Como arruinar una reserva

Con la lectura de estas entradas anteriores:
Cosas que odio de los restaurantes
Pedir en el restaurante
se puede llegar a la afirmación de que tengo una relación de amor-odio con los restaurantes. Y es asín. Vamos a seguir ahondando en la herida. Hoy voy a hablar de las quedadas.
Hay una serie de personas que resultan tremendamente peligrosas a la hora de concertar una cita para comer. Es frecuente que te arruinen un plan impecable. Las más de las veces no lo hacen por maldad, sino por su forma de ser. Veamos algunas situaciones que provocan determinados tipos de personas que finalizan casi siempre en malas experiencias. Esta clasificación sólo se refiere a la forma de enfrentarse al hecho de reservar por parte de ciertas personas.
a) El multiplicador. Es aquella persona a la que llamas y propones un plan y si le gusta, lo hace extensivo a más amigos suyos, sin plantearse si eso te gustará o no. Por ejemplo, os vais a juntar los antiguos compañeros del instituto y llega uno que dice “me voy a llevar a unos amigos del gimnasio”.
Este individuo es totalmente disruptivo: primero porque quita cohesión al grupo. Pero además porque te destroza las reservas. Tú a lo mejor tenías pensadas a unas diez personas pero ahora, sin saber el alcance de los amigos del gimnasio, no estás capacitado para cerrar la reserva sin consultar a esta persona.
b) El anulador. Muchas veces coincide con el anterior. Es el que ha provocado una serie de comensales en la cena y de repente realiza una gran anulación. Reservásteis para diez pero ahora resulta que sólo sois cuatro. Esto provoca un enorme malestar en el personal del restaurante. Mejor fallar a una reserva que convertir un grupo mediano en uno pequeño. Muchas veces tendrán que intentar reestructurar las mesas, a veces sin éxito. Y a menudo habrán perdido esas mesas, ese dinero, con el que al final todos pagas sus facturas. La situación crea tiranteces con los camareros que ya no os tratarán bien durante toda la cena.

Sigue leyendo Como arruinar una reserva

Paises seguros

Con la muerte de 7 turistas españoles en Yemen los agoreros sienten el placer del que vaticina lo predicho: No si ya te lo decia yo.
Donde se pongan Benidorm y Gandía que se quiten todos esos turismos exóticos de países bárbaros. Como en España en ningún sitio.
Me ha gustado la respuesta de una de las heridas al macabro periodista de “El Mundo”:

No he vuelto a nacer. Soy una persona con mucha suerte, he estado en más de una situación límite y no he muerto.

No todos eran guirazos en bermudas y con la litrona bien cerquita. Algunos eran viajeros experimentados que sabían a lo que iban. Me ha sorprendido los comentarios de algunos de esos defensores del turismo patrio: “¿Habéis visto al sitio al que iban? ¡Es precioso!”.
Pues claro, en el planeta Tierra no quedan sitios especiales accesibles, plenamente seguros y que no estén masificados. Y poca gente va a destinos peligrosos por el propio peligro en sí, ese peligro tiene que estar compensado con algún atractivo.
En mi perpetuo papel de abogado del diablo, recordar a los españoles que nuestro país no es ni mucho menos uno de los más seguros del mundo. Los que vivimos en Madrid nos enfrentamos a una de las ciudades con mayor riesgo de atentado de todo el mundo, muy por detrás de Bagdad y Mosul pero a buen seguro en el top ten mundial de peligrosidad.
El periódico publicaba un siniestro mapa del mundo indicando los destinos a los que no hay que ir. Por peligro de terrorismo, de guerras, de enfermedades.
Lo que no dice ese mapa es que España también estaría señalado (si no fuera porque el título dice “países extranjeros con peligro”). Veamos que nos cuentan en el Foreign Office Británico:

Sigue leyendo Paises seguros

4 de marzo

Hace algunos meses publiqué una entrada sobre los días más importantes del año. Considerando el tamaño de la página correspondiente, el día con más sucesos importantes era, contra todo pronóstico, el 4 de Marzo.
Las cosas no iban a quedar asín.
Estuve indagando en la página. Resulta que lo que más despertó mis sospechas fue una novela de detectives. En el apartado de discusión sobre la página del 4 de Marzo, aparece descartada una efeméride, por falta de relevancia.
Alguien había puesto que el 4 de Marzo de de 1881 comienza la historia de la narración “Un estudio en Escarlata” de Arthur Conan-Doyle, la primera novela de Sherlock Holmes. Desde luego, una conmemoración de un día dentro de una historia de ficción es toda una exageración (hay notables excepciones, como El día de la marmota o el día en que transcurre el Ulises de James Joyce).
El apartado de discusión de esa misma página es un continuo tira y afloja. Rklawton se dedica a borrar eventos irrelevantes, nacimientos de personajes que no son verdaderamente famosos. Pero Acumen76 es quien crea toda esa información.
Acumen76 se ha dedicado durante meses a engordar la página del 4 de Marzo con toda la información que exista en la red sobre ese día y ha llegado hasta límites insospechables. Ha editado la página de Rowland Charles Gould, el guitarrista del grupo Level 42, para indicar que nació el 4 de Marzo, y luego a continuación ha modificado el artículo de dicho día indicando otra celebridad nacida entonces. Ha incluido la fecha de fundación de la desconocida British and Foreign Bible Society. Ha señalado batallas de escasa entidad dentro de la Guerra Civil Americana.
Acumen76 lleva más de año y medio incorporando información en la Wikipedia y sólo se dedica a ese día en particular.
Si creías que lo habías visto todo en Internet, aquí tienes otra taza: el mayor experto mundial en el 4 de Marzo.

Polanski be good

Ya se ha dicho varias veces por esta página que molesta cuando a una persona se le anulan todos los atributos por el simple hecho de que algunos sean muy negativos.
Porque Hitler fue un grandísimo hijo de puta se le considera un patético pintor. Porque Albert Speer era el arquitecto de Hitler sus construcciones eran megalómanas y carentes de toda elegancia. Porque Nerón era un desequilibrado y un asesino, todas sus obras de teatro y sus perfomances eran patéticas.
A veces, sin embargo ocurre todo lo contrario. A una persona se le excusan sus excesos, a veces muy graves, porque es muy bueno en una faceta. Como es el caso del director de cine Roman Polanski.
En 1977, cuando el director tenía 43 años de edad, contactó con la madre de una joven aspirante a actriz, que tenía tan solo 13 años, para hacerle una sesión de fotos para la portada de la revista “Vogue”.
Según el testimonio de la joven, Samantha Geimer, Polanski le propuso que se cambiara de ropa delante de él, algo a lo que ella no accedió. Dias después contactaron para una segunda sesión de fotos. Según contó Samantha, Polanski la embriagó con una mezcla de alcohol y drogas para después abusar sexualmente de ella.
Polanski fue acusado de violación con el agravante de la minoría de edad de la chica (por debajo de cierta edad cualquier relación sexual se considera siempre violación, esta edad depende en cada país).
Estando pendiente de juicio, tras haber pasado por la cárcel y salir con libertad bajo fianza, Polanski escapó de los Estados Unidos, estableciéndose en Francia.
Desde el punto de vista legal, la extradición de Francia a Estados Unidos no es sencilla para un ciudadano VIP como Roman Polanski. Desde entonces el director ha evitado pisar territorios extraditables. Así, no ha estado en Estados Unidos o Reino Unido en los últimos treinta años, a pesar de haber ganado algún que otro Oscar con sus películas.
Pero qué diablos, Roman Polanski es un grandísimo director, antes y después del desafortunado incidente. Por ello se le perdona. He oído argumentos en su defensa, por parte de personas de las que uno espera cierta ecuanimidad:
a) Que si luego la chica comentó que a ella le pareció bien.
b) Que si no le hizo mucho daño.
c) Que si la chica en ningún momento se opuso.
d) Que si los Estados Unidos tienen un sistema legal demencial.
e) Que algunas chicas con 13 años tienen un cuerpo que ya quisiera una de 20.
Todo esto sin contar los innumerables esfuerzos que se han hecho para exonerarlo del delito. Total, la chica tiene ya 43 años y es la primera que dice que el director ya ha pagado con creces sus errores.
En mi opinión es perfectamente posible que una persona sea un gran director de cine y un depravado o un violador, o alguien que tuvo un día demasiado tonto para ser verdad.

Campeon de liga

Podíamos leer en el dominical de “El País” hace un par de semanas un reportaje sobre la adicción a las compras. Según dicho artículo, las mujeres eran más propensas a caer en esta adicción:

Por un menor sentimiento hacia lo abstracto: el hombre prefiere el dinero y la mujer lo que puede conseguirse con él.

Basándose en este principio, se justifica el teorema de la suegra, que defiende que un piso es siempre mejor que el dinero que se pague por él, porque el piso se puede tocar.
Hace poco tuve la oportunidad de comprender hasta qué punto era cierta la expresión que había leído en “El País”. Hablando con una amiga sobre la reciente victoria del Real Madrid en la liga de fútbol mi interlocutora me preguntó:

¿Pero al que gana que le dan, una copa?

La verdad es que no supe que responder en su momento, tal vez mis lectores me puedan ayudar a responder a esta pregunta. El vencedor de la Liga de Fútbol gana:

  • Un trofeo en propiedad, cuando gana determinado número de Ligas.
  • El derecho a guardar el trofeo en sus vitrinas durante gran parte del año, con el consiguiente reclamo hacia el patético museo de su club de fútbol.
  • Una plaza en la Champions League sin necesidad de pasar pruebas preliminares.
  • Esa plaza de la Champions es fácilmente monetizable ya que esta competición tiene una tabla de ingresos fijos por partido jugado y resultado obtenido.
  • Alguna invitación a torneos de pretemporada en el verano.
  • La opción de evitar varias rondas previas de la Copa del Rey.
  • Mejores opciones para negociar la publicidad de las vallas publicitarias y de sus camisetas.
  • Expectativas de más ventas de abonos y entradas para las temporadas sucesivas.
  • Expectativas de más títulos futuros.

¿Se me olvida algo?

El mismo perro con distinto collar

Es conocer el verdadero significado de la frase “ful de Estambul”…y es una opinión personal.
¡En que momento se me ocurriría!, a mi, que no me va mucho eso de los viajes culturales, irme nada mas y nada menos que 5 días a una ciudad como Estambul![…]
Cosas para ver en plan cultural tienes un montón:
La mezquita azul…una mezquita;
Soliman el Magnifico…otra mezquita;
Santa Sofia…otra mezquita;
Palacio Topkapi…un palacio y mezquita;
El hipódromo romano….ni se ve ya;
Iglesia de San Salvador…ahora otra mezquita.

Hola, de Estanbul no te puedes perder nada de nada, cada esquina de este pais maravilloso es mágico. Lo típico que se vé allí es correctisimo, La Mezquita Azul, Santa Sofia, el Palacio de Dolmabaze, Torre de Leandro, Los Derviches, el crucero por el Bósforo impresionante, recorrido por las Islas Principe…..la Torre Galata…..la Cisterna….Palacio de Topkapi, majestuoso…….en fin, nada tiene desperdicio.

Henry Bessemer

En estos tiempos que corren se tiende a imaginar la innovación como una elección entre dos posturas posibles.
Por un lado la línea proteccionista: inventar algo – o robarlo – bloquearlo en la medida de lo posible mediante alguna patente y dedicarse a hacer caja con la creación.
Por otro la línea abierta: crear algo, facilitar su uso tanto como sea posible – incluso llegando a regalarlo – y luego tratar de cobrar con servicios relacionados con ese nuevo producto.
Un buen ejemplo de lo primero sería el caso de la fotocopiadora. El invento que catapultó al éxito a la Xerox Corporation. La Xerox estaba al borde de la ruina tras muchos años de infructuosa investigación, habiendo renunciado a algunas de sus otras líneas de negocio, en la búsqueda desesperada de una eficaz máquina copiadora.
Idearon un producto que todo el mundo necesitaba y que estaban dispuestos a pagar ya fuera comprando sus carísimas fotocopiadoras o por los derechos de fabricación de sus propias máquinas. El riesgo de su esfuerzo inicial se vio compensando con los sustanciosos beneficios posteriores.
Un ejemplo de producto abierto sería el primer libro de poemas de Borges “Fervor de Buenos Aires”, publicado en 1923. Borges compró 100 ejemplares de su propio libro y se los dejó a un amigo que trabajaba en la redacción de un periódico para que este los fuera colocando en los bolsillos de los abrigos de las visitas que por la redacción pasaran. Lo que de otro modo hubiera sido un libro más totalmente anónimo, pasó a ser un libro que tuvo una buena acogida ya que acabó siendo leido por mucha gente importante y recibiendo una buena crítica.
Que junto a estas dos posibles formas de crear hay muchas otras intermedias es algo que debe resultar bastante claro para aquel con algo de discernimiento. Muy curioso es el doble caso que nos muestra la vida del excelente inventor Henry Bessemer.
Henry Bessemer nació en 1813 en Charlton (Inglaterra). Hacia 1830 trataba de ganarse la vida con procesos relacionados con la mejora de los moldes y del refinado de metales. Un día fue a visitar a su hermana, que era una experta caligrafista. Esta le encargó que le comprara un bote de polvo de oro, con el que quería escribir las letras de la portada de un libro.
Cuando Henry volvió de la tienda se quedó asombrado por el sablazo que le dieron por un botecito de nada, sabiendo que el polvo de oro no podía contener nada de oro.
Siendo como era un miembro del gremio, se esmeró en investigar el proceso mediante el cual se realizaba el polvo de oro. Llegó a la conclusión de que podría mejorarlo y hacer que este producto fuera mucho más barato. El problema era que su sistema era demasiado simple. Si encargaba la maquinaria para realizar su procedimiento perfeccionado, alguien de la competencia vendría, lo copiaría y lo dejaría en la ruina.
Bessemer no tenía fondos suficientes para entablar una lucha de precios. Podía crear un producto nuevo pero necesitaba obtener el monopolio durante algún tiempo, para resarcirse de la inversión inicial y ganar dinero. La opción más lógica hubiera sido la de patentar su nuevo método. Pero las patentes del siglo XIX no eran muy diferentes de las de ahora. El solicitar una patente exige hacer una descripción muy detallada del producto o mecanismo que se pretende registrar. Esto no hace sino facilitar la copia por parte de aprovechados que siempre tenían un amigo indiscreto en la oficina de patentes.
Los robos eran frecuentes y sostener un litigio por infracción en los derechos de patentes era caro, extenuante y sin certidumbre de obtener un resultado satisfactorio. Sin medios económicos suficientes, Bessemer no podía arriegarse tampoco a patentar su idea.

Sigue leyendo Henry Bessemer