Las reglas fundamentales del ajedrez
El juego está lleno de reglas que son totalmente lógicas y comprensibles. Las cuatro reglas fundamentales del ajedrez son las siguientes:
La seguridad del rey. El rey es la pieza fundamental del ajedrez, perdiendo este, se acaba la partida. El rey nos simboliza a nosotros mismos. El resto de piezas son nuestas habilidades y nuestros bienes materiales. De nada han de servir estos si perdemos la vida.
El centro. El control por el centro del tablero de ajedrez es fundamental. Como dirían los americanos, Location, location, location. El centro del tablero es como el de las grandes ciudades, puedes tener un bloque de edificios en la periferia, pero si tienes un buen apartamento en el centro del tablero, tienes algo de más valor.
El desarrollo. Hay que tener a todas las piezas de ajedrez jugando lo antes posible. Las piezas de ajedrez son como tiendas, si no están trabajando, es como si no las tuvieras, es más, sólo producen pérdidas.
La iniciativa. Hay que tratar de atacar. Hay que intentar que las jugadas de nuestro rival sean defensas contra nuestras amenazas. Tener que pensar qué hacer para vencer a nuestro rival, no qué estará haciendo nuestro rival para vencernos. Como en cualquier mercado, hay que tratar de innovar, de tener la iniciativa, de pensar qué producto nuevo podemos crear, no estar esperando a ver qué sacan los demás para tratar de copiarlos.
La utilidad de los libros de ajedrez.
Sólo siguiendo estas reglas del ajedrez, nuestros resultados ya pueden mejorar mucho. Sin embargo, para avanzar realmente en este juego, hay que estudiar. Es increíble lo que hacen los libros de ajedrez por las personas. Toda la gente que conozco que ha estudiado alguna vez un libro de ajedrez es capaz de ganar a todos sus amigos y familiares. Ese es un placer que cualquier persona aficionada al ajedrez merece conocer.
A pesar de ello, cuando una persona, recién iniciada en el juego de ajedrez trata de comprar un libro con que iniciarse, carece de referencias válidas. Casi todos realizan compras pésimas. Como ante cualquier otra compra, se dejan guiar por el título – cuanto más llamativo mejor -o por el autor – cuanto más afamado mejor. En ambos casos, se está incurriendo en un grave error.
Los mejores libros de ajedrez suelen tener títulos modestos. Uno de los más reconocidos se llama El ajedrez de torneo, escrito por el ruso David Bronstein. Otro muy bueno es Mi sistema, del también ruso Aaron Nimzowich. Sólo en casos excepcionales surgen títulos grandilocuentes. Como el Piense como un gran maestro de Alexander Kotov. Que no podía sino ser ruso.
Al pensar en “qué es un buen libro de ajedrez” uno debe comparar con el resto de libros:
Existen novelas que, en su momento, tuvieron un lugar destacado en la historia. Los relatos de Jean Austen, por ejemplo, no tienen apenas precedentes históricos en el estilo empleado. Sin embargo, hoy en día existen miles de novelas más interesantes que las suyas, con mejores descripciones y menos aburridas. Casi todas ellas se han alimentado de lo que Austen inventó, pero han llegado mucho más lejos. Es indudable que “Mansfield Park” es, en el sentido histórico, mucho más importante que cualquier novela de Diana Gabaldon. Pero Gabaldon vende más libros, y si un extraterrestre, sin idea de cómo van las cosas por la Tierra, tuviera que juzgar una novela de cada escritora, preferiría las de Diana Gabaldon.
También existen libros difíciles. “Abbadon el exterminador”, de Ernesto Sábato, es una soberbia novela, pero compleja a más no poder. La obra de Faulkner es fundamental en la literatura del siglo XX, pero no resulta fácil de leer. Autores tan renombrados como estos, tales como Hemingway o Bioy Casares han escrito libros tan buenos como los de ellos, con un lenguaje asequible a todos y con niveles de lectura tan complejos como el lector quiera darles.
En ajedrez ocurre del mismo modo. Libros que supusieron toda una revelación, como el antes citado “Mi sistema”, de Nimzowich, escrito en 1920, ahora resultan pobres y oscuros. La obra del genial Capablanca queda mejor expresada en boca de sus comentaristas que en la suya propia. En mi opinión, hay que evitar todos estos libros, al menos en la fase de iniciación.
También hay obras que resultan muy difíciles para jugadores noveles. Cualquier libro de Kasparov no deja de ser un infierno para quien no está un poco suelto en el juego. En general, los grandes maestros no saben expresarse en términos sencillos. Cuanto más famoso sea un escritor, más inadecuado resultará el libro para los que se inicien en el juego.
Libros básicos.
Los libros de ajedrez se dividen en tres categorías: elementales, básicos y medio-avanzados.
Los elementales se refieren a las propias reglas del juego: cómo mueve cada pieza, el concepto de jaque mate, las tablas por ahogado, la anotación, alguna partida sencilla e ilustrativa.
Los medio-avanzados van dirigidos a los que quieren superar el nivel de jugador aficionado. Jugando se aprende mucho, pero llega un momento en que no se puede ir más lejos en el progreso. En ese momento se requieren estos libros.
Los libros básicos son sobre los que trato de asesorar. Van dirigidos a aquellos que apenas si conocen las reglas del juego, y poco más. En mi opinión, estos son los libros que, casi todo el que se dirige a una tienda a comprar un libro de ajedrez, necesita.
Por un lado son los libros más importantes, pues tienen un público de más del 90% de los jugadores de ajedrez (técnicamente los libros elementales tienen un mercado potencial infinito, al igual que los cursos de húngaro).
Por otro lado, son los más difíciles de escribir. Se requiere la paciencia y la tenacidad de un monitor de iniciación, acostumbrado a los errores constantes de los niños, a ver cómo éstos piensan y cómo hay que corregirles. Pero también se necesitan conocimientos muy avanzados sobre el ajedrez para poder explicar el por qué de todas las cosas. Y el sentido común de no llevar demasiado lejos las explicaciones. Lo más simple es lo más difícil de explicar, a veces sin conocer lo más complejo resulta sencillamente imposible.

Esta es la posición básica de la apertura española. En un 90% de las partidas las negras responden moviendo el peón de delante de la Torre-dama, atacando el alfil recién salido (3…a6, 3…P3TD)

Aunque no lo parezca, explicar la causa por la que sucede este movimiento no es algo trivial. Muy pocos jugadores saben dar una explicación racional de por qué se realiza. Las mejores explicaciones suelen ser evasivas (ya lo verás luego) o engañosas (intenta forzar el cambio del alfil por el caballo).
En los libros de nivel básico, muchas veces se pasa por alto lo obvio, como este movimiento de las negras. El lector se queda en su casa, con cara de idiota, mirando el tablero pero sin entender nada. Pero no se engañe, la culpa muchas veces la tiene el escritor que no lo ha explicado porque no lo sabe.
Peor que esto, si cabe, es que a veces dan explicaciones equivocadas. Y crean ideas preconcebidas en los lectores, que costará mucho quitarles de la cabeza con el tiempo. Una mala explicación puede ser peor que ninguna.
Principales errores de los libros básicos
Además de la falta manifiesta de la preparación suficiente por parte de los autores, la mayoría de estos libros comete el mismo error: se nota la impaciencia del autor por tratar de empezar a tratar temas de niveles superiores. Les cuesta centrarse en la labor de enseñanza, quieren empezar a hablar de ideas estratégicas profundas, de combinaciones tácticas sorprendentes, ante un jugador que aún no entiende muy bien lo que es una clavada o una mala estructura de peones.
Algunos consejos para detectar libros malos o inadecuados:
Se dedican con cierto detalle a enumerar nombres de aperturas. Saber cómo se llama una apertura no sirve para nada. Muchos jugadores profesionales juegan aperturas que no saben ni cómo se llaman. Cuanto mayor sea este capítulo, peor el libro.
Tienen pocos comentarios. Las partidas se muestran muy seguidas, una jugada detrás de otra. Eso es horrible, porque cuando se reproduce sobre un tablero, si una jugada suscita dudas, no sabemos los motivos por los que se realizó. Cuanto más se detengan en los comentarios, tanto mejor.
Tienen muchos símbolos. Los símbolos se inventaron para abreviar espacio, no porque sean mejores que lo que significan. Fíese más de un comentarista que dice “es una buena jugada” que del que dice !.
Tienen un capítulo de historia del ajedrez. La historia del ajedrez es fantástica, pero si usted desea aprender a jugar, puede ignorarla durante un tiempo. Estos capítulos son de relleno, ni más ni menos. Si quiere conducir un coche, no necesita que le comiencen a hablar de la máquina de vapor y la revolución industrial, ni de Henry Ford. Usted quiere conducir, no le interesa todavía de donde vienen los coches.
Tienen una sección de trampas, trucos o celadas. Los trucos del ajedrez – comúnmente llamados celadas – tienen mucho atractivo. Son muy vistosos, provocan victorias rápidas. Pero son engaños que, si salen mal, se vuelven contra su creador. Crean malos hábitos de aprendizaje. Estos capítulos son muy fáciles de escribir para el autor, y sabe que son muy llamativos. Son trucos de efecto que usted no debe tolerar.
El mejor libro de ajedrez
Cuando me preguntan por un buen libro para iniciarse en el juego, me veo obligado a recurrir a un autor totalmente desconocido en España. Es sorprendente que el posiblemente mejor escritor de ajedrez de la historia apenas tenga traducciones al español. Gran parte de la culpa la tiene nuestra titulitis. El hombre que mejores libros de ajedrez ha escrito, pensados para el aficionado, para el que no sabe jugar, es el americano Irving Chernev.
Irving Chernev (1900-1981) fue un enamorado del juego. A pesar de su pasión por el ajedrez, era un jugador mediocre. A decir verdad, es uno de los peores jugadores de ajedrez de la historia que han escrito un libro de ajedrez.
Pero Irving Chernev, según sus propias palabras:
Probablemente he leído más sobre ajedrez y he jugado más partidas que ningún hombre en la historia.
Así, aún no destacando como jugador a nivel internacional, su cultura, su conocimiento del juego, eran superiores a los de cualquiera. El hecho de ser un jugador bastante malo le llevó a escribir con la suficiente modestia como para que, hoy en día, junto con una entrada en la Wikipedia, pueda ser recordado como el autor del mejor libro de ajedrez para personas que se están iniciando en el juego: Logical Chess: Move By Move: Every Move Explained(Ajedrez lógico: Jugada a jugada: Cada movimiento explicado).
Vamos a ver qué dicen otras personas al respecto de ese gran libro. En Amazon, una opinión de cinco estrellas, que suscribo totalmente:
He sido un entusiasta jugador de ajedrez durante 32 años. Hay algo (aparentemente genético) entre los jugadores de ajedrez que les (nos) hace acumular más y más libros de los que podamos jamás leer sobre ajedrez – quizás en el vano intento de llegar a ser alguna vez tan buenos como Garry Kasparov. Así, literalmente he visto y leído cientos de libros de ajedrez. Siempre que alguien me pregunta sobre cuál es el mejor libro con que empezar a aprender ajedrez serio, siempre les digo este libro, sin dudarlo. El libro es una serie de partidas (a nivel magistral sobre todo), en los que cada jugada, de ambos bandos, es comentada. El lector nunca tiene que preguntarse, “¿Por qué movió eso?” Las explicaciones son a nivel estratégico, de esa manera el autor explica cada jugada en términos de su valor a largo plazo, en vez de dar una secuencia de complicadas variantes para mostrar lo que podía haber ocurrido si el jugador hubiera elegido otra jugada. El único inconveniente a el libro es que es un poco antiguo y algunas de las aperturas que se usan han sido superadas por la moderna teoría de aperturas. Pero dado que el libro se centra en los conceptos, más que en variantes concretas, esta es una desventaja menor. Este libro es el mejor que existe como primer paso hacia el ajedrez serio. Y todavía no ha sido superado.
Además de en Amazon, el libro se encuentra gratis en el Emule.
En estos casos, no hay nada como el papel, si conoces a alguien que quiere aprender a jugar, ya estás tardando en recomendarle este libro. Lástima que la traducción en español sea casi imposible de encontrar.
Actualización 9 de Octubre de 2006. Xabier Burgos nos indica en un comentario que el libro es fácil de encontrar en español, por ejemplo se puede comprar por Internet en Iberlibro.