Islas Spratly

Territorios disputados por países hay muchos en el mundo. Desde Gibraltar hasta las Islas Malvinas pasando por el mismísimo Polo Norte. De todas las disputas abiertas en el mundo, quizás la más compleja y una de las menos conocidas sea la de las Islas Spratly en el Mar de China.

Las islas no son más que un grupo de más de 750 islas, arrecifes de coral, atolones, bancos arenosos y cayos – algunos de los cuales quedan sumergidos completamente cuando hay marea – que apenas si llegan a los cuatro kilómetros cuadrados de superficie total, menos que la pequeña Isla de Lobos, junto a Fuerteventura.

Sin embargo las islas están muy dispersas. Ocupan una superficie total de 425.000 kilómetros cuadrados.

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Tanto por lo práctico de ampliar las aguas territoriales en torno a dichas islas, como por el valor pesquero de las mismas y la hipotética presencia de gas y petróleo, las islas se hayan inmersas en un complejo conflicto entre siete países: China, Taiwan, Filipinas, Indonesia, Malasia, Brunei y Vietnam.

Las disputas y justificaciones territoriales podrían dar para escribir varios libros. Dentro de las Islas Spratly hay islas ocupadas militarmente por un país y reclamadas por otros, islas desocupadas pero en disputa e islas sobre las que hay algún consenso de propiedad pero que están ocupadas por otro país.

Quienes menos reclaman son Brunei, que sólo aspira a la soberanía de unas cuantas islas que hay frente a su territorio, e Indonesia, que ha visto como el conflicto incluía a sus Islas Natuna, que ni siquiera pertenece al las Islas Spratly pero que sin embargo China ha querido añadir al grupo. Por otro lado China, Taiwan y Vietnam luchan por el conjunto de las islas, reclamando la totalidad de las mismas.

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Al tratarse de islas deshabitadas, salvo por algunos contingentes militares, y dada la extensión del conflicto se llegan a situaciones surrealistas de tratar de demostrar o al menos comportarse como si las islas fueran una parte más del territorio. Hay gobiernos regionales y cada país representa a las islas en sus mapas nacionales.

El mayor de los absurdos es quizás el caso de China que en sus mapas de carreteras de Sinomaps muestra una página dedicada a las Islas Spratly. Las islas no tienen ninguna carretera ni camino pero esto no es impedimento para mostrar un mapa de ellas mostrando esa ausencia de carreteras.

El conflicto latente es una importante herida abierta en el Asia meridional y que puede acabar desembocando en conflictos bélicos de gran transcendencia. Ojalá esta sea la última vez que vuelvas a leer algo sobre las Islas Spratly.

Fuentes:

Lo peor de las guias de viajes

A lo largo de mi vida me he tropezado con tantas guías de viajes, ya sea de destinos que he visitado como de lugares que al final no pudieron ser, que creo poder hablar sobre ellas con algo de conocimiento.

Qué duda cabe que aún hoy en día con la existencia de Internet su utilidad sigue siendo manifiesta. Y es que los portales sobre turismo, ya sean colaborativos o mediante supuestas redes sociales, son bastante lamentables, salvo Tripadvisor en las valoraciones de hoteles.

Pero las guías hay veces que te hacen desear la muerte a fuego lento de los editores. Pues igual que ayudan en muchas situaciones, en otras te echan una mano al cuello. Algunos de los peores vicios que les he encontrado son los siguientes:

  • El lugar inexistente
  • Un problema cada vez menos común pero no exento de riesgo es cuando una guía de viajes te recomienda un sitio ¡Que ya no existe! Cuando de lo que te habla es de un hotel y tienes pensado plantarte allí sin reserva, el daño que puede hacerte esa pequeña omisión es tremendo.

    Esto sucede sobre todo porque muchas guías se actualizan sólo en algunos apartados. Puedes ver que la guía está actualizada a 2010 pero una lectura detallada te lleva a observar que sólo un porcentaje muy pequeño del libro está actualizado a esa fecha. Hay auténticas zonas tenebrosas que se copian tal cual edición tras edición. Si vas con una guía anticuada sabes lo que puedes encontrate, pero si se supone que es más moderna te expones a toparte de bruces con uno de esos lugares que no existen.

    También es negativo cuando hay lugares que existen y que no te indican. Esto es especialmente molesto en lo que a estaciones de metro se refiere pues a veces te dan rutas para ir a un sitio o puntos de referencia que están totalmente obsoletos. Puede haber una parada de metro que se llame Museo de la Ciencia pero la guía te dice que para ir al museo de la Ciencia lo mejor es el autobús.

  • La valoración vacía de contenido
  • En una guía hay que resumir toda una ciudad, o incluso un país entero, en pocos párrafos. Esto obliga a ser muy concretos en lo que se dice, no se puede escribir palabrería de relleno. Un fallo que pone de los nervios es cuando se da una lista de sitios recomendados y de uno de ellos se da un juicio vago, sin llegar a precisar si es bueno o regular. Si se muestran restaurantes de una ciudad: indicar los mejores, los que siendo baratos sean buenos y punto. No se puede incluir un sitio que diga “La ubicación es bastante buena, salvo cuando haga mucho sol. Pero la comida y el servicio son muy mejorables.” Se supone que has visitado 100 restaurantes y te has quedado con los 5 ó 10 mejores. No necesito que me pongas ni uno sólo de los malos.

  • El rollo guay
  • Sobre todo en la guía Lonely Planet, pero también en muchas otras, se trata de identificar al lector con un tipo humano que normalmente no coincide con el ciudadano medio. No entiendo por qué se asocia con una persona independiente, ecologista, solidaria, deportista y gay. Luego viajas y te encuentras a los de siempre: familias con niños, tripones, alcoholizables, fiesteros, incultos y desenfadados. Vamos, gente promedio.

    Cuando se mencionan idioteces como lo de las emisiones de CO2 en un libro de viajes, la autocensura se echa en falta. Luego la guía te muestra una serie de planes genéricos y otros adaptados a esos tipos humanos tan urbanos y modernos. Pero muchos de esos planes no te sirven para nada, ni a ti ni a nadie porque las personas que leen la guía suelen ser como he dicho antes de lo más normal. Y como antes te encuentras con un tomaco tremendo, molesto de llevar porque a alguien se le ocurrió incluir un apartado en cada pueblo que se llama “turismo solidario”.

    Si un destino es “de turismo sexual” y otro un “paraíso de las compras piratas” o un tercero famoso por sus tatuajes no importa si a ti no te gustan los tatuajes o eres célibe o no te causa rechazo el pirateo. Tienes la obligación de contar lo que la gente espera oír, censurando sólo lo que sea claramente ilegal. Pero hablar de unas islas donde todo el mundo encuentra pareja pero no mencionar esos sitios por cuestiones personales del editor es un tanto ridículo.

  • La guía al peso
  • Se nota que en las guías de viaje se ha entrado en una tendencia irracional en la que el libro más grueso es el mejor. Y esto provoca que se rellenen las guías con más y más información, normalmente inútil. Algunas incluso tienen tipografías inusitadamente grandes para que el libro ocupe muchas páginas. La sección de “notas” del final donde hay varias páginas en blanco creo que no para de crecer, cualquier día te la entregan con un cuaderno de canutillo adosado.

    Sucede un poco como con las cuchillas de afeitar, que ni el fabricante ni el usuario quieren ver crecer esa loca espiral de más y más cuchillas pero la situación se ha asentado y no hay quien rompa el equilibrio. Uno tiene tendencia a descartar libros muy breves y las editoriales rellenan que da gusto.

    La realidad es que la guía suele ir siempre en la mochila o el bolso y si pesa y abulta es una gran molestia. Una guía de viajes que fuera como un cuaderno con anillas, en la que puedas sacar las páginas correspondientes al sitio que vas a visitar podría arrasar. El problema es que también sería mucho más fácil de escanear y de piratear o compartir por Internet.

  • El viajero cutre
  • Especialmente la guía Lonely Planet destaca por su idea, que llevan hasta lo patológico, de ahorrar lo más posible. Pero también otras siguen esta tendencia de mostrar opciones siempre muy baratas. Que pueden tener algún sentido en ciudades caras, como Moscú u Oslo. Pero que pierden todo sentido en destinos como Egipto o Vietnam.

    Resulta hilarante, si no fuera porque no te ofrecen alternativa posible, cuando te narran el desplazamiento para ir desde A a B empleando tres autobuses locales de horarios impredecibles cuando en la cuarta parte del tiempo y por sólo el doble de dinero, y aún una cantidad irrisoria, puedes desplazarte en taxi. O cuando te recomiendan lugares locales donde dormir muy baratos pero que no tienen baño, ni siquiera compartido.

    Creo que falta un poco de sentido común en ese tipo de sugerencias. Entender que si en España uno puede permitirse un cuatro estrellas y en Egipto, por un poco menos se va a uno de cinco, pues que no hay ni que mencionar los lugares de tres estrellas.

    También hay un error equivalente cuando se muestran opciones “de lujo” en que se muestran, a veces sin mayor investigación, los lugares más caros dentro de un destino barato. Cuando el lugar de destino es de muy bajo poder adquisitivo los sitios elegantes, que uno puede permitirse, no se seleccionan sino que se muestran por orden de precio. Y las mismas descripciones no dan apenas detalles del lugar, sólo que es caro o más caro que el otro.

  • Los mapas
  • Los mapas que muestran las guías suelen ser pésimos.

  • Cada sitio tiene su encanto
  • Quizás el peor defecto de todos es el que indica Miguel en los comentarios: cuando todo se pinta de color de rosa pero no se entra en valoraciones, en dar preferencias. España está llena de ciudades interesantes pero si sólo tienes un día, entonces visita Madrid. Y si vas a ver dos ciudades, Madrid y Barcelona. Y para tres incluye Sevilla. Pero no, las guías dan un montón de atractivos de cada ciudad y te toca a ti decidir qué es lo que te conviene. Y constantemente hay que seleccionar y descartar lugares por falta de tiempo.

    En eso las guías de Lonely Planet han avanzado un poco pues sugieren visitas para itinerarios de dos o tres días. Pero aunque se atreven a sugerir lugares donde comer y dormir no he visto ni una sola guía que valore los atractivos de las atracciones, que se atreva a dar un 8 a la Sagrada Familia y un 7,5 al Parque Güell. Los dos son excelentes, tu verás el que ves.

  • La recomendación de restaurantes
  • Un problema común que encuentro es que las sugerencias de sitios donde comer o tomar una copa no siempre tienen lógica con la vida normal de un turista, de agenda especialmente apretada. Cientos de veces uno visita un museo, un parque o una iglesia y sale de allí a la hora de la comida. Luego mira los posibles sitios donde ir a comer que te dice la guía y no hay ninguno cerca. Al final uno acaba escogiendo al azar y sólo usa las recomendaciones de dónde comer en lugares muy pequeños o cuando se quiere dar uno un capricho y planifica la visita al restaurante como una excursión más.

    Este problema tampoco está resuelto con las páginas de Internet que te dan listados extensos de restaurantes próximos pero sin valorar o sin descartar. Te toca leer opiniones como un loco e intentar decidir.

Seguro que vosotros tenéis algo más de que quejaros. Podéis hacerlo en los comentarios.

El coste de BP

Hoy en día se habla de que el derrame de petróleo en el Golfo de México de British Petroleum (BP) es la mayor tragedia ecológica del norte de América o de todo América de los últimos años o de la historia. Sin embargo, a pesar de las típicas fotos de patos hasta las orejas de petróleo y de raspas de peces muertos y de analizar los costes de limpiar la zona o lo que dejarán de ganar los pescadores de gambas de Miami, a pesar de la fotos dramáticas, terribles, estremecedoras hay una que no se está mostrando y que tal vez lo sea aún más:

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La cotización de BP, tras haber transcurrido casi dos meses del suceso, tras una bajada del 15% en el día de hoy, está a niveles similares a los de marzo de 2009, donde se produjo una brusca pero justificada corrección de la cotización.

Es decir, que una empresa tiene un accidente (no olvidemos que no ha sido sino eso) de consecuencias catastróficas para el Planeta Azul y esto afecta a la empresa no mucho más que las fluctuaciones habituales de la bolsa. Ese mínimo en marzo de 2009, donde no sucedió nada, aún más bajo que la cotización actual, me parece infinitamente más dramático que un pelícano lleno de pringue.

Extra: Para las personas libres de prejuicios, la opción de comprar acciones de BP a precio de saldo, ¿Es éticamente correcta o no? Normalmente se habla de que ético es comprar acciones de empresas que hacen molinos de viento y no lo es hacerlo con petroleras y fabricante de armas. Pero si te aprovechas de la desgracia de las compañías que odias para ganar dinero, ¿Estás obrando de forma ética o la ética se limita a no operar con empresas negativas? Hay que entender que cuando compras unas acciones de BP a precio de saldo le estás dando a un desalmado 35 dólares por algo que a él le costó 55, luego él no está ganando dinero gracias a ti, sino perdiéndolo. Al comprar las acciones le estás ayudando a que se produzca esa pérdida.

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Petrochina
Los riesgos de la energía eólica

Conductora peligrosa

La historia de la surcoreana Cha Sa-soon, de 69 años de edad, ha aparecido en los periódicos de todo el mundo en, al menos, dos ocasiones.

La primera fue cuando se descubrió que, en sus intentos de conseguir obtener una licencia de conducir, había suspendido 775 veces el examen teórico.

La historia cuenta que Cha Sa-soon había decidido obtener el permiso de conducir una vez se había jubilado. Como vivía en un pueblo a las afueras de Seúl no quiso apuntarse a una autoescuela, para ahorrar en los desplazamientos y en los honorarios de la escuela. Así, decidió presentarse por libre.

Cha Sa-soon

Económicamente la medida careció de todo fundamento, lo que quedaría demostrado tras los sucesivos fallos en el examen. El examen coreano exige al menos un 60% de aciertos en las preguntas (en España se exige un 90%). Tras suspender el primer examen la pertinaz surcoreana volvería a presentarse cada día, durante el curso de varios años.

Los costes asociados a esta obcecación fueron elevadísimos. No sólo tuvo que pagar las tasas de examen, sino el desplazamiento diario desde su pueblo a Seúl. Las estimaciones hablan de bastante más de 3.000 euros.

Cha Sa-soon apareció de nuevo en los periódicos un año después. Esta vez con la proeza de haber conseguido superar el carné de conducir, tras 949 suspensos, a la de 950 consiguió el aprobado.

Además lo hizo obteniendo la marca mínima del 60% de aciertos. Una proeza hercúlea que demuestra hasta donde puede llegar el ser humano mil veces mejor que quien lo haga subiendo ochomiles.

Si esta mujer se hubiera presentado en España, habría tenido que pagar más de 20.000 euros para conseguir ese examen teórico.

Sin embargo lo que me ha parecido verdaderamente sorprendente, y por lo que aparece esta nota, no es nada de todo esto. Es la tercera llamada de atención solicitada por Cha Sa-soon cuando consiguió finalmente aprobar el examen práctico de conducir y obtener por lo tanto la licencia definitiva. Esta noticia, muchísimo más sorprendente que las anteriores, apenas si ha tenido repercusión en los medios.

Y es que lo más increíble del asunto fue que consiguió aprobar el examen práctico tras apenas nueve suspensos, a la décima convocatoria. Teniendo en cuenta la edad de la mujer, es probable que el dato esté muy por debajo de la media esperada.

Cha Sa-soon con su certificado para realizar el examen

En este caso tuvo que recurrir a los servicios de una autoescuela y fue como consiguió finalmente su ansiado objetivo. De toda esta historia se demuestra que la mujer no era menos capaz que otros. Su fatídico error fue insistir en prepararse el examen teórico por su cuenta. Y la insistencia en el falso ahorro de continuar presentándose a los exámenes una y otra vez sin reconocer que no era capaz de aprobar por sus propios medios.

Una historia que me ha parecido realmente extraña, superando con mucho a Graham Parker, Insomina Prize de los Marmolillo Awards 2009, el hombre que resolvió el cubo de Rubik.

Eso sí, los que tengan pensado visitar los alrededores tengan cuidado, porque en un principio los planes de Cha Sa-soon eran comprarse un camión y dedicarse al negocio de la venta a domicilio.

Fuentes: Examen teórico
Examen práctico

Cuman Trapote (al que doy las gracias) avisa en los comentarios de un interesante artículo del New York Times con mucha información de primera mano sobre Cha Sa-soon, como que ha hecho un anuncio para la marca de automóviles coreana Hyundai y que lejos de un sonado ridículo se está convirtiendo en una persona ejemplar dentro de su país, donde la capacidad para resistir es un valor muy bien considerado.

Regalo de televisión si gana España

Creo que fue a finales de los años 90 cuando se puso de moda la oferta de las tiendas de electrónica consistente en regalar las televisiones que se compraran pocos días antes de un Mundial o Eurocopa si España ganaba. La oferta es inteligente porque se aprovecha del mismo aliciente que fomenta el aumento de compras de televisores. La gente se compra un televisor porque quiere ver a España y quiere ver a España porque sueña que gane (en realidad con que pasara de cuartos de final era más que suficiente).

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Además la oferta tenía mucha lógica porque la probabilidad de que ganara España era matemáticamente insignificante. Pero a los ojos de los aficionados esta siempre era mucho mayor que la real. Con todos esos ingredientes, se potenciaban las ventas una barbaridad y a veces con un riesgo de casi cero.

Hoy en día esto ya no ocurre, prácticamente no existen ofertas así porque España es la favorita para ganar el Mundial de 2010, en su condición de campeona de Europa. Pero siguen existiendo dichas ofertas y creo que es una postura muy ridícula por parte de los vendedores el no aumentarlas y seguir generalizándolas, dado el tiempo de incertidumbre y crisis que existe.

El secreto está en el engaño psicológico de traducir ese favoritismo de la selección en un frío número. Gracias a Dios, existen las páginas de apuestas deportivas que lo traducen rápidamente. La probabilidad de que España gane el Mundial – y es favorita – es del 19% (pagan 5,3 a 1 la victoria de España en Betfair.com). Para los siguientes favoritos las cifras son del 16% para Brasil, 13% para Inglaterra y 12% para Argentina.

Es decir, que aunque España es la favorita la probabilidad de que gane es muy baja. De hecho lo más probable es, de largo, que no gane.

Aprovechando las páginas de apuestas las tiendas de electrodomésticos pueden cubrir el riesgo de estas ofertas y transformar una oferta etérea en un número concreto y finito de pérdidas concretas. Lo que suelen hacer las aseguradoras. Es mejor pagar 500 euros de seguro del coche al año – aunque no rompamos ni nos rompan nada – que la incertidumbre de tener que pagar decenas de miles de euros en caso de un costoso accidente.

Con la oferta de la televisión se puede entonces afirmar que regalar un televisor si gana España equivale a venderlo con un descuento del 16% (19% dividido entre uno más ese 19%), que ya es descuento pero que no deja de ser algo coherente con los tiempos que corren. Esta medida tiene mucha más lógica en Argentina donde el descuento equivalente del 11% es más que razonable y la sensación de ser favoritos no será menor que en España.

Igual que la tienda puede evitar el riesgo de quiebra en caso de que ganara España, una persona normal y corriente puede – y tal vez deba – transformar ese riesgo en un descuento concreto del 16% (IVA gratis).

Pongamos un ejemplo con números redondos. Supongamos un televisor que cueste 500 euros. La probabilidad de que España gane el Mundial es del 19%.

Si compramos el televisor sin más hay dos escenarios:

  • Si España gana: perdemos 0 euros.
  • Si España no gana: perdemos 500 euros (el televisor no lo perdemos).

Si queremos un descuento fijo sobre el precio del televisor, debemos apostar una cantidad a que España no gana el Mundial. La cantidad exacta a apostar depende de la garantía que se busque. Si se quiere ganar lo mismo, gane o no gane España es el precio del televisor menos el descuento esperado (16%).

El descuento esperado se obtiene de dividir la probabilidad de que gane España (19% en este ejemplo) entre uno más dicha probabilidad (es decir, 0.19/(1+0.19)).

Por lo tanto tenemos = 500€ -(19% de 500€)/(1 + 0,19) es decir: 420,17 euros, lo que hay que apostar a que España no gana el Mundial.

  • Si España gana: el televisor nos sale gratis y perdemos los 420,17 euros de la casa de apuestas. Luego hemos perdido esos 420,17 euros apostados.
  • Si España no gana: pagamos el televisor (perdemos 500 euros) pero ganamos lo apostado en la casa de apuestas (por apostar 420,17 euros ganaríamos un 20% que son 79,83 euros, más los 420,17 euros apostados que recuperamos). Luego en total perdemos 500 euros y ganamos 79,83, luego el saldo final es de 420,17 euros.

Este sistema se puede afinar un poco más si se apuesta en contra de España a mitad de competición. Es casi seguro que España pasará la clasificación de grupos (y como primera) y en tal caso el apostar en contra de España justo antes de las rondas eliminatorias estará mucho mejor pagado, con lo que el descuento puede hacerse sensiblemente mayor.

Ocurra lo que ocurra, tendremos un descuento fijo sobre el televisor. Así, quien se quiera comprar un televisor en época futbolera podrá aprovecharse de estas ofertas y obtener una interesante descuento. El inconveniente de este sistema está en que hay que disponer de más dinero para realizar la operación, mientras que el común de los mortales tiene que comprar el televisor a plazos y no dispone de ese dinero necesario para apostar en contra.

Excel con las operaciones explicadas arriba.

La dirección única

Durante mucho tiempo se pensó que cada persona que utilizase internet tendría una cuenta de correo. Esto en cierto modo se ha cumplido pues la forma de identificarse en las páginas suele ser aportando una dirección de correo electrónico.

También se pensó que la dirección sería una especie de identidad personal y por lo tanto única. Se establecieron luchas por conseguir la mayor cuota de mercado posible con la esperanza de que esos usuarios serían valiosos y estarían en cierto modo atrapados en el gestor de correo.

Pero esto no ha sucedido. Por mucho que se diga, lo habitual en Internet no es tener una cuenta de correo sino varias. Y no hablo, como casi siempre, de los usuarios super-avanzados sino de los más comunes. Cierto es que a esta excepción se sustraen los jubilados. Pero ni siquiera todos ellos.

Partamos de que se tiene una dirección de correo que es la original. Un día viste el portal “ole.com” y pensaste que la dirección carlos66@ole.com era la perfecta. No voy a mencionar casos frecuentes de personas que deciden ser ingeniosas con la dirección y se acaban dando cuenta de que direcciones del tipo amante_latino@ole.com no son las más acertadas para el día a día y acaban cambiándolas.

Además de la dirección original pronto nos damos cuenta de que como para registrase en cualquier página nos piden una dirección de correo, y muchas aprovechan para enviar spam, lo más acertado es tener una cuenta de correo específica sólo para los registros en páginas. Ahí aparece la segunda cuenta de correo que me parece casi imprescindible. carlos66spam@hotmail.com

Luego llegan los servicios avanzados. Te guste o no recurrir a él, Messenger es una de las aplicaciones más empleadas del mundo y la tercera herramienta de comunicación más empleada (por detrás del teléfono y el correo electrónico). Aunque es posible emplear una cuenta de correo que no sea “del messenger” la mayoría de la gente no se da cuenta de la forma y acaba recurriendo a una tercera dirección de correo: la del messenger. Ahora tenemos a carlos66_66@hotmail.com. Y van tres.

Tres direcciones de correo y la cuarta llega por numerosas vías. Es cierto que no todas pueden cumplirse pero desde luego que las circunstancias son comunes:

  • Necesitas una cuenta de Yahoo. Esto sucede si quieres registrarte en alguno de sus servicios, y muchos son muy valiosos como Yahoo Finance. También el “messenger de Yahoo” tiene una importante cuota de mercado y de nuevo muchas personas recurren a tener una cuenta de correo de Yahoo para emplearlo (sin ser imprescindible).
  • La cuenta de correo de la Universidad. Hay Universidades que te ofrecen todavía hoy una cuenta de correo y emplean el sistema como forma de registro para acceder a servicios de la misma (consultar notas y poco más).
  • Te compraste un dominio web por hacer la gracia o te lo regalaron en alguna promoción de estas que hacen. Tienes una dirección del tipo yo@carlos66.es

La quinta cuenta de correo llega con el trabajo. Entras a trabajar en una empresa donde hay férreos controles en los accesos a Internet. Pero donde el correo corporativo te permite seguir recibiendo la dosis imprescindible de PowerPoints enviados por cuñadas para mantenerte con vida. Con alegría les das tu nueva dirección del trabajo a tus contactos y a menudo comienzas a emplearla como cuenta de correo principal. Aún cuando no existan esos controles mucha gente suele emplear la cuenta de correo del trabajo para sus historias personales (algunas muy oscuras) sin ningún tipo de pudor. La cuenta de correo del trabajo también en sagrada para los cada vez más comunes usuarios que trabajan con BlackBerry u otros sistemas de correo para teléfono móvil.

Puede que la sexta cuenta de correo llegue de la mano de Gmail. De repente te das cuenta de que tu sistema de correo electrónico múltiple es más complicado que obtener la tarjeta de residencia en Corea del Norte. Tienes cuentas de correo para aburrir y la mayoría de las cadenas de mensajes están perdiéndose en ti. Muchos niños enfermos de cáncer están quedándose sin su cura porque no reenvías los mensajes que recibes en cuentas que ya ni tú mismo recuerdas.

Remotamente te suena que con Gmail puedes conseguir que te reenvíen un montón de correos electrónicos a esa misma cuenta. No funciona con todas las cuentas pero sí con muchas. También puede que uses gmail porque has oído que es más moderno que otros o incluso porque te guste el sistema que emplean para organizar la información. También puede ser que uses gmail porque hayas leído en alguna parte que muchas empresas no contratan a personas que escriben desde cuentas de hotmail (nunca quieras trabajar en una empresa que use criterios de selección tan profundos).

La sexta cuenta de correo puede llegar porque cambies de trabajo y vuelvas a emplear la cuenta profesional para tus asuntos personales. O incluso para el trabajo. No es del todo raro tener seis cuentas de correo.

Hay casos donde se pueden abordar numerosas cuentas de correo adicionales, ya para usuarios más avanzados. Si por ejemplo tienes un dominio de Internet (algo ridículamente barato) lo lógico es que tengas una cuenta de correo de dicho dominio. Personalmente empleo una cuenta de correo así sólo para mis chanchullos con el blog. También puede pasar que tengas algo que quieras hacer pasar por un negocio virtual confiable. En tal caso es importante dar una dirección de correo con el mismo dominio que el negocio. Si eres el dueño de setas-en-tu-casa.com queda raro indicar como correo de contacto carlos66-66@hotmail.com. Lo suyo sería algo como info@setas-en-tu-casa.com.

Personalmente me gustan sobre todo las personas que tocan diversos tipos de fraude y a lo mejor en una página de créditos personales se anuncian con una cuenta de correo de un dominio que habla de quiromancia o de multipropiedades en Panamá.

Finalmente uno puede necesitar una cuenta de correo para historias donde se quiera ser anónimo. Hoy en día ser anónimo en Internet se vende como un delito por las mismas personas que dicen estar dispuestos a matar por mantener el mayor control posible sobre su privacidad. Si uno quiere usar un nombre supuesto para ciertas cosas, podría tener que llegar a otra cuenta de correo más.

En resumen, que vivir con una única dirección de correo es casi imposible. Y aunque me rebatiréis, creo que tener cinco o seis es de lo más normal del mundo.

La tragedia del programa Padre

En España hace muchos años se inventó un software que permitía realizar la declaración de los impuestos sobre la renta de forma mucho más sencilla. Ese programa se llama PADRE (Programa Ayuda Declaración Renta ¿España?).

Las primeras versiones del programa se vendían en estancos, en forma de cederrón que instalabas en tu ordenador. Luego llegó Internet y ya se podía descargar por Internet. Como el programa era bastante grande para las conexiones de la época te lo descargabas en varias partes, a lo largo de horas, y luego las unías en un único programa.

Desde la primera versión que utilicé me llevé una impresión muy buena. He hecho algunos programas de ordenador y he trabajado con cientos de ellos pero con el programa PADRE siempre tenía en la cabeza la frase “esto está muy bien hecho”. Cada detalle era excelente, se había cuidado cada tabulación, el diseño de los menús, la forma de mostrar la información era muy clara. Comparado con el software cutre y trapero que estamos acostumbrados a emplear, salvo contadas excepciones de programas que llevan muchas versiones en el mercado, era una maravilla que algo así se hubiera hecho en España y por funcionarios.

Tenía toda la pinta de estar programado en Visual Basic y la instalación y desinstalación eran muy sencillas y limpias. Era un programa ante el que no tenía ni una sola queja, lo habría votado entre los diez mejores programas que había usado jamás. Es cierto que no sirve para diseñar casas ni para retocar fotografías, pero lo que hace lo hace de forma sencilla, clara y eficaz.

Este año sin embargo me he encontrado – y seguramente algunos de vosotros también – con un programa totalmente diferente. Lo han reescrito desde cero, usando Java, para que sea también compatible con otros sistemas operativos (Linux y Mac). El resultado de este cambio ha sido triste, pues se han dado muchos pasos hacia atrás.

La estabilidad ha desaparecido. La aplicación se ha quedado colgada un par de veces, han fallado cosas triviales por presuponer rutas de instalación, hay problemas con los permisos de acceso. Sigue permitiendo realizar la Declaración de la Renta, pero causa cierta pena ver cómo se ha destrozado un programa tan bueno, con un resultado tan poco logrado.

Estos pasos hacia atrás son a veces necesarios. Un porcentaje tan pequeño como ruidoso de usuarios utiliza principalmente el sistema operativo Linux y se quejaban de que algo hecho “con el dinero público” no fuera compatible con el software de su elección. Desde luego, su queja es legítima. Aunque recuerda los absurdos de un país en crisis que tiene que gastar fortunas en reformas para que cualquiera pueda hablar en el idioma regional que guste y todo el mundo pueda enterarse de lo que dice, aún cuando casi siempre esa persona conocerá el idioma común.

El esfuerzo en hacer compatible el programa con otros sistemas ha llevado a que el programa que antes funcionaba de forma impecable ahora falle con cierta frecuencia. Si a mi me ha costado realizar la presentación telemática, me imagino que a un buen porcentaje de usuarios les habrá supuesto la renuncia al proceso y la vuelta al sistema clásico de que te la hagan en las oficinas del Ministerio de Economía y Hacienda.

Se supone que el año que viene la mayoría de los errores estarán subsanados y tanto unos usuarios como otros podrán disponer de un programa que funcione en todos los casos. Personalmente echaré de menos esos cuadros de entrada de texto tan majos y logrados, esos avisos de que no había marcado el indicativo de colaborar con la Cruz Roja.

Aparte: Estoy totalmente en contra del penoso sistema de ahorro presupuestario consistente en recortar los sueldos de los funcionarios que más ganan. Me consta que en Hacienda tienen un departamento informático excelente y siempre tratan de captar a los mejores nuevos funcionarios. Si se quiere poner orden en la economía española hay que meterle la tijera a las pensiones, la gran ficción que no puede durar eternamente.

Ánimo de lucro

En los comentarios a una entrada hay varias personas que están cuestionando el que esta página tenga publicidad – y poco discreta – y sin embargo en la página de “Acerca de” indique:

ESTA PÁGINA NO TIENE ÁNIMO DE LUCRO

Cuando uno dice “sin ánimo de lucro” inmediatamente viene a la cabeza la idea de una ONG (Organización No Gubernamental). Hay muchas asociaciones sin ánimo de lucro y claro, ¿Es esta página como ellas?

Desde los mismos orígenes de Internet ya puse de manifiesto que yo no era una ONG. Y una página tampoco puede serlo. Ni siquiera la página de una ONG es una ONG. Es una página de Internet.

Al margen de ese sentido de “ánimo de lucro”, ¿Qué otros sentidos tiene la expresión del lucro? Pues según parece se refiere a cuando se realiza un delito y se ha menoscabado el patrimonio o los bienes de una persona. En función del valor de lo que se robe puede tratarse de una falta o un delito.

Desde luego el término no es muy adecuado y cada cual lo entiende como le parece. Lo que quiero decir con esa expresión es lo siguiente:

Que el hecho de escribir en la página no es con el ánimo de ganar dinero. Y que como muestra de ello está el hecho de que he escrito durante cinco años sin que hubiera ningún tipo de publicidad. Que queda fuera de duda que la motivación de escribir en la página no es el dinero que pueda ganar, sino porque me apetece.

Ahora bien, en lo del lucro – y en todo lo que tiene que ver con Internet – se tiende a mostrar como que hay dos posturas, y que o estás en una o estás en la otra.

ONG: Página que apoya el software libre, la compartición de series de HBO, a favor de Greenpeace, de Cuba, del Sáhara, en contra de la SGAE, en contra de Telefónica, en contra de Microsoft. Consigue dinero mediante donaciones. Cuelga música libre porque la música con copyright no es de calidad. La página se puede copiar entera pero hay que indicar la fuente.

Ánimo de lucro: Página con publicidad – que adquiere el término de intrusiva – con temática parcial, publicidad encubierta, artículos donde se habla bien de multinacionales, de contaminación, de comida rica en grasas, del tabaco, donde hay que pagar por todo. Que tienen contenidos que son por suscripción, que tiene un infame símbolo de copyright.

Desde luego si tuviera que elegir entre una y otra, me quedaría con la segunda. Pero afortunadamente el mundo permite matices, y los hay para aburrir. ¿Y por qué hay tanta gente que se deja atrapar en esa aparente dualidad?

En parte están los que van con el cuento del no ánimo de lucro. Ponen poca publicidad en la página o incluso ninguna pero luego la aprovechan para ganar dinero por otras fuentes.

Entonces podría tener la página sin publicidad y luego conseguir clientes indirectos y estaría en la línea ONG pero cobrando. O mendigar donaciones pero sin publicidad. Si alguien donara (nadie lo hace según todos los estudios que no se publicitan mucho porque dan verdadera pena) podría ganar más que con la publicidad. Pero seguiría teniendo sentido como “página ONG”.

En conclusión, que cada uno entienda lo que quiera o que se me critique como si hubiera iniciado un movimiento en forma de búho. Es ridículo hacerlo por esto cuando he contado tantas cosas mías que son mucho peores.

Creo que lo que distingue a esta página sobre muchas otras en lo del lucro es que al no poner mi nombre ni mi careto he renunciado al lucro más importante de todos: conseguir contactos profesionales gracias a la página.

Un comentario decía que la publicidad que pongo es muy molesta. A mi no me gusta, pero veo que Internet es así y derivará hacia esa línea porque lo que está funcionando es la publicidad y el resto de cosas lo hace de forma marginal.

También me decían que con esa publicidad pierdo lectores y mi ánimo debería ser “estar contento por que me lean”. Bueno, en realidad me gustaría ganar dinero y al mismo tiempo que me leyeran. Y la verdad es que tanto una cosa como la otra las consigo y en cuantía equivalente: algún dinero, algunos lectores. De nuevo la extraña idea dual de ser leído o ganar dinero. Se puede encontrar un término medio. No soy la única persona del mundo que ha puesto medios para impedir salir en “páginas de promoción”.

En fin, no soy muy coherente pero insisto en defender que no hay ánimo de lucro. Ya he contado algunas veces que me parece ridículo decir que hay que cubrir los gastos del servidor. O gastar el dinero en pagar el ADSL. O como otras páginas que afirman que quieren compartirlo con los lectores (y se quedan en la idea). No es un dinero que vaya a una cosa concreta, actitud manirrota donde las haya. Forma parte del dinero que gano, con el que compro libros, ropa de marca, alcohol, facturas de la luz, cenas gualtrapas. Y con el que tal vez me compre una casa, o una multipropiedad, o un coche, o un viaje a Tailandia de turismo sexual o a Cuba por solidaridad con el régimen (que es lo mismo). Eso os puede parecer mal, pero aún así no estará tan claro si la página tiene ánimo de lucro o no.