La frase: Fumo periit qui fumum vendidit

Fumo periit qui fumum vendidit:
Aquel que vende humo muere de humo. (Proverbio medieval)
Frase aplicable a:
Los cientos de pequeños y medianos empresarios del ladrillo que se han dedicado a vender humo en forma de viviendas que nunca bajan, barrios en perpetua revalorización y productos de inversión con cualidades de panacea.
Pero que en su propio humo cuecen sus ahorros, en forma de múltiples viviendas compradas a precios elevados, sus inversiones en forma de pisos que hay que vender ahora y en deudas que hasta ahora se pagaban solas pero que de repente causan dolores de cabeza.
Debería tranquilizarnos saber que algunos de entre los más perjudicados por la inminente crisis española serán estos vendedores de humo.
Origen:
Ejemplar fue el castigo que tomó el emperador Alejandro Severo, y que refiere en su vida Elio Lampridio, contra un charlatán llamado Vetronio Turino, que se decía amigo del emperador y sacaba dinero a los incautos, haciéndoles creer que con su recomendación obtendrían lo que solicitaban. Descubiertas sus trampas y probado plenamente el delito, el emperador mandó ponerle atado con una cadena en un palo y encender al pie fuego con leñas verdes, con cuyo humo se ahogase antes de que el fuego le consumiese, y mientras tanto el pregonero a voz en grito anunciaba.

Fumo periit, qui fumus vendidit.

Muere con humo, quien humos vendia. (…) (Bastús, La sabiduría, II, 3; pp. 37-39, en la expresión Tener muchos humos)

Ferrule

Me gustan las palabras que tienen significados enormemente concretos que a veces se refieren a objetos que uno no podría imaginar que tuvieran nombre. Como es el caso de Ferrule, una palabra inglesa que se refiere a las pequeñas piezas de metal en forma circular que se usan para sujetar entre sí trozos de cable, fibras o de un palo.
Por ejemplo, la arandela de metal que sujeta la goma de borrar al lápiz se llama ferrule.
lapiz.jpg
O la cinta roja que une las dos partes de este remo de Kayak:
kayak-ferrule.jpg
La parte numerada con el siete en el piolet, instrumento usado por los escaladores, es un ferrule. En español ese objeto se llama regatón.
Ice_axe.png
La pieza dorada del arco de un violín, sin nombre en la imagen, donde comienza el hair, también es un ferrule.
violin_ferrule.jpg

Lavaplatos

Ronald M. Shaich es el mayor accionista de la cadena de pastelerías-cafeterías Panera Bread. Panera Bread es una franquicia estadounidense con más de 1.000 locales por todo el país.
Como tantas otras historias de éxito imposible, todo empezó con una pequeña pastelería y gracias al buen hacer de Shaich, acabó en un negocio de miles de millones de euros. Una anécdota curiosa de los duros comienzos cuando la cadena sólo constaba de cuatro pastelerías y tres de ellas estaban en pérdidas:

También hice grandes esfuerzos para retener a los buenos empleados. Quería cuidar de la gente que cuidaba de mi negocio. Una noche en que había quedado con una chica fui a uno de los locales y descubrí que la esposa del gerente de ese local estaba lavando platos porque la pastelería no tenía suficiente personal para manejar las tareas de limpieza. Así que por unas dos horas la chica con la que había quedado y yo ayudamos a fregar los platos. De la chica de la cita ni me acuerdo pero aquel gerente es hoy un ejecutivo de Panera.

Visto en : Uncommon Bussiness :Panera Success Story

Anti Google

Cuando se establece una comparativa entre proveedores de correo electrónico el absurdo favoritismo hacia Google de la mayoría de Internet maquilla los datos en forma escandalosa:
webmailcomparison.png
Mirando esa tabla parece que Gmail es imbatible aunque los usuarios – que son tontos – prefieren el servicio de Yahoo o Hotmail.
Un parámetro que no muestra esa tabla es el downtime. El downtime es el tiempo que un sistema no está accesible. En el caso de Google ese valor es estratosféricamente superior al de sus competidores.
¿Qué es más importante, que puedas etiquetar tus conversaciones de mail o que el servicio esté disponible? ¿Qué es más importante que puedas redirigir tus cuentas de correo o que el servicio esté disponible?
He sufrido las paradas de Gmail. Son muy infrecuentes aunque suelen ser prolongadas. En realidad dan una imagen de muy poca seriedad y para alguien que dependa del correo electrónico esto puede ser totalmente inadmisible.
La mejor justificación al downtime de Gmail la encontramos en cualquier foro:

Don’t forget Gmail is still in a beta phase…

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El mundo del petardo

Inexplicablemente, junto con la habitual publicidad que incluye El País dominical, en la región de Madrid nos deleitaban con publicidad de petardos, algo totalmente inaudito.
El mundo de los petardos queda muy alejado de la mayoría de las personas, quizás los valencianos estén más acostumbrados pero desde luego que desde que era pequeño no estallo un petardo.
Tengo un amigo que es una persona estupenda y muy responsable pero que siente fascinación por los petardos. En Navidad se gasta mucho dinero (más de 600 euros) en petardos, porque la ocasión lo merece. Es algo que a la mayoría de las personas no nos cabe en la cabeza.
Aprovechando la publicidad he estado buceando un poco por internet para ver qué se dice en los foros sobre petardos. Parece ser que los auténticos fans de los petardos pasan de comprarlos hechos, porque les resultan muy caros o de una potencia limitada.
En la publicidad vemos el Gran Paradís:
Batería de 25 disparos con cola de colores, apertura dorada a rojo, verde y azul y apoteósico final.
¡Precaución! 50 metros distancia de seguridad.
Precio: 75 euros.
O el Queso 1000:
Más de un minuto con infinidad de salidas de todos los colores.
Superbatería de 1.000 disparos.
Precio: 210 euros.
Estas auténticas monstruosidades no son suficientes. Y entonces entra la difusión del conocimiento en Internet. La gente se fabrica la pólvora en casa.

Buenas, siempre he tenido esta duda en mi cabeza, si hacer pólvora en tu propia casa es legal o no. O bien, si hay restricción en cuanto al número de gramos que se permite tener legalmente en una vivienda.

La respuesta:

Bueno evidentemente es ilegal, no es como la llevar droga, pero es ilegal, es como el que hace drogas en un laboratorio, si el estado no saca tajada no le interesa y lo castiga …. yo creo que no hay otro fin, ya que dejan que fumes y es perjudicial para la salud pero como ellos cobran por cada cajetilla de tabaco que se pasa pues les da igual.

Las sugerencias sobre cómo hacer la pólvora son frecuentes.

Está es una forma no muy segura de hacer pólvora de nitrato potásico con una potencia tal que casi iguala a la de clorato pero es mucho más estable. PERO LEELO ENTERO ANTES DE HACERLO, Y TOMA NOTA YA QUE OLVIDAS ALGO Y TE VAS A LA MIERDA.
[…]Creo que al evaporar el agua de la mezcla esta tira algunos gases calientes y el mismo vapor, que me dejo bien jodido de los ojos durante 20 minutos, por lo que usa gafas protectoras.
[…]AH! y hazlo con las ventanas abiertas ya que mi casa todavia huele a pólvora y azufre quemados.

Recibe como respuesta:

Esta especie de potaje que haces con la pólvora, es de una GRAN TEMERIDAD E INCONSCIENCIA. El día menos pensado, te arderá en la cara. No se de donde has sacado este procedimiento, pero te aconsejo, a ti y a todos, que no hagáis estas burradas.(luego explica un método seguro de fabricación).

El anterior responde:

Pues ese proceso ya lo he intentado varias veces y como quedara la pólvora de débil que ni siquiera explota el cohete. Ésta forma de hacerla la saqué de varios apartados de páginas, además de un familiar cercano que toda su vida la ha hecho de esta manera y nunca ha pasado nada, y obviamente queda mucho más poderosa. Y no hay ningún peligro si lo haces correctamente.

El nitrato potásico no es fácil de obtener, para seguridad de la gente de bien. Suscita dudas en los foros sobre cómo conseguirlo sin preguntas indiscretas:

Uso el nitrato potásico desde hace tiempo porque lo encuentro perfecto para nuestras aplicaciones.
Es seguro, económico y normalmente fácil de conseguir.
Hace tiempo lo conseguía en droguerías pero suelen hacer “preguntas” indiscretas y te miran raro.
Recomiendo comprarlo en empresas de suministros químicos.
Estas empresas siempre tienen el nitrato potásico disponible debido a que es un producto muy demandado. La compra por internet tiene sus ventajas. No nos pedirán explicaciones por lo general.

Lo más directo es pedir un presupuesto mediante un e-mail (sin faltas de ortografía, claro), luego haremos la transferencia a la cuenta de banco que nos indiquen. A los pocos días te llega a casa un mensajero con un bote enorme. Casi siempre he visto que se comercializa en la presentación de 5 kg y resulta ideal para minimizar los gastos de los portes. Cuando solicitamos el presupuesto debemos dar la impresión de que somos una “empresa” y no un aficionado a los petardos. La redacción del presupuesto debe ser impecable y concisa, como si estuviéramos acostumbrados a solicitar productos con frecuencia.

6 euros el kg puede ser un precio de partida aceptable. Yo lo compro a 3 euros el kg y es material para laboratorio de muy alta pureza. Sería una buena idea que pudiéramos comprar importantes cantidades para que nos consideraran buenos clientes y nos mejorasen el precio. Esto lo podríamos lograr uniendo nuestros pedidos y centralizándolos en una única compra. Es cuestión de organizarse.

Pero al que le gustan los petardos, quiere potencia ante todo. Y para ello hay que acceder a productos realmente inusuales. Como el aluminio.
Un pregunta:

Pos na eso que donde se puede conseguir aluminio en polvo. Gracias anticipadas.

Respuesta:

Tambien se le llama aluminio atomizado supogo que lo quieres para hacer polvora flash o …. bueno tu sabras este tipo de aluminio es caro lo suficiente como para que en pocas cantidades no te salga rentable, supongo que en ****** o en tiendas de quimica lo venden pero no esperes buenos precios

Se despierta la curiosidad:

¿Qué utilidades, tiene el aluminio en polvo? Un saludo a todos

Sirve como catalizador, da mucha más potencia a la pólvora y si es en rayadura “chispitas” y …. bueno otros que no tienen que ver con esto

Indicaciones sobre la dudosa legalidad de estos productos:

aver, aunke esto es ilegal, i no lo sabemos kasi nadie.aki te dejo una pagina

Justificación de que es legal su compra.

no es ilegal para algo te cobran el iba, todo es legal.

La demencialidad de algunos de estos aficionados no tiene límite. Impagable el hilo ¿Cuál fue tu mejor explosión?, recomiendo su lectura completa.

La mia que mas me gusto fue una olla express llena de gasolina que previamente se le habia soldado las medidas de seguridad anti superpresuracion se le echo como un litrazo de gasolina se cerro bien se metio en una lumbre y a correr jajajaja como salio la tapaderaaaaa y la llamarada del vapor de la gasolina. Ojo a unos 15 km de gente.

La frase: Stultorum infinitus est numerus

Stultorum infinitus est numerus:
El número de los tontos es infinito. (La Biblia)
Frase aplicable a:
Los cientos y miles y millones de personas que copian frases y curiosidades de internet, sin cuestionarlas, aumentando el tamaño de la mentira y la estupidez humana.
Origen:
La frase se suele citar como Eclesiastés 1,15. O sea, un texto del Antiguo Testamento. Sin embargo el texto que allí encontramos no tiene nada que ver:
Lo torcido no se puede enderezar; y lo falto no puede contarse.
En este caso, el propio texto del Eclesiastés puede aplicarse a su falsa traducción: esta falsa traducción está tan arraigada que lo torcido no puede enderezarse por culpa precisamente de lo que pregona la falsa traducción: el número de los tontos es demasiado grande. Las opiniones equivocadas son siempre demasiadas y tienen capacidad para cambiar las cosas.
La frase sin embargo tiene su interés, la cita el bachiller Sansón Carrasco en el Quijote, refiriéndose a los lectores de la Primera Parte de dicha obra.
Don Quijote le pregunta al bachiller si la primera parte de dicho libro tuvo éxito y sus aventuras gustaron, siendo esta su pregunta y respuesta:

—El que de mí trata —dijo don Quijote— a pocos habrá contentado.

—Antes es al revés, que, como de «stultorum infinitus est numerus», infinitos son los que han gustado de la tal historia;

Como cada coma en el Quijote todas estas expresiones han sido revisadas al milímetro y alguien indicó que es incorrecto decir “como de stultorum…” y que sobraría el “de” siendo más correcto “como stultorum”.
Aquí se entra en una de esas absurdas justificaciones de las incorrecciones, un frecuente error por parte de los que acostumbran idolatrar a ciertos personajes, en este caso al limitado escritor Cervantes, indicando que el autor quería, con este error probablemente debido a su propia falta de pericia en el latín:

Podría ser indicio, como el aliquando, de la superficialidad del latín de Sansón Carrasco, que engarza sólo citas manidas.

Desde aquí quiero recalcar que esta frase Stultorum infinitus est numerus es de uso peliagudo y que el que pretenda usarla debe tener mucho cuidado porque es fácil caer en el lado de los tontos, a pesar de que uno muy digno pregone que los infinitos tontos son los demás.
Una frase más difícil de emplear de lo que se cree para iniciar una nueva sección esperemos que semanal, todos los domingos una frase y alguna explicación absurda sobre ella. Ya tengo tres escritas así que la sección durará por lo menos hasta el fin del 2007.
La mayoría de las frases las tomaré del libro: Frases Latinas de Angela María Zanoner.

Comedor de empresa

Mi primera experiencia con el comedor de empresa fue volviendo del restaurante. Se oía un enorme estruendo y le pregunté a uno qué era aquello. “El comedor de empresa”, me respondió.

Lo que tendría que haber sido una experiencia de negación y rechazo, se convirtió en la llamada de la selva. Yo sabía que mi sitio estaba allí. Entre vociferantes comensales y no en restaurantes a precio tasado que perjudicaban mi hígado, mi estómago y mis niveles de colesterol. Poco después de aquella revelación, fui por primera vez con mi tartera a comer a donde los pobres y ya no volvería salvo ocasionalmente al menú de falso ejecutivo.

Aparentemente se establece una división entre dos tipos de comensales: Los que prefieren la quietud del tupper conocido y los que dan prioridad a la cocina profesional. Está el que huye del aceite de enésima fritanga y el que evita la molestia de transportar comida de casa. Sin embargo, ocurre a veces que uno se encuentra en una de las dos opciones sin haber tenido capacidad de elegir. A veces donde trabajas no hay comedor. O no hay restaurantes. O uno no gana lo suficiente como para comer fuera. O te pagan en parte con tickets de restaurante. Salvo en mi actual empresa, nunca antes pude elegir. Siempre fue comer en casa o en restaurante. Ahora sin embargo soy un animal del comedor de empresa.

¿Quiénes comemos en el comedor de empresa? Es difícil encontrar patrones definidos, pero creo haber llegado a algún tipo de conocimiento del asunto. En el comedor no suelen comer:
– Los que no saben cocinar. Y es que aunque sorprenda hay muchísima gente que no tiene ni idea de lo más elemental, hay quienes se sienten torpes hasta en el manejo del microondas. Lo veo a menudo y me muevo entre clase media muy medianita.
– Los que no saben limpiar. Hay quienes no están sueltos en el manejo de cubiertos de plástico o de doble uso. Hay quien no puede comer sin manchar dos vajillas, sin un plato para el primero, otro para el segundo y otro para el postre. Cuando uno no está suelto en el no ensuciar es porque no conoce bien ese infame oficio del limpiar.

También hay un grupo enorme de gente, quizás el que más, que entiende el comer en comedor de empresa como algo cutre, propio de chusma, un sucedáneo de otra cosa. Lo veo en aquellos que aprovechan cualquier oportunidad para comer fuera: hoy porque es viernes, mañana porque tienen paella, hoy porque dentro de un mes es mi cumpleaños. Hay gente que come casi a diario en el comedor pero que siente la necesidad de salir al menos una vez en semana.

Gran parte de este desprecio a la comida del comedor se debe al tupper con que nos presentamos. Si es un tupper de subproducto recalentado, algo que sabemos que no va a estar muy bien, podemos añorar nuestras costillas de cerdo con patatas descongeladas del restaurante. O la monótona ensalada mixta. Si lo que nos espera es una lata mal abierta y peor presentada, es normal evitarla a toda costa.

Después de tanto tiempo de observación en el comedor de empresa me sorprende ver cómo la gente no tiene apenas nada que comer en casa. El lunes son sobras del fin de semana, normalmente algo preparado por la suegra o la madre, restos del cocido. El martes un intento fallido de plato interesante, austero pescado al horno con verdura de guarnición. El miércoles se trata de restaurar los niveles de colesterol: albóndigas de un tupper rescatado del congelador. Y patatas fritas de bolsa. El jueves se cierne la desesperación: pasta con tomate frito de bote. El viernes se consuma el desastre: cogollos enteros, un tomate que se trocea en la misma sala de operaciones, una lata de atún. El chorro de aceite que todo lo mancha salva aquello de ser una ensalada esperpéntica.

Peores menús veo a diario. Sobre todo las mujeres que con la excusa del comer sano se castigan con mayores ausencias. Se llevan una menestra paupérrima que tratan de rescatar a base de chorreones de aceite de oliva. El comer ensalada mixta casi tres veces en semana. Y de plato único. Las grotescas raciones de verdura tratadas de salvar con un trozo de queso.

La lucha de los hombres es más digna, con filetes constantes, con el tomate de bote en todas partes. La preparación es menor pero al menos se resuelve la papeleta de llenar el estómago.

El comedor de empresa es un lugar enormemente íntimo. No sólo ves lo que uno come y cómo lo hace sino que puedes evocar la preparación de ese plato: anoche de prisa y corriendo, por la madre cariñosa, por la esposa que desatiende, por el marido con el que no se puede contar. Ves lo que cada cual entiende como una situación de emergencia. En mi caso siempre es la lata de albóndigas del DIA%, un subproducto digno de las tomas falsas de Viven. Para otros es la lasaña congelada del Mercadona. O una de esas latas de conservas con átomos de verdura.

Muy a menudo se ven mayores crímenes contra el estómago propio: los bocadillos. Porque nada terrible hay en los bocadillos, sino por el hecho de que a menudo el que recurre a esta última solución lo hace en régimen de absoluto abandono. Se van a las tristes máquinas de la empresa, se compran un rancio sándwich de pronóstico reservado, aderezado con la perpetua lata de coca-cola y a vivir que son dos días.

Salvo casos contados, la norma es el comer mal, el llevar productos de primera subsistencia. A mi me redime con mi situación personal, pensando que hay tantos otros que visten mejor y se encuentran mucho más cerca de la indigencia. Muchas chicas pasan hambre, no por los estragos de la anorexia, sino por los de un frigorífico desamparado. Hombres a una pieza de embutido pegados. Gentes a las que te costaría imaginar sobreviviendo dos años más así. Pero que a buen seguro lo harán.

Hay tantas cosas, que resulta difícil contenerse al torrente de información sobre la Humanidad entera que un comedor de empresa nos brinda. Los olores, basta con que alguien pasee su impúdica loncha de salmón para que todo quede apestado. O la macabra coliflor con mayonesa. Es una forma de comer irreverente, en que no se piensa en el lugar donde se hará: un comedor de empresa con microondas rotatorios de escasa limpieza. Uno sólo piensa que le apetecen unas coles, y eso se prepara la noche anterior.

Las comidas exóticas de pacotilla: los reconocibles tuppers de la comida take away de los restaurantes chinos, la comida mexicana de Tex Mex con su repugnante salsa de guacamole por la que alguien merecería morir. Comidas mundi de tres minutos en el microondas.

Es tanto lo que podría decirse. Me resulta difícil decir algo concreto, pero siempre quise escribir sobre el comedor de empresa, un lugar casi onírico. Al final lo que define al comedor de empresa es cada uno de sus comensales. El menú no lo componen croquetas o porciones de pizza, sino personas.

De primer plato, una mujer de cuarenta años que no sabe cocinar. De segundo, un hombre hecho y derecho que sobrevive a base de bocadillos. De postre, una manzana purulenta, de las baratas. De primero, un jefe de sección que lleva productos de olor repugnante. De segundo, una secretaria que come un menú sorprendentemente justo y equilibrado. Un aspirante a gran jefe que no es capaz de sacar la lasaña la noche anterior del congelador. De segundo, una paella de dudosa factura. ¿Si no eres capaz de cocinar una paella decente, por qué tendría que seguirse tu propuesta de reestructuración del Departamento?

Hemos perdido algo tan sencillo como nuestra capacidad culinaria. Los mismos que se mueren de asco a base de bocadillos critican con descaro el menú del restaurante, el día que comieron pagando. Los mismos que toman tortilla precocinada son los que hablan de haber estado en El Chistu. Ver comer a alguien en el restaurante de empresa es como verlo desnudo. Todos nos volvemos más gordos y más viejos en el comedor de empresa. Los romanos no preguntaban ¿A quién conoces?, preguntaban ¿Y tú con quién has comido?

Simulacro de incendio

Cada año los bomberos de Gillingham en Kent, Inglaterra, construían una especie de casa hecha de maderas y lienzo para representar un ejercicio de lucha contra el fuego durante la feria de Gillingham.

Cada año se realizaba un sorteo entre los niños de los colegios para ver quiénes tenían la suerte de participar en la representación del cuerpo de bomberos. Muchos eran los aspirantes pero pocos los afortunados elegidos.

El 11 de julio de 1929 nueve niños, de entre diez y catorce años, y seis bomberos vestidos como para una boda, escalaron a la tercera planta de esta casa donde se desarrollaría el ejercicio. La idea era iniciar un fuego en la primera planta, rescatar a los participantes en la boda con cuerdas y escaleras y después prenderle fuego a la casa vacía para mostrar el uso de las prendas ignífugas de los trajes de bombero.

Por algún error fatal sin embargo se encendió primero el fuego real, en la tercera planta. Los espectadores, familiares y amigos en muchos casos de las personas dentro de la casa, aplaudían y vitoreaban al fuego y a los bomberos. Pero los bomberos eran conscientes del error sobre el planteamiento inicial y lanzaban con desesperación chorros de agua sobre la casa. El público pensaba que estaba asistiendo a un drama con muñecos de plástico. Aplaudían y chillaban disfrutando del espectáculo. Pero el drama era real.

Todos los asistentes a la falsa boda murieron. Los nueve niños y los seis bomberos. Y sólo los bomberos eran capaces de darse cuenta de la dimensión de la tragedia, mientras el pueblo entero celebraba la mayor de sus tragedias, ajeno por completo a ella.

A peor

Los cambios siempre son a peor. El de diseño en este caso ha sido bestial, todo sea por la modernidad, por estar a la última. Al coste de más espacios en blanco, más chorradas, más información superflua. Y lo que no podéis imaginar es la de tiempo que ha costado el preparar el rediseño.
Y encima ha quedado mucho peor que antes.

Contaminame

No creo que haga falta tener dos dedos de frente para darse cuenta de que ya no se va a volver a hablar de medio ambiente, contaminación, ecología o naturaleza en términos sensatos.
El discurso de peludos ecologistas, antisistemas, inadaptados ahora es adoptado por iletrados políticos, soplagaitas y defensores del bien común.
Los anteriores defensores de la Naturaleza tenían sus motivos, sus estudios, sus justificaciones para luchar por una causa. Ahora que está en boca de todos sólo un objetivo posible: el engaño a gran escala.
Como persona tienes la responsabilidad de adoptar un punto de vista coherente con tus principios. En este caso me he visto obligado, de golpe y porrazo, a abandonar la Naturaleza a su suerte. Me pasé al lado de los que no clasifican la basura, de los que usan bombillas de alto consumo, de los que planean comprarse un todoterreno. A pesar de ello prefiero sentirme un cerdo consumista antes que un monigote manipulado por políticos de segunda división.

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