Cita con el virus

Hace unos días, Alvy de Microsiervos nos ponía en la pista de un estudio muy interesante. Unos investigadores lograron temporalmente conseguir el control de una red de “ordenadores zombies” u ordenadores infectados por un virus que les hacía realizar conexiones no deseadas en las que se enviaba información que desearías que nadie te pudiera copiar, como tu contraseña del correo o de la cuenta bancaria.

Lo interesante del estudio es que sobre estas redes de ordenadores “en poder de los malos” se suele hablar muchas veces con poco conocimiento de causa, simplemente aportando cifras grandilocuentes. El estudio en cuestión[PDF], que es largo pero interesante, arroja información de primera mano y realista. Lo que más interesante me ha parecido os lo comento a continuación. Quiero indicar que aunque no sepa mucho de seguridad de ordenadores (uso Windows XP, imaginad) tengo mis nociones y si hablo en un lenguaje poco formal es por mi interés en que me entienda hasta mi madre. Creo que es posible.

I

El análisis parte de la evolución de los virus. Primero los virus eran prácticamente bromazos que causaban molestias, pero hoy en día un virus se convierte en una herramienta del mal. Los objetivos de los virus actuales no son cambiarte el fondo de pantalla por un falo de aspecto llamativo, ni llenarte el escritorio de ovejitas que se comen la pantalla, ni borrarte ficheros porque sí. Los virus potentes que se consiguen desarrollar con mucho esfuerzo lo que buscan es incrustarse en tu ordenador y obtener información relevante sobre ti.

¿Qué le puede interesar a un pirata informático de Rumanía sobre alguien tan aburrido como tú? Quizás por orden:

  • Tus números de tarjeta de crédito, con código de seguridad y fecha de caducidad.
  • Tus datos de acceso a tu banco online, con las contraseñas necesarias para realizar transferencias a cuentas…en Rumanía.
  • Tu usuario y contraseña de correo electrónico. Para poder curiosear, chantajear o simplemente enviar spam con tu cuenta.
  • Tus usuarios y contraseñas de diversos servicios online, como las redes sociales (Facebook), messenger, Flickr, foros, pornografía de pago, etc.
  • Los contactos de tu cuenta de correo, siempre es bueno tener listas de correos electrónicos, por si necesitas enviar información médica a más personas.
  • Tus costumbres en la navegación por Internet, algo que pocos saben y tiene valor para estudios de mercado y comportamiento.

Una pieza importante que no se refiere a ti es la ventaja de tener otra conexión a Internet (la tuya) que se puede usar cuando, por ejemplo, te apetece acceder a una determinada página de Internet. Si miles de personas acceden al mismo tiempo, la página “se rompe” y deja de admitir nuevas conexiones. Esto es algo que hace daño a otros, los dueños de estas páginas. Tú sólo te conviertes en un colaborador involuntario de estas acciones.

Los virus entonces llegan a tu ordenador por los métodos habituales (los clicks que no quieres reconocer que hiciste en páginas que no quieres reconocer que visitas). Un mal antivirus, o una versión desactualizada de Sistema Operativo (Windows) o un poco de todo y el virus forma parte de tu vida diaria. Ni siquiera tienes que darte cuenta de que está ahí.

Pero si sospechas “a lo mejor tengo un virus” no tienes que comportarte de forma pasiva. Porque ese “a lo mejor” significa: “a lo mejor, cada vez que meto usuario y contraseña en mi ordenador alguien captura esa información y la guarda, y quién sabe a cuánta gente se la pasa.”

II

El problema para los malos de la película es el envío de la información. Tú tienes, al igual que otros miles de personas, un ordenador infectado. Pero si ellos copiaran la información de tu equipo, de alguna forma, a la máquina de internet “http://asinorum.com”, tarde o temprano alguno de los investigadores de los virus e infecciones informáticas se daría cuenta. Tomaría las páginas amarillas de Internet y preguntaría por los dueños de esa máquina, que obviamente está acumulando información privada. Y con policía o sin ella, detendría o cerraría dicha página.

Y aunque sea tremendamente complicado diseñar virus eficaces y realizar comunicaciones encriptadas impecables a espaldas de los usuarios infectados, todo el problema se centra en conseguir enviar esa información a un ordenador central que capture todo para luego procesarlo y robar o vender dicha información.

Como ya he dicho, no tiene ningún sentido emplear una máquina concreta, o una lista de ellas, porque tarde o temprano serían descubiertas, cerradas y quizás sus dueños encarcelados. La solución empleada es muy original. En lugar de crear una dirección de Internet concreta, se crean direcciones de una lista, que cambian periódicamente. Es lo que en el estudio denominan Domain Flux.

El método recuerda al de los espías de la Guerra Fría. Tienes el ordenador infectado y la información importante guardada. Sólo te falta enviarla a un lugar seguro. En lugar de quedar siempre en el bar Avenida, tienes una lista de 20 bares. Vas al primero de la lista y le dices al dueño una frase en clave. Si te responde bien, quiere decir que es de los nuestros y le damos el paquete.

Puede pasar que la policía haya cerrado este bar, o que haya puesto a alguien “de los buenos”. En ambos casos, tú no conseguirás respuesta correcta y te puedes marchar al siguiente bar de la lista. Así hasta que encuentres uno “de los malos”.

Lo que antes se realizaba con 20 bares, hoy en día se hace con millones de direcciones web. El objetivo es hacer imposible por la policía el cerrarlas todas y al final no sabes de todas esas direcciones, cuáles están controladas por los malos y cuales no. En el ejemplo que cuentan en el estudio, el sistema creaba una lista semanal de unos 2.000 dominios web de conexión posibles. Una lista distinta cada semana.

El método es muy eficaz para evitar se descubierto por la policía, pero tiene un defecto. Los malos no poseen todos los dominios web. Su forma de trabajar es la siguiente:

¿En qué semana estamos? En la 22.
¿Para esta semana qué lista de dominios hay? Pues esta lista de 2.000 dominios.
¿Está registrado el primero? Sí
¿Está registrado el segundo? Sí

¿Está registrado el quinientos siete? No. Pues lo registro yo y espero a que me lleguen los paquetitos.

Los investigadores tuvieron que ser capaces de conocer todo el sistema antes de llegar al punto clave. Fueron capaces de registrar el dominio número uno de la lista de una determinada semana, con varias semanas de antelación. Y además sabían la respuesta correcta que tenían que dar para hacerse pasar por los malos.

Los dominios no eran del tipo “http://www.coches.com”, sino de los poco requeridos como “http://eus1010308.com”, “http:/eus1010309.com”, etc. con lo que la probabilidad de que alguien se te adelante es más bien baja. Para los malos el hecho de no tener comprado el dominio es más una ventaja que un inconveniente. No pueden ser reconocidos durante mucho tiempo, pues lo que hacen es comprar, recoger la información y abandonar dicho dominio. Si compraran, esperaran y recogieran, en el tiempo de espera podrían ser localizados.

III

Para los investigadores, de la Universidad de California, el ver cómo “los malos” registraban pocos días después el segundo dominio de la lista de esa semana tuvo que ser un subidón de adrenalina. Ver como le has ganado la mano por un pelo.

Hay que indicar que el apoderarse de todos los “primeros dominios de la lista” no sería un método de protección válido, puesto que “los malos”, al tener el virus en cada ordenador, tenían la posibilidad de cambiar de sistema de comunicación siempre que quisieran. Podrían cambiar el orden o la composición de la lista con sólo “actualizar” la versión del virus, algo que realizaban de forma periódica.

Por lo tanto los investigadores disponían de un tiempo limitado para recoger la misma información que “los malos” y ver exactamente en qué consistía.

Merced a esta recolección, por fin se tiene un estudio riguroso del funcionamiento de estas redes. Algunas conclusiones interesantes de su estudio son:

a) El número de ordenadores infectados es sensiblemente inferior al que se suele citar en las investigaciones “a ojo”. Aproximadamente 10 veces menor. Los métodos de contar infectados en base a la dirección IP de la máquina no son válidos porque muchos proveedores ofrecen IPs dinámicas que cambian varias veces al día, contando varios votos de ordenadores infectados cuando en realidad es uno solo. En sus pruebas vieron algunos casos de ordenadores que llegaban a conectarse hasta con 100 direcciones IP diferentes a lo largo del periodo de estudio (10 días).
b) Evidentemente se recopilan listas de usuarios y contraseñas. Pero no siempre son usuarios y contraseñas introducidas en formularios. En muchos casos eran las que ya estaban almacenadas en programas (como el navegador de Internet) que se enviaban de una vez. No hay que esperar a que uses una contraseña para que sea robada.
c) Se pudo realizar una estimación del volumen de contraseñas obtenidas (x% de cuentas de correo, y% de bancos, z% de servicios sociales, etc.). En base a esas contraseñas, los investigadores aprovecharon para realizar un estudio sobre su solidez. En este contexto es absurdo, puesto que no hay contraseña sólida que resista al copiar y pegar. Pero era una buena oportunidad y quisieron aprovecharla. El resultado, el conocido. Que casi todo el mundo repite contraseñas en sitios y que estas son poco robustas.
d) Buenos y malos. Como siempre, la frontera es difusa. Los buenos aprovecharon los datos obtenidos “para curiosear”. Y en vistas de lo que publican en el artículo me da miedo pensar en qué no habrán hecho ellos mismos con la información. Lo cuentan como algo anecdótico, pero a mi no me lo parece.

La red de ordenadores infectados, Torpig, registró el acceso a la red social LinkedIn de un usuario que se identificaba como CEO (Presidente, pero dicho de forma pretenciosa) de una empresa informática. También registró más tarde el acceso a tres páginas de contenido sexual explícito.

El 10% de los mensajes de correo detectados, contenía conversaciones que muestran la preocupación de los usuarios por la seguridad (phishing, virus y spyware).[…]Una de las personas, mostrando poco conocimiento, anunciaba en un correo electrónico que le acababan de quitar un virus que tenía su ordenador y que ya está limpio.

Este tipo de metidas de la nariz en donde no te llaman desprestigian el interesante trabajo científico realizado. Aunque automatizaron el procesamiento de la información, haciendo búsquedas genéricas y sin conocer a los autores de los textos, no dejaron de leer conversaciones privadas, simplemente por gusto.

e) Avisar a los afectados. Miles de contraseñas de correo comprometidas, de usuarios afectados. Y si no he leído mal nada dice el estudio de intentar avisar a las víctimas de que estaban siendo sistemáticamente espiadas y robada su información. Tras diez días de estudio, “los malos” cambiaron el sistema de conexión a dominios y retomaron la información por donde la habían dejado. Los mismos infectados que estuvieron diez días sanos, continuarán enviando sus datos y sin saber en muchos casos que lo están haciendo.

IIII

De todo este estudio lo que más me ha gustado es la pelea inverosímil por registrar unos dominios que no parecen tener ningún interés. Ves a la gente darse de tortas por páginas como tuiphone.com en la esperanza de conseguir un nombre mínimamente atrayente y relacionado con la publicidad que esperas mostrar, para obtener un puñado de euros.

Mientras que otros luchan por registrar un dominio impronunciable, como onv200705a3.com, con intereses que mueven millones de euros cada año.

Enfermos y sanos

Supongo que todo el mundo entenderá mal lo que viene ahora, pero es lo malo de ir con la escopeta cargada por la vida.

Hoy en día está quedando claro en todos los niveles que la homosexualidad no puede jamás considerarse como una enfermedad. Posibles criterios:

  • No es “curable” y tampoco tiene sentido “curarla” aunque se pudiera.
  • No se es peor o mejor por tener una tendencia sexual u otra.
  • Mucha gente lo es.

Del mismo modo, ser zurdo, que en un momento se consideró algo vicioso, tampoco es una enfermedad. Posibles criterios:

  • No es “curable” y tampoco tiene sentido “curarla” aunque se pudiera.
  • No se es peor o mejor por tener una lateralidad u otra.
  • Mucha gente lo es.

Casi el mismo porcentaje que de zurdos y de homosexuales hay de celíacos (la mayoría con intolerancia leve). Ahora bien, ¿Por qué diablos se tiene que considerar el ser celíaco como una enfermedad?

  • No es “curable”.
  • Mucha gente lo es.

Teóricamente el punto está en que los celíacos tienen más gastos y limitaciones a la hora de elegir lo que comen. ¿Pero es eso suficiente como para considerarlo una enfermedad?

Porque decir que las incomodidades que causa, son motivo de tratarla como enfermedad, me parece una razón insuficiente. ¿No lo pasa peor un homosexual en un mundo que los margina? Y porque los zurdos no encuentren abridores, ¿Hay que considerarlos maltratados? Bastantes enfermedades tenemos hoy en día como para inventarnos nuevas.

David Y Goliat

I
Como siempre que escribe un artículo, Malcolm Gladwell presenta una pequeña obra de arte. La última es un excelente ensayo del New Yorker donde habla sobre el baloncesto de categorías inferiores.

En él plantea la lucha por parte de equipos que son muy inferiores. Sugiere que en lugar de tratar de hacerlo “de igual a igual” hay que realizar una aproximación de guerrillas: provocar un combate desigual. Es el método que mejores perspectivas de éxito da.

En el caso del baloncesto, muestra el sorprendente caso de algunos equipos que basaban su estrategia exclusivamente en la defensa a todo el campo, complicando ya desde el primer instante el juego a su rival. El artículo narra interesantes casos de éxito a nivel preuniversitario (que es casi profesional) y el caso desproporcionado de un equipo de niñas de 12 años.

Para las niñas, el método de combate era una aproximación sugerida por el padre de una de ellas, forrado empresario tecnológico de Silicon Valley: las chicas sólo disponen de cinco segundos para realizar el saque desde la línea de fondo. Si se impide con todas las fuerzas que este se produzca, es muy posible conseguir el robo de un balón.

Como estrategia auxiliar, tratar de impedir que el equipo rival pase del medio campo en los diez segundos de que disponen. Y si no, aguantar el chaparrón, en el que sus chicas eran bastante malas.

Los sorprendente de su técnica ultradefensiva es que funcionó a las mil maravillas y las chicas llegaron lejísimos en la competición nacional, venciendo a equipos inmensamente superiores. Los robos de balón eran continuos y a veces los partidos empezaban por resultados abultadísimos como veinte a cero. Los equipos rivales no estaban preparados para resolver sobre el estadio la extraña estrategia.

Teóricamente la defensa a campo completo es muy poco recomendable porque un buen pase puede convertirse en una canasta segura. Pero dar el buen pase no es trivial. El método de defensa estaba basado en el propio fútbol americano: cubrir a toda costa el pase del quaterback.

El artículo es muy recomendable. Por aportar algo, mi modesta experiencia como pseudo entrenador de ajedrez. La situación a menudo era la misma que en los encuentros de baloncesto: tienes una alumna netamente inferior a otra. Si la partida se convierte en un duelo entre iguales, no hay nada que hacer.

II

Lo habitual era siempre usar una táctica gitana: jugárselo todo a una carta en la apertura.

La apertura en ajedrez es como cuando entras en un restaurante. Te indican donde te vas a sentar, ves de qué cubiertos dispondrás, eliges el vino. Vas viendo la sala y pensando en función de lo que ves si tomarás café allí o en otra parte. Te vas acomodando y preparando.

Pero hay aperturas en ajedrez que son como un fast-food. Nada más entras en el umbral de la puerta ya tienes a un impresentable preguntándote qué vas a tomar: antes de respirar ves que te ponen un puñado de servilletas y la elección del postre es instantánea.

En un restaurante no suelen matar a la gente, pero en una partida de ajedrez puedes salir destrozado de la misma apertura. Te acabas de sentar en la silla y ya tienes a un desgraciado que te está atacando a la misma yugular. No ha dado tiempo a las presentaciones, a las maniobras, a los cambios de cortesía. Ese desgraciado te quiere matar rápido.

Apertura tranquila es la española. Si todo sigue el guión principal, las blancas realizan una lenta maniobra de alfil (Ab5, Aa4, Ab3, Ac2) y luego otra más aún de caballo (Cd2,Cf1,Cg3). Las negras, a verlas venir.
Apertura fast-food es el ataque Marshall. Las negras sacrifican un peón y se dejan de preliminares: van a por el rey blanco.

Los métodos ultraagresivos no suelen funcionar. Algunos están refutados, basta pensar un poco, o incluso recordar un poco, y defenderse de los vanos aspavientos del rival. Es como el pase fácil desde la línea de fondo. Hay que darlo.

Por eso, las partidas en categorías inferiores eran un continuo de sobresaltos de apertura. Si tu alumno o alumna tenía oportunidad, le preparabas un gambito suicida contra el rival superior. Si el rival descubría la defensa, la partida terminaba pronto. Si no, podía tener problemas.

El inconveniente de este sistema es que estaba tan desarrollado por España que te encontrabas a timadores de ladrones y a embaucadores de timadores de ladrones. La rival superior, asustada ante el posible intento de engaño de su rival, era instruida a su vez en un método de apertura también engañoso y sorprendente.

Se jugaba al despiste sobre despiste. Por ejemplo, una chica llevaba toda su vida jugando la apertura española. A mi se me ocurría preparar a su rival con el complicado gambito Marshall. Pero los preparadores de la competencia se anticipaban con otro gambito, el Duras. Ahí mi alumna estaba totalmente perdida: no sabía nada y se enfrentaba a la rival superior.

Pero en cierto modo la ventaja se diluía. La mejor jugadora jugando una apertura realmente dudosa. Entonces tenías una posibilidad de vencerle: si nuestra alumna pensaba como una condenada y encontraba la refutación sobre el tablero, podía tener una partida muy superior.

Esto era lo que ocurría en los campeonatos finales, cuando los alumnos disponían de profesor, una notable excepción. Te encontrabas a un alumno nuevo y tratabas de sacar petróleo de donde no lo había. Era igual que David contra Goliat: tirabas una piedra nada más empezar. Y si no dabas en la diana, pues lo más seguro es que fueras hombre muerto.

III

El método de descubrir lo que podría estar tramando el equipo contrario y adelantarme siempre se me ha dado bien. Supongo que porque soy muy buen embustero. El caso más grave de David contra Goliat al que tuve que enfrentarme fue saliendo de las competiciones de barrio. Una vez pude tener un buen alumno y el alumno tuvo una enorme oportunidad, hasta que se enfrentó contra Goliat.

Goliat era uno de los mejores jugadores del mundo y hoy suele jugar todas las competiciones de altísimo nivel. Nosotros (porque éramos dos los embaucadores) teníamos a un gran jugador, mucho peor que la estrella, pero con sus posibilidades. Al fin y al cabo tenía las cualidades más extrañas en un niño pequeño: ambición y desconocimiento de sus propias carencias.

Supongo que este encuentro fue uno de los puntos culminantes de mi vida, de los que contaré una y otra vez a mis nietos cuando me lleven a cobrar la pensión. Normalmente todos hemos ganado a un rival muy superior alguna vez, la suerte sonríe a los insistentes más que los audaces. En este caso el milagro lejos de algo anecdótico podía cambiar el curso de la historia de una persona: ese pobre chico.

Por supuesto los cambios bruscos suelen ser para peor. En lugar de ser médico ahora sería un buscavidas del tablero o quizás estuviera en esa extraña élite del ajedrez. Pero el caso es que si dábamos con la receta mágica, con el engaño adecuado, podíamos atracar a ese genio desprevenido.

Por azares del destino, nuestro underdog era el último favorito para la competición y el rival el principal favorito, alguien a quien incluso Kasparov había señalado con el dedo.

Para nosotros, los entrenadores fue una pesadilla. Estábamos superados no sólo por el rival, sino por el peso de sus entrenadores, primeras espadas de la Escuela Soviética de Ajedrez, personas a las que admirábamos. Nuestra única baza era el gitanismo, algo que ellos no conocían.

Fue un trabajo científico de primer orden, del que estoy muy orgulloso. No era cuestión de una sorpresa de cálculo (el rival era como un ordenador) la opción posible era muy sencilla: llegar a una posición endiabladamente complicada en la que nuestro jugador se sintiera como pez en el agua.

Se me ocurre como ejemplo el de un opositor que se prepara sólo un tema. Se la juega a una carta, si sale ese tema, puede sacar la plaza. Si no sale, se acabó, los demás lo conocerán mejor que él. Nuestra tarea como entrenadores era elegir el tema, en base a cuestiones probabilísticas y lógicas.

Y el caso es que sorprendentemente lo conseguimos. Nuestro chico llegó a una posición muy complicada que habíamos analizado en detalle, todas las ideas posibles, todo lo que podía funcionar de su lado, las trampas, los trucos. Y el otro, tenía que verlo sobre el tablero.

Pero ni siquiera asín funcionó. Por eso nuestro alumno acabó como médico. Las batallitas de los abuelos siempre tienen finales penosos, esta no iba a ser menos.

Euroboros

Un perpetuo lagarto que se muerde la cola en el concurso de Eurovisión es volver a juzgar la calidad de la canción tras conocer el resultado que ha obtenido.

Esto también ocurre en fútbol y otros deportes. Se te presenta la plantilla y te parece a priori impecable y favorita. Luego nos eliminan, o eliminaban, en cuartos de final y se empieza a decir que si los jugadores eran todos demasiado viejos, o demasiado jóvenes, o que llevaban una temporada cansada. Todo esto se podía decir antes y no se dijo. Si no criticaste antes del fracaso, no tienes derecho a hacerlo después. Fin.

El crucero con Pelé

Si hace dos años resalté las vacaciones de contraste, que combinaba Nueva York y Punta Cana, que duda cabe que las mejores vacaciones posibles para este año son el Pele’s Cruise (el crucero de Pelé).

Me encontré la publicidad en el periódico impreso de El País. Me pareció un producto realmente inusual: se trata de un crucero por el mediterráneo, de toda la vida, sólo que las actividades en el barco giran en torno a Brasil y la figura del futbolista.

A mi me parece que es un producto que no tiene ni pies ni cabeza. Cada detalle en el programa es digno de ser reseñado.

Actividades:

  • Show del grupo de Pagode SERENO (música típica brasileña).
  • Carnaval con Escuela de samba con sus mulatas.
  • CENA DE GALA del Comandante.
  • COCKTAIL de bienvenida con PELÉ
  • COMIDA TÍPICA BRASILEÑA.
  • BATIDAS (cócteles típicos brasileños) y CAIPIRIÑAS.
  • MUSICA BRASILEÑA EN TODOS LOS AMBIENTES.
  • “DISCK-JOCKEY” brasileño.
  • SESIÓN DE FOTOGRAFIAS CON PELÉ

Lo de las mulatas por si no quedaba claro que este es un producto 100% para hombres (los cruceros siempre han llamado más a las mujeres por creer que es algo de lujo o estiloso).

El cocktail de bienvenida con PELÉ es simplemente que están en un sitio comiendo canapés manidos y Pelé está ahí en alguna parte. A ver, que no es el Dalai Lama, fue un enorme futbolista pero estar cerca de él no es algo que nos trasmita vibraciones o nos la ponga dura, es un hombre viejo que estará ahí rodeado de gente y siempre sonriente.

peles-cruise

Poner como actividad “Batidas” y “Caipiriñas” es de traca. En un crucero el bebercio se sobreentiende.

Música brasileña en todos los ambientes, luego es lógico que el disc-jockey sea brasileño. Ahora bien, hay documentados casos de personas que se han suicidado ante la sobreexposición a la música brasileña.

Hacerse una foto con Pelé como actividad. Bussiness en estado puro.

La letra pequeña del crucero, por lo que he podido ver:

El producto se presentó a bombo y platillo a finales del año pasado, como algo necesario y un lujo difícil de conseguir puesto que Pelé es una estrella que tiene una agenda muy apretada. Algo me dice que no se ha vendido tan bien como esperaban.

La información sobre el crucero está en diversos idiomas, el título es inglés, algo me dice que va a ser un crucero multicultural. Y esto puede estar bien pero para el público al que va dirigido este producto va a ser una desventaja:

  • Comida multicultural, o lo que es lo mismo, nunca llueve a gusto de todos.
  • Camareros y personal que habla algunos idiomas, no necesariamente el tuyo.
  • Al haber muchas actividades oficiales todo se dirá en varios idiomas, lo que es un verdadero tostón a la larga.

Casi ni se menciona el hecho de que también hay un crucero en el Pele’s Cruise. Se recorren las ciudades de siempre: Venecia, Bari, Katakolon, Mykonos, Rodas, Dubrovnik. Hay un día entero en que no se pisa tierra. Me parece un tostón infernal.

Los periódicos, como siempre, a lo suyo, hablan de este crucero como “un producto que sorprende por lo novedoso“.

Pero bueno, que no todo sea crítica. Publicidad gratuita:

Precio: No dan el dato en la página. Pero aquí dicen que a partir de 1.500€.
Página oficial del Pele’s Cruise.

Disclaimer: No poseo una modesta participación en Pele’s Cruise ni nada que se le parezca.

Synechdoche, New York II

Ya avisé del estreno de la película Synechdoche, New York, dirigida por Charlie Kaufman. Tardó meses en aparecer por el Emule pero finalmente está en más de una versión (nunca se estrenará en los cines de España).

Empecé viendo una que es un único fichero. Con subtítulos en inglés y el audio y la imagen están ligeramente desincronizados. En algún momento en que había un diálogo y al mismo tiempo se oía la radio y estaba ahí leyendo como un loco mientras por los labios los movimientos no coincidían con los sonidos. Casi pierdo la cabeza.

Luego vi la versión que está en dos ficheros, con subtítulos en inglés. Que la vea quien quiera. Es una película que está en la línea que separa lo sublime de lo pretencioso. Siempre había pensado que eran dos mundos distintos, hasta que vi esta película.

La típica película pretenciosa es aquella en que un tipo disfrazado de buzo declama Shakespeare mientras en otro plano hay una mujer cortando cabezas de pescado y cantando a voz en grito música tradicional irlandesa. En esta película te toca salir y decir aquello de “el pescado es símbolo de nuestra maloliente sociedad y el buzo es en cierto modo hermano del pescado y responsable de la muerte de sus conciudadanos y bla,bla,bla”. Es algo que parece ridículo a los ojos de alguien sin cultura y probablemente tenga toda la razón.

Luego hay películas brillantes, concepciones originales, bien narradas, sorprendentes, a veces complicadas. Nadie sale con traje de buzo.

Esta película me ha parecido tan complicada que he sentido un poco pena de mi mismo, porque siempre estoy deseando ver una película que tenga algo de novedoso y cuando estaba viendo esta sentía que era demasiado para mí.

Me ha gustado conforme se acercaba al final, en que encuentras algún sentido a todo y tiene una intensidad desbordante.

Lo bueno de la película es que te remueve algo por dentro, al menos a mi. Y eso cada vez es más complicado.

No me atrevería a recomendarla abiertamente. En Imdb le dan una nota de 7.7 (muy alta; La mala educación es un 7.5, Hable con ella un 8).
Por el estilo, la comparan con Mulholand’s Drive (que me pareció mucho más sencilla y también me gustó).

Sábado tecnológico

El artículo anterior sobre el Shabbat judío y sus implicaciones en el uso muy singular de la tecnología, trata sobre cómo los judíos lidian con la difícil premisa de no trabajar en sábado.

Si lo leísteis o recordáis, en él se indica que:

Como curiosidad, la mejor tienda de fotografía de Nueva York (y por ende una de las mejores del mundo) es gestionada exclusivamente por judíos ortodoxos. Cierra los viernes por la tarde y todo el sábado, para abrir en domingo.

Esta tienda es B&H Photo Video. Hace un par de días leí el hecho sorprendente de que no sólo la tienda cierra en sábado, sino que también lo hace la tienda virtual.

La empresa, puntera a pesar de estar plagada de barbudos judíos vestidos con levita, afirma vender el 70% de sus artículos online, lo cual es aproximadamente una cantidad obscena de ventas. Pues bien, voluntariamente crean un “downtime” de 25 horas a la semana.

La página funciona con normalidad, sólo que no te permiten realizar pedidos. Me cuesta entender las causas por las que entienden el tener una tienda virtual como “trabajar”. Quizás porque necesiten revisar los pedidos, o tengan una política de atención al cliente que implique una relación directa con el empleo de personas.

Ese concepto de trabajo virtual como real, es casi mágico. Admiro a las personas que son fieles a sus principios de semejante manera, por muy equivocados que fueran estos principios.

¿Cuánto dinero pueden estar perdiendo, teniendo la página cerrada todo el sábado? La respuesta que darían los mismos responsables de la tienda sería:

¿Cuantos azumbres de agua hay en el río Hudson?

Teniendo en cuenta que no cerrarán la tienda por capricho, me imagino que otros judíos se encontrarán en un dilema similar. Tendrán páginas web con publicidad como Adsense. Y no sólo desactivarán la publicidad dependiendo de dónde lleguen las visitas, sino que también lo harán dependiendo del día y hora en que se encuentren. En algunos casos, puede ocurrir que tengan que dejar la página o grandes partes de ella como no operativas, lo cual puede repercutir en la indexación de cara a Google (que podría penalizar estos comportamientos anómalos).

En fin, que todo esto es muy curioso. Os recuerdo que según las doctrinas más blandas, navegar por Internet no está permitido en sábado.

Planos de telefonillo

Normalmente la televisión aporta poco a las noticias comparada con la radio. Por eso mucha gente sigue oyendo la radio en el coche, no siente que sea un sustitutivo sino algo equiparable.

Lo que la televisión da, son las imágenes de Zapatero en las que puedes ver la evolución de sus ojeras, o cómo se abrocha el botón de la chaqueta cuando se acerca a saludar a alguien. O las juventudes del PP que siempre ocupan la parte de atrás de los mítines. O las imágenes de los negros desnutridos. Por todo eso, la televisión aporta un valor añadido.

Pero verdaderamente deprimente me resultan las noticias sobre asesinatos de poca monta. Si se ha celebrado el entierro, la noticia suele tener más vidilla, porque ves las imágenes de los familiares, normalmente descompuestos por el dolor.

Pero dado que las noticias tienen que ser ante todo actuales, lo frecuente es desplazar a periodistas “al lugar de los hechos”. Y como la gente tiene la mala costumbre de matar a sus semejantes de puertas para adentro, la única forma de grabar algo interesante es entrando en el lugar del crimen. Y esto normalmente es imposible.

Y como las personas ya no se conocen o viven en urbanizaciones aisladas, no hay siquiera vecinas chismosas con las que hablar.

Asín, las noticias se acaban convirtiendo en un vacío. La voz en off va narrando lo mismo que si estuviéramos en la radio, mientras que la cámara se reparte siempre en los mismos planos.

Lo que se graba es:

  • Primeros planos del telefonillo (o portero automático), a veces con zoom.
  • Planos de la puerta cerrada donde se cometió el asesinato.
  • Imágenes de manchas que haya en el suelo, sean de sangre o no y tengan o no que ver con el asesinato.
  • Un plano largo en que se ve la perspectiva de la calle.
  • Un plano agónico, desde abajo, apuntando a la hipotética ventana donde ocurrió todo. Este es el peor, porque aparte de que no aporta nada, es que en un elevado porcentaje de los casos no hay certeza de que la ventana que se enfoca sea la de la casa del crimen.

telefonillo

El plano del telefonillo es el único garantizado al 100%, me imagino que eso se enseña en las facultades de imagen y sonido.

También me hago a la idea de que para el periodista en cuestión, por muy becario que sea, tiene que ser penoso recorrer tantos kilómetros para aportar un reportaje tan vacío. Y no es porque no sepa, es porque no hay donde rascar.

Campo de trabajo

I

Una forma diferente de pasar las vacaciones de verano, cuando se es joven y se tienen ganas, son los llamados campos de trabajo. Se trata de una especie de campamento avanzado: la gente ya tiene edad como para hacer botellón abiertamente y fuerza suficiente como para hacer algo de provecho.

En un campo de trabajo lo habitual es hacer una labor por la mañana y el resto del día se pasa en diferentes formas de cachondeo social y organizado.

Las tareas matutinas no suelen ser, al menos teóricamente, picar piedra o recoger aceitunas. Antes bien son trabajos que suenan muy bien: arqueología, recuperación de monumentos, labores de mantenimiento de parques naturales, etnografía, talleres de integración.

Aunque es un lujo el poder descubrir un esqueleto de la época romana, o trabajar en las islas Cíes, lo que merece la pena de los campos de trabajo es lo que ocurre por las tardes y noches. Sólo por eso, son un lujo que no dejar pasar.

Pero claro, el nombre es horrible: campo de trabajo suena demasiado parecido a campo de concentración (en la época en que éstos se crearon, se llamaban eufemísticamente campos de trabajo).

Cuando le explicaba a mis amigos que en el verano me iba a un campo de trabajo ellos me decían, ¿Pero trabajas gratis? Y les tenía que decir la verdad: gratis no, tengo que pagar una cuota de inscripción de 60 euros.

II

Hace un par de días leía una entrevista al usuario más valorado en Digg, Andrew Sorcini. Meneame es la versión castellana de Digg. Se trata de un sitio de noticias donde en lugar de redactores, las noticias las envían y valoran los propios usuarios.

Andrew Sorcini, con el nick de MrBabyMan es una persona que bate todos los récords dentro de Digg. Muchas de sus noticias acaban en portada, recibe multitud de votos positivos y tiene muchas personas que le apoyan. En la entrevista, Andrew Sorcini menciona que pasa “entre tres y cuatro horas a enviar noticias”. Eso son muchas horas. Media jornada laboral (entre tres y cuatro suele significar “me gustaría que fueran tres pero supero siempre las cuatro”).

Andrew Sorcini está realizando una enorme labor para la comunidad de Digg. Gracias a él muchas noticias interesantes están llegando a muchas personas. Supongo que todo esto le resulta suficientemente gratificante como para hacer que se sienta bien con lo que hace.

Ocultos en la lista están el segundo usuario más popular de Digg. Y el tercero y cuarto. Y así un montón de personas que ocultos en el anonimato pasan varias horas al día cazando y votando noticias.

Es una labor altruista, como la de los editores de la Wikipedia o la de desarrolladores de software gratis (que no libre). O la de los DJs que cuelgan su sesión en internet. O los escritores que publican en sus blogs. Pero a diferencia de todos ellos, están ayudando a una empresa: Digg.com. Y en el momento en que Digg.com deja de ser una sociedad sin ánimo de lucro, Andrew Sorcini está trabajando gratis para ellos.

Aquí hay un conflicto de intereses. Por un lado, está la parte social. La labor de Andrew Sorcini no es menos valiosa que la que realiza un Wikipedista. Pero hay una parte de trabajo gratis que no se puede obviar. Digg.com no tiene editores, con lo cual no tiene que pagarles salario. Pero tiene publicidad y tiene ingresos. Con lo cual se obtiene la jeringa y los dos reales. No pago nóminas pero cobro beneficios.

Como en los campos de trabajo, es trabajo gratis, aunque no guste verlo así. Esta página por ejemplo, es trabajo gratis. Si os gusta, podríais colaborar del mismo modo que Andrew Sorcini. Me gustaría que alguno de vosotros la revisara desde el primer archivo y me indicara todos los links rotos que tengo. Y todas las imágenes con hotlinking. Que revisara las abundantes faltas de ortografía y los errores de 360º. No tiene que dedicar tres horas al día, simplemente lo que le parezca conveniente.

O aún mejor, que se venga a mi casa a limpiar las ventanas. Es una tarea ingrata, pero si la hace, dispondré de más tiempo para hacer el trabajo de mejorar mi página. Escribiré más artículos y más interesantes, pues dispondré de más tiempo libre.

III

Lo de trabajar gratis no está mal, todos lo hacemos a veces. Pero trabajar gratis para una empresa que paga dividendos a personas con gustos caros, es algo que merece ser indicado. Haz lo que quieras, pero no te engañes.

La noticia del viernes en Internet era la venta del 33% de 11870.com al grupo Vocento. 11870 es un excelente servicio con un pésimo nombre. Es un servicio impecable, difícil de mejorar. Las opiniones de los usuarios sobre servicios, casi siempre restaurantes, permiten descubrir nuevos lugares y lo que es más importante: no cometer errores.

Las felicitaciones por la venta – que hago extensivas – me recuerdan al viejo dicho de “¿Por qué nos alegramos en las bodas y nos entristecemos en los funerales?” pues porque no somos los homenajeados.

Si el Manchester United vende a Cristiano Ronaldo nadie se alegrará en Manchester. Pero si vendemos un zulo ruinoso por una millonada, nos alegraremos del vendedor. Desde luego 11870.com no es un zulo ruinoso, pero vender una patata tan caliente y tan grande, tiene mucho mérito.

Digo patata caliente porque se trata de un servicio sin perspectivas próximas de beneficio y con unos gastos de mantenimiento que no son triviales. Que el servicio es útil y ya no admite competencia posible es algo que también hay que indicar. Pero ahora las empresas cierran departamentos enteros sólo porque hay algunas pérdidas, con lo que comprar algo que genera pérdidas tiene su dificultad.

Pero bueno, a lo que iba. En el comunicado de la venta de 11870.com, además de varias palmaditas en el hombro, se dejaba caer una frase muy 2.0:

El contenido seguirá siendo propiedad de cada usuario: todo lo que que un usuario se haya guardado en 11870.com continuará en su perfil de 11870.com y seguirá siendo de su propiedad, la única diferencia a partir de hoy es que lo podrá ver más gente.

Nosotros vendemos el 33% de la empresa, pero el contenido sigue siendo tuyo. Que es, en cierto modo, una forma de decir “no estás trabajando para nosotros”.

Sobre la propiedad del contenido tuve un interesante intercambio de emails con uno de los responsables de 11870, hace algunos años. No nos pudimos poner de acuerdo pero insisto en que es una empresa con una cara amable intachable.

Las cosas como son. Si el contenido es “de los usuarios”, yo podría copiar su contenido y colgarlo de mi página, en una sección de restaurantes. No estaría mal asinorum.com/restaurantes. Quizás lo acabe abriendo.

Si yo copiara un par de opiniones, no pasaría nada. Si consiguiera salir el primero en las búsquedas de Google, algo no imposible, tampoco pasaría nada. Pero si copiase todas las opiniones de todos los restaurantes de Madrid y empezara a recibir mucho tráfico (que es quitárselo a ellos) desde buscadores, entonces ya sí pasaría algo.

Ahora bien, si el contenido es de los usuarios, los que me tienen que denunciar por apropiación indebida de contenidos, son ellos. Cada uno que denuncie lo suyo y cada caso por separado. Pero no. Hay una figura que es la de la obra conjunta.

La obra conjunta pertenece a 11870.com y si me paso copiando lo que no es mío, será un agobado del bufete Gómez-Acebo & Pombo, el de 11870, el que me denuncie.

Y volvemos al párrafo anterior. Según el acuerdo de venta de 11870.com, los contenidos seguirá siendo de la propiedad de los usuarios. Pero vamos a ver, si los contenidos son míos, ¿Es que acaso en el acuerdo de participación con Vocento, podrían de algún modo haber dejado de serlo?

Aquí ya nos pasamos de modernos. Que es trabajar gratis y punto y no pasa nada. Lo que no está bien es hacer pensar que no es trabajo gratis, tratar de crear una ilusión de que los únicos beneficiados son los miembros de la comunidad.

Se abstrae el concepto de empresa subyacente a toda historia 2.0. Comunidad y nada más. Pues no, hay negocios y gente que gana dinero. Y no es malo. Trabajas gratis.

[Gracias al comentario de Axioum veo que había dicho algo parecido sobre un servicio de Google hace cosa de un año.
Desde entonces hasta ahora, la diferencia en mi opinión está en que ahora se trata de hacer ver que no es trabajo gratis, que se hace por una comunidad. Vamos, mayor desfachatez aún.]

Al mal tiempo mala cara

Una noticia verdaderamente sorprendente: Los vecinos del pueblo Carrbridge, en los Higlands escoceses, cerca de Iverness, han denunciado al servicio de meteorología de la BBC.

La causa de su denuncia es que si se utiliza el servicio web de la BBC, donde se puede consultar la previsión del tiempo para una localidad dada, inevitablemente siempre da previsión de lluvia para Carrbridge.

El tiempo en Carrbridge
El tiempo en Carrbridge

Y aunque pudiera parecer una broma, el problema es que la predicción es frecuentemente equivocada: a veces hace sol y según la página de la BBC “está lloviendo fuertemente en Carrbridge”. Es casi imposible que en la previsión de los próximos días no aparezca la lluvia.

Según los vecinos de Carrbridge, la región se encuentra en un microclima al estar rodeada por las montañas de un lado y un parque nacional por otro. De hecho es una de las regiones más secas de Escocia (dentro de lo que cabe, no deja de ser Escocia).

Incluso en cierta ocasión había alerta de peligro de incendios por la sequedad de los últimos días pero la BBC insistía en el peligro de grandes lluvias.

Y el problema es el siguiente: Carrbridge es un pequeño pueblo cercano a un parque natural. La previsión se refiere obviamente a todos los pueblos de la proximidad, pero al estar desperdigados en una superficie muy grande, el pronóstico no es para nada exacto. Y en Carrbridge se han cansado. Cualquier turista moderno consulta el tiempo antes de organizar una reserva hotelera o planificar un fin de semana. Y por culpa de la BBC, el turismo está sufriendo mucho en la región.

Fuente: Obviamente no la BBC, tuvo que ser The Guardian.
Vía: Weekend Stubble. Por cierto Paul Collins ha publicado un nuevo libro sobre los primeros manuscritos de Shakesperare. Él fue el autor de la magnífica narración sobre Henry Ireland .