive en el extranjero. Se acerca el horario final y se sabe que la reunión se prolongará bastante más. A veces por encima del horario laboral. Y lo peor de todo es que todo apunta a que terminará con la convocatoria de otra reunión. Muchas reuniones se zanjan a nivel departamental con la frase “ha quedado claro que ahora la pelota está en su tejado”. Ocho personas durante cuatro horas para dejar una pelota. Y lo peor es que a lo mejor el otro bando se marcha con la misma conclusión pero de los otros.

En las empresas, con la crisis, se revisa todo lo cuantificable. Si te llevas un sacapuntas, tienes que demostrar por qué. Pero una reunión que ha podido suponer más de 30 horas hombre de trabajo no se considera nunca un desperdicio de tiempo. Un registro de reuniones celebradas, con empleados y con horas totales sería un sencillo antídoto ante este mal de la empresa española.

Gran parte de estos males se debe a la incapacidad de expresión escrita. Un buen correo electrónico, con respuestas adecuadas, podría sustituir a muchas reuniones insulsas. Pero somos personas primarias que necesitamos el contacto físico, el chascarrillo, para acabar con la sensación de confraternización y de comunicación de ideas. Muchas reuniones suelen acabar como deberían haber empezado: con una promesa entre dos personas se enviarse un documento por correo electrónico. Cinco horas después. Ocho personas después. Dos litros de café después.

Bjørnar Håkensmoen

Mañana comienzan los Juegos Olímpicos de Invierno 2010 en Vancouver (Canadá). A un compañero que es muy aficionado a los deportes le preguntaba qué habría digno de ver y se encogió de hombros. Los deportes de invierno son un misterio en nuestras latitudes (y a los socios de América les resulta casi tan extraño o aún más, las medallas olímpicas de invierno obtenidas en el hemisferio sur se pueden contar con los dedos de una mano, en sentido literal).

Gran parte de la culpa de ese desconocimiento se debe a que históricamente los juegos de invierno han estado pésimamente gestionados. Eran el hermano pobre del olimpismo y la simple enumeración de catástrofes y desaciertos daría para rellenar un buen blog durante algunos años.

Como en otras ocasiones mi reacción ha sido la siguiente: no tengo ni idea de los juegos olímpicos de invierno y empiezan muy pronto. Algo tengo que aprender al respecto.

La entrada de la Wikipedia sobre los Juegos es una de esas ante las que me quito el sombrero. La historia contada de forma entretenida, con datos y con sustancia. A menudo critico a esta enciclopedia porque veo que se aleja de este estándar tan elevado.

Si en las olimpiadas de verano hay una alternancia entre Europa y el resto del mundo, en las de invierno es entre Norteamérica…y los Alpes.

localizacion-olimpiadas

Asusta ver cómo tantas y tantas olimpiadas se han celebrado en un palmo de terreno. Pero es que lo peor de todo es que más de una olimpiada se ha celebrado repitiendo sede. Y no porque París tuviera su olimpiada en 1900 y pasados 50 años ya tuviera derecho a otra. Sino porque es que pasaban pocos años y la sede reciente era la única en condiciones de preparar otra, con lo que se repitió casi de seguido la sede de algunas olimpiadas:

1928: St. Moritz, Suiza
1948: St. Moritz, Suiza

1932: Lake Placid, United States
1980: Lake Placid, United States

1964: Innsbruck, Austria
1976: Innsbruck, Austria

1944: Cortina d’Ampezzo, Italia (no se llegó a celebrar)
1956: Cortina d’Ampezzo, Italia

Incluso se ha dado el desagradable incidente de que para unas olimpiadas se echó atrás el país organizador y hubo que encontrar un suplente de última hora, es lo que ocurrió con las olimpiadas de 1940. Sapporo, Japón sería el organizador, pero por la invasión de China previa a la II Guerra Mundial, se le quitó la sede. Luego se ofreció St. Moritz, Suiza (la de las olimpiadas de 1928) pero por problemas de última hora se echaron atrás. Alemania se ofreció como sede suplente y bueno, luego pasó lo que todos conocemos y no hubo olimpiadas.

Lo sorprendente de este asunto es que St. Moritz tuvo unas olimpiadas, rechazó otras y aún así pudo organizar unos segundos juegos poco tiempo después. Las cosas de los Juegos de Invierno. Siempre han estado al margen, las competiciones las han seguido pocos países, aunque éstos con enorme interés. Estas son olimpiadas para rusos, fineses, suecos, noruegos, daneses, suizos, checos, franceses, italianos, canadienses y estadounidenses. Un grupo más pequeño que el de los seguidores de la Copa África.

Pero una élite económica y cultural, no es lo mismo un anuncio para el público de Gabón que para los suecos. Las olimpiadas de invierno son el Apple de los deportes. Selectos hasta decir basta. O pijos como decimos en España de los que son estirados, ricos y educados en exceso.

Esto crea una nueva barrera que nos aleja de estos deportes: no los entendemos. Y encima los practican personas que lo hacen por gusto, no por necesidad, como tantos deportistas africanos que parecen correr por evadir el hambre de sus países de origen.

Desde luego que algunas competiciones resultarán apasionantes. El hockey sobre hielo, que es un deporte que hay que respetar, aún cuando uno no lo conozca, las carreras de esquí parecen sencillas, pues van deslizándose. Pero en el esquí de fondo el consumo de calorías y de oxígeno por parte de los deportista no tiene equivalente en otros deportes. La remontada del esquiador noruego es impresionante (hacia la mitad de este video) tenéis que pensar que esa persona está en ese momento consumiendo mucha más energía que un sprinter de ciclismo.

Los primeros juegos mostraban la candidez de algunas sedes que aspiran a la organización cuando no pueden garantizar la presencia de nieve. En los juegos de St. Moritz de 1928 la ceremonia de inauguración tuvo lugar bajo una ventisca. Los 10.000 metros tuvieron que suspenderse por el mal tiempo. Pero poco después la carrera de 50 kilómetros de esquí de fondo terminó a 25ºC y casi sin nieve sobre la que deslizarse.

De los juegos olímpicos de invierno de 1984 es la memorable y emotiva coreografía de Jayne Torvill y Christopher Dean con la coreografía del Bolero de Ravel y con una argucia legal de por medio (la historia nº8 de esta lista). O el milagro sobre hielo de 1980, del que alguna vez habrá que escribir.

A mi sin embargo hay una historia que me ha emocionado y es algo realmente difícil en los tiempos que corren. Normalmente se piensan en proezas y hazañas de olimpismo y se piensa en grandes perdedores, como el nadador africano que luchó por hacerse un largo en los Juegos de Sydney en el 2000.

La historia de la que os hablo sucedió en los juegos anteriores, los del 2006 de Turín. En uno de los nuevos deportes presentados ese año: la carrera femenina de esquí de fondo de relevos.

En esta carrera dos corredoras se relevan para recorrer una distancia de unos tres kilómetros. En las pruebas clasificatorias los mejores tiempos los consiguió el equipo de Noruega. Pero en la final la corredora canadiense Sara Renner se destacó ya en la salida, liderando la prueba desde el principio.

Sin embargo un infortunio provocó que se le rompiera uno de los bastones en que se apoya al esquiar. Con un único bastón estaba acabada, y tres corredoras la adelantaron. Fue entonces cuando apareció el entrenador femenino de Noruega, Bjørnar Håkensmoen. Que justo estaba a su altura cuando esto ocurrió. Sin pensarlo se acercó a ellla y le dio uno de sus bastones a la corredora que, desconcertada, empezó a esquiar como una enferma.

Los bastones de hombre son 12 centímetros más largos que los de mujer, por lo que Sara Renner tuvo que seguir en la carrera con ese handicap. Aún así pudo completar la prueba y entregar el relevo a su compañera con una desventaja no demasiado grande sobre las competidoras. Beckie Scott tomó el relevo y consiguió la proeza de obtener la medalla de plata para Canadá.

Lo impresionante del asunto es que el equipo de Noruega quedó cuarto por culpa de la ayuda de su entrenador a una rival.

Bjørnar Håkensmoen
Bjørnar Håkensmoen

Y esto es deporte en estado puro. No es sólo ganar ni tener que conseguir una medalla para que te den una beca deportiva y luego vivir como entrenador el resto de tu vida. Es lo bello de la gente forrada que se comporta como cree que es justo, no por el interés.

Sorprende que algo así no haya trascendido apenas en países como España. Es un acto que pasó desapercibido por completo porque es paradójico. Aquí a uno le dan un golpe en la cabeza y se convierte en un héroe. Pero ayudar a un extranjero y perjudicar a tus alumnas es algo raro, no es limpio, no es claro, no nos sirve.

La historia sin embargo tuvo otra lectura en Canadá. Una verdadera histeria hacia un gesto tan noble. Un periódico de Quebec, Le Journal de Montréal, abrió la edición con un enorme TAKK en portada. Takk es gracias en noruego.

La gente se volvió loca con la gratitud hacia el país entero. Se decía que todo canadiense estaba obligado a invitar a bebida a los noruegos que se encontrara en un bar. La embajada noruega se encontró inundada de cartas y correos de felicitación. El descerebrado empresario Michael Page envió 7.400 latas de jarabe de arce como extraña forma de agradecimiento.

Håkensmoen pasaría a ser el invitado de honor que dirigiera el desfile de la Calgary Stampede, en Canadá. Un noruego homenajeado en la remota Calgary y ovacionado con gritos de “Thanks for the Pole” (gracias por el bastón).

Realmente el suyo fue un gesto noble de los que engrandecen el mundo del deporte y los que realmente dignifican la verdadera competición: sin dopajes, sin tecnología, sin ventajas arbitrales. Aquel rollo manido del Altius, Citius, Fortius.

Fuentes:
Casi toda la información viene del artículo de la Wikipedia sobre los Juegos Olímpicos de Invierno.
Para saber un poco más de Bjørnar Håkensmoen y Sara Renner están los enlaces que he ido señalando por el artículo.
Para los que lleguen desde Google sí, Sara Renner ha posado desnuda para una revista pero no, aquí no están las fotografías. Si es difícil encontrar el video de su carrera, imaginad las fotografías.
Si alguno de vosotros encuentra el video, le agradecería que lo indicara en los comentarios para completar el artículo. TAKK.

Imagen freeware (cerrado)

Muchas gracias a todos los que me habéis enviado fotografías para incluir en la cabecera de la página. Realmente he tenido mucho bueno donde elegir.

No obstante he optado por rechazarlas todas por los siguientes motivos:

a) Algunas imágenes son shareware, es decir, que nos gratis 100% como lo del Emule. A veces es mejor pagar 5 euros por hacer lo que te da la gana con algo, antes que obtenerlo gratis y tener que indicar con total claridad que esa foto es de otro.

Si hubiera puesto una foto shareware teóricamente estaría infligiendo la licencia, salvo que ponga un link justo debajo de la imagen o en la misma imagen, etc. Cosas raras que al final hacen que se te quiten las ganas.

b) Realmente me he dado cuenta de que si la foto es de otro el sitio pierde autenticidad. Hasta hace poco nunca hubo una imagen ahí arriba y no pasaba nada. Tener una imagen de un perro robada de un theme de blog estaba bien, pero ya la de una persona que se lo ha currado no me gusta tanto.

c) Combinando el material recibido he llegado a la idea de que con ir a la Wikipedia y tomar una fotografía del año de la tana que sea grande ya me vale para mi propósito.

Al final me he tropezado con una foto de Séneca que me ha gustado, aún siendo Shareware, a la que he troceado y Santas Pascuas, proceso completado.

Así que declaro firmemente que el trozo de esa fotografía no es mío ni jamás lo ha sido y que la foto la ha tomado un tal Calidius y que tiene licencia GNU Free Documentation License, lo cual es incomprensible para el común de los mortales, pero la respeto y comparto y mi obra de arte derivada de ella mantiene esa licencia, sea cual sea lo que significa. Y le pongo un link de 4×4 que obviamente no voy a dejar sobre la propia imagen porque contravendría los principios más básicos de la usabilidad en Internet.

Imagen freeware

Ya sabéis que soy un defensor convencido de todo lo que tiene licencias de distribución gratuitas, sobre todo cuando me puedo ahorrar dinero con el invento. He recibido algunas críticas (no muchas porque no tengo muchos lectores) de la imagen de piedras que artísticamente se muestra en la cabecera de la página. Unos dicen que no se ve bien, para otros es estéticamente insultante. Es por eso que os conmino a que si alguno siente que puede proporcionar una fotografía que sea algo mejor y lo desea, envíe dicha imagen.

Qué duda cabe que el que me envíe esa foto no me estará haciendo un favor, se lo estará haciendo a sí mismo porque la imagen tendrá una enorme difusión y puede que repercusión. He considerado la opción de cobrar por esa opción: al fin y al cabo es como un enorme banner que se coloca totalmente gratis.

Los requisitos de la imagen son los siguientes:
a) Tiene que tener las dimensiones de la que hay actualmente.
b) Tiene que ser de licencia libre (el tipo de libre que es sinónimo de gratis).
c) Tiene que ser estéticamente superior a la actual, si es que eso es posible.

Muchas gracias por vuestra colaboración y ayuda.

Phishing

Siempre me han gustado los emails de phishing, las suplantaciones de identidad bancaria con idea de estafar a las personas. Estos correos electrónicos tienen algo que los hace encantadores, pues el timo no deja de ser burdo y los métodos suelen ser de brocha gorda.

Revisando entre el spam encontré este del banco BBVA:

Nuestro equipo de seguridad ha detectado varios intentos de acceso no autorizado a su cuenta de BBVA…

Las pantallas que presenta dan el pego de que son del banco (salvo por la alerta que muestra Firefox y que no te permite visitar la página salvo que insistas).

Te piden varias contraseñas y luego tratan de obtener las siempre difíciles de la tarjeta de coordenadas (un gran invento que no sé para cuando veremos en sistemas de correo electrónico). Es hilarante ver cómo te piden que introduzcas 47 de esas coordenadas.

La pantalla no tiene desperdicio. Por un lado alerta sobre un premio que voy a ganar (¿Pero no era que había un acceso no autorizado a mi cuenta y que me la habían bloqueado por eso?) y enternecedor el mensaje:

Debito a que esta no es una operacion usual, se le pedira mas de una coordenada:

¿Más de una? ¡Y tanto, que me estáis pidiendo 47 coordenadas!

phising

Lo que tiene que ser ya terrorífico para los estafadores es que encuentren a alguien tan pardillo y dócil que introduzca sus dos contraseñas y luego 47 coordenadas de su tarjeta y tengan la desgracia de que el sistema les solicite una de esas pocas coordenadas que no han solicitado. No tienen forma de pedirle a esa persona los datos adicionales y me imagino que oportunidades como esa hay pocas en la vida.

Disclaimer: Una vez tuve una pequeña participación en el BBVA.

Aplicaciones para Kindle

Hace pocos días Amazon anunció que lanzaría una campaña para permitir que desarrolladores de programas pudieran trabajar en modificar las utilidades que el Kindle trae de serie.

La idea no es para nada nueva, siendo el ejemplo del teléfono Iphone de Apple el paradigma de este tipo de propuestas. La idea es que otros trabajen para mejorar tu producto, ellos lo harán incentivados por las ventas de los programas que creen y a la empresa le compensa porque se lleva una parte de esas ventas y al mismo tiempo tiene un producto más atractivo.

Es como si los fabricantes de coches sólo crearan la carrocería y dijeran “permitiremos que incluyáis mejoras” y entonces en torno a ese producto se crearan empresas de alfombrillas, de dados para colgar en el retrovisor, de sancristóbales, de pegatinas de ciudades, etc. Pero además con el añadido de que estas empresas tendrían que vender a través del canal de venta de ellos. Es decir, ellos te compran el producto cuando tienen un vendedor y luego lo revenden a mejor precio.

Aunque el acuerdo que propone Amazon, similar a los de Apple es de 70% para el desarrollador del programa y 30% para Amazon, el concepto sería como el de un librero al que reservases un libro de 10€. Pagas el libro por adelantado y luego el librero le pega un telefonazo a la editorial, lo compra por 7€ y te lo entrega posteriormente.

En el ejemplo, el librero se ha ganado un 30% “sin hacer nada” (las comillas quieren decir que claro que ha hecho) y en el 70% del resto del beneficio va el resto del trabajo desde que un tarado se puso a escribir en casa hasta que aquello acabó en una estantería.

Ante las citadas comillas, decir que si Amazon no diera esa posibilidad de ganar un 30% sin hacer nada, los creadores de programas no tendrían una oportunidad de ganar ese 70%, con lo que no se puede criticar a estos intermediarios sin al menos ser conscientes de que son ellos los que están creando el negocio y la capacidad de hacer dinero.

Volviendo al asunto, tenemos al Kindle, de que ya he escrito demasiado y lo que queda por escribir. Es un aparato muy completo y útil, pero como cualquier cosa, se puede mejorar aún más. Lo que llama la atención respecto al caso de Apple y su Iphone es que estamos ante un aparato con unas restricciones que chocan ante la falta de inventiva de los desarrolladores.

Un programador está acostumbrado al sota-caballo-rey de Apple: un interfaz visualmente muy atractivo, colores para aburrir, facilidad para introducir la información, cámara de fotos, GPS, teléfono, Internet por descontado…Es como un dibujante con una hoja en blanco: todo es posible para él.

Pero con el Kindle esto no funciona:

  • El interfaz es en blanco y negro. En un futuro puede que sea en colores pero ahora es en blanco y negro. No tiene sentido hacer algo “por si en un futuro hay colores”.
  • No hay cámara ni GPS, con lo que desaparecen de un plumazo un montón de interacciones interesantes. Las aplicaciones que usan Google Maps empiezan a saturar, pero no hay desarrollador que no piense que hay sitio para alguna más.
  • La conexión a Internet es muy limitada. Amazon tiene en Estados Unidos un acuerdo de “Internet gratis” pero limitado a lo que se puede ver: prácticamente texto plano, nada de video o aplicaciones complicadas y muy visuales. La situación fuera de Estados Unidos es mucho peor pues en casi todos los casos sólo se permite el acceso a Amazon.com y en.wikipedia.org, el resto de Internet no está permitido.
  • Los refrescos de pantalla son muy lentos (está pensado para leer libros) con lo que cualquier intento de animación, como en los juegos, lo tiene muy pero que muy difícil.

Leyendo en foros uno se encuentra con programadores verdaderamente frustados. Actualmente el proyecto no es más que una declaración de intenciones y una lista de requisitos muy concisa, como para que te hagas una idea de lo que se podrá o no hacer. Muchos creen que con las restricciones que he indicado más arriba, más las de procesador y memoria, “no se puede hacer nada”.

Pero lo cierto es que el Kindle es un ordenador y como tal permite cualquier tipo de desarrollo, más o menos eficaz. Está claro que las dos primeras aplicaciones serán un cliente de correo electrónico (actualmente desde Estados Unidos se pueden consultar algunas páginas web con el Kindle, pero la experiencia es muy mejorable incluso con Gmail que tiene una versión de su página específica para Kindle) y un gestor de Twitter (no porque sea útil, sino porque se obtiene mucha repercusión y sobre todo porque es trivial su programación).

Ahí se encontrará uno la habitual lucha un tanto patética por reinventar la rueda, adaptada a un dispositivo. Quien tenga el primer o mejor gestor de correo podrá vender cientos de miles de copias de su programa. Los programas se suelen vender a precios muy bajos (de 1 a 3 dólares) con lo que puede obtener una cantidad de dinero muy interesante en proporción a las horas de trabajo. Muchas personas que escriben blogs muy populares a diario no ganarán todo ese dinero en un año, a pesar de escribir más de una hora al día.

Pero luchar por eso es caer en una lotería, el más rápido, el que consiga la primera mención en una página importante, cualquiera puede ganar. No es cuestión de tener un programa especialmente bueno.

Los programadores de juegos, que son en gran parte la legión que invadió la tienda de aplicaciones para Iphone, ahora se encuentran sin opción alguna. No podrán lanzar más que un rudimentario buscaminas (sé que Kindle trae uno de serie), o un sudoku, o unos crucigramas, todo así de primitivo, tan siglo XX.

Al margen de los programas que caben en cualquier parte, surgirán programas específicos para el Kindle, un lector de libros. Programas que tengan relación con el hecho de leer libros, no con jugar al ajedrez en un aparato que es para leer libros, o peor aún publicar un post en un blog con un aparato que es para leer. Deben nacer aplicaciones y programas que sean para leer mejor, para hacer la experiencia aún más fructífera.

Un programador que quiera hacer algo para Kindle tiene como primer handicap el tener que esperar, esperar a ver qué se puede y qué no hacer. Porque a lo mejor Amazon sólo deja crear una especie de fichero que sea “aplicación” y que trabajes con él de forma apartada. Pero que no tenga relación alguna con los libros.

Y luego llegará el momento en que muestren lo que hay a disposición de cualquiera, y la gente se lance a por esos gestores de correo y de Twitter y algunos otros a intentar proyectos más ambiciosos o raros.

Pero para los programadores más modernos, las restricciones son duras, pues muchos se han acostumbrado a la exuberancia de recursos. Y con el Kindle, no va a ser posible. Habrá que construir mucho código sobre una versión de Java, lo cual ya de por sí es molesto. Y no bastará con copiar todas las librerías que uno ya posee de otros proyectos. Habrá que ser minimalista o no se podrá usar la aplicación.

Lo más interesante desde luego es la gestión de las interacciones y actualizaciones. No hay verdadera conexión a Internet o no se puede asumir que la hay en todos los casos. Muchos americanos programarán olvidándose del enorme volumen de Kindles que hay en Canadá, Reino Unido y el resto del Universo. Y todos esos Kindle puede decirse que tendrán conexión a Internet nula.

Y encima está que no se puede abusar de las llamadas, aún en el mejor de los casos estando en Estados Unidos. Puesto que a partir de cierto volumen, toca pagar. Y Amazon no paga. Y el usuario seguramente sólo esté dispuesto a hacer un pago inicial por el programa, no una cuota mensual (aunque Amazon ya ha avisado que eso sería posible).

Así que esas redundantes llamadas de ida y vuelta con extensos ficheros XML que apenas si dicen más que “nombre=pepe” se deben evitar a toda costa. Hay que volver a la informática de los años 80, a cuidar de un espacio de memoria como de la niña de los ojos.

En resumen, creo que va a ser duro y por eso interesante, desarrollar un programa para Kindle. Que los que sean capaces de pasar por la experiencia aspira a buenas recompensas: un comprador de Kindle es una persona predispuesta para gastar con moderación, como un consumidor de Apple. Por lo que las aplicaciones que sean apreciadas tendrán miles y puede que cientos de miles de usuarios.

¿Qué están pidiendo los usuarios?

La gran reclamación de todos es una forma de clasificar el material, pues actualmente está todo en una misma carpeta y es un verdadero desastre. La gente quiere la posibilidad de clasificar sus libros por categorías o por etiquetas. Esto lo han reclamado tantas veces ya que incluso Amazon avisó de que algo haría al respecto durante el 2010.

También están los escritores de reseñas que quieren comentar su opinión sobre el libro y dejar la fecha de inicio y de fin de la lectura. Esta forma de lectura compulsiva nunca me ha gustado, pero lo cierto es que muchos son los que leen casi con ansiedad y con el taxímetro en la mano. Ellos quieren saber no sólo cuántos libros han leído, sino las páginas, la frecuencia de lectura y un montón de estadísticas sobre ese tema.

Me imagino que los extranjeros como yo querrán un diccionario de castellano, pero eso dependerá de la Real Academia (¡Derechos de autor, el diccionario es un contenido muy protegido!) con lo que se puede eternizar.

Creo que una utilidad muy buena para el Kindle puede ser un método para aprender idiomas, más tipo juego que aburrido libro de texto y ejercicios. Pero de nuevo esos contenidos o se trabajan un montón o uno se encuentran que tiene dueño.

Hay mucha gente que quiere un salvapantallas mejor al que trae el Kindle. Las fotos cansan, pero son las fotos que se muestran cuando nadie mira la pantalla.

En fin, que hay todavía mucho por ver. Estoy realmente curioso por ver las aplicaciones exitosas que surgen, y estoy seguro de que algunas las compraré (si no me han robado el Kindle antes).

Un factor que puede marcar el desarrollo de lo que se produzca para el Kindle – e incluso desincentivarlo – serán las aplicaciones que se hagan para el i-pad de Apple. Es curioso que el Kindle le saca varios años de ventaja al aparato de Apple, pero el i-pad admite aplicaciones desde el primer día de su salida a las tiendas, mientras que el Kindle todavía no. Si el Kindle ofrece la posibilidad a los desarrolladores después de Apple esté en el mercado (y eso va a ocurrir en Abril) entonces se producirá una dependencia.

Antes de empezar nada la gente dirá ¿Qué se está empleando en el i-pad que yo pueda adaptar al Kindle? Del mismo modo, los desarrolladores de i-pad adaptarán sus programas al kindle. Con lo que casi todo lo que se produzca será un poco dependiente del éxito que haya tenido un programa para el i-pad, no se realizará nada pensado exclusivamente para el kindle – incluso que sólo funcione en el kindle.

Héroe sin medalla

En el siglo XXI para ser un héroe lo único necesario es que te mueras. Me resultan tristes las medallas a personas que simplemente tuvieron la mala suerte de estar en Haiti en el momento del terremoto. Es un gesto, pero desvirtúa el valor de las acciones que consiguen ese galardón con verdadera valentía y esfuerzo.

Esas medallas me temo que van por convenio, y es triste que en el convenio colectivo de tu sector se rijan los criterios para obtener medallas. O tal vez sea justo hacerlo así pero pierde todo atisbo de romanticismo del héroe clásico.

El mal sabor de boca se me quitó al conocer la historia de un héroe de verdad: Aron Ralston.

Ya el nombre es bueno: Aaron es uno de mis nombres favoritos porque es en sí mismo una lucha alfabética por ser el primero.

Aron era un campista que se fue a la parte del Gran Cañón de Utah y en esas estaba cuando se encontró con un desprendimiento de rocas que acabó con su mano atrapada bajo un pedrusco de casi 400 kilos.

Sin opciones de pedir ayuda, se encontraba en un paraje lo suficientemente remoto como para que no pasara nadie por allí en cinco días.

Al borde de la deshidratación y enfilando la muerte, Aron hizo lo que cualquiera de nosotros habría hecho en su lugar: se fracturó los huesos del brazo, y a continuación se amputó la mano atrapada con una de esas diabólicamente ineficaces navajas multiusos que todo lo hacen mal, especialmente cortar. Y así, con su mano de menos, casi muerto de sed – del hambre no se habla cuando la sed también está ahí – se arrastró hasta su coche, que pudo conducir hasta un lugar civilizado donde consiguió encontrar ayuda y sobrevivir.

Cierto que no era español, y que no murió, pero pensar que ese hombre no tiene medalla y tantos otros sí, es algo que no ayuda a dormir mejor. La historia de Aron Ralston está narrada en un libro escrito por él, aunque creo que el resumen que he hecho es motivo suficiente como para que no queráis comprarlo.

En la amputación, sentí cada uno de los cortes. Duele cuando te fracturas el hueso, y desde luego duele cuando te cortas el nervio. Pero cortar tejido muscular no es tan terrible.

También es curiosa su opinión sobre la navaja multiusos. Lejos de las legendarias de la Armada Suiza, de la suya dijo: “era una de esas que te regalan cuando compras una linterna de 12€”. Imaginaos la calidad del aparato.

La verdad es que el libro, pensándolo bien, tiene que ser una lectura demencial – y recomendable. Pues se centrará en la narración de un hombre que intenta durante cinco días destruir una piedra que le tiene atrapado. El incidente de cortarse la mano es casi anecdótico y justificado por Aron con aquello de que la mano ya estaba muerta.

En cualquier caso la película sobre su incidente ya se está rodando y se llamará “127 horas”.

Fuente: Wikipedia.

Idea de negocio

Con el auge de la Web 2.0 y la Web Social y la Web distribuida – o sea, lo de siempre – las llamadas redes sociales están en puja.

Creo que dada su importancia ha llegado el momento en que el mercado está lo suficientemente maduro como para plantearse el crear una red social no por profesiones, ni por grupos de edad, ni por nivel socioeconómico, ni por aspecto físico.

Es necesaria una red social dirigida exclusivamente a los creadores de redes sociales. Al ser tantos, está claro que mercado hay, luego no nos extenderemos más en este punto.

La red es perfectamente viable económicamente pues los propios usuarios de la red pagarían por verse anunciados en ella. Tendríamos garantizado el negocio redondo, el perpetuum mobile económico: los clientes pagan por crear publicidad, por estar en la red y al mismo tiempo hacen clicks en los anuncios que están en la red social.

Para aumentar el potencial rendimiento se debería licenciar el código como abierto para que a su vez los usuarios fueran los encargados de mantener y mejorar la aplicación. Al ser una empresa virtual no son necesarias oficinas, luego el negocio quedaría reducido a:

  • Crear un logotipo similar al de Twitter. Diez minutos de trabajo con MSPaint.
  • Tener un nombre de dominio que tenga dos vocales iguales seguidas, a ser posibles Úes. 10 dólares al año y se reserva en cinco minutos.
  • Tener un ID de Adsense y que todo el negocio sea usando ese ID.

Ya habría montado el negocio si hubiera estado dispuesto a ese primer paso con MSPaint. Pero eso no quita que la empresa esté ya en fase beta, restringida a un número limitado de usuarios (1.000.000.000.000). El nombre posible es el de SUUSUUS.com (la tercera U es la del alfabeto cirílico pero nadie se dará cuenta de la diferencia). Al ser el nombre un palíndromo no se trata de atraer a un público eminentemente geek (compradores compulsivos de hardware) pero no se descarta como spin-off de la idea principal.

Las tarjetas de visita serían con fuentes muy chulas como Helvética y se podrían imprimir desde Internet. A lo mejor se hacen camisetas y tazas con el logotipo de la empresa. O sin el logotipo, el caso es vender cosas.

La empresa no saldrá a bolsa porque su objetivo principal es el de crecer orgánicamente. Puede que Google quiera un acuerdo de contenidos al que en principio habría que negarse para luego decir que sí. Con la gente de Yahoo ni hablar, salvo que se retracten públicamente de una cosa que publicaron hace dos años y pico en cierta página de las millones que sirven.

Sé que lo de las tazas y camisetas ya lo he mencionado pero no estaría de más recalcarlo porque es algo que la gente puede comprar más de una vez. Te compras un Kindle y una Wii pero tazas puedes comprar varias y camisetas también, sobre todo si aumentas de peso con facilidad.

Antes de salir oficialmente en beta (permanente) sería necesario haber estado en alguna tienda de Apple y que te hayan tratado bien.

Y sin embargo, hay empresas “start up” que reciben mucha promoción a diario, como si fueran a comerse el mundo, y tienen aún menos sentido que esta que he mencionado.

Países que han sido potencias económicas

1923

El 1923 Argentina era el décimo país por PIB pero cápita del mundo, con 3.898$. Superaba a Francia (3.754$) y Alemania (2.750$).
El primer país era Estados Unidos, pero el segundo era Australia y el tercero Nueva Zelanda.

Argentina mantendría esta posición económica hasta terminada la segunda guerra mundial. En el año 2002, tras la tremenda crisis sufrida en el país, habían caído al puesto número 65 del ranking mundial en lo que a ingresos medios por habitante se refiere.

1957

En 1957 los primeros puestos los seguían ocupando los tres países árabes en lo que renta media se refiere. Mirando los puestos de arriba uno descubre a:

Estados Unidos (5º puesto) 10.920$
Venezuela (6º puesto) 10.058$
Nueva Zelanda (7º puesto) 9.045$

Noruega, uno de los líderes actuales, sólo tenía unos ingresos medios por habitante de 6.711$ en 1957.
Venezuela ahora tiene 6.988$ de ingresos medios y Noruega ha subido hasta los 26.033$.

1976

En 1976 la renta media por habitante de Gabón era de 12.341$. La de Alemania de 12.684$. Gabón era uno de los primeros países en esta media de ingresos por habitante, eclipsando a países como Italia (11.385$) o España (8.599$).

El PIB per cápita de Gabón a día de hoy es de 6.977$, uno de los más altos entre sus países vecinos pero alejado de los puestos de gloria que conoció hace 30 años.

Fuente: Historical Statistics
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