400

Hizo distribuir al pueblo cuatrocientos sestercios por persona.

¿Zapatero? No, Nerón.
En las democracias las buenas intenciones se muestran antes de las elecciones. En las dictaduras, justo después de subir al poder.
Cuenta Suetonio en la vida de Nerón, antes citada, que en su afán por destacar, por su calidad como artista así como por su valía como deportista, Nerón prefirió destruir el recuerdo de los que antes que él habían conseguido fama:

Quiso borrar para siempre toda traza y recuerdo de otras victorias que las suyas, para lo cual mandó derribar, arrastrar por las calles con ganchos y echar a las letrinas las estatuas y los bustos de todos los vencedores.

La apocalíptica visión de Suetonio sobre Nerón es la que ha pasado a la Historia. Sin embargo, la revisión de la Historia es sorprendente: es imposible que alguien fuera tan malo.
La Wikipedia por ejemplo, trata las maldades de Nerón como hechos no probados y poco probables. Él no quemó Roma. Él no descuartizó a su propia madre “para ver cómo había sido el lugar donde estuvo antes de nacer”.
Parte de la inquina hacia Nerón se le atribuye a la tradición católica. Habiendo destacado como un fanático perseguidor de los cristianos, a los que torturaba y acusaba de todas las calamidades que ocurrían en el Imperio, los cristianos se tomaron la venganza de recalcar durante casi dos milenios cada una de sus facetas como personaje malvado y siniestro. Al final, sólo han sobrevivido documentos históricos que hablan de lo malo que fue Nerón.
Y paradójicamente, se entiende que estos documentos tienen que ser tendenciosos, estar manipulados. No puede ser verdad. Con lo que el buen nombre de Nerón queda lavado tras siglos de acusaciones e insultos.
Sea esto cierto o no, se cumplió el sueño del Emperador, de alterar la Historia, de hacer que se le recordase como alguien mejor de lo que fue.
Si Suetonio tiene razón, Nerón mejoró lo que la Historia puede decir sobre él, empañando el recuerdo de los otros. Y si no la tiene, porque el ataque furioso desde tantos frentes ha acabado en el más extraño de los resultados posibles: quizás Nerón fue un hombre bueno.

Tarot y aleatorización

En las ciencias esotéricas de la numerología, y en numerosas artes adivinatorias, suele realizarse un proceso llamado de reducción. Partiendo de cualquier número puede obtenerse una única cifra, con el simple método de sumar cada una de las cifras que componen el número original.
Por ejemplo, para 1492 obtenemos:

1492 -> 1 + 4 + 9 + 2 = 16

Y si volvemos a aplicar el proceso:

16 -> 1 + 6 = 7

Con este método obtenemos siempre un número entre 1 y 9. Es una forma de simplificación que permite establecer parámetros de comparación entre todo tipo de valores heterogéneos.
Por ejemplo, podemos asignar a cada letra del alfabeto la cifra correspondiente a su orden en el abecedario (a = 1, b = 2, c = 3, etc.) y de esa forma asignar a nuestro nombre un número determinado que puede reducirse mediante este método a un valor comprendido entre 1 y 9.
Este método tiene numerosas ventajas. A cualquier conjunto de categorías o propiedades puede asignársele un número y de este, mediante la reducción, llegar a un número limitado de grupos, diez. Dentro de cada uno de ellos pueden definirse tipos humanos o veredictos.
Además, es un método que destaca por su claridad: la forma de obtener el valor final no admite ningún género de duda y es sencillo para cualquiera que tenga estudios elementales.
Puedes por ejemplo partir de las letras de tu nombre y los de la persona a la que amas y mediante la reducción llegas a un número que puede significar, según el método de adivinación, la compatibilidad de vuestros caracteres, la probabilidad de que acabéis casados o una cuantificación de la felicidad que os espera si alguna vez estáis juntos.
Al margen de que alguien pueda o no creer la validez de estos cálculos y predicciones, hay un grave problema en los resultados que se obtienen.
Aparentemente, la suma de cantidades lleva a un resultado aleatorio. Parece como si cualquier número entre 1 y 9 fuera igualmente probable. La realidad es que esto no sucederá casi nunca.
No importa lo que estemos midiendo, casi siempre habrá un sesgo que provocará que ciertos valores sean mucho más probables que otros.

La tirada de Josephine Péladan

Un método bastante popular de lectura del tarot es el de Josephine Péladan
Según dicho método, se colocan cuatro cartas del Tarot sobre la mesa, formando un rombo. En el espacio entre las cuatro cartas aparece como conclusión una especie de carta virtual: el resultado de la tirada.
josephine-Peladan.jpg
La carta central se obtiene como reducción numerológica de las cartas obtenidas en cada uno de los vértices del rombo (o cruz como suele llamarse en el tarot).
Cada carta de los arcanos mayores tiene asignado un número, del 1 al 22. Así, si en una tirada obtenemos el diablo (15), el Papa (5), el Mago (1), el Sol (19), los cálculos son los siguientes:

15 + 5 + 1 + 19 = 40

4 + 0 = 4 (el Emperador)

En este caso la reducción es diferente. Si obtuviéramos un número entre 1 y 22 ya habríamos terminado. Así, con el 19 no habría que volver a sumar sino que asignaríamos la carta correspondiente (el Sol).
Pero en el caso de la tirada de Josephine Péladan, el sesgo que se obtiene en los resultados es enorme.
Sobre el papel, cualquiera de las cartas es igualmente probable. Pero con sencillos cálculos puede verse que es imposible obtener los valores 1 y 2. Así, las cartas de El Mago (1) y La Papisa (2) nunca podrán ser la conclusión de la tirada.
Pero si hacemos cálculos sobre todas las posibilidades reales, llegamos a la conclusión de que la distribución entre el resto de cartas es enormemente desproporcionada. La probabilidad de obtener el valor 17 (la Estrella) es de tan solo un 0,15% mientras que la probabilidad de obtener el valor 7 (El Carro) es de un 10,42% (¡100 veces más probable! ).
En realidad, hay once cartas (las comprendidas entre los números 5 y 15) que acumulan el 96% de la probabilidad de ocurrencia. Las otras once cartas sólo suman un 4%.
El total de resultados posibles a una tirada (de arcanos mayores) de Tarot es 22 * 21 * 20 * 19:
arcanos-tirada-Peladan.jpg
Las cartas del Tarot no tienen un significado positivo o negativo en sí mismas, aunque algunas tienen connotaciones positivas inmediatas – como el Mago o el Carro – y otras las tienen negativas – la Torre, el Diablo. En este sentido, podemos decir que las cartas que caen dentro del rango “altamente probable” dentro de la tirada de Josephine Péladan, son más bien positivas que negativas.

Las cartas invertidas

Cierto es que entre los Arcanos Mayores, las cartas positivas superan a las negativas. Para combatir ese sesgo, es necesario considerar el uso de cartas invertidas. En Tarot, el que una carta aparezca al revés suele significar lo contrario de lo que simboliza la carta. El Carro significa control, éxito, victoria, pero si la carta sale al revés, todo lo contrario: accidente, desastre.
Hay quienes leen Tarot pero no tienen en cuenta el si la carta sale o no al revés. Esto se debe a que la consideración de las cartas invertidas es un invento del siglo XIX (introducido probablemente por Etteilla) y muchos la consideran una corrupción del arte adivinatorio original. Para el caso de la tirada de Péladan, al obtenerse una “carta virtual” no puede inferirse nada sobre la posición de la carta, con lo que casi siempre habrá que dar conclusiones favorables.
La consideración de cartas invertidas en el Tarot tiene el enorme problema de la mezcla de las cartas. Cuando se baraja un mazo de cartas, cambia el orden de las mismas, pero no la inversión. Según cómo se hayan introducido en el mazo inicialmente, así quedarán para la posterior tirada. La única posibilidad es cambiar el orden de todas las cartas dentro de un grupo más o menos amplio: se corta el mazo en varios grupos y estos se giran arbitrariamente.
Pero esto tiene el problema de que las cartas quedan localmente todas orientadas hacia un mismo lado. Y como las tiradas de Tarot suelen realizarse sobre grupos locales de cartas, la probabilidad de obtener casi todas las cartas orientadas en un mismo sentido es realmente grande. Si añadimos el hecho de que el consultante ha tenido que ser quien baraje, sin que se le imponga ni se le sugiera que busque la aleatoriedad (el propio lector del Tarot también suele realizar una parte del proceso de barajadura) el resultado será una mazo sesgado.
La solución que algunos toman es girar al inicio del proceso de baraje un grupo de cartas, normalmente un tercio de las mismas. De este modo, el conjunto de cartas invertidas es de aproximadamente una tercera parte. Esto no anula la predisposición hacia las cartas favorables, la mayoría de las cartas lo son y dos tercios de ellas están “cabeza arriba”.
Si bien hay un considerable sesgo en todo ello, hay que entender que la mayoría de las circunstancias en la vida de las personas son positivas. Vivimos muchos años y sólo morimos una vez. Son más los pequeños éxitos que los significativos fracasos. Es más probable salir de una operación bien o regular que con el siniestro veredicto de la Muerte.
No pueden sin embargo obviarse todos estos resultados. Al margen de que uno crea o no en el Tarot, el haber empleado métodos tan rudimentarios en lo que a aleatorización se refieren (qué podemos decir de Péladan, un tipo que se asignó a sí mismo el título de Sar con S) provocan dificultades añadidas y predisposición negativa hacia cualquiera que tenga una formación matemática superior a la elemental.

Premio Pulitzer

Supongo que tengo revisar mis fuentes de información, porque me he enterado de que ayer se fallaron los premios Pulitzer a las artes de rebote (suscribiéndome a un blog de un autor que había sido nominado).
Aparte de los famosos premios al periodismo, también se laurean a escritores en los géneros de drama, poesía, historia, biografía, narración de ficción y de no ficción y música.
A diferencia del premio Nobel, el premio Pulitzer es garantía de calidad. El Nobel de Literatura se suele conceder a autores extraordinarios por el trabajo de toda una vida. Pero el Pulitzer es por una sola obra extraordinaria. Así que uno puede con seguridad tirar al cubo de la basura el resto del trabajo del premiado y centrarse en lo bueno.
Me ha sorprendido que hasta la Wikipedia (inglesa) está un tanto desactualizada. De algunos de los premiados no informa sobre el reciente galardón. Otros incluso no tienen página propia.
Suele decirse que una persona apenas alcanza para producir una gran obra en toda su vida. Como Los cien años de soledad de Garcia Márquez. Aunque una primera figura de la literatura sea capaz de escribir muchos libros excelentes, como Crónica de una muerte anunciada o El coronel no tiene quien le escriba, de García Márquez, hay muchos escritores que apenas alcanzan a crear una obra colosal. Por eso es bueno que estos autores sean premiados y reconocidos.
Por ejemplo, del vencedor en novela leemos:

Junot Diaz estuvo pensando en la idea para su primera novela durante cuatro años y después tardó siete años en escribirla. “De algún modo, creo que ese libro estuvo esperando a que me convirtiera en una mejor persona antes de que el libro se escribiera solo”.

Cuando leo eso pienso “ese libro puede estar bien”, no pienso “esto es un producto comercial como el Premio Planeta o La Catedral del Mar.
En no ficción: The Years of Extermination: Nazi Germany and the Jews, 1939-1945 Segundo volumen de una historia del Holocausto. Por Mr. Friedländer, un hombre de 75 años que se enfrenta a una labor tan titánica y agotadora como tratar sobre un asunto del que todo se ha dicho ya. Una historia escrita desde el punto de vista de los documentos y archivos alemanes.
De nuevo leo eso y digo, eso es un libro que merece ser leído o al menos tenido en cuenta.
Daniel Walker Howe. What Hath God Wrought: the Transformation of America, 1815-1848
Un profesor emérito de 71 años, sin página en la Wikipedia, que escribe un libro de historia de más de 900 páginas sobre uno de los periodos menos interesantes de la historia de Estados Unidos.
Pues de nuevo una obra que merecería como poco el echarle un vistazo.

Adolfo Cambiaso

¿Cuál es el deporte más difícil del mundo? Ante la complejidad de la pregunta lo habitual es responder con evasivas. ¿Qué entiendes por lo más difícil?
Afrontando este reto, la web de deportes ESPN realizó una completa estadística. Para ello una serie de periodistas deportivos puntuó en una escala del 1 al 10 cada uno de los deportes, siendo el 10 la máxima dificultad posible.
En lugar de votar los deportes de forma global se decidió valorar cada una de las cualidades que se esperan de un deporte difícil: resistencia, flexibilidad, reflejos, coordinación, fuerza, agilidad, nervios, coordinación mano-ojo, capacidad analítica.
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De esta votación emergió como el más duro de los deportes el boxeo. En él son necesarias casi todas estas habilidades en grado sumo y para casi todas ellas resulta el más exclusivo de los deportes.
Así, el cuadro de honor quedaba del siguiente modo:

  • Boxeo: 7,23
  • Hockey sobre hielo: 7,17
  • Fútbol americano: 6,83
  • Baloncesto: 6,78

Como curiosidad, en el último puesto quedaba la pesca, con un triste 1,45
Aunque no falto de interés, el estudio resulta poco convincente. Cierto es que el boxeo es un deporte extraordinario, infravalorado por los ambientes en que se suele practicar. Pero una aproximación más interesante nos lleva a pensar que si bien el boxeo puede resultar complicado, el fútbol no es un deporte tan difícil. Cualquiera puede pegar patadas a un balón. No hay que ser una estrella para marcarle un penalti a Casillas, uno de los mejores porteros del mundo. La selección de Malta, formada por aficionados, no pierde por goleada ante cualquier otra selección candidata al título Mundial – o no siempre. El baloncesto tiene la barrera de la altura, pero con un poco de práctica se pueden encestar más del 50% de los triples que se lancen.
Así, me gustó mucho la reflexión que hacía este hombre sobre cuál podría ser el deporte más difícil, entendiéndolo del siguiente modo: aquel deporte en el que llegar al nivel de profesional suponga un reto mayor.
En fútbol hay un criba que, aparte del talento innato de algunas superestrellas, es estadística. De cada diez personas se va seleccionando siempre a la mejor, hasta llevar al equipo de Primera División a los mejores chavales del barrio que eran a su vez los mejores de su pueblo que eran también los mejores de la provincia que eran también los mejores de la región. El segundo mejor jugador del barrio podría haber llegado también allí, pero la exigencia del deporte, que sólo permite jugar a unos pocos a alto nivel, le impidió fichar por un equipo de alevines de primera división.
En tenis está claro: un aficionado perderá siempre contra un profesional. Hace falta un técnica de saque impecable, una fortaleza y entrenamiento tales que lo más común será que el aficionado pierda por rotundos 6-0. La capacidad de saque profesional en el tenis sólo puede conseguirse mediante clases de cierto nivel, y es lo suficientemente decisiva como para que un jugador que no sea bueno sacando o restando potentes servicios no tenga esperanzas alguna ante rivales de cierta categoría.
La técnica en el tenis está al borde de lo humano. Todos los golpes van a las líneas. Siempre. Los saques están en el limite de lo restable. Las dejadas se hacen sí y sólo sí hay que hacerlas. Los golpes son casi únicos y casi siempre se acierta a darlos. Pero aunque los puestos de cabeza sean inalcanzables, constantemente hay noticias de nuevas jóvenes promesas, de jugadores que llegan desde las previas hasta las rondas finales de un Grand Slam. Difícil sí. Pero no imposible.
La defensa que hacen del golf en la página antes citada es muy interesante. Según el autor es posiblemente el golf uno de los deportes más difíciles del mundo. Lo cual no deja de sorprender por cuanto es un deporte aparentemente trivial y para personas sin condición física. Recomiendo encarecidamente su lectura.
Pero a pesar de su defensa del golf, deporte que confiesa practicar, no tiene reparos en indicar que, casi con toda seguridad, el polo es el deporte más difícil del mundo.
Por un lado el polo tiene unas enormes barreras de entrada. Puedes jugar fútbol en una favela, pero para jugar al polo hacen falta varios caballos, además de un terreno de juego adecuado y rivales suficientes.
El polo se ha llamado desde tiempos inmemoriales del deporte de los Reyes. En sus orígenes iraníes, servía como excelente forma de entrenamiento de las tropas de caballería. Eso sí, el deporte era muy diferente a como lo conocemos hoy en día. Era una auténtica carnicería en la que los equipos podían llegar a tener un centenar de caballos por bando. Un ejercicio de la guerra en el que los mejores podían pasar a formar parte de la Guardia Real.
Los mismos reyes y príncipes disfrutaban con la práctica de este deporte. Con el paso de los siglos llegó a la India y de allí pasó a ser adoptado por los colonos británicos, que lo llevaron en una forma muy suavizada a Europa.
El deporte del polo que se practicaba en Inglaterra era un encorsetado conjunto de reglas muy estrictas que hacían el juego lento y aburrido. Ese es el polo que todavía practica la realeza británica. El verdadero deporte tuvo que cruzar el Atlántico. En EEUU se convirtió en un juego de velocidad endiablada.
Correr con el balón, con dos defensas detrás dispuestos a partirte la pierna con tal de evitar un gol es una experiencia extrema. Pero hacerlo galopando en un caballo, manteniendo el equilibrio sobre los estribos a la vez que se golpea la pelota, sin que el caballo disminuya la velocidad, es algo que requiere años de práctica hasta conseguir hacerlo al menos decentemente.
Golpear la pelota es ya toda una proeza. Dar un pase es muy complicado. Los caballos no dejan de ser animales imprevisibles. Constantemente hay que girar y se pasa muy cerca de los otros caballos. El ritmo es trepidante, lo que convierte al deporte en uno de los menos interesantes para ver y sin embargo una experiencia insuperable para los deportistas que lo practican.
El polo está lleno de peculiaridades que me han parecido dignas de ser remarcadas. La mayor es quizás la diferencia entre los jugadores. Cierto es que se trata de un deporte muy minoritario y poco practicado. Pero aún así, las diferencias entre jugadores son tales, que la sola presencia de gran jugador es suficiente para que resulte imposible equilibrar un encuentro.
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Los equipos de polo tienen cuatro jugadores. El nº1 es una especie de delantero pero más con funciones de palomero, esperando un pase para simplemente correr un poco y empujarla dentro. El nº2 suele ser el mejor jugador del equipo, dispuesto a pasar la pelota al 1 pero también capaz de driblar toda la defensa rival y marcar un gol. El nº3 es una especie de quaterback. Un gran pasador, que coloca la pelota a punto para que sus compañeros puedan marcar. El 4º suele encargarse de la defensa. Los puestos más interesantes son el 2º y el 3º, pues tienen enormes responsabilidades tanto en defensa como en ataque.
Los jugadores de polo tienen asociada una determinada categoría, denominada handicap. El handicap es una puntuación que va desde el -2 hasta el 10. Un jugador parte con la puntuación negativa. Dos de cada tres jugadores nunca superan dicha puntuación, lo cual es una muestra más de la extraordinaria dificultad de este deporte.
El handicap es una medida de la importancia de un jugador para el equipo. Se tienen en cuenta numerosos aspectos: control de la pelota, monta y dominio del caballo, estrategia dentro del juego, visión general. Una peculiaridad única del polo es que en esta escala también se mide la deportividad, todo un detalle que ennoblece al deporte.
La puntuación del handicap es asignada por la federación correspondiente. Sorprendente resulta que esta puntuación tiene un paralelismo muy exacto en el número de goles. Si sumando los handicaps de los diferentes jugadores de cada uno de los equipos hay una diferencia de 7 puntos, es de esperar que ese equipo gane por una diferencia de 7 goles. Con lo que es posible, y necesario dada la dificultad para conseguir encontrar equipos parejos, que los partidos se celebren con esa ventaja: el equipo con mayor handicap tiene que vencer por una diferencia de goles superior a esa diferencia. En este caso de 7 puntos de diferencia, un resultado de 10-17 sería considerado un empate.
Los encuentros no son siempre con handicap, pero resulta difícil crear competiciones dada la disparidad de las fuerzas. El mejor país con diferencia en el mundo del polo es Argentina. Argentina es al polo, desde inicios del siglo XX, lo que Estados Unidos fue al baloncesto durante el siglo pasado o lo que Rusia al ajedrez. Puede que incluso la diferencia sea aún mayor. Argentina es el único equipo del mundo que puede presentar un equipo de handicap 40 (10 + 10 + 10 + 10) sin problemas a las competiciones mundiales. Ha ganado casi todas las competiciones de la Historia y cuenta con los mejores jugadores del mundo.
Así, vemos que la escala del polo parte de un número negativo, que entendido en goles puede significar que eres un estorbo para el equipo. Es dificilísimo superar esa puntuación. Pero como en cualquier escala logarítimica subir un escalón es tremendamente complicado. La mayoría de los mejores jugadores de cada país no tienen un handicap de más de 5.
Esa es la dificultad insuperable del polo: los cuatro mejores jugadores del mundo nunca perderían contra los cuatro siguiente mejores. Y posiblemente les aplastarían. Una selección de nivel medio-alto podría perder por un 30-5 ante Argentina. Eso no ocurre en fútbol, y casi en ningún deporte.
La dificultad del polo queda patente si seguimos los pasos del que es considerado hoy en día el mejor jugador de polo en activo, y el que quizás sea el mejor de la historia: Adolfo Cambiaso. Adolfito.
Observemos cómo fue superando sus puntuaciones de una forma gradual, con una lentitud que puede resultar pasmosa. Es sin lugar a dudas el mejor jugador del mundo. Pero no alcanzó el handicap 10 hasta mucho tiempo después de iniciarse en el juego:

  • 12 años: consigue el -1
  • 13 años: consigue el +3
  • 14 años: consigue el +6
  • 16 años: consigue el +7
  • 17 años: consigue el +9
  • 19 años: consigue el +10 (la persona más joven de la Historia en conseguir esa puntuación, en EEUU había llegado al handicap 10 con sólo 17 años).

El handicap 10 simplemente indica un jugador profesional de una fuerza extraordinaria. En pocos deportes se alcanza este nivel de maestría con tanta dificultad como en el polo.
Me ha sorprendido la poca información que hay en general sobre polo en Internet. Uno de los problemas de este deporte es la diferencia entre las distintas Federaciones Nacionales. Al no haber un juego de reglas estricto a nivel mundial, hay dificultades para establecer competiciones importantes. De ahí que el polo no sea un deporte olímpico y ni siquiera figure en la lista inicial de deportes que mostraba ESPN, lista que sí incluía la pesca y el rodeo.
Los partidos de polo son como los de tenis de mesa si se jugara con pelotas invisibles. Todo sucede tan rápido que no hay forma de ver nada. En este breve video (1 minuto) puede verse el dominio de Adolfo Cambiaso controlando la pelota. Hay que indicar que la imagen está a cámara lenta. Hasta parece fácil.
Ver el video.
Otra medida de la extrema exigencia de este deporte es el desgaste para los caballos. Se juega en seis tiempos (chukkas) de siete minutos cada uno. En los partidos de máximo nivel cada equipo usa un caballo por cada periodo de tiempo, para tenerlos siempre recuperados y a la máxima potencia. Esto añade una nueva dificultad: no basta con tener un buen caballo con el que se obtenga una total armonía, hay que ser flexible con la montura, pues en un mismo partido se llega a contar hasta con seis caballos distintos.
Es un deporte muy interesante. Todo lo aquí expuesto está contrastado con fuentes aparentemente fiables, pero si has detectado algún error no dudes en indicarlo en los comentarios.
Fuentes: Las citadas, y el completo artículo de la Wikipedia en inglés.

La iglesia en Estados Unidos

¿Por qué tanta gente va a la iglesia en los Estados Unidos, en comparación con Europa? De acuerdo al sociólogo y sacerdote católico Andrew Greeley es porque:

Los Estados Unidos tienen un completo libre mercado religioso, en el que las iglesias compiten activamente por conseguir más parroquianos y constantemente mejoran su producto, mientras que en Europa las iglesias suelen estar bajo el control del Estado y, como muchos monopolios gubernamentales, se han vuelto ineficientes.

(Del excelente ensayo, Is God an Accident? de Paul Bloom )
Lo de las iglesias en Estados Unidos me llama la atención en servicios como Yahoo Local, con Yelp. Las opiniones de usuarios sobre iglesias son como las de restaurantes u hoteles. Lo habitual es encontrar grandes defensores o detractores, pero ante todo notas un servicio personalizado, con matices y diferencias.
Por encima de todo se nota un esfuerzo por conseguir atraer a la gente. Con el trasfondo religioso, pero también un buen coro, don de gentes u obras sociales bien explicadas sirven de mucho. Las iglesias se han sabido buscar la vida, y consiguen atraer a la gente y financiarse en función de los seguidores que consigan, no mediante impuestos ni regalías.

Nací como un racionalista alejado de todo lo religioso. Pero tras pasar un cuarto de siglo he encontrado una iglesia compatible con mi forma de pensar. Si valoras la razón, la libertad y el humanismo seglar, es difícil que encuentres una comunidad mejor que esta, situada en el metroplex. La excelente música clásica o la mesa con los donuts harán que vuelvas una y otra vez.

He seguido una interesante trayectoria espiritual, intentando averiguar exactamente mi lugar y forma apropiadas. Tras muchas oraciones, la Iglesia Comunitaria de Mission Bay parece llenar esa búsqueda. He tratado de ser especialmente cuidadoso porque mi hija, que casi tiene 16 años, también iba a venir conmigo. ¡La primera vez que fuimos a esta Iglesia sentimos que era exactamente el tipo de lugar que queríamos! No encontrarás NINGUNA otra iglesia en San Francisco donde tu hija adolescente te pregunte un viernes, “Eh, mamá, – sigue en pie lo de ir a la iglesia el domingo, ¿Verdad?”. Sí, has oído bien, ¡ELLA QUIERE IR tanto como yo! De paso, La música te elevará, el Pastor te hablará de aquello que necesitas en tu viaje espiritual y el café (sí, PUEDES beber café durante el servicio) ¡Es también bueno!

Así, no sorprende que para muchos turistas que han visitado Nueva York, una de las excursiones que más recomiendan es asistir una misa Gospel en Harlem.
Que la ciudad más interesante del mundo tenga, en pleno siglo XXI, como una de las mayores atracciones una misa, habla muy bien de cómo se ha modernizado la Iglesia en ese país.

La compra de Alaska

El 30 de marzo de 1867 Rusia vendió el territorio de Alaska a los Estados Unidos por la irrisoria cantidad de 7.200.000 $.
Esta cantidad, actualizada con la inflación, quedaría en 91 millones de dólares de 2005. Si los convertimos a euros actuales, estamos hablando de unos 60 millones de euros. Lo que cuesta la clausula de rescisión del jugador del Sevilla Luis Fabiano, o la cifra que estuvo dispuesto a pagar el Milán por Ronaldinho.
Hoy en día se suele usar como uno de los mayores ejemplos de estupidez en la Historia de la Humanidad, muy por encima de la compra de Nueva York a los indios de la región por 24 dólares.
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¿Pero por qué Rusia vendió Alaska?
Es evidente que cualquier transacción inmobiliaria que se realizara hace doscientos años fue, económicamente hablando, un error para el vendedor. Porque todos los terrenos se han revalorizado considerablemente desde entonces. Está claro que aunque Rusia hubiera vendido Alaska por una cantidad diez o cien veces superior se habría equivocado. ¿No vale hoy en día Alaska mucho más que un jugador de fútbol? ¿Y que toda la Liga de Fútbol española?
El punto es el siguiente: Rusia hizo un buen negocio con la venta de Alaska. Porque a falta de una bola de cristal, Rusia veía a Alaska en 1867 como lo que era: un enorme terreno improductivo, imposible de colonizar. Y sobre todo una fuente de problemas.
Porque para Rusia el defender la soberanía de Alaska era misión imposible. La difícil ubicación geográfica, el clima, la dificultad para justificar un gasto militar en la defensa de un terreno baldío. Todo ello llevaba a una conclusión clara: Alaska sería para quien se esforzara lo más mínimo por poseerla.
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Rusia tenía a pocos kilómetros la frontera canadiense, la Columbia británica al oeste del continente. La expansión hacia el norte era cuestión de tiempo y ante la invasión de Inglaterra, Rusia poco podría hacer. Defender por cuestión de honor un terreno sin ningún interés era desde el punto de vista económico una locura para un país que siempre ha estado en crisis.

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Idiota 2.0

Un nuevo servicio de Google que me resulta sumamente interesante: Google Image Labeler.
Dada la dificultad para asociar a imágenes el nombre de lo que representan, a pesar de las continuas promesas de que “en breve” habrá una tecnología de reconocimiento de imágenes perfecta, Google necesita ayuda humana para este trabajo.
En el siglo XIX, cuando necesitabas ayuda tenías dos opciones: tirar de amigos y familiares o contratar a gente. En el siglo XXI me imagino que se hace lo mismo. Sólo que no entiendo qué tiene Google para considerarme su amigo. ¿Que ofrecen un excelente servicio de búsquedas? ¿Que sus oficinas parecen diseñadas más para jugar que para trabajar?
Porque lo que Google quiere es que ese trabajo de identificación de palabras con imágenes se haga gratis. Quizás a cambio de alguna palmadita en el hombro o una camiseta de esas que cuestan 1€ en origen. A priori es a cambio de nada.
Lo increíble es que Amazon lleva años dando el mismo servicio. Eso sí, te pagan un poco por hacerlo. El Turco de Amazon, uno de los desarrollos más ingeniosos de todo Internet, consiste en eso: defines una tarea rutinaria que precise de sencilla intervención humana (como escribir el texto de un podcast en Chino, distinguir los caracteres de un captcha o asignar palabras clave a imágenes) y Amazon se encarga de encontrar pringados que estén dispuestos a hacer ese trabajo por poco dinero, obteniendo Amazon una comisión.
El hecho de que Google no haya querido hacer un servicio similar, o incluso emplear el ya muy maduro de Amazon, demuestra la desvergüenza con que se trata al usuario de Internet. Si en el Internet 1.0 se engañaba a empresarios con cantos de sirena para que invirtieran sus ingresos en Internet, en el Internet 2.0 se ha pasado a engañar a los ciudadanos de a pie para que trabajen gratis “para mejorar Internet”.
Porque es cierto que con todas estas aplicaciones sociales se mejoran los contenidos de la red. Pero sobre todo hay gente que gana dinero con eso. Cuando tú escribes una reseña de un software ayudas al potencial comprador, pero también al dueño del dominio donde se publica esa información, que está por todas partes rodeada de publicidad.
Y me parece muy bien que esas páginas estén llenas de publicidad, pero que la gente trabaje con desvelo gratuitamente, para ayudar “a la comunidad” que en el fondo no es más que una empresa, o como en el descarado caso de Google, una de las empresas de tecnología más grande de todo el mundo, es abochornante. La lista de los mayores contribuyentes al servicio de Google Image Labeler, es una lista de Idiotas 2.0.
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Gracias al pardillo que encabeza ese listado, Google -con el dinero que se ha ahorrado -acaba de instalar un nuevo tobogán en sus oficinas de Dublín. ¡Con tu contribución estás haciendo un Internet mejor!

Clase media

El concepto de clase media suele malinterpretarse. El término se creó en su momento para indicar lo que hay entre la clase de los ricos y la de los pobres.
Con el tiempo y los cambios sociales más y más personas se han ido incorporando a la clase media. Hasta el punto de que la mayoría de la población de los países occidentales es clase media.
Esto nos ha llevado a la idea de clase media no como lo que está entre dos cosas (en inglés middle ) sino como la clase promedio (en inglés average ). El sueldo medio en España es 1.500 euros mensuales, lo que a menudo se trata de equiparar con el sueldo de una persona media o de clase media, lo que lleva a agrias protestas.
Si nos trasladáramos en el tiempo, dos siglos, no deberíamos compararnos con los licenciados de la época. Ni con los médicos de entonces. Tendríamos que situarnos en la posición donde se encontraba la inmensa mayoría de la gente: los pobres.
Ahora nos parece que nuestra calidad de vida se empobrece a marchas forzadas. Vamos a ver cómo le iba a una persona media (que no de clase media) en el siglo XIX en el Reino Unido. ¿Cuál era el presupuesto de un obrero cualificado en plena Revolución Industrial?
Los obreros ganaban 15 shillings semanales, que son 0,75 libras de la época. Un obrero repartía su sueldo en los siguientes gastos, de acuerdo con el libro The Rights of the poor and the Christian Almsgiving Vindicated (1841), pág. 91 (Google books, vista completa).
Richard Goodwin, con mujer y cinco hijos (dan hasta su dirección, lo de las encuestas anónimas es invento moderno):
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Para suavizar los datos vamos a hacer lo siguiente. Vamos a convertir los inverosímiles shillings y peniques en euros, con la siguiente regla de tres: convirtamos el sueldo de ese obrero cualificado de 0,75 libras a la semana en 1.000 euros al mes. Y actualicemos en proporción todos los importes. Obtenemos entonces:
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Y ahora agrupemos los gastos por categorías. Nótese que en el pasado el agua era normalmente insalubre por lo que la cerveza y el té aparte de bebidas agradables eran casi una necesidad.
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¿Vivimos mejor o peor que antes?

Devil’s face

En 1952 el Banco de Canadá encargó al artista George Gundersen, que trabajaba para la British American Bank Note Company que diseñara la emisión de sus nuevos billetes, prevista para 1954. En el diseño, Gundersen se basó en una fotografía de la reina Isabel II. La fotografía había sido tomada por Peter-Dirk Uys, uno de los fotógrafos oficiales de la Reina.
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La foto formaba parte de una sesión realizada en 1951, un año antes de que la reina subiera al trono de Inglaterra. En la mayoría de las fotos de dicha sesión la Reina aparecía con una tiara. Pero justo la fotografía que recibió Gundersen fue una en las que no aparecía. El collar de diamantes que muestra Isabel II fue un regalo de bodas de Nizam de Hyderabad y Berar.
La emisión de billetes salió a la calle sin ningún problema. El grabado realizado por Gundersen es de gran calidad según podemos apreciar por las fotografías de esos billetes canadienses.
Poco tiempo después, una persona cualquiera, aunque muy observadora, levantó las alarmas. Dibujado en el pelo de Isabel II, detrás de su oreja, podía percibirse la que indudablemente debía ser la cara del mismísimo diablo.
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George Gundersen, el grabador, tuvo que rendir cuentas por su trabajo. Negó cualquier acusación, indicando que había trabajado sobre una fotografía que había recibido. Pero no fue capaz de mostrar la fotografía en cuestión. Se barajaron hipótesis alternativas: El IRA irlandés. Los nacionalistas franceses de Canadá. O incluso un simple bromista que trabajase en el Banco canadiense.
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Para solucionar el problema hubo que preparar una nueva emisión de billetes, cancelando la anterior, la llamada Devil’s Face (el rostro del diablo). Gundersen se limitó a retocar el peinado de la Reina en esa sección del retrato. El Estado se hizo cargo de los billetes malditos, retirando de circulación los antiguos y reemplazándolos con los nuevos.
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Nunca libre de dudas, aunque sin pruebas que lo acusaran o condenaran, George Gundersen tuvo que vivir el resto de su vida con esa sospecha. Nadie en su sano juicio le propondría para dibujar nuevas emisiones de billetes.
En 1984, 30 años después de este incidente, moría Peter-Dirk Uys, fotógrafo oficial de la Reina Isabel II. Peter-Dirk Uys publicó sus memorias, bastante controvertidas. Junto con ellas, aparecieron los negativos de aquella sesión de fotografías realizada en 1951 y sobre las que había trabajado el grabador de los billetes. Solo entonces pudo conocerse la verdad.
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Estos billetes canadienses son bastantes conocidos por los coleccionistas de papel moneda. El hecho de que un billete sea retirado de circulación siempre restringe la cantidad disponible de los mismos, lo que aumenta los precios. En este caso además, tienen una historia interesante. George Gundersen había sido castigado por el más ciego de los azares. Una coincidencia en los rizos del pelo, fruto de la tiara que justo antes había lucido la Reina, una fotografía mal seleccionada entre tantas. Un grabador demasiado fiel al original. Y unos canadienses con mucho tiempo libre. George Gundersen, ¡Siento mucho lo que te pasó!
En Ebay siempre hay alguno de estos billetes para comprar.
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Fuentes:
Devil’s face
Devil’s face

Playboy

Una clásica broma de Internet es la que comienza revisando las páginas más visitadas de Internet en cualquier puesto de trabajo y termina con la respuesta ¿Playboy? ¡Ni siquiera sabía que tenían página web!
Desde luego, hay que ser muy pardillo para ni siquiera sospechar que la empresa con más imagen de marca del mercado del sexo no va a tener dominio propio en la red.
Lo que seguramente no sabías es que Playboy cotiza en bolsa desde hace muchos años (con el ticker PLA).

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El eterno sambenito de las inversiones éticas puede resolverse con una compañía así. Casi ninguna empresa cotizada en bolsa es trigo limpio. Enormes contaminantes como las eléctricas y las petroleras. Monopolios explotadores como Ikea o Coca-cola. Las siempre cuestionables constructoras. Empresas de productos químicos y papeleras. Playboy es una empresa más, dentro de los medios de comunicación, cuya actividad tal vez pueda gustarnos.
Las acciones de papel de Playboy tienen una característica especial: representan al desaparecido World Trade Center de Nueva York que desaparecieró el 11 de Septiembre de 2001 (siempre hay algún ex presidiario al que esto le pilla de nuevas).
Sólo seis acciones (Con Edison, Glenborough Realty, Grunthal Financial, Merril Lynch, Penn Central y Playboy) de las decenas de miles diferentes impresas en Estados Unidos representan este monumento.

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Si poseer una revista de Playboy parece que fuera algo propio de un perdedor, comprar acciones de esta compañía siempre debe suponer un plus de vergüenza. Sólo si el futuro se ve muy esperanzador, algún importante inversor considerará comprar acciones de este controvertido holding.
El problema con la bolsa es que – a diferencia de lo que ocurre con las revistas – cuando compras una participación significativa de una empresa, esa información queda disponible al público. Si miramos los principales fondos propietarios de acciones de Playboy, alguno sorprende:

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El fondo de inversión FIDELITY PURITAN FUND INC posee casi un 2% de la compañía. Por si alguien duda de lo que significa PURITAN, la definición del diccionario:

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