Cuando pensamos en “la ciudad más grande del mundo” podemos cometer los errores sucesivos de creer que es Nueva York, México DF, Sao Paulo o Shanghai. Sin embargo, estas no son más que algunas de las ciudades más pobladas del mundo.
A la hora de determinar cuál es la ciudad más grande del mundo, baste pensar que la ciudad de Madrid (que no la provincia) tiene un área de 605,8 km². Sin embargo, la ciudad más grande del mundo tiene un área de 95.575 km². Esto es, dentro de ella cabrían Madrid, Barcelona…y Portugal (con sus 92.391 km²) .
Se trata de una ciudad totalmente desconocida, Kalgoorlie, en Australia, que apenas cuenta con 30.000 habitantes. Con una densidad de población de 3 habitantes por cada 10 km², tiene una densidad 7 veces inferior a la de Mongolia, que es el país con menor densidad de población del mundo.
Fuente: Wikipedia Reference Desk.
Borgiana
Provisto de teléfonos, de telégrafos, de fonógrafos, de aparatos de radiotelefonía, de cinematógrafos, de linternas mágicas, de glosarios, de horarios, de prontuarios, de boletines…
Observó que para un hombre así facultado el acto de viajar era inútil; nuestro siglo XX había transformado la fábula de Mahoma y de la montaña; las montañas, ahora convergían sobre el moderno Mahoma.
Jorge Luis Borges, El Aleph (1949)
El portátil de los 100 dólares
¿Cuánto tardarán en venderse portátiles de 100 dólares en Ebay?
¿De veras creen que los portátiles irán a los niños del tercer mundo y en el primero no vamos a tener la oportunidad de comprarlos?
El spammer
Su sitio web ha sido suspendido debido a que hemos recibido quejas de que se ha estado enviando spam con links a su dominio. En particular, el link era a: http://www.asinorum.com/2006/03/las_siete_lecciones.html. Esto está prohibido por nuestras condiciones de uso. No permitimos enviar spam desde nuestros servidores ni permitimos que se anuncien las páginas a través de spam enviado desde otros servidores. Esto causaría que todo el servidor fuera señalado como spammer, lo cual afectaría al resto de cuentas del Servidor.
Esta página ha estado suspendida durante unas 30 horas, de forma cautelar. Según parece, se ha estado enviando spam con links a mi página. Dada mi política blanda de promoción de la web, es cuanto menos sorprendente. Sirva esta entrada como aviso; si la próxima vez que pasáis por aquí no veis nada, es porque este sitio habrá dejado de existir para siempre.
Al phising lo que es del phising
Estaba planchando y se me ha ocurrido eso que el gran Hugo llamaría una killer feature. En realidad es uno de esos inventos que podrían cambiar el curso de la Historia, etcétera, etcétera.
Todo aquel que tenga dos dedos de frente se ha enterado de cómo el spam y el phising (robo de datos bancarios por la red) han conseguido ese volumen de cuentas de email. Se apoderan de esos correos en cadena que la gente suele reenviar a todos los contactos y que van dejando una ristra interminable de listas de emails de usuarios de la informática no demasiado avezados. Esos son las mejores víctimas posibles para los intentos de estafa mediante el phising y el bombardeo de publicidad con el spam.
Y a todo esto, se me ha ocurrido una idea que bueno, tal vez no tenga nada de nueva. Y que paso a exponer:
Desafortunadamente, desde que tengo Gmail, no me llegan mensajes de phising a mi cuenta de correo. Siempre me han gustado, tienen su punto retro. Cuando antes me llegaban mensajes de phising, lo que hacía era lo que todo el mundo que controle un poco debe hacer, introducir mis datos en el formulario que ellos me piden, tal y como ellos solicitan. El problema está cuando te piden que rellenes tus datos para acceder al Santander Central Hispano y tú sólo tienes una cuenta de Caja Madrid. En ese caso, no te queda otra opción que inventártelos. Si tuvieras cuenta, la verdad es que también tendrías que inventarte los datos.
Tras tu introducción de datos, surge todo un proceso al otro lado de la línea. La empresa de phising se encarga de tomar esos datos, comprobarlos y tratar de sacar el máximo dinero posible. Tu acción servirá para tener entretenido durante unos segundos a un cabronazo que se dedica a estafar a la gente.
Pero el detalle que me se ha ocurrido mientras planchaba es el rizar el rizo: tomar a todos los contactos que tengas en tu lista de correo, aquellos que creas que tienen más o menos luces y saben por donde van los tiros, y reenviarles el email de phising. Con la consigna de que hagan lo mismo que tú: rellenar con datos inventados y reenviar a más gente.
Usando usuarios dispersos por todo el mundo, cada uno con una dirección IP, a distintas horas del día, los cabronazos del phising no podrán percibir qué mensajes son ciertos y cuales no. Pueden recibir un reguero de salvas falsas, de supuestas cuentas de banco que no se correspondan con la realidad. Si el mensaje corre lo suficiente, digamos que le llega a mil personas informadas que han seguido esta cadena de reenvíos, tener que comprobar mil veces si una cuenta es real o no, puede llevar la verdad mucho tiempo. No es el tipo de comprobaciones que se puedan automatizar con un robot (salvo que los sistemas de los bancos sean totalmente inseguros, algo tampoco descartable). Tiene que haber un tipo metiendo a mano usuarios y contraseñas inventados, totalmente machacado ante el continuo engaño.
Así, esa es la idea: la próxima vez que te llegue un mensaje de phising, rellena y reenvía explicando lo que hay que hacer. He dicho.
Regalando contraseñas
Caracteres en mayúsculas y en minúsculas, numéricos y especiales. Nos esforzamos en tener una contraseña lo suficientemente poderosa y potente como para liberarnos del ataque de los hackers.
Cuando nos damos de alta en Amazon, en Ebay, en petardas.com, en la página para descargar películas, en Flickr, en Delicious, en el foro de coches, en la lista de correo de la universidad, siempre nos piden lo mismo: una dirección de correo y una contraseña.
Un porcentaje nada despreciable de personas comete el error de usar la contraseña de la cuenta de correo para cualquiera de esos servicios. Así, al darte de alta en cualquier sitio estás enviando no sólo tu dirección, sino una llave de la puerta de tu casa.
No me preocuparía que los responsables de Amazon, o los de Ebay hicieran algo con esa información. Pero de petardas.com y el foro de coches, no sé si fiarme tanto.
Un hacker medio listo lo tendría muy fácil: crear un servicio medio tonto en la red; bien diseñado y que regale algo. Le lloverían direcciones con sus respectivas contraseñas. Eso sí que es Ingeniería Social.
Zero Effect
Hace un par de semanas, en los primeros puestos de del.icio.us, entre las páginas que más gente había guardado en sus favoritos, se encontraba una que me llamó la atención mucho: The best movies you have never seen ( las mejores películas que seguro que no has visto).
En ella, el autor da una selección personal de películas de habla inglesa – la mayoría son estadounidenses – que están bastante bien pero que, por una u otra razón, fracasaron estrepitosamente en taquilla y en los videoclubs. Es decir, películas que fracasaron porque tuvieron mala suerte.
I
De entre esa lista, sólo había visto una de ellas. Si no hubiera visto esa película, habría olvidado la entrada. La película en cuestión era Zero Effect, de 1998.
La sola presencia del actor Ben Stiller ya certifica que una película es basura. Si mal no recuerdo, vi esa película un domingo por la noche, una de esas películas de segunda sesión, de las que comienzan a las doce de la noche. ¿Cómo puede mantenerte ante el televisor una película desconocida hasta tan tarde, teniendo que madrugar al día siguiente? Zero Effect no es una gran película, es una película muy imperfecta. Está llena de errores, de tomas que se podían haber rodado un par de veces más, de deslices en el guión, aparecen algunos actores realmente mediocres. Pero es una película que, ya sea por la historia, o por el tratamiento que ha dado el director, tiene tantas cosas buenas que, por encima de todo eso, sobresale la calidad.
Zero Effect es una película que nunca meterías en la categoría de “digna de un Oscar” o de “obra maestra”, o quizás siquiera de “buena película”. No tiene ningún mensaje, pero es una película muy entretenida. El argumento es bizarro: una versión moderna de Sherlock Holmes, en que el detective tiene una cierta fobia al trato con las personas. Así que, en vez de entrevistar directamente a sus clientes, utiliza a su secretario, el actor Ben Stiller. Se monta una trama enredada pero coherente, sin los habituales giros de última hora de cualquier intriga americana, el argumento en sí ya es suficientemente interesante para retenerte hasta el final.
Así, estaba tentado de recomendar el resto de películas, sin más. Pero este blog tiene un compromiso con la calidad, y aunque no voy a llegar a los niveles del New Yorker, no me siento tan gurú ni tan vago como para recomendar películas que no he visto.
Así, he estado estos días viendo algunas de la lista, para poder contrastar.
Se busca blogger
Muchas personas que tienen un blog corren raudas y veloces a dejar la dirección de su página web en el curriculum vitae. No deja de ser un valor añadido, como saber idiomas, tener un master o un curso profesional.
En mi opinión, como cualquier otra habilidad, sus ventajas dependerán del puesto al que se pretenda aspirar. Para recrutar escritores, creativos, periodistas o determinadas profesiones, puede resultar fantástico. Pero sólo en esos casos. Para la inmensa mayoría de las profesiones, jamás contrataría a un blogger.
¿Cómo dices eso, sacrílego dueño de un blog? Los bloggers son más creativos, tienen conocimientos más variados, están a la última de las nuevas tecnologías e Internet. Tienen gran conversación y son muy buenos buscando información en la red.
Si lo pensamos fríamente, casi ninguna de las cualidades antes citadas son necesarias para una profesión convencional. Si necesito a un administrativo que va a pasarse las ocho horas de la jornada laboral pasando datos de facturas impresas al sistema informático de la empresa, cuanto menos hable mejor. En la red no se le ha perdido nada y los textos de su blog me interesan tanto como el sexo de los caracoles.
Menudo trabajo, el de archivar facturas. Sin embargo, quizás hay diez o veinte veces más personas que se dedican a esto que a “crear nuevos productos de la última tecnología”. Por cada profesión del país de las maravillas, vedada a las personas mediocres y sin padrino, existen cien, mil o diez mil puestos de trabajo que requieren ciertos conocimientos mínimos de informatica, la paciencia de Job y el encefalograma más plano que sea posible.
Los bloggers son un cáncer para la productividad. El que no escribe entradas desde su puesto de trabajo, se dedica a leer otros blogs, de los que escribirá desde casa. O revisa los comentarios a sus entradas, o cambia la plantilla de su página. La inmensa mayoría de los bloggers más conocidos pasa horas enteras delante del ordenador, haciendo lo que en castellano se llama “sus labores”. Están resultando tan productivos para la empresa como si se sacaran cera de las orejas o jugasen a la Play Station.
El peor ahorro del mundo
No hay cosa que me sorprenda más que las economías en el precio de la gasolina.
Si llenas un depósito de 50 litros, a 1.2 euros el litro, una diferencia de precio del 5% son la friolera de 3 euros.
Hay quien recorre kilómetros y kilómetros, soporta esperas, compra en supermercados abominables, sólo por conseguir algo menos de ese descuento.
A diario hay decenas de posibilidades para ahorrar tres euros, y parece que a nadie le interesan. Pero ahorrar en gasolina es casi cuestión de Estado, para muchos.
La anarquía de la ilusión
I
A mi hermano pequeño, cuando tenía siete u ocho años, le dió por los mapas. No me atrevería a decir la geografía, porque lo único que le interesaban eran los mapas propiamente dichos. Eran unos que habíamos encontrado en un contenedor de la basura, formaban parte de un atlas y ahora no eran sino páginas arrancadas.
Los mapas habían estado rondando por casa algún tiempo hasta que él los tomó. Resultó ser una excelente forma de tenerlo entretenido. Lo dejábamos allí, mirando el mapamundi, u observando las cordilleras de África y estaba quieto y callado.
Al cabo de unos días comenzó a hacer preguntas. Se refería a lugares que nunca antes había oído. Su forma de aproximarse a los mapas había sido totalmente autónoma, sin más criterio que las formas de los propios continentes. Así, le había llamado mucho la atención la Antártida. Se conocía la región como la palma de su mano, podía identificar cualquier lugar del continente. También podía dibujarlo de memoria con mucha precisión.
No era el único lugar que conocía, en realidad había acumulado un montón de conocimientos extraños: regiones del Congo, islas del Pacífico sur, las principales ciudades de Brasil.
Me resultaba divertido ver cómo conocía lugares tan inusuales pero no sabía ni cuáles eran las provincias de Cataluña o la capital de Francia. Un día le dije que debía centrarse en contenidos más prácticos: España y Europa, primero las capitales de los países, y luego si acaso entrar en conocimientos más profundos.
Poco tiempo después me di cuenta de que ya no pasaba tiempo con los mapas. Dejaron de interesarle y nunca volvió con ellos.
II
Una parte de mí se siente culpable por haberle tratado de sistematizar. La que era una afición pura se había convertido en una especie de profesión. El Mar de Ross y Dumont d’Urville eran sus descubrimientos y le parecieron más interesantes que el Mediterráneo o París. Seguramente, con el tiempo, si aquello hubiera perdurado, habría acabado acercándose, por la Costa Azul, poco a poco, a todos esos lugares más cotidianos.
Tal vez era cuestión de tiempo que lo acabara dejando, desde luego por culpa de ciudades como París, Berlín y Madrid perdió un poco de la ilusión de vivir.