Elevator Pitch

El mito del empresario o el inversor como personaje eternamente ocupado. Un semidiós que valora su tiempo como si fuera oro de altísimo kilataje. ¿Cuántos habrá realmente así? Me imagino que una docena, o diez docenas como mucho, al menos en España. Maniáticos del control a lo J.P. Morgan como Florentino Pérez o Emilio Botín.

El resto de empresarios tendrá una vida relativamente convencional, con sus prolongados horarios pero sin esa ansiedad por aprovechar cada minuto. Sin embargo los empresarios de medio pelo y los inversores de alcurnia similar tratan de fomentar esa esotérica imagen.

Centrándonos en el mundillo de los emprendedores de Internet, que es un corral donde hay que echar de comer aparte, lo primero que vemos es que cualquiera se pone el título de CEO. La Wikipedia lo traduce como Director Ejecutivo, pero claro está, eso no sirve para una empresa virtual, en que el anglicismo está bien arraigado.

Lo malo de llamarte Director Ejecutivo es que parece como si hubiera algún otro director. Si la empresa es de Internet, la estructura será mínima, para ahorrar costos. Así que no habrá otro director. Es más, puede que no haya ni siquiera otro empleado.

Para este tipo de personas, Twitter nace como un bálsamo medicinal. Los blogs exigían mucho esfuerzo (escribir un título, un texto, elegir una categoría, pulsar un botón) y el tiempo de un CEO es oro. No puede permitirse perder el rumbo de su negocio por culpa de la distracción de un blog.

Pero Twitter es todo ventajas, pues al ser corto permite comunicar de forma instantánea cualquier chispa de genialidad, como indicar trasbordos entre vuelos o asistencias previstas a congresos endogámicos.

En los medios anglosajones existe el tópico del Elevator Pitch, o discurso de ascensor. Parte de la idea tópica del inversor ocupadísimo que no atiende citas al tener una agenda apretadísima. Un emprendedor que quiera ponerse en contacto con él no puede hacerlo por medio de los canales tradicionales (como sería tratar de solicitar una de esas preciadas citas) así que recurre a un método espontáneo.

Aprovecha un encuentro casual con uno de estos inversores, ya sea el encuentro provocado o no, para explicarle de prisa y corriendo en qué consiste su negocio y para qué necesitaría de su ayuda o inversión. El absurdo tópico es que te encuentras con dicho empresario en un ascensor dentro de un rascacielos plagado de oficinas.

Todos sabemos que estos encuentros casuales no pueden darse nunca en un ascensor. Los lugares más probables donde coincidir con un gran empresario son los restaurantes de postín, los partidos de fútbol o los locales de alterne. Si quisiera tropezarme con Botín en un ascensor tendría antes que superar tres o cuatro niveles de seguridad dentro de la sede corporativa del Banco Santander.

La idílica idea de ese encuentro se ha convertido sin embargo en algo enquistado en el pensamiento de lo que debería ser el mundo de los negocios. Siempre tratando de resumir sin necesidad, muchos de estos inversores de medio pelo ya exigen no una presentación del negocio o una complicada memoria con el desglose del plan de negocio. Te piden directamente el elevator pitch. Te dan un número breve y determinado de segundos y te toca soltar el rollo sobre en qué consiste tu propuesta de negocio.

Incluso en algunos ambientes se escenifica. En un divertido podcast sobre emprendedores americanos, los oyentes tienen la opción de grabar su discurso de ascensor y mientras lo pronuncian se oyen ruidos como de ascensor.

Luego no se discute si el producto o la idea es buena y tiene futuro. Se habla si el discurso estuvo bien fundamentado y se aprovecharon los segundos de forma adecuada. Es una versión sonora de lo que es Twitter.

La realidad es que los inversores de Internet atienden a criterios emocionales. No son personas con una gran experiencia y en realidad no saben distinguir un cerdo de una castaña. Le echan un vistazo al producto, ven el diseño de la corbata del desesperado emprendedor, tiran una moneda dentro de su cabeza y deciden.

Lo que quiero criticar es el que los que tienen que decidir lo que es bueno y lo que es malo se autolimiten voluntariamente. Pets.com es una buena idea de negocio, brillante incluso. Lo que lo distingue del éxito no es que su CEO tenga la falda más o menos corta, sino quizás los absurdos gastos necesarios para lanzar la plataforma. Los gastos no se ven en un elevator pitch ni en un post de Twitter.

Igual ocurre con los “libros para emprendedores” que suelen ser cuentos infantiles de temática empresarial. Dos ratones discuten porque ha desaparecido un queso. El monje que perdió su Ferrari. Un niño que descubre que su padre es manirroto y el vecino sabe mucho de negocios. No hay ni un sólo libro “de negocios” de éxito que haya sido escrito en un tono sobrio y racional. No es falta de tiempo para leer, sino falta de circunvoluciones para escribir o entender.

Y aprovecho para dar mi opinión personal de que si no se tiene secretaria, no se debería de decir que uno es CEO.

Blahnik mojado

Las opiniones de los usuarios sobre productos suelen ser interesantes, pero alcanzan su grado máximo cuando se refieren a destinos vacacionales. En un pequeño habitáculo de nuestras mentes imaginamos que cuando viajamos de vacaciones todo el mundo se debe volcar en hacernos la vida lo mejor posible.

Las vacaciones son como todo lo demás. Vas a lugares baratos donde trabaja personal sin cualificación alguna y con horarios y salarios de esclavo. La comida no la cocinan gourmets de la Guía Michelín y si un sitio es bueno, estará masificado. Para muchas personas una pequeña contrariedad que soportarían con facilidad a diario les resulta un pequeño drama cuando sucede en sus vacaciones, que soñaban perfectas.

De todas las opiniones que he leído en mi vida, muchas me han parecido vengativas, rencorosas, airadas. Pero esta que os adjunto me ha sugerido de inmediato que se trataba de una persona neurótica. Y claro, el final es hilarante, sin tener pinta ni por asomo de ser una broma.

El hotel que se critica es uno de los más valorados en Tripadvisor del los situados en la zona sur de Gran Canaria. La típica opinión de cero estrellas donde todo el mundo ve cuatro o cinco.

Si me haces caso, no te arrepentirás, ojalá yo hubiera heho caso muchas veces de lo que se dice para no llevarme un desengaño como el que me llevé.

Comienzo, nada más llegar intento meter el coche en el parking me dicen que está lleno que lo aparque en el parking del centro comercial que hay enfrente, me dispongo a poner una hoja de reclamaciones, como ofrecen un parking y luego no es así, y más en esa zona que para aparcar es un poco lío,y menos mi coche pues es carito, en fín milagrosamente después de mencionar la hoja de reclamaciones, plas aparecen 6 plazas libres, pero me dicen que son 12 euros al día si nada más meterlo lo abono por los días en los que desee estacionar el coche ahí, osea por 3 días 36 euros por aparcar en el parking del hotel que es al aire libre, evidentemente me ofendo porque sonó a como que no pudiera o no quisiera pagarlo y lo único que quería es aparcar el coche cerca de mí.

Continúo, subo a la habitación la cual está cerca del cuarto de la limpieza y al entrar, a ver, quizás a otros no les parece saí, pero después de haberme alojado en diferentes hoteles de esta categoría o superior, aquí como el Sheraton, Riu, Villa del Conde, Cordial Mogán….en Europa,incluso en Estados Unidos, pues la habitación me pareció pequeña, agobiada, sobria…, bien, en fin continuamos, ah!! antes de que se m olvide, algo que me sorprendió que no lo he visto en ningún hotel, que por cambiar las toallas de la piscina te cobran un euros, si como lo ois, te cobran, no es el euro, sino que te cobran, pues bien vamos a la cena.

Vamos a la cena y nunca,nunca, nunca, nunca, me había encontrado un buffette tan pobre y con comida de tan mala calidad, poca variedad….., a parte de estar en hoteles de 4, 5, 5 superior, también he estado de 3 estrellas incluso apartahoteles, y ninguno tuvo una comida así, creedme sino os arrepentiréis como me he arrepentido yo, pues estaba entre este y el H10, o irme a Toledo, y resulta que aún me duele el dinero gastado, porque cuando algo no está bien, duele, si está bien lo disfrutas y punto, pues bien, la primera noche, había ternera, dura por supuesto, con unos pinchitos de cerdo y pollo, que puff, no se si mi perro se los comería, pues bien al lado de esto hay como 4 bandejas a la izquierda, donde encuentras papas arrugadas, con raíces, ropa vieja y verdura asada y al otro lado otras 4 bandejas con papas fritas, estofado y otro tipo de papas. bien al otro lado nos encontramos el pescado, rodajas de merluza, donde a un lado hay 4 bandejas con pasta, que mejor ni hablar pues sería un insulto para los atalianos que alguien haga la pasta así, y por el otro lado nos encontramos, algo que intenta parecer paella, y no recuerdo bien si había alguna bandeja más; pues bien en el centro el típico postre, algo de fruta, helado, y algún dulce y eso es todo, no exagero, es así, pensé que después del Villa del Conde no había un buffette tan pobre, pues este lo es, la diferencia con el Villa del Conde, es que aquí la comida es asquerosa, al día siguiente terminé vomitando la cena, pues la ternera no me debió caer bien, lo poco que cómí pues estaba dura…….

La mañana siguiente fuimos a desayunar, nuestra sorpresa si quieres zumo natural de naranja te lo cobran, 2 euros la copa, 4 la jarra de 1/2 litro, así que creo que cuando te ponen el precio y te dicen con desayuno, deberían decir, menos zumo de naranja.

Bien el desayuno también algo pobre, pero lo peor fue al día siguiente cuando voy a una máquina de café a servir leche y chocolate, y solo sale agua, voy a la otra y está apagada y me comentan que se está bajando la palanca, pues bien, me quedé sin tomar nada líquido para el desayuno.

Todas las cenas eran lo mismo no había variedad como en otros hoteles, que un día es el día canario, otro el mexicano…., aquí siempre lo mismo.
Pues llegamos al último día, de este finde lleno de decepción, me despierto a las 8 no para levantarme sino para ir al baño, y de repente al llegar a los armarios doy un patinazo,enciendo la luz, y cual es mi sorpresa un charco de agua, pues algo gotea del techo, despierto a mi marido el cual se tiene que levantar un domingo a las 8:10 y me dirijo a recepción pues esa agua que caía me mojó mis zapatos Manolo Blahnik, mis Öscar de La Renta, los Hugo Boss de mis marido y unos Adolfo Dominguez de él, lo más perjudicados, mis Manolo y los Adolfo Domínguez de él, cuando viene el del servicio técnico después de una hora, nos comenta que es la salida del aire acondicionado que después de un tiempo se tupe y hay que cambiarla cada X tiempo y no se había cambiado, así que hice fotos, puse una hoja de reclamaciones, y me dicen de quedarse con mis zapatos para que el seguro valore los daños, mis Manolo, está loca!!!, nunca un seguro pagará unos Manolo, ni el viaje hasta Nueva York para adquirir un zapato exclusivo como es el mío, y menos el valor sentimental que tienen, así que le hizo fotos y a esperar, pero nadie comenta que me deberían recompensar por hacer que mis mini vacaciones fueran un infierno que me fuera del hotel a las 10 de la mañana, que todas las mañanas me despertaran las de la limpieza al sacar los carros, que me causaran un mal estar y un resbalón un Domingo a las 8 de la mañana.

Pues bien esa fue mi experiencia, si queréis experimentar lo mismo alójense en este hotel, si no buscad otro, que los hay mucho mejor, invertid vuestro dinero en un buen hotel.

Underdog

Hace ya varias semanas publicaron un significativo estudio en Freakonomics. En él habían analizado la probabilidad de vencer en un partido, condicionada a la diferencia de puntos entre los dos equipos al descanso.

El análisis da el obvio resultado de que cuanto mayor es la diferencia de puntos, mayor es la probabilidad de ganar. Sin embargo tiene algo de destacable y es que cuando la diferencia es de sólo un punto, se produce una singularidad.

baloncesto-punto-diferencia

En el momento en que un equipo se marcha a los vestuarios con un punto de ventaja, se convierte en el favorito, pero es un favorito de pacotilla. Su pírrica ventaja tiene que tener un efecto psicológico negativo porque paradójicamente los equipos que van perdiendo de un punto antes de la segunda parte acaban ganando el partido con mayor probabilidad.

La utilidad de este estudio es clara: si eres una persona tan patética como para apostar en partidos de baloncesto en vivo, seguramente la apuesta a favor del equipo que va perdiendo en el descanso, en este caso concreto, te puede llevar a ganar pasta.

En los deportes es lamentable el esfuerzo de algunos equipos por no asignarse el papel de favoritos. En las ruedas de prensa se ponen a lloriquear justificando que aunque se ven sobradamente capaces de ganar, no son los favoritos. En cierto modo el creer que puedes ganar a veces es un obstáculo en la consecución del objetivo. Sobre todo porque el equipo rival estará motivado: vencer al favorito a la vez que se percibe como algo posible. En el ejemplo del baloncesto vas perdiendo pero sólo hay un punto de desventaja.

También sirve como ejemplo para competiciones entre empresas, si la segunda está muy cercana a la primera, es cuestión de tiempo que la sobrepase.

En deportes y el mundo de las apuestas, el underdog es el equipo no favorito.

Educación bilingüe

La mente de los niños pequeños es muy flexible y son capaces de aprender cualquier cosa casi sin querer. Cuando los padres de un niño hablan diferentes idiomas, el niño suele, de forma mágica, captar la esencia de ambos lenguajes y aprenderlos de forma simultánea.

Sin embargo el aprendizaje que se realiza de forma improvisada suele derivar en que el niño no termina siendo realmente bilingüe. Para conseguirlo la educación debe realizarse de una manera planificada, no todo puede estar basado en la frescura intelectual de un niño pequeño.

Un caso muy común es el de padres extranjeros que viven en otro país por motivos laborales. Supongamos padres españoles que viven en Francia. Si los padres abandonan la educación al puro azar, lo que ocurrirá es que su hijo aprenderá el idioma que oye en casa, el castellano. Llegará al colegio y se encontrará con un mundo: tiene que aprender a leer y de paso un nuevo idioma.

Pero es un niño y lo aprenderá. Entonces tendremos a un niño de siete años que habla un francés correcto y un español correcto. Y que sabe leer y escribir en francés.

Con el paso de los años, si todo el contacto de este niño con el castellano se limita a sus padres, su conocimiento del idioma se irá mermando. Podrá leerlo casi sin esfuerzo, aunque notará enormes carencias de vocabulario. Su confianza a la hora de escribirlo será mínima. Quizás ni siquiera pueda hacerlo de forma razonable.

Evidentemente este niño no puede ser considerado un bilingüe ejemplar. Sabe hablar dos idiomas pero sólo escribir uno de ellos.

Se puede vivir sin ser bilingüe y de hecho muchos de nosotros hacemos vida normal sin serlo. Pero es una pena perder la grandísima oportunidad de que tu hijo conozca dos idiomas perfectamente. Laboralmente es una ventaja incomparable. Para cualquier trabajo que tenga verdadera relación entre los dos idiomas, como introducción de empresas del país X en el país Y, o traductor, o para trabajar en la sucursal de una empresa extranjera, tu hijo sería un firme candidato.

Hay quienes creen que la educación demasiado formalizada crea monstruos. Es algo propio de nuestra generación, que trata de inculcar en los hijos la normalidad por encima de todo. Ser uno más. Para criar a un hijo bilingüe en realidad no es necesario ningún método complicado. Pero debe haber algún método.

Como ocurre con tantas otras cosas, creemos que un experto en la materia puede ayudarnos. Creemos que un economista no comete decisiones económicas equivocadas, que un abogado nunca se metería en un juicio sin creer que puede ganarlo, que un psicólogo o pedagogo lo saben todo sobre la educación de los niños. Lo cierto es que estos expertos tienen conocimientos genéricos y para asuntos muy concretos, su opinión puede ser incluso perjudicial.

Pero bueno, a mi tampoco me tenéis que creer, pues soy experto en nada. Sí que hay expertos en educación multilingüe. Lo raro es que tu vecino sea uno de ellos. Para ellos lo recomendable es un plan sencillo. En primer lugar, hablar al niño en los dos idiomas a aprender. Si los padres son de países diferentes, cada uno de ellos debe enseñarle su idioma y dirigirse y esperar respuesta de él sólo en ese idioma.

Esto se llama el método “un padre, un idioma”. Sólo con eso ya se puede conseguir que aprenda a hablar dos idiomas. El siguiente paso es la lectura. Lo habitual es que haya un idioma “oficial” del país donde el niño viva. En el ejemplo anterior, era el francés. Si un padre es español y una madre rumana, y viven en España, el idioma oficial es el español.

Pues ahora habría que enseñarle en casa a leer el idioma “no oficial”, antes de que le enseñen a leer en la escuela. Y luego aprenderá el segundo idioma de forma sencilla de los profesores. Ya hemos conseguido que aprenda a leer en los dos idiomas.

Luego queda una parte no menos importante y es la de mantener ese segundo idioma, el esquivo. Para ello hay que implicar al niño en esa segunda cultura. Potenciar que hable en ese idioma con otras personas. Por ejemplo en una Escuela de Idiomas, donde lo perfeccione, o apuntándolo a alguna actividad donde tenga que emplearlo. Para el ejemplo hispano-rumano, el hijo podría apuntarse en una asociación de la cultura rumana que haya en España.

Todo esto parecerá obvio pero no hay más que ver programas como “Madrileños en el Mundo” para ver a decenas de hijos de españoles expatriados que tienen la capacidad bilingüe mermada. Algunos entienden el castellano pero no lo hablan, otros no saben escribirlo, algunos incluso lo desconocen por completo. Luego ese niño querrá o intentará mejorar su capacidad con un esfuerzo más costoso.

Simplemente si los padres hubieran facilitado el aprendizaje, lo habrían conseguido como un juego más. En toda mi vida sólo he conocido a un bilingüe perfecto, era un norteamericano hijo de españoles y trabajó para mi empresa realizando traducciones. Hacía un trabajo de excelente calidad y para él era algo trivial.

Todo esto no tiene nada que ver con los planes de bilingüismo de los colegios en España. Eso es una perversión de la palabra bilingüe. Si alguien quiere dar una verdadera educación bilingüe en España tiene que rascarse el bolsillo y llevar a su hijo a un costoso colegio privado, como el Colegio Alemán o el carísimo King’s College.

Banderas Azules

Siempre hay un día del año en que los noticieros nos sorprenden con el positivo dato de que España es el país con más banderas azules del mundo. Esto nos llena de orgullo y a muchos nos sirve para pensar que vivimos en el mejor de los mundos posibles.

Y no es por tirar piedras en el tejado español, pero en cuanto uno oye aquello de que la playa más azul del mundo está en Galicia, lo menos que puede sentir es la duda de si será verdad. Porque poco turismo de sol y playa es el que acoge esta región. Muchos novios incluso tienen la temeridad de marchar a las playas de México. Tantos kilómetros cuando las mejores playas están en España.

Lo de las banderas azules es como la Guía Michelín. Es una empresa que se dedica a gestionar los premios. Pero el hecho de que ellos te concedan alguno no significa más que eso, que han votado a tu favor.

El caso de las banderas azules es aún más que eso. Una asociación radicada en Copenhague que se dedica a decidir quién consigue las banderas y quién no.

Y por eso no quiero decir que las concesiones sean fraudulentas o que sean arbitrarias. Es más, todo lo contrario. Son tan estrictamente reguladas, que escapan al sentido común.

¿O acaso crees que casi todas las mejores playas del mundo están en España? Lo primero es que muchos países no participan en el programa de las Banderas Azules, con lo que no pueden conseguir ni una sola. Y hay países con playas famosas, como México, Australia, Brasil o Estados Unidos, que no participan en el programa.

Lo siguiente es que los criterios para conseguir una bandera azul no son los mismos que los seres humanos tenemos para definir una playa “de puta madre”. Según he podido leer, los lógicos son:

  • Que el agua esté limpia de bacterias.
  • El volumen de peces que haya en la costa.
  • Que no haya restos aceitosos en la superficie.

Pero luego vienen criterios que aunque están muy bien, en realidad no tienen nada que ver con la calidad de la playa. Como que haya servicios, que se pueda llegar a la playa en transporte público, que disponga de contenedores para el reciclaje o que esté habilitada para minusválidos. Con estos criterios quedan descartadas muchas playas desiertas de arenas infinitas de la costa gaditana. Mientras que estrambóticos pedregales rebosantes de apelotonados domingueros ondean orgullosos su bandera azul.

Three Wolf Moon T-Shirt

Hoy en día se supone que los efectos virales permiten conocer a mucha gente un determinado producto que destaca por lo ingenioso o llamativo del mensaje.

Hoy recibíamos la noticia de uno de estos efectos, pero mucho más inusual. Se trata de un producto del todo convencional al que los usuarios, por sus comentarios jocosos e irónicos sobre él, en la tienda virtual de Amazon, han encumbrado hasta desconocidos niveles de popularidad.

three-wolves-shirt

Una simple camiseta con tres lobos aullando a la luna. El diseño es un poco hortera y pasado de moda, pero no es especialmente penoso. Los lobos se agolpan en torno a la figura de la luna, en una imagen poco lograda. Pero todos hemos visto camisetas mucho peores.

Lo extraño de la camiseta, en principio, era su precio, de unos 35 dólares. Un precio elevado para un producto que no destaca por nada.

La primera opinión se escribió en diciembre de 2007, una inocente valoración sobre cinco estrellas. La siguiente opinión llegaría en junio de 2008. Obviamente la camiseta no estaba siendo un éxito de ventas, pero por puro azar dos personas habían asignado una puntuación de cinco estrellas, la máxima posible, al producto.

Estas dos opiniones son las típicas que se pudren enterradas bajo descripciones más inteligentes y detalladas de un producto. La segunda:

Los lobos en esta camiseta son encantadores, ¡Casi puedes oír sus aullidos! La camiseta es de excelente calidad y el diseño es bonito. Estarás orgullosa de vestirla!

Aquí, si no me equivoco, es cuando intervino un error de diseño de Amazon. En un momento dado, los productos con más de una revisión, contaban para la lista de productos más valorados. Sin importar cuántas opiniones tuviera dicho producto. Es decir, que si buscabas una camiseta y ordenabas por las más valoradas por los usuarios, esta figuraba entre ellas: dos opiniones, 100% de personas le da máxima puntuación.

La vi hace unos meses y pensé lo que estoy contando ahora, me llamó sobre todo la atención el precio altísimo. Pero hubo una persona que fue aún más lejos, decidió comentar al respecto en tono irónico, en noviembre de 2008. Y en lugar de criticar, ¿Por qué no darle otra valoración de cinco estrellas? El texto es ingenioso y está muy elaborado:

Este producto tiene lobos en él, lo cual lo hace ya de por sí dulce y merecedor de las cinco estrellas, pero una vez te pones la camiseta, la magia ocurre. Después de asegurarme que la camiseta cubría mi barriga, cuando me bajé de mi trailer rumbo al supermercado Wal-mart, las mujeres empezaron a acosarme. Las mujeres reconocieron por los lobos en mi camiseta que yo era, como un lobo, un ser misterioso y solitario que sabe como “invocar a la luna” de vez en cuando (ya me entendéis). Las mujeres se me acercaban con propuestas de que fuera su novio o les diera dinero para algo que ellas llamaban anfetas. Les dije que no, porque no tenían suficientes dientes y, la verdad, un hombre con una camiseta de lobos no se conforma con lo primero que se tropieza.

[…]

Ventajas: Me cabe a pesar de mi enorme barriga, tiene lobos en ella, atrae a las mujeres.
Inconvenientes: Sólo trae tres lobos (podría traer algunos lobos mas), no puedo ver los lobos cuando me siento con los brazos cruzados, los lobos estarían mucho mejor si brillaran en la oscuridad.

A partir de ahi, sólo llegaron dos comentarios más. Uno de alguien que verdaderamente la había comprado y le puso una valoración baja (2 estrellas) y otro que en la misma línea de los primeros, votaba con cinco estrellas con algo de inocencia.

Cinco reseñas, tres en forma exageradamente positivas, una muy divertida y una negativa. Ahí andaban los tres lobos. Pero el cuatro de mayo, cinco meses después de la reseña divertida, a la llamada de cualquier efecto viral, las opiniones positivas empezaron a dispararse. En pocos días ya eran cientos. Casi todas en plan divertido, casi todas dando cinco estrellas.

Y luego vino el resto, la camiseta era tan conocida, que merecía la pena comprarla. Y como un efecto bola de nieve, lo que empezó como una broma pasó a convertirse en uno de los superventas de Amazon, por delante de cualquier producto de éxito razonable. Y entonces saltó a las portadas de los periódicos.

Tras esa primera reseña tan ingeniosa, llegarían otras. Interesante es la reseña negativa más valorada. Obviamente también lo es en clave de humor:

Me compré esta camiseta con lobos porque, como sabéis, tiene unos preciosos lobos en ella.
Sin embargo, tras tres semanas con la camiseta, empiezo a pensar que algunos de los beneficios, tal y como los describen otras reseñas, son exagerados. Por ejemplo NINGUNA supermodelo se me ha acercado.
[…]

Esta es doblemente ingeniosa, pues a la vez es una parodia de las reseñas serias de otros productos.

La camiseta es divertida y la historia también. Lo que más me ha gustado es ver cómo hay un submundo de personas que se dedican, en lugar de a rellenar infumables artículos de la Wikipedia, a realizar reseñas divertidas de productos convencionales.

Por ejemplo, una simple botella de leche.

tuscan-milk

La garrafa de leche Tuscan, que nada tiene de especial sobre otras, tiene 663 votos con la máxima nota. Las opiniones son divertidísimos ejercicios de estilo. Hasta le han dedicado unos versos y de bastante calidad. La que destapó a la leche Tuscan de su anonimato es la opinión que nos avisaba de que:

Y entonces, fue cuando le conocí. Estaba cansado de esta vida conmigo, cansado de traer a casa la leche entera Tuscan, de un galón y 128 onzas, de decir lo obvio: “¿Ha alguno de vosotros probado a derramar esta cosa sobre muesli? El resultado es IMP-PRESIONANTE.

Destrozando el algoritmo de productos relacionados de Amazon, que te recomienda otros en función de los patrones de visitas de los usuarios, como producto sugerido ante una garrafa de leche aparece, además de la camiseta de los tres lobos y la luna, ¡Un tanque de verdad!

El tanque cuesta 20.000 dólares y bueno, no hace falta decir que es algo bastante bizarro para ser comprado online.

tanque

Las opiniones son todas jocosas, más de 200 cuando cuesta pensar que hayan podido vender uno sólo de estos productos.

Por fin un tanque en el que puedes confiar.

Práctico, asequible, con estilo y sobre todo, de conducción agradable.

Y gracias a los tres lobos podemos encontrar todo un mundo de maravillosas extravagancias. Basta con navegar un poco por las páginas relacionadas con dicho artículo. Por ejemplo:

Objetos raros en Amazon.
Polvo de uranio, para testar detectores de radioactividad.
El libro Pride and Predjuice…and zombies.
La guía Cómo vivir con un gran pene Consejos, sugerencias y sabiduría para los hombres que tienen demasiado.

Vía: Inusual Bussiness Ideas that Work (es un splog).

Cita con el virus

Hace unos días, Alvy de Microsiervos nos ponía en la pista de un estudio muy interesante. Unos investigadores lograron temporalmente conseguir el control de una red de “ordenadores zombies” u ordenadores infectados por un virus que les hacía realizar conexiones no deseadas en las que se enviaba información que desearías que nadie te pudiera copiar, como tu contraseña del correo o de la cuenta bancaria.

Lo interesante del estudio es que sobre estas redes de ordenadores “en poder de los malos” se suele hablar muchas veces con poco conocimiento de causa, simplemente aportando cifras grandilocuentes. El estudio en cuestión[PDF], que es largo pero interesante, arroja información de primera mano y realista. Lo que más interesante me ha parecido os lo comento a continuación. Quiero indicar que aunque no sepa mucho de seguridad de ordenadores (uso Windows XP, imaginad) tengo mis nociones y si hablo en un lenguaje poco formal es por mi interés en que me entienda hasta mi madre. Creo que es posible.

I

El análisis parte de la evolución de los virus. Primero los virus eran prácticamente bromazos que causaban molestias, pero hoy en día un virus se convierte en una herramienta del mal. Los objetivos de los virus actuales no son cambiarte el fondo de pantalla por un falo de aspecto llamativo, ni llenarte el escritorio de ovejitas que se comen la pantalla, ni borrarte ficheros porque sí. Los virus potentes que se consiguen desarrollar con mucho esfuerzo lo que buscan es incrustarse en tu ordenador y obtener información relevante sobre ti.

¿Qué le puede interesar a un pirata informático de Rumanía sobre alguien tan aburrido como tú? Quizás por orden:

  • Tus números de tarjeta de crédito, con código de seguridad y fecha de caducidad.
  • Tus datos de acceso a tu banco online, con las contraseñas necesarias para realizar transferencias a cuentas…en Rumanía.
  • Tu usuario y contraseña de correo electrónico. Para poder curiosear, chantajear o simplemente enviar spam con tu cuenta.
  • Tus usuarios y contraseñas de diversos servicios online, como las redes sociales (Facebook), messenger, Flickr, foros, pornografía de pago, etc.
  • Los contactos de tu cuenta de correo, siempre es bueno tener listas de correos electrónicos, por si necesitas enviar información médica a más personas.
  • Tus costumbres en la navegación por Internet, algo que pocos saben y tiene valor para estudios de mercado y comportamiento.

Una pieza importante que no se refiere a ti es la ventaja de tener otra conexión a Internet (la tuya) que se puede usar cuando, por ejemplo, te apetece acceder a una determinada página de Internet. Si miles de personas acceden al mismo tiempo, la página “se rompe” y deja de admitir nuevas conexiones. Esto es algo que hace daño a otros, los dueños de estas páginas. Tú sólo te conviertes en un colaborador involuntario de estas acciones.

Los virus entonces llegan a tu ordenador por los métodos habituales (los clicks que no quieres reconocer que hiciste en páginas que no quieres reconocer que visitas). Un mal antivirus, o una versión desactualizada de Sistema Operativo (Windows) o un poco de todo y el virus forma parte de tu vida diaria. Ni siquiera tienes que darte cuenta de que está ahí.

Pero si sospechas “a lo mejor tengo un virus” no tienes que comportarte de forma pasiva. Porque ese “a lo mejor” significa: “a lo mejor, cada vez que meto usuario y contraseña en mi ordenador alguien captura esa información y la guarda, y quién sabe a cuánta gente se la pasa.”

II

El problema para los malos de la película es el envío de la información. Tú tienes, al igual que otros miles de personas, un ordenador infectado. Pero si ellos copiaran la información de tu equipo, de alguna forma, a la máquina de internet “http://asinorum.com”, tarde o temprano alguno de los investigadores de los virus e infecciones informáticas se daría cuenta. Tomaría las páginas amarillas de Internet y preguntaría por los dueños de esa máquina, que obviamente está acumulando información privada. Y con policía o sin ella, detendría o cerraría dicha página.

Y aunque sea tremendamente complicado diseñar virus eficaces y realizar comunicaciones encriptadas impecables a espaldas de los usuarios infectados, todo el problema se centra en conseguir enviar esa información a un ordenador central que capture todo para luego procesarlo y robar o vender dicha información.

Como ya he dicho, no tiene ningún sentido emplear una máquina concreta, o una lista de ellas, porque tarde o temprano serían descubiertas, cerradas y quizás sus dueños encarcelados. La solución empleada es muy original. En lugar de crear una dirección de Internet concreta, se crean direcciones de una lista, que cambian periódicamente. Es lo que en el estudio denominan Domain Flux.

El método recuerda al de los espías de la Guerra Fría. Tienes el ordenador infectado y la información importante guardada. Sólo te falta enviarla a un lugar seguro. En lugar de quedar siempre en el bar Avenida, tienes una lista de 20 bares. Vas al primero de la lista y le dices al dueño una frase en clave. Si te responde bien, quiere decir que es de los nuestros y le damos el paquete.

Puede pasar que la policía haya cerrado este bar, o que haya puesto a alguien “de los buenos”. En ambos casos, tú no conseguirás respuesta correcta y te puedes marchar al siguiente bar de la lista. Así hasta que encuentres uno “de los malos”.

Lo que antes se realizaba con 20 bares, hoy en día se hace con millones de direcciones web. El objetivo es hacer imposible por la policía el cerrarlas todas y al final no sabes de todas esas direcciones, cuáles están controladas por los malos y cuales no. En el ejemplo que cuentan en el estudio, el sistema creaba una lista semanal de unos 2.000 dominios web de conexión posibles. Una lista distinta cada semana.

El método es muy eficaz para evitar se descubierto por la policía, pero tiene un defecto. Los malos no poseen todos los dominios web. Su forma de trabajar es la siguiente:

¿En qué semana estamos? En la 22.
¿Para esta semana qué lista de dominios hay? Pues esta lista de 2.000 dominios.
¿Está registrado el primero? Sí
¿Está registrado el segundo? Sí

¿Está registrado el quinientos siete? No. Pues lo registro yo y espero a que me lleguen los paquetitos.

Los investigadores tuvieron que ser capaces de conocer todo el sistema antes de llegar al punto clave. Fueron capaces de registrar el dominio número uno de la lista de una determinada semana, con varias semanas de antelación. Y además sabían la respuesta correcta que tenían que dar para hacerse pasar por los malos.

Los dominios no eran del tipo “http://www.coches.com”, sino de los poco requeridos como “http://eus1010308.com”, “http:/eus1010309.com”, etc. con lo que la probabilidad de que alguien se te adelante es más bien baja. Para los malos el hecho de no tener comprado el dominio es más una ventaja que un inconveniente. No pueden ser reconocidos durante mucho tiempo, pues lo que hacen es comprar, recoger la información y abandonar dicho dominio. Si compraran, esperaran y recogieran, en el tiempo de espera podrían ser localizados.

III

Para los investigadores, de la Universidad de California, el ver cómo “los malos” registraban pocos días después el segundo dominio de la lista de esa semana tuvo que ser un subidón de adrenalina. Ver como le has ganado la mano por un pelo.

Hay que indicar que el apoderarse de todos los “primeros dominios de la lista” no sería un método de protección válido, puesto que “los malos”, al tener el virus en cada ordenador, tenían la posibilidad de cambiar de sistema de comunicación siempre que quisieran. Podrían cambiar el orden o la composición de la lista con sólo “actualizar” la versión del virus, algo que realizaban de forma periódica.

Por lo tanto los investigadores disponían de un tiempo limitado para recoger la misma información que “los malos” y ver exactamente en qué consistía.

Merced a esta recolección, por fin se tiene un estudio riguroso del funcionamiento de estas redes. Algunas conclusiones interesantes de su estudio son:

a) El número de ordenadores infectados es sensiblemente inferior al que se suele citar en las investigaciones “a ojo”. Aproximadamente 10 veces menor. Los métodos de contar infectados en base a la dirección IP de la máquina no son válidos porque muchos proveedores ofrecen IPs dinámicas que cambian varias veces al día, contando varios votos de ordenadores infectados cuando en realidad es uno solo. En sus pruebas vieron algunos casos de ordenadores que llegaban a conectarse hasta con 100 direcciones IP diferentes a lo largo del periodo de estudio (10 días).
b) Evidentemente se recopilan listas de usuarios y contraseñas. Pero no siempre son usuarios y contraseñas introducidas en formularios. En muchos casos eran las que ya estaban almacenadas en programas (como el navegador de Internet) que se enviaban de una vez. No hay que esperar a que uses una contraseña para que sea robada.
c) Se pudo realizar una estimación del volumen de contraseñas obtenidas (x% de cuentas de correo, y% de bancos, z% de servicios sociales, etc.). En base a esas contraseñas, los investigadores aprovecharon para realizar un estudio sobre su solidez. En este contexto es absurdo, puesto que no hay contraseña sólida que resista al copiar y pegar. Pero era una buena oportunidad y quisieron aprovecharla. El resultado, el conocido. Que casi todo el mundo repite contraseñas en sitios y que estas son poco robustas.
d) Buenos y malos. Como siempre, la frontera es difusa. Los buenos aprovecharon los datos obtenidos “para curiosear”. Y en vistas de lo que publican en el artículo me da miedo pensar en qué no habrán hecho ellos mismos con la información. Lo cuentan como algo anecdótico, pero a mi no me lo parece.

La red de ordenadores infectados, Torpig, registró el acceso a la red social LinkedIn de un usuario que se identificaba como CEO (Presidente, pero dicho de forma pretenciosa) de una empresa informática. También registró más tarde el acceso a tres páginas de contenido sexual explícito.

El 10% de los mensajes de correo detectados, contenía conversaciones que muestran la preocupación de los usuarios por la seguridad (phishing, virus y spyware).[…]Una de las personas, mostrando poco conocimiento, anunciaba en un correo electrónico que le acababan de quitar un virus que tenía su ordenador y que ya está limpio.

Este tipo de metidas de la nariz en donde no te llaman desprestigian el interesante trabajo científico realizado. Aunque automatizaron el procesamiento de la información, haciendo búsquedas genéricas y sin conocer a los autores de los textos, no dejaron de leer conversaciones privadas, simplemente por gusto.

e) Avisar a los afectados. Miles de contraseñas de correo comprometidas, de usuarios afectados. Y si no he leído mal nada dice el estudio de intentar avisar a las víctimas de que estaban siendo sistemáticamente espiadas y robada su información. Tras diez días de estudio, “los malos” cambiaron el sistema de conexión a dominios y retomaron la información por donde la habían dejado. Los mismos infectados que estuvieron diez días sanos, continuarán enviando sus datos y sin saber en muchos casos que lo están haciendo.

IIII

De todo este estudio lo que más me ha gustado es la pelea inverosímil por registrar unos dominios que no parecen tener ningún interés. Ves a la gente darse de tortas por páginas como tuiphone.com en la esperanza de conseguir un nombre mínimamente atrayente y relacionado con la publicidad que esperas mostrar, para obtener un puñado de euros.

Mientras que otros luchan por registrar un dominio impronunciable, como onv200705a3.com, con intereses que mueven millones de euros cada año.

Enfermos y sanos

Supongo que todo el mundo entenderá mal lo que viene ahora, pero es lo malo de ir con la escopeta cargada por la vida.

Hoy en día está quedando claro en todos los niveles que la homosexualidad no puede jamás considerarse como una enfermedad. Posibles criterios:

  • No es “curable” y tampoco tiene sentido “curarla” aunque se pudiera.
  • No se es peor o mejor por tener una tendencia sexual u otra.
  • Mucha gente lo es.

Del mismo modo, ser zurdo, que en un momento se consideró algo vicioso, tampoco es una enfermedad. Posibles criterios:

  • No es “curable” y tampoco tiene sentido “curarla” aunque se pudiera.
  • No se es peor o mejor por tener una lateralidad u otra.
  • Mucha gente lo es.

Casi el mismo porcentaje que de zurdos y de homosexuales hay de celíacos (la mayoría con intolerancia leve). Ahora bien, ¿Por qué diablos se tiene que considerar el ser celíaco como una enfermedad?

  • No es “curable”.
  • Mucha gente lo es.

Teóricamente el punto está en que los celíacos tienen más gastos y limitaciones a la hora de elegir lo que comen. ¿Pero es eso suficiente como para considerarlo una enfermedad?

Porque decir que las incomodidades que causa, son motivo de tratarla como enfermedad, me parece una razón insuficiente. ¿No lo pasa peor un homosexual en un mundo que los margina? Y porque los zurdos no encuentren abridores, ¿Hay que considerarlos maltratados? Bastantes enfermedades tenemos hoy en día como para inventarnos nuevas.

David Y Goliat

I
Como siempre que escribe un artículo, Malcolm Gladwell presenta una pequeña obra de arte. La última es un excelente ensayo del New Yorker donde habla sobre el baloncesto de categorías inferiores.

En él plantea la lucha por parte de equipos que son muy inferiores. Sugiere que en lugar de tratar de hacerlo “de igual a igual” hay que realizar una aproximación de guerrillas: provocar un combate desigual. Es el método que mejores perspectivas de éxito da.

En el caso del baloncesto, muestra el sorprendente caso de algunos equipos que basaban su estrategia exclusivamente en la defensa a todo el campo, complicando ya desde el primer instante el juego a su rival. El artículo narra interesantes casos de éxito a nivel preuniversitario (que es casi profesional) y el caso desproporcionado de un equipo de niñas de 12 años.

Para las niñas, el método de combate era una aproximación sugerida por el padre de una de ellas, forrado empresario tecnológico de Silicon Valley: las chicas sólo disponen de cinco segundos para realizar el saque desde la línea de fondo. Si se impide con todas las fuerzas que este se produzca, es muy posible conseguir el robo de un balón.

Como estrategia auxiliar, tratar de impedir que el equipo rival pase del medio campo en los diez segundos de que disponen. Y si no, aguantar el chaparrón, en el que sus chicas eran bastante malas.

Los sorprendente de su técnica ultradefensiva es que funcionó a las mil maravillas y las chicas llegaron lejísimos en la competición nacional, venciendo a equipos inmensamente superiores. Los robos de balón eran continuos y a veces los partidos empezaban por resultados abultadísimos como veinte a cero. Los equipos rivales no estaban preparados para resolver sobre el estadio la extraña estrategia.

Teóricamente la defensa a campo completo es muy poco recomendable porque un buen pase puede convertirse en una canasta segura. Pero dar el buen pase no es trivial. El método de defensa estaba basado en el propio fútbol americano: cubrir a toda costa el pase del quaterback.

El artículo es muy recomendable. Por aportar algo, mi modesta experiencia como pseudo entrenador de ajedrez. La situación a menudo era la misma que en los encuentros de baloncesto: tienes una alumna netamente inferior a otra. Si la partida se convierte en un duelo entre iguales, no hay nada que hacer.

II

Lo habitual era siempre usar una táctica gitana: jugárselo todo a una carta en la apertura.

La apertura en ajedrez es como cuando entras en un restaurante. Te indican donde te vas a sentar, ves de qué cubiertos dispondrás, eliges el vino. Vas viendo la sala y pensando en función de lo que ves si tomarás café allí o en otra parte. Te vas acomodando y preparando.

Pero hay aperturas en ajedrez que son como un fast-food. Nada más entras en el umbral de la puerta ya tienes a un impresentable preguntándote qué vas a tomar: antes de respirar ves que te ponen un puñado de servilletas y la elección del postre es instantánea.

En un restaurante no suelen matar a la gente, pero en una partida de ajedrez puedes salir destrozado de la misma apertura. Te acabas de sentar en la silla y ya tienes a un desgraciado que te está atacando a la misma yugular. No ha dado tiempo a las presentaciones, a las maniobras, a los cambios de cortesía. Ese desgraciado te quiere matar rápido.

Apertura tranquila es la española. Si todo sigue el guión principal, las blancas realizan una lenta maniobra de alfil (Ab5, Aa4, Ab3, Ac2) y luego otra más aún de caballo (Cd2,Cf1,Cg3). Las negras, a verlas venir.
Apertura fast-food es el ataque Marshall. Las negras sacrifican un peón y se dejan de preliminares: van a por el rey blanco.

Los métodos ultraagresivos no suelen funcionar. Algunos están refutados, basta pensar un poco, o incluso recordar un poco, y defenderse de los vanos aspavientos del rival. Es como el pase fácil desde la línea de fondo. Hay que darlo.

Por eso, las partidas en categorías inferiores eran un continuo de sobresaltos de apertura. Si tu alumno o alumna tenía oportunidad, le preparabas un gambito suicida contra el rival superior. Si el rival descubría la defensa, la partida terminaba pronto. Si no, podía tener problemas.

El inconveniente de este sistema es que estaba tan desarrollado por España que te encontrabas a timadores de ladrones y a embaucadores de timadores de ladrones. La rival superior, asustada ante el posible intento de engaño de su rival, era instruida a su vez en un método de apertura también engañoso y sorprendente.

Se jugaba al despiste sobre despiste. Por ejemplo, una chica llevaba toda su vida jugando la apertura española. A mi se me ocurría preparar a su rival con el complicado gambito Marshall. Pero los preparadores de la competencia se anticipaban con otro gambito, el Duras. Ahí mi alumna estaba totalmente perdida: no sabía nada y se enfrentaba a la rival superior.

Pero en cierto modo la ventaja se diluía. La mejor jugadora jugando una apertura realmente dudosa. Entonces tenías una posibilidad de vencerle: si nuestra alumna pensaba como una condenada y encontraba la refutación sobre el tablero, podía tener una partida muy superior.

Esto era lo que ocurría en los campeonatos finales, cuando los alumnos disponían de profesor, una notable excepción. Te encontrabas a un alumno nuevo y tratabas de sacar petróleo de donde no lo había. Era igual que David contra Goliat: tirabas una piedra nada más empezar. Y si no dabas en la diana, pues lo más seguro es que fueras hombre muerto.

III

El método de descubrir lo que podría estar tramando el equipo contrario y adelantarme siempre se me ha dado bien. Supongo que porque soy muy buen embustero. El caso más grave de David contra Goliat al que tuve que enfrentarme fue saliendo de las competiciones de barrio. Una vez pude tener un buen alumno y el alumno tuvo una enorme oportunidad, hasta que se enfrentó contra Goliat.

Goliat era uno de los mejores jugadores del mundo y hoy suele jugar todas las competiciones de altísimo nivel. Nosotros (porque éramos dos los embaucadores) teníamos a un gran jugador, mucho peor que la estrella, pero con sus posibilidades. Al fin y al cabo tenía las cualidades más extrañas en un niño pequeño: ambición y desconocimiento de sus propias carencias.

Supongo que este encuentro fue uno de los puntos culminantes de mi vida, de los que contaré una y otra vez a mis nietos cuando me lleven a cobrar la pensión. Normalmente todos hemos ganado a un rival muy superior alguna vez, la suerte sonríe a los insistentes más que los audaces. En este caso el milagro lejos de algo anecdótico podía cambiar el curso de la historia de una persona: ese pobre chico.

Por supuesto los cambios bruscos suelen ser para peor. En lugar de ser médico ahora sería un buscavidas del tablero o quizás estuviera en esa extraña élite del ajedrez. Pero el caso es que si dábamos con la receta mágica, con el engaño adecuado, podíamos atracar a ese genio desprevenido.

Por azares del destino, nuestro underdog era el último favorito para la competición y el rival el principal favorito, alguien a quien incluso Kasparov había señalado con el dedo.

Para nosotros, los entrenadores fue una pesadilla. Estábamos superados no sólo por el rival, sino por el peso de sus entrenadores, primeras espadas de la Escuela Soviética de Ajedrez, personas a las que admirábamos. Nuestra única baza era el gitanismo, algo que ellos no conocían.

Fue un trabajo científico de primer orden, del que estoy muy orgulloso. No era cuestión de una sorpresa de cálculo (el rival era como un ordenador) la opción posible era muy sencilla: llegar a una posición endiabladamente complicada en la que nuestro jugador se sintiera como pez en el agua.

Se me ocurre como ejemplo el de un opositor que se prepara sólo un tema. Se la juega a una carta, si sale ese tema, puede sacar la plaza. Si no sale, se acabó, los demás lo conocerán mejor que él. Nuestra tarea como entrenadores era elegir el tema, en base a cuestiones probabilísticas y lógicas.

Y el caso es que sorprendentemente lo conseguimos. Nuestro chico llegó a una posición muy complicada que habíamos analizado en detalle, todas las ideas posibles, todo lo que podía funcionar de su lado, las trampas, los trucos. Y el otro, tenía que verlo sobre el tablero.

Pero ni siquiera asín funcionó. Por eso nuestro alumno acabó como médico. Las batallitas de los abuelos siempre tienen finales penosos, esta no iba a ser menos.

Euroboros

Un perpetuo lagarto que se muerde la cola en el concurso de Eurovisión es volver a juzgar la calidad de la canción tras conocer el resultado que ha obtenido.

Esto también ocurre en fútbol y otros deportes. Se te presenta la plantilla y te parece a priori impecable y favorita. Luego nos eliminan, o eliminaban, en cuartos de final y se empieza a decir que si los jugadores eran todos demasiado viejos, o demasiado jóvenes, o que llevaban una temporada cansada. Todo esto se podía decir antes y no se dijo. Si no criticaste antes del fracaso, no tienes derecho a hacerlo después. Fin.