Demonio de Tasmania

El demonio de Tasmania es, evitando las innecesarias e imposibles definiciones técnicas (Sarcophilus harrisii) una especie de perro pequeño que vive en la isla australiana de Tasmania. El género del animal, Sarcophilus, es todo un despropósito pues la Wikipedia dice de él:

Sarcophilus es un género de marsupiales dasiuromorfos de la familia Dasyuridae. Se conocen tres especies, de las cuales sólo una, el diablo de Tasmania, sobrevive en nuestros días.

Es decir, que el animal pertenece a un género del que es el único representante (vivo). Sus compañeros de género sólo se conocen por fósiles del Pleistoceno. En eso se parece al hombre, que carece de otras especies vivas dentro del género Homo.

El demonio de Tasmania es un animal muy especial por varias razones. De un lado es el mayor marsupial (animal con cesto en la tripa) carnívoro que existe. Hasta hace menos de 100 años ocupaba el segundo lugar, tras el tilacino o lobo marsupial, extinto desde 1930. El tilacino tenía la bizarra característica de que también el macho tenía la cesta marsupial. Y digo bizarra porque la empleaba para guardar su aparato reproductor dentro de ella cuando tenía que correr por zonas de vegetación espesa, en una especie de ropa interior natural de máxima calidad.

Aún no hemos terminado con el tilacino pero volvamos al demonio de Tasmania. Es el mayor marsupial carnívoro y un animal que sólo existe en la enorme isla de Tasmania. En los mapas de Australia, Tasmania se percibe insignificante pero es una isla enorme, unas 20 veces más grande que Mallorca. Es decir, se podrían colocar veinte islas como Mallorca dentro de Tasmania. Tasmania está a mitad de camino entre la superficie de Andalucía y la de Aragón. Las cifras están en la Wikipedia (me encanta enlazar a esta página tan absurda como es la de la portada de la Wikipedia).

El demonio de Tasmania también vivió en el territorio continental de Australia y en la isla de Nueva Guinea. Geológicamente estos tres territorios tienen un origen común, aunque esta tercera isla, al escapar al influjo australiano aparece en tierra de nadie, ausente del pensamiento de todos. Nueva Guinea es una isla gigantesca (la segunda más grande del mundo, un 50% más grande que España). La isla de Nueva Guinea está dividida entre Indonesia, la parte que aparece a la izquierda en los mapas, y la independiente Papúa Nueva Guinea a la derecha. La linea de división fronteriza entre estos dos territorios es altamente inquietante pues traza una línea recta salvo por una insignificante e inexplicable protuberancia en el centro de la divisoria. La observación de un mapa de Indonesia puede llevar a la pérdida del juicio a más de uno. Es un país cuya geografía es incapaz de ser abarcada por la mente humana, tiene la superficie de México repartida en más de 17.000 islas, tres de las cuales son enormes pero cuyo territorio no le pertenece por completo a Indonesia (Timor, Nueva Guinea, Borneo).

Sin embargo el demonio de Tasmania se extinguió tanto de la Australia continental como de Nueva Guinea mientras que fue capaz de sobrevivir en Tasmania. La principal teoría al respecto – teoría que no se considera tal sino verdad incuestionable – es que el dingo, el perro salvaje australiano, un animal trasplantado hace unos pocos miles de años desde Asia, acabó con el demonio de Tasmania. Por un lado los dos animales competían por la misma comida. Por otro el dingo podía comerse a los demonios de Tasmania. Ante un enemigo así, no hay quien no sucumba. La suerte del demonio de Tasmania estuvo en que el dingo no llegó hasta la isla donde encontraría su refugio.

La característica más sorprendente del demonio de Tasmania es la fuerza de sus mandíbulas. En proporción a su tamaño, es el mamífero con mandíbulas más fuerte que existe, la fuerza de las suyas es cuatro veces más poderosa que la de un perro. Esto lleva a que sea capaz de comerse a sus víctimas casi por completo, salvo por los huesos más grandes. Qué duda cabe que es un animal idóneo para quien necesite hacer desaparecer un cadáver.

El demonio de Tasmania es un depredador cómodo que también se acostumbra a la vida del carroñero. Aparte de por la despreocupada vida de los animales protegidos – el demonio de Tasmania es una especie protegida – que siempre encuentran alimento ofrecido por los cuidadores, la principal fuente de comida para el demonio de Tasmania son las carreteras: animales atropellados por automóviles son su principal fuente de sustento.

¿Por qué se le llama demonio? Principalmente por su forma de comer. De un lado sus poderosas mandíbulas destructoras, de otro la agresividad que muestra hacia sus congéneres que le molesten mientras está comiendo, emitiendo un gruñido molestísimo y bastante desapacible. Además es un comedor incansable que puede ingerir un tercio de su peso en menos de media hora. Uniendo todo esto a sus costumbres nocturnas, tenemos un ruido que tuvo que causar no pocos miedos a los primeros pobladores occidentales de la isla de Tasmania.

Pocas veces, sin embargo, un sobrenombre a un animal ha causado tanto daño como el del demonio de Tasmania. Los primeros científicos que se tropezaron con él en 1807 le dieron una denominación más amable, Didelphis ursina que quiere decir oso amante de la carne, por su hábito de no estar comiendo otra cosa que carne y de hacerlo constantemente.

Pero con el paso del tiempo el nombre que cuajó fue el de Diabolus ursinus, el oso diabólico. A nivel coloquial estaba bastante extendida la denominación de “la mascota de Belcebú”, que tampoco trasmite las mejores vibraciones.

Lo que parecía un juego de palabras trivial hacia un animal condenado a la extinción tendría consecuencias para los propios colonos de la isla. Para entenderlas hay que remontarse al propio descubrimiento de la isla de Tasmania.

Como ya hemos indicado más arriba, la isla tiene un tamaño gigantesco en términos europeos de superficie. Pero a nivel austral es una isla insignificante comparada con Australia.

Tras el descubrimiento de América el dibujo más o menos acertado de un mapamundi mostraba numerosos territorios prácticamente desconocidos, como la Alaska que pertenecía a España sobre el papel pero que nadie nunca se preocupó de visitar. En gran parte ese desconocimiento lo provocaron España y Portugal con sus sucesivos repartos del mundo por conquistar mediante diversos tratados (de los cuales siempre se recalca el de Tordesillas pero fueron varios de términos más o menos precisos y acatados con rigores variables).

Conquistar territorios siempre ha sido más romántico que económicamente rentable y si además la conquista puede desembocar una guerra con otras potencias de la época, desde luego que se pierden las ganas de ver mundo. El reparto de Tordesillas desincentivaba las conquistas de España y Portugal, que ya sobre el papel eran dueñas de todo. Pero al mismo tiempo del resto de países europeos, dificultando que se potenciara la colonización de los nuevos territorios.

Una de las teorías más difíciles de imaginar, descabelladas y próximas a la verdad de toda la historia de la humanidad es la que sitúa a Portugal descubriendo Australia entre 1521 y 1524. Siempre me han gustado las teorías de la conspiración relativas a la manipulación consciente de la historia en la antigüedad. Pero esta teoría, a la que cada vez se le da más credibilidad, sostiene nada más y nada menos que los portugueses descubrieron Australia, todo un continente. Y que, como estaba en el área de influencia española, por lo que por derecho le debía pertenecer aunque aún no estuviera descubierto, decidieron callarse el descubrimiento para no darles ningún tipo de ventaja.

En favor de esta teoría hay numerosos puntos. El más flagrante de todos es el hecho de que circulaban mapas dibujados en Portugal que incluían gran parte de la costa de Australia. Estos mapas acabaron siendo robados por los ingleses (espionaje industrial a gran escala) y sirvieron de guía al Capitán James Cook para “redescubrir” el continente dos siglos más tarde.

Desde luego que lo más difícil de creer de todo el asunto es que se pudiera mantener un secreto tan grande durante tanto tiempo. Lo que sí que es cierto es que todo el mundo sabía, o se imaginaba viendo los mapas, que en el enorme vacío donde se ubica Australia debía de existir alguna masa terrestre bastante grande, incluso un continente. El nombre de Australia es casi el de ese continente que, en una intuición estadística plenamente acertada, se imaginaba debía andar por ahí.

España buscó durante infructuosas décadas ese continente, en una triste sucesión de fracasos. Hoy en día parece difícil de creer que se pudiera viajar de África a América, pasando por debajo o por encima de Australia y siempre sin tropezársela. Hasta qué punto esto es posible lo demuestra el descubrimiento de la isla de Tasmania en 1642 por Abel Tasman. En este mapa se observa la ruta de este explorador (señalada en rojo) que pasó sin darse cuenta rodeando todo el continente.

Peor fue la suerte de Luis Váez de Torres quien en 1606 a las órdenes de la Casa de Austria pasó por todo el norte de Australia casi por casualidad sin darse cuenta de que estaba bordeando el gigantesco continente. En el mismo mapa he señalado esa parte de su recorrido en negro. Sorprende que ambos navegantes pasaran tan cerca de Australia sin darse cuenta de dónde estaba.

Abel Tasman descubrió la isla de Tasmania y le propuso un nombre en honor a su patrocinador, Anthoonij van Diemen: Anthoonij van Diemenslandt, La Tierra de Anthoonij van Diemen. Para cuando la isla pasó a ser territorio británico y ser colonizada, en 1803, su nombre se había acortado hasta Van Diemen’s Land: La Tierra de Van Diemen.

Ahora bien, la colonización de Australia fue una de las más inusuales de la historia. Cook redescubre el continente y en lugar de tantear con posibles opciones – viajes en busca de algo de valor, intentos de establecer colonias – los ingleses mandaron en el siguiente barco un cargamento de presos. Australia sería una prisión, o expresado más precisamente, una serie de prisiones.

Van Diemen’s Land sería una de dichas cárceles. Aislada de Australia que a su vez estaba totalmente aislada del resto del mundo. No había ninguna posibilidad de escapar, aunque hubo quien lo consiguió.

Con el paso de los años Australia fue adquiriendo una extraña forma híbrida: llegaban colonos (emigrantes) que aprovechaban la mano de obra de los presos para crear una colonia verdadera, como en su momento lo fueran Estados Unidos o Canadá.

Pero las situación de Van Diemen’s Land nunca llegó a ser tan próspera como en el continente. La vida era mucho más dura en la isla y las condiciones de vida de los presos eran de las peores de entre todas las cárceles y circulaban todo tipo de leyendas sobre las atrocidades a las que se les exponía. A pesar de los maltratos, torturas y asesinatos de presos lo que peor fama daría a esta isla sería el hecho constatado de que en una prisión de máxima seguridad donde miles de presos peligrosos se hacinaban sin esperanza alguna de ver una mujer, la práctica de la homosexualidad forzada estaba a la orden del día. Delito abominable, innombrable y asociado siempre con el mismo diablo.

Poco a poco la mala fama de Van Diemen’s Land fue apropiándose hasta del nombre. Si bien la isla se llamaba como el patrocinador de la expedición, muchos lugares de la misma tenían el nombre de su descubridor, Tasman. Poco a poco se acuñó la palabra demonio de Tasmania, pero no solo para aplicarse a los hambrientos animales. De Diemen a Demon (demonio) había una distancia demasiado corta y la isla empezó a llamarse demasiado la isla del Demonio. El gentilicio de Vandemonian dejaba las cosas aún peor.

Esto explica por qué en 1856, cuando se organizó políticamente la isla, se decidió cambiarle el nombre hacia el de Tasmania. Un nombre sin publicidad y que de paso les permitió eliminar muchas bromas fáciles sobre su demonismo. Funcionó.

Muchos os preguntaréis si el demonio de Tasmania es un animal domesticable. Su apariencia dulce puede cautivar el corazón de los amantes de los animales. A pesar de la fiereza ante sus pares, cuando está rodeado de personas no se muestra tan fiero y es uno de los pocos animales que se deja arrancar de la comida sin protestar, cosa que ni siquiera los perros hacen. Las opiniones están muy divididas al respecto, hay quien dice que, criados desde pequeños, se comportan casi como perros. Alguien contaba que tuvo un demonio de Tasmania como mascota durante casi un año, sin que tuviera ningún comportamiento salvaje o extraño. Pero un día, de la noche a la mañana, destrozó el cuero del recibidor de la casa y se marchó de la vivienda, para volver varias semanas después en un estado que desaconsejaba cualquier intento de domesticación. El adjetivo del demonio de Tasmania como mascota es “impredecible”. Y ese es quizás el menos recomendable en una mascota, que puede ser muy peligrosa.

El demonio de Tasmania es especialmente famoso por el personaje de dibujos animados de Looney Tunes de Warner Bross. Con el mote de Taz se representa como un animal impaciente, siempre gruñendo, tosco, torpe y capaz de morder cualquier cosa. Es un personaje complejo dentro del mundo de los dibujos animados porque se le ha presentado tanto en los papeles de héroe como el de villano.

Las cosas se vuelven extrañas cuando pensamos en el personaje de Taz trasladado a una serie que trata sobre los personajes de dibujos animados cuando eran pequeños: Baby Looney Tunes. Las características de Taz se han identificado con un niño que tenga síndrome de Down. Estas asignaciones nunca traen nada bueno y es normal si se quiere cambiar un poco al personaje o se le hace pasar por desventuras poco envidiables surjan voces que protesten al olvidar que no es más que un dibujo animado.

La situación del demonio de Tasmania animado es altamente conflictiva para el gobierno de Australia. El demonio de Tasmania es el símbolo de la isla pero al mismo tiempo la representación del demonio que figura en el imaginario popular es la del dibujo animado. Esto lleva a que el souvenir más típico de Tasmania sea un peluche de Taz, un personaje de la Warner Bross sobre el que el gobierno de Tasmania no tiene ningunos derechos. Es más, tiene que tener mucho cuidado a la hora de emplear el término demonio de Tasmania porque en muchos casos es una marca protegida de la empresa americana. La relación entre la multinacional y la región australiana es del todo viciosa. Los americanos sólo ganan dinero con el personaje en la isla de Australia y no le dan ni un milímetro de facilidades o exenciones a los tasmanos. Estamos encantados de que usen nuestro personaje. Pero que no se olviden de que tienen que pagar por él.

Pero esto no es nada comparado con todo lo que tiene que ver con la extinción del demonio de Tasmania.

Como ya mencioné más arriba, se trata de un animal que ya se ha extinguido en otras regiones (a causa del dingo) y que ha superado riesgos de desaparición enormes. El primer riesgo, el más grave, fue la aparición de occidentales en la isla. Desde principios del siglo XIX la colonización de Tasmania se convirtió en una caza despiadada y sin cuartel a cualquier potencial depredador de la oveja – animal que se crió masivamente en la isla, especialmente a causa de que durante las guerras napoleónicas los ingleses perdieron toda posibilidad de importar lana de ovejas merinas españolas.

Por aquel entonces se trató de eliminar la especie pagando un precio por cada cabeza de demonio de Tasmania. Con este sistema se consiguió hacer disminuir la colonia a cantidades insignificantes, mientras se conseguía extinguir al más grande tilacino, el lobo marsupial. Una mezcla de su facilidad reproductora, lo pequeño de su tamaño, lo austero de su régimen de comidas y sus costumbres nocturnas permitieron que el demonio de Tasmania sobreviviera a la extinción, mientras que muchas otras especies más poderosas desaparecían para siempre, entre ellas la más resistente de todas: el hombre. Antes del siglo XX ya se habían extinguido los aborígenes de Tasmania. Estremecedor pensar que el hombre fue capaz de extinguir toda la población humana autóctona de una isla en apenas cien años, sin que fuera totalmente premeditado o por medio de una guerra. Un perro extinguió al demonio de Tasmania en el continente y el hombre no pudo terminar con el demonio de Tasmania australiano pero sí con su congénere.

Había dicho antes que el demonio de Tasmania encuentra la mayoría de su comida en las carreteras de Tasmania. Esto sin embargo no está exento de riesgos. El animal atropellado que el demonio de Tasmania empieza a comer traslada su destino al depredador, que a menudo acaba también aplastado sobre el pavimento. Por su pequeño tamaño no llega a ser un problema de seguridad para los conductores pero qué duda cabe que la misma industria que da de comer al demonio de Tasmania está acabando con él.

Sin embargo el demonio de Tasmania es un superviviente y ante todo es capaz de salir adelante. Hay un peligro ante el que no consigue sobreponerse: una enfermedad natural, la enfermedad del tumor facial del demonio de Tasmania.

Se trata de un tumor contagioso, algo tan infrecuente que sólo se conocen casos en enfermedades de perros, hamsters sirios y demonios de Tasmania. Como además el cáncer se produce en la cara y los demonios de Tasmania son muy dados al flirtear con el mordisco en las muestras de estatus – peleas por la comida y por conseguir reproducirse – la enfermedad se está trasmitiendo a la velocidad del rayo. Con una diversidad genética insignificante, más de la mitad de los demonios de Tasmania han muerto no a manos de cazadores, ni de conductores, ni de dingos: de una enfermedad natural.

La enfermedad es suficientemente atroz: un tumor que se extiende por toda la cabeza hasta que interfiere con las posibilidades de alimentarse del animal, que muere de inanición.

La lucha contra reloj por salvar al demonio de Tasmania encuentra algunas esperanzas en ejemplares del animal que se han mostrado inmunes a la misma. Si se consigue detectar qué es lo que les protege, o si su descendencia también mantiene esta inmunidad hay una vía para salvar a la especie. Otro camino, más seguro, es el de salvar a la especie – que sólo supo salvarse en la isla de Tasmania – sacándola de la isla. Se ha trasladado una colonia de demonios de Tasmania totalmente libre de la enfermedad a la isla de María, isla deshabitada de 19 kilómetros cuadrados al sureste de Tasmania, en una suerte de destierro forzoso.

El destino del demonio de Tasmania va de la mano del del zorro en Tasmania en una simetría difícil de igualar.

El zorro es uno más de tantos animales que los europeos llevamos a territorios “salvajes” con el simple objetivo de ponerle las cosas más difíciles a la naturaleza. El pobre animal lo ha tenido enormemente difícil para adaptarse a la región. De un lado parte de unas pocas parejas introducidas subrepticiamente en la isla. En pocas generaciones la actitud del hombre hacia el zorro de Tasmania ha cambiado por completo, pasando a entenderlo como un animal intruso al que hay que aniquilar.

El zorro y el demonio de Tasmania son depredadores que luchan por las mismas presas, pero la mayor distribución del segundo pone las cosas al límite de la supervivencia al primero. Al mismo tiempo los zorros tienen puesto precio a sus cabezas, son tantos los esfuerzos del hombre por salvar al demonio de Tasmania como por extinguir al zorro.

La situación del zorro en Tasmania es similar a la del tilacino o lobo marsupial. Ambos están teóricamente extinguidos en la isla de Tasmania pero cada cierto tiempo se produce algún tipo de avistamiento que siembra la duda. En el primer caso sería una noticia sensacional y es por eso que, como los ovnis en otras regiones, el deseo de verlos fomenta todo tipo de especulaciones, fotografías desenfocadas y testimonios dudosos de testigos.

Con el zorro hay una picaresca muy humana. Aunque se le supone extinto en la isla, interesa que no lo esté para que el gobierno de Australia siga enviando fondos para su erradicación, de ahí que aparezcan cadáveres de zorros cada cierto tiempo, en formas muy sospechosas, con la idea de alimentar la idea de que siguen estando ahí fuera.

El ser humano es así de raro. Extingue animales autóctonos. Luego los salva. Luego quiere extinguir animales exportados. Pero finalmente encuentra tantos incentivos para no aniquilarlos del todo que deja al zorro como animal que no existe pero no está extinto. Y al tilacino como animal oficialmente extinto pero que muchos quieren creen que existe. Y en todo esto, el demonio de Tasmania, que se siempre sobrevivirá.

Pionero del sintetizador

Anteayer murió Milton Babbitt (1916-2011), un compositor norteamericano con una formación académica envidiable: las mejores universidades del mundo, estudiando en ellas música y matemáticas durante muchos años.

Milton Babbitt trabajó desde el principio (finales de los años 50!) en lo que sería el sintetizador (RCA Mark II Sound Synthesizer, Victor), un instrumento que hoy en día causa sonrisas pero que en su momento supuso una revolución y no deja de ser el abuelo de todos los demás instrumentos electrónicos.

Me pidieron que me implicara en la construcción del ordenador en 1957, cuando la gente de los Laboratorios Bell, mis amigos Max Mathews y John Pierce me lo pidieron. Pero les dije: “Mirad, no puedo hacer las dos cosas. Estoy empezando con el sintetizador; Estoy muy contento con él y me va a llevar años aprender a usarlo [en su totalidad]. Si empiezo con el ordenador, va a ser demasiado”. Es más, les presenté a un jovencito que conocía la matemática necesaria. Ellos me querían a mí, y no porque dieran un duro por mi música.
[…]
Y con todo, mis queridos amigos, nunca volví a los ordenadores. Ni siquiera tengo ordenador. No tengo e-mail; No estoy online para nada. Estoy totalmente offline.

Resulta demencial que una de las pocas personas con la formación suficiente en su época como para crear el ordenador se haya mostrado reacio a usar dicha tecnología. Pero no se trata de una pose “anti-tecnología” sino una visión muy compleja, tan razonada que cuesta entenderla.

Relacionada: Esta en el aire, en alguna parte.

Pizza Bomber

Insomina Prize

Ganador 2010: William Rothstein

La historia del repartidor de pizza que robó un banco con una bomba al cuello es, de largo, mucho más fantasiosa y bizarra que las presentadas en la saga de películas Saw. El problema es que esta historia es real y mucho más compleja que las ideadas por los guionistas de las películas. Una historia tan inquietante como extraña que has de leer. Si sólo vas a leer una cosa este año, que sea esta.

Fotografía de aficionados

Uno de los temas menos recurrentes en esta página es la fotografía, de la que sabéis que no soy un gran aficionado. No obstante eso es un gran hándicap a la hora de mostrar publicidad. Así que hoy voy a escribir no sobre la Canon EOS Rebel T2i sino sobre los inicios de la fotografía.

En el anteriormente reseñado libro sobre la Exposición Universal de 1893 se expone de refilón la situación del mundo de la fotografía en aquella época, en que las primeras cámaras Kodak estaban recién inventadas y con las que ya “cualquiera” podía hacer una fotografía.

Como en cualquier cambio tecnológico, los grandes perdedores del invento fueron los fotógrafos profesionales, que lucharon por mantener su profesión como buenamente pudieron.

En la exposición de Chicago de 1893, el fotógrafo Charles Dudley Arnold consiguió un permiso en exclusiva para las fotografías que se realizaran de la exposición y su consiguiente comercialización. Con esto se consiguió gestionar la imagen internacional de la exposición, distribuyendo siempre fotografías de personas de clase alta, bien vestidos, como si fueran el asistente medio al evento. El problema de este monopolio lo percibimos hoy en día en que para un evento histórico de afluencia masiva apenas si han sobrevivido un puñado de testimonios gráficos, por culpa de una gestión cicatera de los derechos de imagen.

Sobre los orígenes de las cámaras, cito:

Un segundo contratista recibió los derechos en exclusiva para alquilar cámaras Kodak a los visitantes a la exposición, siendo las Kodak un nuevo tipo de cámaras portátiles que eliminaban la necesidad de lentes y ajustes del objetivo. En honor a la feria, Kodak denominó “the Columbus” a la versión portátil de su popular modelo nº4. Las fotografías creadas con esas nuevas cámaras muy pronto empezaron a llamarse “snap-shots”, un término proveniente de los cazadores ingleses para describir un disparo rápido con una pistola. Quienquiera que llevara su propia cámara Kodak a la exposición tenía que pagar un permiso de dos dólares [la entrada a la exposición costaba un dólar para los adultos], un precio fuera del alcance de la mayoría de los visitantes; la Midway’s Street (calle Midway) impuso una tarifa adicional de otro dólar. Un fotógrafo aficionado que trajera su cámara convencional con el consiguiente trípode tenía que pagar diez dólares, aproximadamente lo que muchos visitantes de fuera de la ciudad pagaban por un día entero en la exposición, incluyendo alojamiento, comidas y entradas.

Con unos precios así, el pirateo estaba garantizado. No obstante:

Se impusieron treinta multas por llevar cámaras Kodak sin permiso, y treinta y siete por tomar fotografías sin la autorización correspondiente.

Un detalle interesante de estos inicios de la fotografía aficionada lo da la actitud de los hoteles ante una afición recién estrenada. Una forma de atraer clientes era ofrecer servicios de cámara oscura a estos fotógrafos noveles, casi desde el mismo momento en que se inventaron las cámaras portátiles.

Mejor comentario del 2010

Este año los Marmolillo Awards (2009,2008) se están retrasando pero no por ello van a dejar de entregarse, es más, este año la cuantía de los premios se multiplicará por dos.

Ya hay un claro ganador en la categoría de mejor comentario. Aunque ha sido publicado en el 2011, las bases de los premios admiten ese tipo de incongruencias. El comentario es a la entrada “la idiosincrasia del gitano” y lo he editado para facilitar la lectura, aunque el original de jessica es aún mejor. No tiene desperdicio:

Mira: Yo de los gitanos no tengo quejas, siempre he conocido a gitanos desde pequeña. Pero hasta que me mudé a Almería no los he conocido como los conozco ahora, hace siete años que tengo algunos de amigos y no los cambiaría por nada del mundo. Mira, sí que es verdad que la mayoría por no decir todos están metidos en el mundillo de las drogas; Si no la consumen la venden, y lo de los coches es verdad que con 19 años los ves con un BMW súper guapo, un Ferrari, o con un Audi, o un Sangyong – mi mejor amigo tiene uno y es gitano y somos medio novios.

Y os puedo decir que porque tengan esa manera de ganarse la vida, con drogas, robando, trabajando en mercadillos etc., son personas que merecen la pena conocerlas porque hay gente muy buena y con mucho dinero y algunos viven en unos chalets que ni tu ni yo podríamos comprárnoslos en la vida y tener todo que tienen ellos y el respeto que se tienen, no lo tienen los payos ni en broma.

Siempre dice la gente que los gitanos roban se dedican a las drogas, venden en el mercadillo etc. , pero, ¿Es que acaso no hay payos iguales???

Yo estoy enamorada de esta raza, sobre todo de los chicos. Yo problemas solo he tenido con uno pero ahora estoy muy bien con él, y que me quieren muchísimo hay confianza si tengo algún problemilla se lo comento a ellos y genial.

Yo digo una cosa si una persona se hace amigo de un gitano y se llevan bien, le dan ganas de conocer a otro gitano.

Eso si el machismo no se lo quita ni Dios.

La continuación convierte lo sobresaliente en cum laude:

Ahora estaba leyendo más comentarios de aquí , lo que decís de que un gitano cambia mucho cuando eres su novia , es verdad cambian muchísimo , mi medio novio antes era una persona increíble: amable conmigo, un chico increíble. Ahora me hace pasar momentos muy desagradables y violentos porque es un machista igual que todos y no esperes que sus amigos te defiendan porque no defienden.

Libros digitales caros

En los comentarios del anterior artículo se ha establecido un debate clásico sobre los nuevos libros digitales. ¿Cómo es posible que no siempre sean mucho más baratos que los libros en papel?

Pueden darse muchas circunstancias para que esto sea así.

La primera es el coste del riesgo. Al lanzar un libro en formato digital sabes que un porcentaje de libros va a acabar pirateado. Ese coste de riesgo no lo asumes con los libros de papel. Así, si quieres vender libros digitales asumes un riesgo extra y esto sitúa al editor en la necesidad de repercutir ese riesgo en el precio. Es cierto que se amplía el mercado de consumidores, pero también lo es que para ciertos libros no merece la pena comprarlos ya que es trivial obtenerlos gratis. Hay un riesgo que los consumidores como nosotros no solemos querer valorar, porque no nos interesa creer que exista.

Otra posibilidad para que un libro digital cueste más son los costes de digitalización. Se suele decir que estos costes son cero pero esto no es verdad. Hay una serie de costes derivados de convertir un libro a otro formato. Para un nuevo lanzamiento el formato de papel será siempre más caro de producir que el digital, pero hay un cálculo un poco engañoso. Si produzco mil libros en papel y cien en digital (podría producir infinitos, casi al mismo precio), es posible que los costes generales de la edición en papel compensen más por los ingresos que los costes del formato digital. Esta matemática fallará cuando se vendan más libros digitales, pero los datos actuales, sobre todo fuera de Estados Unidos, apuntan a que se venden entre cien y mil veces más ejemplares en papel que en digital.

También el factor comodidad debe ser tenido en cuenta. Es como con los billetes de tren digitales, que nos imaginábamos que iban a ser siempre más baratos que los billetes físicos, por el ahorro en sueldo de taquilleros y de papel de impresoras. La realidad es que esos billetes son a veces hasta más caros porque el formato digital es mucho más cómodo y estamos dispuestos a pagar por esa comodidad. Pudiendo elegir el mismo libro en digital o en papel, compré en digital a pesar de ser más caro.

En el caso del libro que provoca esta polémica la edición en Kindle cuesta 13.39$ mientras que la edición en papel tan solo 7.67$ (más gastos de envío). Un dato que no conocéis es que el libro en papel se produjo en el año 2004 y el libro electrónico en septiembre de 2010. ¿Que vale más, un jamón caducado o una manzana fresca? El libro en papel ya ha tenido su tiempo de venta, ha pasado todo el periodo de promoción, la fase de venta por el efecto éxito, de recomendaciones a amigos. Ese libro se ha vendido lo que se tenía que vender – en papel. Algún lumbreras pensó que no sólo hay que publicar libros electrónicos de obras nuevas, que merece la pena editar aquellos que hayan funcionado hace pocos años en las librerías. Y este libro, The Devil in the White City, es uno de ellos. Editar un libro que sólo se pensó para el papel tiene por fuerza unos costes, aunque supongo que todos imaginamos que la editorial tiene una ordenador con una carpeta llena de libros en formato .doc (u otro formato libre) y que les mandan un email con el .doc al presidente de Amazon y ya está.

Con esta historia de fondo, creo que es de justicia entender que ese libro en papel no vale casi nada, es un trasto en el almacén de Amazon, mientras que el formato digital tiene por fuerza que tener un precio superior.

The Devil in the White City

Una lectura muy recomendable es la novela de Erik Larson: The Devil in the White City. Llegue a ella por el camino difícil: listando en Amazon libros que tuvieran valoraciones excelentes para determinadas temáticas. Por mucho que se afanen en decirnos lo contrario, los sistemas de recomendación informatizados siguen siendo penosos.

Pues bien, ese libro tiene un formato interesante. Trata dos historias totalmente independientes pero que ocurrieron en el mismo lugar y en la misma época. No trata de forzarlas para que sean una misma historia. Se narran en paralelo pero cada una va por su lado y no hay final sorprendente donde todo se une.

Las historias son muy interesantes y al mismo tiempo que sorprenden por lo poco conocidas.

Por un lado trata sobre “The Devil” en la figura de H.H. Holmes uno de los primeros asesinos en serie – según la imagen actual – y al tiempo uno de los más complejos y fascinantes que han existido, incluso incluyendo en esta categoría a todos los personas de ficción.

Por otro lado trata sobre “The White City”, la Exposición Universal de Chicago en 1893. Habiendo vivido en la sombra de la famosa Exposición Universal de Sevilla de 1992, también sobre el mismo centenario del descubrimiento de América, y habiendo visitado la más reciente de todas las Exposiciones Universales, el conocer cómo eran estas exhibiciones en su época dorada y cuando tenían algún sentido me ha gustado mucho.

Estaréis de acuerdo conmigo en que la mezcla es realmente extraña. Un libro que trata al mismo tiempo sobre un asesino en serie y una Exposición Universal. Cada una de las historias es muy interesante por separado. Pero Erik Larson consigue un trabajo muy logrado y mucho más interesante en la narrativa simultánea, mezclando un capítulo del asesino con otro sobre la Exposición, narrando los hechos cronológicamente.

El libro ha tenido mucho éxito en Estados Unidos, incluso un actor muy conocido ha comprado los derechos para el cine, especialmente pensando en la trama del asesino en serie H.H. Holmes. Aunque la verdad es que sobre este enigmático criminal hay varios libros mucho más extensos y concentrados exclusivamente en su vida.

Os recomiendo que compréis el libro sin saber mucho más. Si lo compráis en papel está a un precio tirado, 7 dólares. Lo compré en su versión para Kindle. Comprar un libro digital comienza a convertirse en todo un hecho noticioso.

Última oportunidad. Lo siguiente, es ir contando todos los secretos del libro. Puedes dejar de leer, ahora.
Sigue leyendo The Devil in the White City

Semana Santa 2011

Aquí siempre se va por delante. Cuando todos están pensando todavía en la Navidad voy a escribir sobre la Semana Santa.

Como todo trabajador improductivo que se precie, ya he echado un vistazo al calendario de festivos del 2011. Este próximo año causará asombro a muchos lo tarde que será la Semana Santa, terminando el Domingo de Resurrección en el remoto 24 de abril.

Para los sevillanos, “que viven de celebración en celebración”, la feria de Abril tendrá que tener lugar íntegramente durante el mes de mayo (del 3 al 8 de mayo). Esto ya está causando problemas y en un afán festivo típicamente andaluz se llegó a hablar de solucionar el problema extendiendo la feria a diez días, para que empezara el 30 de abril y pudiera abarcar el puente del primero de mayo (la noticia es de enero del 2010, el asunto ya esta zanjado: no será así). Antes de recibir críticas de andaluces airados, lanzo a las hordas de malagueños contra la página de la Wikipedia en inglés sobre la Semana Santa en la que se dice que los tronos de Málaga, como los pasos de Sevilla, se llevan apoyados sobre el cuello de los costaleros.

Las azarosas fechas de Semana Santa, pendientes de la luna llena después del equinoccio de primavera, causan el mismo asombro que la nieve en invierno o el calor extremo en verano. Son trivialmente ridículos motivos de conversación. Siempre ocurren, pero al mismo tiempo continuamente llaman la atención.

La Semana Santa puede empezar tan pronto como el 16 de marzo (entendiendo que la semana empieza en el Lunes Santo, con un Domingo de Resurrección el 22 de marzo). Y puede empezar tan tarde como el 19 de abril (con Domingo de Resurrección el 25 de abril). La Semana Santa del 2011 empezará el 18 de abril por lo que aunque será casi extrema no será ni mucho menos lo más tarde que pueda tener lugar la Semana Santa.

La Semana Santa más tardía posible tendrá lugar en el año 2038, ahí tendremos un Lunes Santo el 19 de abril y un domingo de Resurrección el 25 de abril.

La fórmula para calcular la Semana Santa es trivial en apariencia y sin embargo llena de excepciones y variaciones hasta convertirla en casi inabarcable. Sobre todo si tenemos en cuenta que la fórmula se debe aplicar hacia el futuro pero debe ser coherente con los datos históricos del pasado. De nada sirve decir que la Semana Santa en 1614 tuvo que tener el Domingo de Resurrección el 10 de abril si luego por una corrección del calendario y un error de la Iglesia tuvo lugar la semana anterior. El dato correcto es el dato histórico, no el hipotético.

Aplicando la fórmula que propone la Wikipedia no encuentro la posibilidad de que la Semana Santa comience antes del 17 de marzo (teóricamente podría suceder el 16 de marzo). Esta otra Semana Santa, extrema en su prontitud, tendrá lugar en el 2160 y ocurrió tan recientemente como en el pasado 2008, donde no llamó demasiado la atención.

En resumen:
La Semana Santa del 2011 empezará muy tarde, pero no lo más tarde posible. Lo más tarde posible sería un día más y tendrá lugar en el año 2038.

La fórmula para calcular el día del Domingo de Resurrección de cada año, en Excel español es:

=MONEDA((“4/”&A1)/7+RESIDUO(19*RESIDUO(A1;19)-7;30)*14%;)*7-6 (En A1 escribimos el año a calcular y en A2 esta fórmula, dando formato de fecha a la celda correspondiente).

Fórmula que he traducido de la muy extensa y práctica página de la Wikipedia sobre el Computus (cálculo de la fecha de Semana Santa).

El fichero Excel con los próximos años.

Extravaganza

Hablaba el otro día sobre las extravagancias de algunos famosos cuando viajan de gira, ya sea dando conciertos o presentando películas. Nos parecen personas desquiciadas con mil manías y con exigencias a los organizadores que suelen ser costosas, sofisticadas y a menudo inútiles.

Los famosos, qué raros son ellos. Luego se van a un hotel de 10.000 euros la noche, se compran un coche que nunca llegan a conducir, papel higiénico que cuesta miles de euros, escobillas del váter que se mueven en las tres cifras.

Parece como si no supieran gastar el dinero que tan bien nos vendría a nosotros. Pero pensando un poco, ¿Son ellos tan raros?

Britney Spears se gastó 1.700 euros en papel higiénico de Louis Vuitton. Pero es quizás su gasto más desorbitado y extravagante, por eso llegó a las noticias. ¿Pero cuánto dinero gana Britney? Supongamos que ganara 20 millones de euros al año. En tal caso está gastando en papel higiénico una parte entre doce mil de su sueldo. Para un sueldo de 20.000 euros al año, el equivalente sería gastar mil veces menos en papel higiénico. Es decir, gastar 1,7 euros en papel al año.

Obviamente es imposible comparar la capacidad de gasto de una persona media con alguien que es multimillonaria en ingresos. Pero sí se puede razonar que si alguien decide comprar rollos de 1,7 euros (marca blanca de la peor ralea) y otro prefiere unos más suaves y elegantes que cuestan 2,2 euros, esta segunda persona está malgastando su dinero en una forma mucho más desproporcionada que Britney Spears.

Quizás el ejemplo del papel no sea el mejor de todos. Pensemos en coches. Un jugador de fútbol de primer nivel confesó tener un problema con los coches. Se había comprado uno que costaba en torno al medio millón de euros, casi una sexta parte de su sueldo como futbolista y uno de los coches más caros del país, al menos entre los deportistas. Pero, ¿A cuantas personas conoces que se gastan más de la mitad de su sueldo anual en un coche? Son o somos los mismos que luego decimos que cierta marca un poco más barata es una castaña. Gastar medio millón de euros en un coche cuando no se es el dueño de la Tierra es una locura. Pero lo que la mayoría de las personas hacemos continuamente, con coches por encima de nuestras posibilidades, lo es mucho más.

Creo que no se deben censurar las conductas de los millonarios de forma absoluta. Tienen que sopesarse de acuerdo a lo que ellos ganan. Si medimos las extravagancias de forma proporcional, valorando ingresos y gastos, nos daremos cuenta de que no hay nada más irracional y censurable que la conducta habitual de una persona media.

Los requisitos extraños de los famosos en los hoteles no lo son tanto si se comparan con las hilarantes quejas de usuarios medios de hoteles. En las tan comunes páginas de opiniones se perciben todo tipo de manías e ideas preconcebidas en torno a lo que uno espera de un hotel. Personas que ganan 15 euros a la hora y que van a hoteles de 150 euros la noche, donde esperan piscinas de determinados metros cuadrados, toallas de un esponjor concreto. Los que se quejan de restaurantes donde los camareros no saben servir y los postres son algo escasos y luego en casa cenan croquetas congeladas día sí día también.

Todos tenemos nuestras rarezas pero en comportamientos extravagantes la gente normal es la más anormal de todas.

Añadido:
Al respecto de los comentarios, creo que el problema que tenemos a menudo es confundir necesidades básicas con decisiones de ocio que asociamos con la idea de que son imprescindibles. Justificamos que nuestro presupuesto es mínimo para acabar transigiendo con todo. Nosotros tenemos una barrera donde marcamos el lujo, normalmente en lo que nos está vedado. Pero tener un coche con un mal sueldo, ir de vacaciones a alguna parte, comer en restaurante fuera de casa son lujos para personas en situación mucho más precaria. ¿Por qué no puede Britney tener un papel higiénico que no vendan en supermercados? Y todo el dinero que ella tiene, ¿En qué me perjudica a mi y a mi forma de vivir? En nada.

Victima

Hace pocos días se conoció un caso más de una mujer que murió asesinada a manos de su marido. Estos asesinatos antes se llamaban crímenes pasionales, en una falta absoluta de tacto y respeto por las víctimas. Hoy en día se busca tanto la palabra correcta que se ha caído en el poco acertado víctimas de la violencia de genero.

La mujer asesinada estaba separada de su asesino. En estas noticias es interesante observar los nombres que se dan a la relación entre asesino y víctima. Se trata de evitar el término pareja o incluso marido. Estaban casados, eso queda claro, pero nada más. Muchas veces se usan palabras como ex pareja sin que sean del todo precisas. La separación provisional, antes del crimen, o el hecho de no poder estar casado con una persona que ha fallecido, provocan que el usar el término para un matrimonio en firme no se deslice en la noticia. Es como si Fernando Alonso muriera en un circuito de Fórmula Uno – Dios no lo quiera – y los periodistas se refirieran a él en términos del ex piloto de Ferrari.

En el caso de esta noticia en concreto sucede que la mujer fallecida había denunciado a su futuro verdugo por malos tratos y que el juez de turno había descartado esta denuncia por no encontrar evidencias de que dicho maltrato hubiera sucedido. Lo llamativo de la noticia, y por lo que la recalco, es que se está tratando de argumentar que está claro que el archivo de esta denuncia fue un error gravísimo que además pudo provocar el asesinato. Se está echando parte de la culpa sobre una supuesta inoperancia de los jueces.

Sin embargo es un error de lógica el pensar que porque el hombre haya asesinado a la mujer entonces eso demuestre que la maltrataba. Casi con toda seguridad sería así, pero el hecho de que sucediera el asesinato no prueba absolutamente nada. Con las pruebas previas al juicio, se determinó que no había suficientes indicios de maltrato. Ese es un hecho probado: pudo haber maltrato pero no había pruebas suficientes. El hecho de que a posteriori se haya producido un asesinato no demuestra nada sobre la situación previa. No crea mayor certidumbre sobre las pruebas presentadas en su momento al juez. Los jueces no trabajan con la verdad absoluta, se limitan a sopesar pruebas. No se les puede culpar de equivocarse si no tuvieron pruebas adecuadas.

En este caso siniestro la cabeza de turco tendría que haber sido la persona que defendió a la futura asesinada en el juicio por malos tratos. No supo mostrar a los jueces lo que estaba sucediendo de forma convincente. Sin embargo sucede al revés: ese abogado protesta diciendo que el juez se equivocó en su veredicto y que por su culpa esa persona acabó asesinada.

Absurdamente, creemos en un mundo donde abundan los malos jueces, ignorando que la mediocridad está más generalizada del lado de los abogados defensores.

Fuentes: No indico el caso de asesinato porque al final da igual, por desgracia dentro de poco tiempo ocurrirá otro. Y gran parte de los protagonistas serán los mismos, con otros nombres.