Empresas grandes

Alaska

Cuando tomé el autobús para hacer mi primera entrevista de trabajo en Madrid, guardé en el maletero las gallinas y los chorizos. Aunque no soy de pueblo, un poco de mentalidad pueblerina siempre tenemos todos y cuando se viaja a Madrid siendo de fuera, ese sentimiento se reafirma.

Hice mi entrevista con mi único traje recién comprado. El típico traje barato que te compras pensando “algún día ganaré pasta de verdad y me podré comprar trajes de los medio-buenos”. La verdad es que hoy en día todavía tengo ese traje y me lo sigo poniendo a menudo. Ahora pienso de forma tan diferente a aquel entonces…Me pongo el traje pensando “para demostrar que no soy el tipo de persona que se preocupa de demostrar que puede comprar trajes de los buenos”.

La entrevista era para trabajar en una gran empresa, de becario. Era mi gran oportunidad. Cuando uno empieza a trabajar debe fijarse las metas más altas posibles. En mi caso, cuanto mejor fuera la empresa en la que empezara, mejor. Aquí aspiraba a trabajar para una empresa famosísima, que llamaré Irlanda.
A mis entrevistadores les sorprendió que les dijera que en cuanto terminara la entrevista me iba de vuelta para mi casa. El viaje de ida eran más de 5 horas, y el de vuelta otras tantas, sólo para hacer una entrevista incierta. Hoy en día aquello me parece una locura, pero la verdad es que no tenía elección. La entrevista había salido bastante regular, pero ese detalle quizás fue el que más contó a mi favor. No importaban mis títulos ni mis conocimientos de idiomas. Era el tipo de persona capaz de hacer un viaje de más de 5 horas de ida y otras cinco de vuelta, para una entrevista de 20 minutos.

La siguiente entrevista fue para trabajar en una grandísima empresa, una de las más importantes del sector. Esta empresa, que llamaré Alaska, no aceptaba a cualquier mequetrefe. Para descartar a la gentuza tenía un proceso de selección muy bien pensado. La primera prueba eran unos test psicotécnicos. Para mí era una suerte teniendo en cuenta que siempre fui muy bueno en ellos. El problema es que el test comenzaba a las 9 de la mañana en Madrid.

Tomé un autobús nocturno, de esos que salen a las 12 de la noche. Llegué a las seis y media a Madrid. Me quedé a hacer tiempo en la estación, como los indigentes, pero vestido con un traje horroroso después de haber mal dormido en el autobús. Tras una hora o así fui con toda la parsimonia del mundo al lugar donde me harían la prueba.

Todo aquello lleno de auténticos triunfadores, luchando por una plaza para trabajar en Alaska. No les tenía ningún miedo porque siempre fui insuperable en los psicotécnicos.

Nos pasaron el primer test y lo hice aceptablemente. Pero de repente no sé qué pasó, se me vino todo el cansancio al cuerpo. Con el segundo test estaba bastante lento y con el tercero no daba pie con bola. Los siguientes fueron un desastre. Entregué los resultados y me volví a casa de vuelta. No pasé las pruebas.

Dicen los estudios de gurús del conocimiento humano que no merece la pena repetir uno de esos test, porque los resultados deben ser siempre muy similares. Así, aunque mendigara en Alaska explicándoles que no había dormido la noche antes del test, no me dejarían repetirlo jamás. Esa puerta se había cerrado para siempre.

Quiso el destino sin embargo que varios años después, con varios millones de neuronas menos, me tocara enfrentarme a las pruebas de selección de otra empresa, menos glamurosa. Los test de selección no deben ser muy variados, porque los que me tocaron entonces resultaron ser los mismos que hacía tantos años. Uno no recuerda los resultados pero sí los tipos de ejercicio. En esta segunda oportunidad me desquité Cum Laude de mis desatinos iniciales. Estaba descansado y motivado; me extrañaría que no hubiera hecho puntuaciones perfectas en todas las pruebas.

Sicilia

Los viajes a Madrid cada vez me resultaban más incómodos. La tercera oportunidad era con una empresa que me sonaba mucho menos. De hecho era la típica empresa desconocida pero que en la reunión inicial te explican que son los mejores del mundo en no se qué. Desde luego eran una facción de una empresa mucho más grande y muy conocida. A esta la llamaremos Sicilia.

Para entrar en Sicilia pasé unos test psicotécnicos iniciales. El mismo día me hicieron una entrevista – cortesía de la empresa para ahorrarme viajes – y tras un par de semanas me confirmaron que había superado ambas pruebas.
La tercera prueba fue una dinámica de grupo. Aunque los psicólogos argumenten de diversas formas tratando de justificar sus productos, en mi opinión estas pruebas sólo sirven para ver si una persona es capaz de hablar de forma espontánea sin cortarse al encontrarse ante muchos desconocidos.

En este caso nos presentaban a una serie de personas que aspiraban a un ascenso en un trabajo. Teníamos que argumentar sobre a quién era más conveniente darle el ascenso. Cuando me dejaron hablar solté algún comentario inusual y ya me gané la confianza de la psicóloga, aburrida de oír los mismos argumentos una y otra vez. Pasé la prueba, como la mayoría de la gente.

Otra semana o así y la cuarta prueba. El tercer viaje de ida y vuelta pasando por Madrid cortesía de Sicilia, pero pagado por mí. En esta ocasión, me tenía que entrevistar una empleada de la empresa, una consultora.
Cuando empecé el blog tenía claro cuatro o cinco artículos que escribiría, luego han sido muchos más, pero uno de ellos sería despotricando contra tan infame término como es consultor. No lo he hecho hasta ahora. Y creo que no puedo dejarlo pasar.

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Mas guapa del mundo

Se entrega el premio Miss Universo 2007, que ha ganado la japonesa Riyo Mori. Todos los periódicos y televisiones nos inundan con la insultante exageración “la mujer más guapa del mundo“.
No voy a entrar en que haya mujeres más guapas que no hayan participado en esta competición. Lo que está claro es que cualquiera de las otras participantes – o casi cualquiera – es tan guapa como ella. Y si la concursante de Venezuela era, como siempre, la favorita, es porque posiblemente la mayoría de los “expertos” la consideraba más guapa que a ella.
La aseveración “la mujer más guapa del mundo” presupone la infalibilidad en el jurado, formado en su mayoría por estrellas fracasadas y depravadas figuras del mundo del espectáculo. Siendo la cualidad de infalible una de las más difíciles de conseguir, es una temeridad el tan solo mencionarla.
Más aún. Si la ganadora del año pasado, Zuleyka Rivera, era la más guapa del mundo hace un año. ¿Tan mal sienta el título a la vencedora que una persona con acceso a peores cremas, con peores vestidos y estilistas, y aún mayor edad ( Zuleyka es un año más joven que Riyo) puede convertirse en un año en más guapa que ella?
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Reinsercion ejemplar

Juan Carlos Delgado, más conocido como el Pera, es puesto una y otra vez como ejemplo de reinserción de un delincuente:

A los ocho años, Juan Carlos Delgado conducía coches. No karts, o modelos por el estilo, sino coches de verdad, a pesar de que no llegaba ni a los pedales. Y los utilizaba para robar y huir de la policía. Era el más pequeño de su banda, pero todos le reconocían como el jefe.

[…]

Hoy en día, Juan Carlos Delgado es piloto probador de coches, colabora en diversas publicaciones de motor, participa en programas de radio y de televisión especializados en automovilismo, es asesor personal del director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, da clases de conducción evasiva a miembros de la Guardia Civil, pertenece a la Junta Directiva de la CEMU en la que colabora activamente…

No cabe duda que se ha redimido de sus errores en la infancia y que es una persona reinsertada. Pero no es un buen ejemplo de delincuente recuperado para la sociedad.
Un buen ejemplo habría sido si tras sus fechorías robando coches hubiera acabado como carnicero, o reponedor de supermercado, o médico. Pero en cierto modo ha aprovechado lo que aprendió en su periodo criminal. Si en vez de robar coches hubiera sido un ladrón de joyas nunca habría podido acabar en el trabajo que actualmente tiene.
Es como decir “Hitler se redimió como genocida. Actualmente trabaja en un matadero.” o decir “Luis Roldán se reinsertó tras robar millones de euros. Hoy se gana la vida dando cursos de Ingeniería financiera y paraísos fiscales”.
Y para el que no le haya quedado claro, Juan Carlos Delgado es según mi opinión, una persona totalmente reinsertada, y quizás tenga una vida ejemplar, pero no sirve como buen ejemplo de persona reinsertada.

Billon de euros

Estaba oyendo un programa de radio en el que el locutor narraba cómo el crédito en el Reino Unido ha llegado a los 1,3 billones (billones españoles) de libras. Para tratar de hacer esta cantidad más cercana, proponían a los oyentes que sugirieran una forma de visualizar esa suma de dinero.
Un oyente proponía llenar un campo de fútbol (dentro de 100 años el campo de fútbol será una unidad de medida del Sistema Métrico Internacional) con monedas de 1 libra, pudiéndolo llenar hasta una altura considerable.
En general, se proponen ejemplos muy bizarros, que no nos sirven del todo. Estaba pensando en un ejemplo que fuera del todo cotidiano. Pensemos en una familia media española, formada por dos personas adultas y un hijo y que los padres ganara 1.500 euros al mes cada uno (el sueldo medio en España). Suponiendo dos sueldos, tenemos 3.000 euros mensuales disponibles. Si esta familia dispusiera de esta cantidad de 1 billón de euros (mucho menos que esos 1,3 billones de libras), y en lugar de disfrutar de la vida decidiera seguir con su vida normal, gastaría una ínfima cantidad del total. Si suponemos que le dejan su dinero a su único hijo, este se casa y tiene un único hijo, y la saga familiar decide vivir cómodamente sin trabajar ganando 3.000 euros al mes, ¿Cuántos años podrían vivir las sucesivas generaciones?
Suponiendo que una persona viva 75 años, esta familia de tres miembros dispondría de 2.700.000 euros para toda su vida. ¿Cuántas generaciones podrían vivir del cuento? Pues la friolera de 370.000 generaciones. Haciendo el cálculo de 75 años por generación, y remontándonos en el tiempo en vez de ir hacia adelante, llegaríamos a una familia que podría vivir desde hace 27 millones de años, cuando surgieron los primeros primates superiores (el Homo sapiens apareció hace sólo 200.000 años).
1 billón de euros puede traducirse en tiempo, en toda la historia de la Humanidad, y un poco más, permitiendo a tu familia vivir sin trabajar.
(Nota: En todo este ejemplo se supone que la familia guarda sus ahorros en un banco que le permite aumentar su dinero en forma acorde a la inflación).

Dejarse perder


A priori, resulta sorprendente que, con la Real Sociedad en puestos de descenso desde hace muchas jornadas y con el Osasuna superándole en siete puntos, las casas de apuestas den como claro favorito del encuentro entre ambos equipos a la Real Sociedad. A pesar de que se juega en el estadio del Osasuna.

Osasuna – Real Sociedad. Por cada euro apostado al resultado final, se obtendrán:
(1) 3.30
(X) 3.35
(2) 2.10
Por ejemplo, el Sevilla está luchando por ganar la liga, y juega el casa contra el Zaragoza:
Sevilla – Zaragoza.
(1) 1.55
(X) 3.75
(2) 6.25
La explicación a esta valoración tan favorable a la victoria de la Real Sociedad fuera de casa se obtiene consultando lo que ocurrió en la temporada 2000-2001. En la última jornada se enfrentaban Osasuna y Real Sociedad. Los primeros necesitaban ganar y esperar que sus rivales directos – entre ellos el Oviedo – no lo hicieran.
Los ovetenses jamás perdonarán esa fácil victoria del Osasuna en un partido decisivo, ante una muy superior Real Sociedad. Tras ese descenso vinieron otros y el hundimiento del equipo, que entiende al Osasuna como el desencadenante de su infortunio. La solidaridad entre los equipos “vascos” en las últimas jornadas de liga siempre ha llamado la atención.
Hoy en día gracias a las casas de apuestas puede medirse hasta la probabilidad de que un equipo se deje perder. Esta casa de apuestas – y todas las demás – la ve como muy elevada.
Los amantes del riesgo entenderán la apuesta contraria. Si el Osasuna pierde y el Betis gana su situación pasaría a ser tremendamente complicada en las dos últimas jornadas de liga. Tendrían encima que jugar contra el Betis en la siguiente jornada – lo que podría dejarles incluso en puestos de descenso. Y aún en la última jornada enfrentarse al Atlético de Madrid, que seguro que para entonces estará arrastrándose para asegurarse un puesto en las competiciones europeas.
Aunque algo me dice que el Osasuna pagará su deuda de honor. No dejándose perder, que es casi imposible. Para perder basta con no querer ganar. Aunque cuando crees que tu rival se va a dejar perder la situación se vuelve surrealista, porque el que espera ganar no sabe que bastaría con que jugara un encuentro normal para que acabara ganando.
En cierto modo el que quiere perder no se esfuerza – esperando cumplir su objetivo – y el que espera ganar no se esfuerza – porque piensa que no es necesario para cumplir su objetivo. El resultado será uno de los partidos más irracionales de los últimos tiempos.
[Actualización: Pues al final el Osasuna acabó ganando 2-0. Algunos aficionados del Osasuna se indignaron con los goles de su propio equipo. Todos los rivales de la Real Sociedad ganaron, con lo que la dejan con un pie en Segunda División. Y el Osasuna se aseguró la permanencia.]

Comunicacion

I

En los años 80 mi familia no tenía teléfono en casa y se podía hacía vida normal – otra cosa es que se hiciera.
Cuando alguien tenía que llamarnos telefoneaba a la vecina del 2º que metía una voz por el patio y mi madre subía a atender el teléfono. Por aquel entonces las llamadas eran muy escasas, apenas unas pocas al año. La mayoría de las veces era para decir que alguien se había muerto. Sólo la Navidad daba tregua a las llamadas fúnebres. Aunque también había gente que se moría en Navidad.
Si alguien te da un teléfono y te dice “llama sólo en caso de necesidad” en tu mano queda el definir lo que entiendes como urgencia. En mi caso, se llegó al máximo de los extremos, sólo se daban las peores noticias, o felicitaciones anuales, todo fuera por no molestar a la vecina. Tal vez por eso nunca me ha gustado el ring de los teléfonos y no quiero que me llamen.
¿Qué sentido tiene, sin embargo, la siguiente situación? En una reunión en que todo el mundo va muy bien vestido, en que la gente se expresa como si supiera mucho, y se habla en primera persona del plural, suena un teléfono móvil. Y de repente la persona se disculpa fugazmente para abandonar la sala y atender la llamada. En muchos casos es una llamada absurda, de la mujer diciendo que el gato se ha vuelto a orinar en la alfombra, o del hijo diciendo que llegará tarde. Una vez entre un millón será una llamada de importancia transcendente.
Sin embargo, se da preferencia a atender a las personas remotas, que nos llaman por teléfono, antes que a las que tenemos ante nosotros. Se interrumpe una reunión “de negocios” porque un tipo ha decidido escuchar la perorata del gato en la alfombra. Esa misma persona que llama por teléfono, si se presentara en el despacho de aquel al que llama, muchas veces tendría que esperar. Pero por teléfono todo es más fácil.
Y es que hay aún algo de las llamadas macabras que recibía mi madre. Una llamada de teléfono es algo importante. Aunque ahora todo el mundo usa el teléfono a diario varias veces, nuestro subconsciente aún se ha quedado en los años 80.

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¿Cuando morimos?


Escribe Fernando de Rojas en La Celestina que

Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan mozo que hoy no pudiese morir.

A la vista del gráfico mostrado más arriba (Se puede hacer click para ver más grande), cualquiera podría pensar que esa ilusión por vivir se pierde un poco el mismo día del cumpleaños. Los datos reflejan la fecha de defunción, respecto de la del cumpleaños, de una muestra de personas. Los números positivos son días “después del cumpleaños” y los negativos son días “antes del cumpleaños”. Y el cero, que es el punto que obtiene mayor frecuencia de todas, de forma muy significativa, se corresponde con el máximo absoluto de la gráfica.
Los resultados me resultan totalmente paradójicos. Antes de comenzar esta prueba pensaba que podría demostrar exactamente lo contrario: que el día que menos gente muere es el de su propio cumpleaños. Así, no estoy dispuesto a asumir tan fácilmente esos datos.
La muestra se corresponde con el listado de “personas famosas” que obtuve de la Wikipedia hace unos meses, tomando los datos de cada una de las páginas de los días del año (esta es la página del 7 de Julio). De él se obtiene un amplio conjunto de personas, con fechas de nacimiento y defunción (en algunos casos).

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El peor gol de la historia

Ya hemos hablando en esta página sobre el que posiblemente fue el mejor gol de la historia. Pero pocos conoceréis el peor gol de toda la historia de fútbol.
A pesar de que Ruud Gullit tiene rasgos poco europeos, por sus ascendentes de Surinam, nació en Amsterdam en 1962. Su primer contrato en un equipo profesional fue con el HFC Haarlem, en 1978. Durante cuatro años estuvo jugando en ese equipo, al que la primera división holandesa le venía grande. En 1982, gracias a Gullit, el equipo consiguió la proeza de clasificarse para la Copa de la UEFA.
Posteriormente Gullit fue progresando a medida que iba cambiando de equipo. En 1982 fichó por el Feyenoord. En 1985 por el PSV Eindhoven. En 1987 pasó al A.C. Milan, siendo entonces el fichaje más caro de la historia.
Para el HFC Haarlem la vida sin Gullit fue más triste. Salvo esa escasa participación en la UEFA de 1982, apenas si le daba para sobrevivir en los últimos puestos de la primera división. En 1990 descendió de categoría y desde entonces nunca ha vuelto a la primera división.
La actuación del HFC Haarlem en la competición europea no fue digna de recuerdo. En la segunda ronda se enfrentó a todo un hueso, el Spartak de Moscú.
El 20 de Octubre el equipo holandés jugaba en Moscú, en un muy desapacible día. Hacía frío, viento y nevaba. Unido esto a la escasa entidad del equipo visitante, poco público se atrevió a pasar por el estadio del encuentro, el Luzhniki, con capacidad para 80.000 espectadores.

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Razones para quitar Adsense

Las razones por las que he retirado provisionalmente la publicidad de Adsense mi página son las siguientes:
1) Ganaba menos dinero del que esperaba. La principal razón. Desde luego no pensaba retirarme con ese dinero, pero realmente era demasiado poco dinero. Y esto se explica si tenemos en cuenta que:
a) Esta página, a diferencia de todas las demás de Internet, va perdiendo visitas día tras día:

b) La gente que llega a mi página lo hace a través de búsquedas tales como “sinfonías completas de Mahler” o “pneumonoultramicroscopicsilicovolcanoconiosis“, pero no llegan cuando buscan “quiero comprarme un móvil, no me importa el precio” o cuando buscan “asesores banca privada altísimo standing“.
En general sobre lo que escribo no fomenta la publicidad y la publicidad que se fomenta no se paga bien.
c) Google paga mal. Un día consulté las páginas y me quedé admirado. Sólo había recibido un click en el día y me habían pagado por él la cantidad de 0.00$. Esto contradice lo que dice Google en su publicidad:

Usted recibirá una parte del importe pagado por cualquier actividad realizada en su sitio web. Aunque no revelamos cuál es el porcentaje exacto de ingresos, nuestro objetivo es conseguir que los editores ganen tanto o más dinero que el que obtendrían con otras redes publicitarias.

No importa lo mísero que fuera el convenio de reparto, si no daba ni para un céntimo de euro, es un reparto que no me interesa lo más mínimo. Suponiendo que Google ha cobrado 0,02 dólares por ese click, algo infame, ni tan siquiera ha entendido que tuviera que ir a partes iguales conmigo, ha redondeado en su beneficio o peor aún, ha estado dispuesto a mostrar anuncios que se pagan a 0,01 dólares sabiendo que ellos ganarían algo y yo no ganaría nada.

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