Gillette

Gillette es una empresa cautivadora. El mismo tipo que inventó la cuchilla de afeitar desechable, King Camp Gillette (1855–1932), un americano con nombre de rey pero sin títulos nobiliarios, allá por el año 1903, acabó fundando la compañía que todavía hoy es indiscutiblemente la número uno en ventas.

No importa en qué producto pienses, un porcentaje elevadísimo de los consumidores acaba claudicando ante las marcas blancas, los productos menos buenos pero dignos y de precio insuperable. Hasta la intocable Coca-cola pierde cuota de mercado ante los que razonan que mezclada con whisky no se nota la diferencia con la Cola marca DIA%.

Pero las cuchillas de afeitar siguen siendo una vaca sagrada, tal vez la única verdadera. Resulta increíble que cuando Gillette tiene productos tres y cuatro veces más caros que los mejores de las marcas alternativas, la gente insiste en comprarlas. Gillette tiene la inimaginable cuota de mercado del 70 por ciento ¡Mundial! Muy lejos queda Wilkinson con un 18 por ciento. Y el resto, se muere de asco con un mísero 12 por ciento, a repartir entre miles.

Todo esto surge porque quería conocer el dato de la competencia entre Wilkinson y Gillette. Sabía que el segundo vendía más que el primero, y bastante más, pero quería ver hasta qué punto era así.

En los comentarios dejo una estadística bastante anticuada (de hace 20 años) aunque interesante, que muestra las cuotas existentes para Gillette, Wilkinson y Bic en la Unión Europea de aquel entonces:

  • Gillette: 59 % (en volumen), 70 % (valor).
  • Wilkinson Sword 14 % (volumen), 13 % (valor).
  • BIC 17% (volumen), 8% (valor).
  • Schick 7% cuota.

Los ingresos que genera Gillette vendiendo cuchillas de afeitar son extraordinarios: 4.600 millones de dólares al año, con datos del año 2006. Con ese dinero se podría comprar una empresa del tamaño de Acciona. Lo mejor de todo es que el margen de beneficio de Gillette es bestial. Según un documental – sensacionalista – una cuchilla que cuesta producir en torno a siete céntimos de euro se vende a más de tres euros, generando unos porcentajes de beneficio exorbitantes. Obviamente hay que pagar la producción de las cuchillas pero también los anuncios de los deportistas de super élite. Aunque ese dinero da para mucho más.

Cuenta en la página de la Wikipedia que Gillette es un caso especial donde la propia marca es tan apreciada que tiene valor en sí misma. Es como cuando ING compró el Baring Bank. Era una empresa arruinada pero fundada en 1762 y que da nombre a una crisis económica, mucho más importante que la actual, y que sale en los libros de historia. La marca, tiene un valor intrínseco.

Los siempre cuestionables gurús del tema han extraído que si Gillette se diversificara en dos empresas: una que se dedicara a fabricar cuchillas de afeitar pero que se llamara de otra forma, y una que se llamara Gillette e hiciera cualquier otra cosa, esa segunda empresa valdría en sí misma 16.000 millones de dólares, o lo que es lo mismo, más de lo que valdrían Gas Natural y Telecinco juntas, tanto como la décima empresa más valiosa de España.

Netflix

Netflix es una empresa estadounidense cuyo negocio consiste en el alquiler de películas. A diferencia de un videoclub tradicional, Netflix se aprovecha de las nuevas tecnologías y un volumen muy importante de sus alquileres se produce por streaming: el usuario se descarga la película desde Internet y puede verla en su casa casi inmediatamente.

Se suele asociar el éxito de Netflix – con 20 millones de usuarios – al fracaso de Blockbuster – el gigante de los videoclubs tradicionales, en suspensión de pagos desde septiembre del 2010.

En Internet se suele realizar una lectura increíblemente sencilla del negocio del alquiler de películas. Netflix ha triunfado porque se ha sabido aprovechar de las nuevas tecnologías. Blockbuster ha fracasado porque no. Enviar esta reflexión a Meneame.

Y la realidad normalmente no suele ser tan rectilínea. En primer lugar inquieta una frase del primer párrafo de la Wikipedia hablando sobre Blockbuster:

En su cenit, en el 2009, Blockbuster tenía más de 60.000 empleados.

Ahí subrayaría y aumentaría el tipo de letra de la palabra “2009”. O sea, que la empresa quebró un año después de estar en su mejor momento económico. La lectura del artículo muestra que la situación para la empresa ha sido y sigue siendo muy compleja desde el punto de vista económico debido a sus dificultades para reestructurar su deuda. Se han cometido muchos errores consecutivos que han llevado a Blockbuster a la situación actual. Pero la empresa no está terminada, se encuentra en un proceso de reestructuración que será muy duro, pero que no parece que implique su cierre. General Motors suspendió pagos y la gente sigue comprando coches de Opel.

En la quiebra de Blockbuster apenas si aparece las palabras “piratería” o “streaming” o “Netflix”. Obviamente han sido rivales que han mermado su negocio, pero la empresa marchaba “mejor que nunca”. Hasta hace casi nada.

Es cierto que en muchos países, como España o Portugal, no vendían ni un colín y tuvieron que echar el cierre precipitado. En España siempre nos justificaremos diciendo que la exigencia de la empresa de rebobinar las cintas era abusiva. O que tener que devolver una película, existiendo Internet, es absurdo.

Si Blockbuster tenía un negocio que iba viendo en popa, ¿Por qué tendría que cambiar su modelo de negocio? ¿Por qué si cada vez tenían más clientes, tenían que dejar de hacer lo que sabían hacer mejor que los demás? No les iría tan bien si han quebrado. Tenían que haber cambiado porque es obvio. Todo tan sencillo.

Otro punto que se cita a menudo es ¿Por qué no abre Netflix en España? A mi me me molestan mucho las comparaciones que se hacen con los negocios en Estados Unidos, aún cuando lo haga gente con conocimiento. Se suelen incurrir en el error de simplificar. Si funciona en Estados Unidos, ¿Por qué no va a funcionar en España?

Se suele argumentar con motivos de tipo cultural, que si aquí se piratea más, que si allí toman más Pepsi. Estados Unidos es incomparable sólo por su volumen de población. Si tienes 20 millones de usuarios, parece que todo el mundo está suscrito a Netflix. Pero Estados Unidos tiene 308 millones de habitantes. En España tenemos 47 millones de habitantes.

Por la regla de tres, si Netflix tuviera exactamente el mismo éxito en España que en Estados Unidos, tendría millón y medio de usuarios. Si el margen de beneficio por usuario fuera de 1 euro al mes, en Estados Unidos puedes ganar 20 millones de euros mensuales, en España tres millones. La misma empresa que en un sitio es muy rentable, en el otro lo es mucho menos. Y demos gracia a que en España otra cosa no tenemos, pero habitantes, muchos. En países más pequeños, el modelo es incomparable. No puede funcionar.

Y esto no canta tanto en el momento en que comparamos un Netflix “de éxito”. Pero Netflix tardó cuatro años en empezar a ganar dinero. En el año 2002, tres años después de su fundación y cuando ya se perfilaba como un buen negocio, tenía 670.000 clientes. Traducidos a “clientes de España” serían 100.000 clientes.

Al mismo tiempo las perspectivas de futuro para una empresa así son muy malas. Las televisiones han luchado durante dos décadas para conseguir clientes de pago, pero en España sólo hay 4,23 millones de clientes de televisión de pago. Pero sería tan fácil como hacer un Netflix y ya tendrías fácilmente millón y medio de clientes.

El dato más interesante lo dejo para el final. El éxito de Netflix se suele razonar de la parte de los ingresos, cuando en realidad es una empresa que destaca por su habilidad (y suerte) controlando los gastos. Se dice “han conseguido hacer pagar poco a mucha gente”. Pero la realidad es que su éxito radica en que han conseguido las mismas películas por las que otros han pagado mucho más.

Si el streaming, la emisión en directo desde Internet, es el futuro, ¿Por qué Netflix continúa con su negocio de alquiler postal? El primer éxito de Netflix fue con una tarifa plana de alquiler por correo postal, donde no había prisas para devolver las películas: si querías una nueva, bastaba con que devolvieras una de las antiguas. Podías tenerla en casa el tiempo que quisieras, sin tener que pagar más por ello.

Pero la realidad es que este negocio tiene una argucia legal dentro del sistema americano. Un videoclub tradicional necesita una copia especial de la película, especial para videoclubs, que tiene un precio especial – y que ninguno de nosotros querría pagar. Sin embargo Netflix se aprovecha de una laguna jurídica para comprar sus películas en los centros comerciales, al mismo precio que un particular y a veces recurriendo a ofertas irrisorias que le permiten incluir en su stock películas por las que no tiene que pagar más que el precio de la copia. Mientras, un videoclub tendría que pagar un precio fijo por cada uno de sus alquileres.

Con el sistema de compra de películas baratas Netflix se está ahorrando una fortuna en gastos. Casi gasta más en sellos de correos para enviar las películas que en lo que tiene que pagar a las productoras de las películas. Y esto no es lo que le ocurre al resto de rivales. Cierto que todos podrían hacer lo mismo, si es que este modelo de negocio es jauja.

El sistema de streaming ha sido otro golpe de suerte para Netflix. Al saber le llaman suerte que dicen algunos. Netflix negoció unos acuerdos de emisión de películas a precios irrisorios hace tres años con las principales productoras de cine. Éstas accedieron a permitirles la distribución de sus películas a un precio muy bajo porque simplemente era un mercado insignificante. Igual que no pagan lo mismo en la República Checa por ver CSI Miami que en Reino Unido o Alemania. Los mercados más pequeños casi las ven gratis, pero algo pagan y eso ayuda a aumentar los ingresos de estas empresas “tan ancladas en el pasado” pero que tanto dinero ganan. Estas empresas obsoletas son las que están dispuestas a cobrar diez veces menos a una empresa que dice que emitirá las películas por Internet.

La jugada le salió redonda a Netflix, que se ha convertido en uno de los reyes del streaming y que ha llegado en el momento justo al negocio. Se especula que una cuarta parte de sus clientes sólo requieren de películas por Internet. En esos años han conseguido popularizar el formato, ahorrándose ahora la fortuna de los sellos de correos.

Pero Netflix ya no es una startup de Internet. Ya es una empresa consolidada e importante que tiene diez millones de clientes. Y se acabaron los contratos de favor con novatos. Ahora incluso los nuevos competidores de Netflix, como son las empresas de televisión por cable, exigen que haya unos precios similares para todos. Y así va a ser. El chollo de Netflix se está acabando. En octubre del 2011 toca renovar el que tiene con Starz Entertainment, la gestora de las películas de Disney o Sony, dos de las principales productoras de cine. Y los otros contratos importantes vencen durante el 2012.

Al mismo tiempo, varios gigantes están empezando a luchar por el negocio del streaming, con buenas posibilidades en el momento en que se iguales las posiciones de salida para todos – el precio a pagar por emitir las películas.

Resulta además paradójico que Netflix no siempre gana más dinero al emitir una película por Internet que al enviarla por correo a casa del cliente. La argucia de “compra una película y ahí ya has pagado derechos de autor” no sirve para la emisión por Internet, donde hay que pagar derechos por cada alquiler que se realice. Según el volumen de alquileres de las películas, este precio puede ser superior al precio de un sobre y un sello de correos. Cuesta digerir que Netflix ha decidido evolucionar a un modelo de negocio con menores márgenes de beneficio.

Con la negociación de los nuevos acuerdos, Netflix necesitará conseguir 5 millones de clientes nuevos para conseguir aumentar sus ingresos en unos 500 millones de dólares.

En resumen, a pesar de ser una empresa puntera, moderna, inteligente y ejemplar, de tener diez años a sus espaldas, Netflix goza de peor salud de lo que parece.

netflix en bolsa

Fuentes: Todo lo que he dicho sobre el modelo de negocio de Netflix es lo que cuenta Edward Jay Epstein en varios artículos de su blog. Pero él no es un blogger, es un periodista de investigación que ha escrito un par de libros sobre el negocio del cine en Estados Unidos.

Puede estar equivocado, y yo con él, pero aporta información interesante, no simplificaciones de la realidad y una economía de cuento de hadas.

Revista Orsai

A finales del 2010 nació la Revista Orsai. Un proyecto muy ambicioso y con mucho de quijotesco, pretendía vender revistas caras al público acostumbrado a la gratuidad de Internet.

A pesar de que hay miles de personas que parecen no tener otra cosa que hacer que opinar sobre los modelos de negocio de la música, la literatura y el periodismo, el proyecto encabezado por el famoso escritor bloguero Hernán Casciari no obtuvo tanta repercusión como se merecía. Tampoco cayó en el ostracismo mediático de otro de sus proyectos de éxito. Realmente no se entiende que tanta gente que esté en contra de algo no esté a favor de lo opuesto. Eso es lo peor de ese continuo criticar al mundo del cine o de la música: es puramente negativo.

La revista se planteaba muchos imposibles. Distribuirse a precios acordes a los salarios de los países donde se vendiera. Así, sería 20 veces más barata en Cuba que en España. Se vendería sin intermediarios, prácticamente por venta directa mediante Paypal. Se ofrecería un producto de calidad exquisita, el mejor papel, la mejor tinta. Cuidando todos los detalles. Sin periodistas del régimen. Con autores buenos pero no los de siempre. Pagando bien y por adelantado. Sin ningún tipo de publicidad. Más con vocación de servicio que de negocio.

Con una tirada cuatrimestral, ahora acaba de salir el número dos. No sé cuánta gente comprará este segundo número, el primero se vendió a 10.080 lectores. Una tirada auditada al milímetro, sin ventas inventadas sobre periódicos que se regalan en aeropuertos u hoteles.

El primer número fue un notable éxito para un proyecto que quería cambiar muchas cosas del panorama editorial español y americano. Lo compré por seguir algún tipo de coherencia.

Desde luego, la revista cumple con todo lo prometido. Es gruesa como un libro. Y un libro alto. Tamaño de letra grande y agradable de leer. Papel excelente, casi demasiado grueso. Colores que ya no recordaba que existieran. Muy bien maquetada, aunque para mucha gente la idea de maquetar sea un guardar como desde el Word.

En general los textos me han decepcionado bastante. Casciari ha recurrido mucho a amigos suyos y le cuesta ver que algunos de los textos no son tan buenos como otros. Algunos no los he podido ni leer, y eso que soy de aguantar todo hasta el final. Otros artículos me han parecido interesantes, algunos neutrales. Me ha parecido que las introducciones a los textos y el comentario posterior son totalmente prescindibles. Uno necesita leer un texto sin prejuicios y salir de él sin que nadie te diga lo que debes entender. Esos textos, aunque son amenos y explicativos, rompen parte de la experiencia de leer.

Ojalá la revista tenga muy buen futuro. Creo que para que funcione va a haber que rebajar algunas pretensiones iniciales, demasiado idealizadas. Como con las series de televisión, es casi imposible que el segundo episodio lo vea más gente que el primero. Y si tienes una tendencia decreciente, cada día cuesta más abrir el negocio. Habrá que cambiar cosas. No tengo ni idea de cuáles, pero espero que a ellos se les ocurrirán. O que habrá gente que no sólo se limitará a decir lo que no se debe hacer, sino que arrimará el hombro, alguna vez, para hacer algo positivo.

De la revista hay un relato que me ha gustado por encima de todos. No es que me haya gustado, es que me ha parecido extraordinario. San Martin de Brooklyn busca el repechaje de Hernán Iglesias Illa. Se trata de un artículo sobre una liga de fútbol aficionado en Nueva York, donde participa el autor. El artículo capta a la perfección la grandeza y la miseria de los que pierden gran parte del tiempo del fin de semana para practicar un deporte a un nivel paupérrimo, sin esperanzas de triunfo más allá de ganar a otro más malo que tú, sin épicas de ningún tipo. Al mismo tiempo se perfila una imagen de la inmigración en Nueva York, y una relación entre el autor y el organizador del evento que acaba en una especie de homenaje.

La revista Orsai, en su optimismo desbordante, se ofrece gratis en PDF de máxima calidad. Podéis leer este relato en concreto en este PDF.

Siempre os estoy recomendando historias en inglés o que hay que pasar por caja para leerlas. Para una vez que es algo en español y gratis total. ¡Leedlo!

Dios Buda

Siddhartha Gautama, también conocido como Buda, fue el fundador de una de las grandes religiones mundiales: el Budismo.

Sin embargo sus pretensiones no eran las de crear una nueva religión, sino un sistema de enseñanzas ante la vida. De hecho, Siddhartha Gautama no creía en el concepto de Dios. Su familia no seguía los preceptos religiosos de la época. Fundar una religión sin querer y cuando no crees en Dios, tiene mucho mérito.

Prevencion

Dice la imagen de la campaña de publicidad:

El cáncer de colon se puede curar en el 90% de los casos si se detecta a tiempo.

Muestra a la escritora uruguaya Carmen Posadas, ganadora del premio Planeta en 1998.
Obviamente el mensaje se entiende y no lo habrá escrito ella, pero, ¿Qué sentido tiene? Hay un 10% de casos de cáncer de colon que, si se detectan a tiempo, no se pueden curar. Entonces, ¿Se pueden detectar a tiempo? En esos casos detectarlo recién aparecido o el día antes de la muerte no cambiaría nada.

En eslogan correcto sería mucho más largo de expresar.

Longform

Una página totalmente recomendable, es más, de las más interesantes que he visto en muchos años, es la de longform. Una selección de artículos publicados en Internet de extensión considerable.

Longform.org publica artículos de ensayos, nuevos y clásicos, recopilados a lo largo de la red, artículos que son demasiado largos e interesantes para ser leídos en un navegador.

La antítesis de Twitter, la basura de muchos blogs como este y en general esa “moda” por lo rápido y trivial. Y pongo moda entre comillas porque eso siempre ha existido, tal vez nunca antes era tan sencillo no hacer o decir casi nada y que parezca que es que estás haciendo negocios 2.0.

La selección de longform es llevada a cabo por dos editores, de nuevo alejándose de la aparente lógica democrática de sistemas de noticias por votos. La página no tiene publicidad y es todo gratis. Es todo tan perfecto que da hasta asco. Una selección de los mejores artículos extensos de todo internet, Slate, The New Yorker, The Atlantic, Wired y muchos otros textos aparecidos a lo largo y ancho de los periódicos en lengua inglesa.

Para poner las cosas aún mejor, el sistema está integrado con Instapaper, que es un sistema para convertir páginas web en artículos de libro electrónico. Se puede leer estupendamente en un móvil moderno (tipo Android o Iphone) o sobre el Kindle. Todo funciona como la seda, es la página más parecida que existe a lo perfecto.

Os voy a señalar unos cuantos artículos que he leído de ahí y que son bastante interesantes. Algunos de los artículos son tan extensos que necesitas más de una hora para leerlos. Y todos están en inglés:

Let’s Die Together. (¿Nos matamos juntos?). Sobre los suicidios organizados en Japón. Gente que contacta en foros, sin conocerse de nada, para suicidarse en grupo. Una macabra moda del país nipón.

The Big Fish. La historia de suck.com, la primera página web que tuvo éxito de público. Es muy largo y un poco pesado pero para quien quiera conocer los orígenes de Internet es una lectura inexcusable. Cuando había páginas que valían millones y que no visitaba nadie, suck.com era una página que visitaba todo el mundo y que se hacía de forma amateur.

Trial by fire (Juicio por fuego). La historia de un preso ejecutado por provocar el incendio de su casa, en que murieron tres de sus hijos pequeños. Según cuenta, no esta nada claro que fuera culpable. Interesante por la exposición que realiza de los estudios forenses sobre incendios. Aparte de ser una injusticia mil veces más grave y desconocida que las pamplinas contra Julian Assange.

Instant detox (Desintoxicación instantánea). Un sistema que está ganando popularidad en Estados Unidos para realizar la desintoxicación de toxicómanos mediante una operación quirúrgica, de alto riesgo, pero que elimina el calvario de pasar por el infierno de tres semanas sin probar la sustancia.

Final Cut (Corte final). Atul Gawande escribe en el New Yorker sobre la decadencia de las autopsias. Cada vez se hacen menos y no es porque se conozca la causa de la muerte con total exactitud.

The Mad Strangler of Boston (El estrangulador de Boston). Una joya histórica, en que el periodista y autor de la saga Perry Mason, Erle Stanley Gardner, especula sobre la posible personalidad del estrangulador de Boston, tiempo antes de que fuera descubierto el asesino. Llama la atención ver la tensión y el desconcierto que se vivía en Boston por aquel entonces, hasta el punto de que muchas mujeres se mudaron de ciudad, totalmente aterrorizadas.

Vanishing Act (Acto de desaparición). Un artículo muy interesante sobre los escritores prodigio que se hicieron famosos cuando eran niños, sobre todo el caso de Barbara Newhall Follett, que publicó su primera novela con trece años y cuya segunda novela, con catorce, fue un éxito de crítica. El texto resalta lo infrecuente de este tipo de prodigios, comparados con los de las ciencias, la música o el deporte. Es aterrador pensar que con dieciocho años esta chica estaba trabajando de mecanógrafa y nunca más volvería a publicar un libro. Lo tenéis que leer.

In Which We’re Up All Night (Los que estamos despiertos toda la noche). Un texto sobre el insomnio que causa desasosiego.

Scenes From My Life in Porn (Escenas de mi vida en el porno). Reflexiones y recuerdos de un escritor que trabajó en revistas y guionizando historias pornográficas. Alejado de lo anecdótico, más centrado en cómo afecta a la carrera profesional y personal de un escritor que elige ese sector del negocio.

The Suspects Wore Louboutins (Los sospechosos visten Louboutins (una marca de zapatos de lujo)). En esta selección se cuela un artículo de Vanity Fair, sobre unos ladrones adolescentes de los barrios más exclusivos de Los Ángeles, niños bien que se dedicaban a robar en casas de famosos para conseguir productos de primerísimas marcas. Robaron varias veces en casa de Paris Hilton, hasta que los robos fueron ya exagerados y se notaron las ausencias. Decidimos probar primero con la casa de Paris Hilton, porque suponíamos que era la más tonta[…] la llave estaba debajo del felpudo.

El artículo hace un excesivo y agotador hincapié en enumeraciones de productos y marcas que sustraían y vestían los delincuentes. La historia es interesante.

Los Facebooks de China

Un interesante artículo, The Facebooks of China, narra cómo son las redes sociales de China.

Cuando pensamos en las páginas web más populares solemos ignorar el hecho de que muchas de ellas son asiáticas y páginas en la que no podremos entender ni media palabra. Taobao, la versión china de Ebay, tiene más visitas que la teóricamente original página de subastas online (Taobao ocupa el puesto 15º del ranking Alexa, por el 25º de Ebay). Diangping.com tiene opiniones de usuarios sobre restaurantes y los medianamente populares alcanzan cerca de 1.000 valoraciones de usuarios, diez veces más de lo que soñaría la más popular página de un país occidental.

Estas páginas pareces invisibles, o inexistentes. Sus negocios a veces son tan simples como esto: surge una página popular en inglés. Esa página tardará años en tener una versión en chino, si es que lo consigue y si es que no acaba siendo prohibida por el gobierno, como sucede con google, facebook o twitter (este último esporádicamente). Como la página es un éxito probado, el diseño se puede copiar fácilmente y no habrá competencia desde fuera. Además, China tiene lo que le falta a cualquier país europeo: volumen de usuarios. Si copio una página americana y la muestro en español, me esperarán una décima parte de sus usuarios, en el mejor de los casos. Si China copia con éxito una página americana puede obtener hasta cinco veces más usuarios que la americana.

A pesar del enorme volumen de visitas y usuarios registrados, estas páginas dan unos resultados económicos nefastos. Facebook ingresó 1.000 millones de dólares el pasado año. Los clones chinos se mueven entre los 40 y 50 millones de dólares. 200 veces menos.

Los chinos copian páginas occidentales exitosas y no tienen reparos en decirlo. En España se copian los modelos americanos y se justifica de mil formas diferentes que no se trata de una copia sino de algo que ya había pensado de antes pero que, por falta de inversores, no pude hacer antes que el original y además es distinto porque el mío tiene tonalidades azules y te puedes registrar con tu cuenta de Twitter, cosa que no sucede en la página americana.

Mientras que Facebook ha conseguido ser casi un monopolio mundial – con excepciones como China o Brasil – eliminando a sus competidores uno a uno, las redes sociales chinas compiten a cara de perro. Las dos redes principales tienen volúmenes de usuarios bastante similares.

Los dos principales imitadores de Facebook en China son Renren.com y kaixin001.com. Esta segunda tiene un dominio de internet absolutamente demencial, más propio de un splog que de una página que mide sus usuarios por decenas de millones.

El artículo citado narra las peculiaridades de estas redes, algunos casos de marketing viral en las redes chinas y las luchas entre estos dos portales por obtener la supremacía – sólo puede quedar uno. Renren es la página más popular de las dos, mientras que kaixin001 era la más reconocida entre profesionales de trabajos de oficina, la élite a la que aspirar cuando se lanza un producto en Internet. Es por eso que a pesar de contar con más usuarios, Renren trató de comprar al segundón kaixin001 pero este no quiso vender. Entonces sucedió algo que sólo puede pasar en China: Renren trató de sacar del mercado a kaixin001 registrando el dominio kaixin.com y haciéndolo pasar por la propia kaixin001 pero en realidad redireccionando a los usuarios hacia Renren. Una artimaña que sería considerada de lo más barriobajero en cualquier mercado occidental, pero que en China se planteó a cara descubierta. La jugada no tiene desperdicio: una página que es una copia de Facebook lanza una copia de otra copia para arañar usuarios a su competidor. Los tribunales le dieron la razón a kaixin001 que pasado algún tiempo pudo detener el chanchullo pero como indican, la ley en China se aplica muy lentamente y en un mercado donde el tiempo importa tanto, el retraso en la ejecución de la sentencia sigue perjudicando a kaixin001.

Al visitar estas páginas destaca el minimalismo de sus diseños, mucho más simples que los occidentales. Y también que no suelen tener casi nada de publicidad.

Por número de usuarios la red social más popular en China es la de Qzone, pero todo el mundo sabe que los rivales a batir son Kaixin y Renren, pues en Qzone están los usuarios más jóvenes y es donde hay mayor cantidad de perfiles abandonados.

Vida Eterna

Las pirámides de Egipto o el Ejército de Terracota de Xian son dos muestras de construcciones funerarias en las que un Emperador trata de fortalecer su presencia en la vida después de la muerte. Sus desmesurados esfuerzos pueden parecer vanos, pero qué duda cabe que en al menos estos dos ejemplos lograron con creces su objetivo.

La única forma de persistencia en el tiempo que de momento conocemos: la fama. Para que Qin Shi Huang pasase a la historia, aún siendo el primer Emperador de la China unificada, tenía que construir algo que perdurara más que sus imperios. Arte de primerísima categoría, con una dimensión colosal para que ni el deterioro del tiempo o las ambiciones de otros pudieran destruir su legado.

Aunque la hipótesis de una construcción deliberada, en la busca del recuerdo de las generaciones venideras, es completamente absurda, tiene sus puntos de justificación. Tendemos a pensar en las generaciones históricas como seres cándidos y crédulos. Pero su visión del tiempo, mucho más allá del espacio definido por la longitud de sus vidas, era mucho más avanzada que la que solemos tener hoy en día.

La destrucción del templo de Artemisa en Éfeso fue deliberada, por un simple pastor que pretendía, de ese modo, pasar a la Historia. Esto ocurrió antes de que naciera el padre de Qin Shi Huang. Si un pastor fue capaz de reconocer una forma tan brusca de aparecer en los libros de Historia, un emperador bien podría tratar de perdurar en el imaginario de la Humanidad, con la construcción de un ejército de terracota, réplica del que el emperador tuvo bajo su reinado. Aunque sea una insensatez pensar que el trabajo de Qin Shi Huang trataba de construir una ruina tan grande y elaborada que ninguna civilización fuera capaz de destruir parte de su memoria, no lo es menos pensar que este monarca estaba totalmente convencido de que en el más allá dispondría de este ejército con solo incluir una réplica en piedra junto a su tumba.

Igualmente las tumbas egipcias pueden entenderse como acumulaciones de riquezas, tantas como fuera posible, y tan ocultas a los ladrones como el ingenio permitiera, con el simple objetivo de que aparecieran muchos siglos más tarde, permitiendo la Vida Eterna de verdad, la de los libros y enciclopedias colaborativas.

Tal vez fueran inocentes, pero muchos consiguieron su objetivo.

Cucarachas

Estimado Webmaster:

Recientemente descubrí que su página web contiene contenido relacionado con la entomología como este enlace:

http://www.asinorum.com/educacion-casera/642/

Quiero informarle de un recurso educativo desarrollado por mi compañía, Orkin Control de Plagas. Es una cucaracha virtual interactiva, diseñada como herramienta instructiva de la anatomía de los insectos. Puede leerla en el siguiente enlace.

Si piensa que este recurso puede ser útil para los visitantes de su página, le agradecería si pusiera un enlace en la página antes citada, con el siguiente código HTML:

Orkin Virtual Roach

Cuénteme que piensa al respecto.

Gracias,
Steve Clark
Orkin Pest Control
http://www.orkin.com

Hombre, faltaría más, y te pongo dos enlaces en la portada. Todo mensaje de spam que consiga saltarse los filtros de Gmail, merece alguna forma de reconocimiento. Este lo he traducido al castellano.

¿Con qué sueñan los peones?

I

En los inicios del ajedrez, cuando un peón llegaba a la octava y última fila obtenía como premio su conversión automática en reina. Este proceso se denomina coronación.

Lo que hoy se nos antoja como un sueño hecho realidad para el humilde peón, no lo era tanto. La reina era una pieza relativamente modesta, con mucha menos movilidad que la torre o el caballo. Era como un alfil venido a menos pues sólo podía mover un paso en diagonal.
Así, la conversión del peón a reina no era sino una especie de promoción militar. El soldado raso asciende a Cabo pero no a General.
Sin embargo la figura de la reina acabó convirtiéndose en la pieza de más movilidad y por tanto más importante del tablero. Pero la regla se mantuvo: el peón podía seguir convirtiéndose en reina al llegar a la última línea.

II

Aún suscita dudas entre los aficionados la regla. ¿Si uno corona su peón y no le han comido la reina, puede colocar una segunda reina sobre el mismo tablero?
Lo cierto es que sí, uno llega a la última línea y elige la figura que quiera. Pero tampoco esta regla fue siempre así. En el pasado sólo se podía elegir entre las piezas ya capturadas por tu rival. Lo cual puede ser un problema, ¡Sobre todo si tu rival no ha capturado ninguna! En tal caso se llegaba a una situación realmente peculiar: el peón se quedaba en la última línea, esperando una captura de pieza propia. En el momento de que aparecía una de ellas, era canjeada por el peón.
Esto puede llevar a situaciones interesantes, incluso a jaques mates espectaculares causados por dejarse capturar una pieza, que en lugar de desaparecer del tablero se traslada de lugar.

III

Aún a mediados del siglo XIX, con el férreo apoyo del campeón del mundo Steinitz, existía una regla reminiscencia de la anterior: si el peón antes se quedaba en la octava esperando su transmutación, también estaba permitido dejarlo como tal. Es decir, al coronar un peón era posible elegir entre cualquiera de las piezas del juego de ajedrez, salvo el rey, o bien elegir peón.

Esta fatídica regla número 13, de redacción altamente imprecisa, decía lo siguiente:

Cuando un peón alcanza la octava fila, el jugador tiene la opción de elegir una pieza, haya sido esta previamente capturada o no, cuyo nombre y poderes asumirá, o decidir si el peón permanecerá como peón.

Esta regla no era universal. Sólo era propia de la Federación Británica de Ajedrez (y por tanto también empleada en otros territorios como Canadá) y tratando de unificar las leyes a nivel mundial en el Congreso de 1862 se decidió que el peón no podría quedarse como peón.
Este singular peón, el peón tonto (dummy), fue motivo de debate. Steinitz estaba a favor de que se pudiera quedar en la octava fila, como si nada. Aunque altamente improbable, podría servir como recurso defensivo en situaciones en que un bando busque el ahogo de su rey, y las consiguientes tablas.
La regla era además muy imprecisa, al no definir si uno podía pedir una pieza de color contrario al propio al coronar su peón, lo cual también podría resultar un recurso defensivo tan espectacular como improbable.

En este problema de fantasía, las blancas consiguen dar jaque mate en un movimiento, aplicando la histórica regla nº13. La única forma es coronando su peón y eligiendo como pieza ¡Un caballo negro!

La Wikipedia tiene un artículo muy extenso y completo sobre los diferentes tipo de coronaciones de peones.

El título del post es el de un capítulo del clásico libro de Alexander Koblenz El mundo mágico de las combinaciones.

Este artículo es de un borrador del 2008, no podéis imaginar la cantidad de basura que me tengo a medio publicar.