Censo público

Me preguntaban al hilo del anterior artículo sobre las mesas electorales si hay alguna forma de conocer los nombres de las personas que formaron parte de las mesas en las votaciones.

He estado buscando por Internet y aunque se supone que es un proceso de enorme apertura y publicidad, la realidad es que en Internet no hay nada de nada.

Se publica el censo en papel y puedes ir al lugar correspondiente en las fechas señaladas y leer los murales empapelados con nombres. Cualquiera puede hacerlo. Pero no se pueden leer en Internet.

Tiene su parte de lógica, los murales se pueden leer, lo de Internet se copia, pega y procesa en pocos minutos y tienes publicidad no deseada en el correo a la voz de ya. Pero hay un punto importante y es que ya no sirve decir que la información está disponible para quien la quiera.

Tienes la información, pero en formatos no digitales. Puedes ver en el tablón del colegio electoral la fecha de nacimiento de tu vecina o la dirección exacta del otro Ramírez de tu mesa de votación, pero no esperes que eso esté disponible en formato digital.

Y no es porque no haya medios para hacerlo, es probablemente para nuestro bien. El censo electrónico lo tienen todos aquellos que se hayan inscrito como partidos políticos. Pero los ciudadanos dudo mucho que puedan conseguirlo.

En cualquier caso quería escribir para celebrar otro avance en la informatización de la Administración Pública. La página del Insituto de Estadística donde puedes comprobar tus datos censales (si tienes certificado electrónico) se puede consultar en catalán, gallego y vasco, pero por fin ¡Existe también la opción de valenciano! Ni qué decir tiene que los mallorquines estarán pronto en la cola de las discriminaciones.

¿Administración en inglés? ¡Pero si los guiris no tienen que hacer trámites administrativos!

Presidente de mesa en elecciones

Preámbulo

Ante todo quería felicitar a los que me desearon de pensamiento o de palabra que me tocara de presidente de mesa en las próximas elecciones, tras aleccionar sobre formas imaginativas de ejercer el voto nulo. Vuestra petición fue oída por el Altísimo. Ahora sólo os sugiero que os pongáis metas más altas y provechosas, que vuestras plegarias vayan orientadas a tareas más necesarias para el bien común. Tenéis un don que merece ser usado para el bien.

El caso es que en estas elecciones Europeas del 2009 me tocó ser Presidente de Mesa, ni suplente ni vocal venido a más. Presidente de primeras. La notificación es un excelente ejercicio de persuasión. Apenas si te dan más datos que los siguientes:

a) Tienes que estar allí a las ocho de la mañana.
b) Si no vas, penas de prisión de 14 a 30 días.
c) Si quieres poner una excusa, esta tiene que ser muy sólida e ir acompañada de documentación muy concluyente.

Antes de empezar

Es la típica situación en que una persona de extracción social baja recibe la notificación, la tira o la rompe en el acto y luego no le pasa nada. Pero el ciudadano de poca monta entiende que no tiene otra que ir. Asín que me tocó contar con que el domingo siete de junio era un día que tendría que destinar a otros.

El primer debate de interés es qué sentido tiene que un país, que puede estar orgulloso de tener un potente ejército de desempleados, emplee para uno de estos trabajos a los pocos que aún conservan su empleo. Y por si la productividad española estaba en tela de juicio, al día siguiente las empresas que los contratan tienen que regalar cinco horas libres porque sí. Eso si los miembros de la mesa electoral no trabajan en domingo porque en tal caso también tienen que regalar el día completo.

La causa de que en España no se pueda hacer algo así es que las listas del censo no tienen relación ni se cruzan con las del Ministerio de Trabajo o el de la Seguridad Social. Nuestra obsesión por la seguridad de la información sólo sirve para que cada cual tenga su archivo propio de datos. En cierto modo hay que entenderlo, si para realizar la selección de la mesa se dispusiera del dato de que un elector está parado o no, se podría realizar un cálculo del número de desempleados en el que el Gobierno no podría influir. Porque ese dato, al formar parte del censo, estaría accesible para cualquier partido político que lo solicitara. La oposición podría ajustar las cifras hasta el céntimo de parado. Y eso no es bueno.

Además, se podrían hacer envíos de publicidad electoral personalizados, al parado prometiéndole que recuperaría el trabajo y al trabajador prometiéndole que no perdería el suyo.

La información censal es mínima. Nombre, apellidos, edad, dirección y nivel de estudios. Cuando te preguntan el nivel de estudios lo hacen única y exclusivamente para saber tus opciones de cara a ser elegido en las mesas electorales. Porque para ser Presidente de Mesa tienes que tener algo más que la enseñanza escolar mínima. No mucho más.

En otros países la opción empleada para seleccionar a los miembros de la mesa es permitir que puedan asistir voluntarios. Aunque el sueldo es propio de un McDonald’s de países en vía de desarrollo, siempre habrá alguna persona que esté interesada en hacer el trabajo voluntariamente. Y luego, si quedan vacantes, se puede recurrir al censo.

Pero si cruzar los datos del censo con los del Ministerio de Trabajo puede ser útil, hacerlo con los de la Seguridad Social es ya casi imprescindible. No se puede hacer, lo entiendo. Pero se debería.

Las primeras horas del día

Porque llega el día de las elecciones y el Presidente de Mesa, los Vocales y los numerosos suplentes se presentan en el colegio electoral. Los primeros resignados; Los segundos rezando por no tener que cubrir la vacante.

La situación es extraña. En cuanto te presentas en la mesa junto a la caterva de suplentes deja de haber orden alguno. Tú pasas a estar al cargo de toda esa gente y de organizar las cosas. Y es un problema porque en menos de una hora estarán votando los primeros jubilados.

No quiero hacer una crítica destructiva, todo lo contrario. Quizás el punto más débil de todo el proceso de las elecciones sea este punto. Un hombre un voto. Vale. Pero el sistema asume que cualquiera puede formar parte de una mesa electoral.

Aquí entramos en disquisiciones sobre los propios ideales de la democracia y aquello de los derechos y deberes. Te toca estar en una mesa y lo asumes: deberes. Pero al mismo tiempo tienes el derecho a formar parte de este circo. Y claro, eso no admite ningún tipo de exclusión.

Volvemos a lo de antes. El censo electoral es una lista de nombres, niveles de estudios, edades y direcciones. Sólo las personas mayores de 65 años se libran de formar parte de una mesa electoral.

Pues bien, esa exclusión es una auténtica aberración. Es decir, que basándote en la poca información que aporta el censo sólo puedes determinar que ciertas personas no están en condiciones de realizar ese trabajo por la edad (los mayores no forman parte de las mesas) o por el nivel de estudios (los iletrados no pueden ser Presidentes de Mesa). Ahora bien, en cualquier actividad del planeta tierra se sabe que existen muchos otros condicionantes que excluyen a una persona de realizar estos trabajos.

Una mujer embarazada de 8’9999 meses tiene el derecho y el deber de estar en la mesa, si tiene la suerte de que le toque. Pero si tiene un bebe de días también podría tener que realizar estos trabajos.

Un tetrapléjico tiene la posibilidad de no participar en las elecciones, pero no es una exclusión inmediata. Es decir, él tiene que solicitar antes de las elecciones el ser excluido de la mesa. Si no lo hace, tiene la opción de presentarse en la mesa.

Cualquier persona con algún tipo de minusvalía considerable: un ciego, un sordomudo, un deficiente intelectual, un loco, todos tienen la opción de excusar su participación pero es simplemente una opción.

Porque ellos pueden decidir que es más engorro solicitar varios certificados y asistir a la Junta Electoral para demostrar su incapacitación que la propia asistencia a las elecciones en un domingo.

Y aquí llega el punto más importante. El Presidente de Mesa no puede decidir que una persona no está en condiciones para realizar ese trabajo. Es decir, te toca capitanear un barco y la tripulación la eligen al azar.

Desde luego el trabajo no es complejo, pero está claro que hay personas que no pueden hacerlo. Tener en la mesa a alguien que se pase las horas sentado sin hacer nada, porque mejor que no lo haga, es absurdo y contradice todo el sentido de las elecciones. Hacen falta tres personas en una mesa. Si no vas, prisión al canto, pero luego si no haces nada, no importa. Se supone que tu no asistencia es un grave perjuicio para la democracia y bla,bla,bla, pero luego si tu única misión es cumplir el onceno mandamiento: no estorbar, no hay de qué preocuparse.

Pues bien, esto es sólo una opinión personal, no hay que entenderla de otra forma, ni en modo alguno como una sugerencia. El único riesgo de ser imputado por esos 14 a 30 días es que no se pueda constituir la mesa. Hay un montón de suplentes y suplentes de suplentes. Nueve personas para tres puestos. Allí nadie pasa lista con lo que si falta uno, se corren los puestos de acuerdo al orden que cada uno tenga. Si el segundo suplente de segundo vocal no se presenta y no es requerido nadie se va a dar cuenta ni siquiera de que existía.

No se rellena una lista de presentados, simplemente se eligen a los tres miembros o miembras y el resto que se marche para casa. Ahora bien, si por un enorme cúmulo de desaciertos no se llega a las tres personas, tierra trágame.

Lo más normal es que esa mesa no se pueda formar, salvo que el Estado tire de funcionarios contratados de emergencia. Según la Ley, esa mesa tendría que votar el día siguiente al de las elecciones y claro, en un colegio. Sería como meter una gran piedra en un engranaje. Si todo va bien, va como la seda. Pero si se bloquea el mecanismo, todo se va al garete. Tienes a toda España votando menos a unos pocos de un barrio, al colegio que no sabe que hacer, los niños quizás tengan que faltar a clase. Costaría mucho dinero y entonces alguien tendría que dormir a la sombra unos días por culpa de ello. Pero esto ocurrirá en un caso entre un millón.

Como Presidente de Mesa mi primera labor fue reconocer a mis vocales. El primer vocal era el toxicómano del barrio. Vamos, el yonqui que todo el mundo ha visto una y otra vez por el barrio. Me estuvo contando que si no estaba en condiciones de hacer su trabajo, que estaba en tratamiento psiquiátrico, que si no sabía leer ni escribir. Todo el mundo sabe que eso es mentira, pero también que es un hombre de 45 que aparenta 75.

Mi primer error en el cargo de Presidente fue decidir que esa persona no estaba en condiciones de ejercer ese trabajo. Lo mandé para casa y me quedé con la primera suplente. Con la Ley en la mano, no estaba facultado para hacer eso. Porque se supone que es un trabajo que cualquiera puede hacer.

En realidad todo el mérito fue de las suplentes que eran dos mujeres muy comprensivas y entendieron que ese hombre no contaba para el puesto. La segunda suplente de vocal aceptó y luego cuando vimos que la primera suplente también estaba le consulté y ella aceptó quedarse.

Es una situación interesante que merece ser pensada para futuras elecciones. Hice lo correcto pero tal vez legalmente obré incorrectamente. Aquí usé el sentido común pero eso a veces te lleva a la cárcel. Pues un problema de las elecciones es el que estás metido en las entrañas de la democracia. Puedes descargarte la discografía completa de Telemann de internet y es más grave que si te la robas del Corte Inglés, pero es que si cometes un “delito electoral” pasas a la misma categoría delictiva que personas que han dado un golpe de Estado, políticos con niveles de corrupción extraplanetarios y falsificadores de moneda y timbre.

Cuando estás en una mesa tienes que cumplir aquello de “El desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento” pero sabiendo que los desconocimientos pueden tener consecuencias muy graves. No es lo mismo cometer un error que se cita en un anexo a una Ley que es una enmienda de otra Ley que cometer un error que afecta a un artículo de la Constitución Española.

El caso es que acepté las excusas del vocal y me quedé con la primera suplente. En otra de las mesas no sucedió esto. A la Presidenta le tocó lidiar con dos personas que aparentemente eran normales pero que luego se vio que una no oía ni veía casi nada y la otra no sabía apenas leer o escribir. Para ella las elecciones fueron una pesadilla pues tuvo que hacer casi todo el trabajo. Estuvo al borde del síncope y el ataque epiléptico durante doce horas de trabajo. Eso no está pagado.

La jornada electoral

Mi mesa electoral fue un lujo. Mis dos vocales eran personas encantadoras, entretenidas, trabajadoras y eficientes. Sólo el recuerdo de lo que podía haber sido hacía la jornada mucho más llevadera. Pero es que eran como dos compañeros de trabajo estupendos, como cuando llegas a una oficina y al cabo de unas semanas te das cuenta de que sólo hay dos que trabajan de verdad. Pues a mi me tocó con esas dos personas.

El trabajo en unas elecciones consiste en lo siguiente. Llega un individuo, normalmente un ser humano. Te entrega la documentación y compruebas su identidad. Buscas su nombre en una lista del censo y si lo encuentras haces una señal de que ya ha votado y escribes en otra hoja el orden de ese votante. Esa lista es muy curiosa, pues te permite saber no sólo quienes votan sino en qué hora (aproximadamente) lo hacen.

Este dato es tan significativo que incluso los partidos políticos tienen a interventores que se pasan la jornada copiando la lista de votantes, como los números de la lotería de Navidad. Copian por orden los números de votante, sin llegar al detalle de la hora. Imaginaros 4.847 mesas electorales en que un interventor del Partido Popular y otro del PSOE tienen que localizar el número correspondiente al votante y apuntarlo en una casilla, así durante once horas. Volveremos a esto un poco más abajo.

A mi me gustó formar parte de la mesa electoral. Era entretenido, muy pesado por el total de horas pero es como trabajar en una tienda. Hay ratos en que no hay clientes y otros en que llegan todos de golpe.

Los votantes

Y es que no deja de ser un baño de realidad. Es uno de esos sitios de los que escribí una vez, llamándolos lugares democráticos. Un lugar que te devuelve al mundo real, dejas de ver a personas iguales que tú, de tu misma clase social, ves la media desde dentro.

Me sorprendió la cantidad de personas que están hechas polvo. Mayores que son vegetales con ruedas, que están vivos porque votan. Muchas personas con retraso mental (o el eufemismo que prefieras usar) que normalmente no ves por la calle. Gente que está muy mal y no sabes exactamente por qué.

Pero ya digo que me gustó la experiencia, porque a veces se pierde un poco el contacto con la realidad y qué mejor manera de hacerlo que esta. Cada persona llegaba de una forma distinta, pero todos a hacer lo mismo. Siempre trato de aprovechar lo bueno y lo malo y pensé que si pasaba un montón de horas ahí sentado podía hacer unas pocas de encuestas a pequeña escala.

Las personas con problemas graves suelen no votar. Vienen con alguien y ese alguien hace todo: enseña su documentación y entrega su voto. El votante virtual queda como un monigote sin voluntad. Teóricamente el voto lo tiene que entregar cada persona de su mano, pero no hay que ser más papistas que el papa.

Luego me sorprendió que había hombres de mediana edad que no llevaban su propia documentación. Que la mujer con el superbolso llevaba todos sus papeles. En general los hombres son unos parias en todo lo que tiene que ver con el trato administrativo. Lo veo a menudo en los hoteles del extranjero, cuando una pareja viaja a un país en el que usan otro idioma, es casi siempre la mujer la que saca las castañas del fuego, aunque sea en un castellano gesticulante. Otra de las secuelas de un país volcado en la construcción.

Las mujeres, siempre con esas carteras gruesas como el tomo de Guerra y Paz. Llevan toda su vida en ella, sin darse cuenta de lo inútil que es pasear las tarjetas del Ikea, Carrefour, Fnac, tres tarjetas de crédito, fotos de la familia, billetes de metro de cuando lo inauguraron, recuerdos de la Alhambra, amuletos, cartas del Tarot, teléfonos útiles y otros no tanto, recibos de haber sacado dinero y facturas. Vas paseando toda tu vida en un bolso y luego si te lo roban, te lamentas de haberlo perdido casi todo.

En la cartera hay que llevar lo justo. El DNI (documento de identidad) apurando, una tarjeta de crédito como mucho y el efectivo que necesites. Porque luego te pasa lo siguiente que noté en las elecciones:

Mucha gente va con documentación falsa. Tuve que mandar para casa a una señora que sólo tenía una fotocopia en color de su DNI. Pero también tuve que lidiar con un señor que tenía un DNI que a todas luces parecía falso. Y no digo que fuera otro elector, pues la foto era la suya sin dudarlo, sino que hay gente que hace fotocopias en color de su DNI y lo plastifica a conciencia de forma que aquello parece un DNI pero le faltan los rasgos de relieve y marcas especiales. Y si haces un documento que parece verdadero pero no lo es, entonces es un documento falsificado. No importa que tú seas el dueño del documento original, la falsificación es independiente del poseedor de la misma.

La señora que no votó decía que había perdido el DNI hacía años y ya no se planteaba el sacárselo de nuevo. Es decir, asumía que a partir de ahora tendría una falsificación de su documentación, para siempre.

Los que asistían con carnés de identidad caducados eran los menos, pero alguno apareció con uno que llevaba veinte años caducado. Eso es legal, la fotocopia en color no. Me llamó la atención que las personas mayores tienen ya carnés de vigencia perpetua, para ahorrar esas molestias. En los carnés más modernos el sistema asocia una fecha de vigencia hasta el año 9999 (cómo se nota la mano informática) mientras que en el formato anterior figuraba la palabra “perpetua”. Y es en el penúltimo de los formatos en el que no se recogía esta posibilidad y donde se encuentra uno las caducidades de récord.

Me estuve fijando en los nombres y apellidos de la gente, algunos muy curiosos e interesantes. Un señor mayor llegó contándonos un ingenioso monólogo sobre su genealogía, pues su madre tenía el inusual nombre de Leona. Estas personas resultan entrañables, sabes que han contado eso mismo un montón de veces, sin cambiar una coma, y la ilusión con que lo cuentan te contagia y te hace sentir feliz.

La estadística no falla. Por la mañana sólo votan las personas mayores. Al medio día los matrimonios, por la tarde los jóvenes. En general, en mi barrio, la población joven es muy escasa. O bien porque son la mitad que no vota, o bien porque la pirámide de población ya no tiene forma de pirámide.

Mejorando el sistema

Me he quejado de algunos aspectos que creo que deberían cambiarse, pero tengo que reconocer que el sistema electoral me pareció un diseño muy eficiente. Tenía claro que en lugar de quejarme iba a tratar de pensar en cada momento qué cosas podrían mejorarse y cómo. Cuando llegas a las 8:00 ya está todo montado, hay gente que ha estado trabajando desde mucho antes de que tú llegaras y mientras se realiza el recuento hay otros que van recogiendo. No son los clásicos diez operarios en que trabaja uno y el resto mira. Eran dos personas que trabajaban con conocimiento y eficacia, desmontando las cabinas de votación y recogiendo urnas y papeles.

Los policías estaban siempre presentes y hacían su trabajo como mejor sabían. Había una funcionaria del gobierno que estaba para atender cualquier consulta (no tenía ni idea pero por lo menos podía llamar a alguien que supiera y te alegraba la vista de vez en cuando). Un cartero pasó a recoger la información necesaria, dos veces en la jornada electoral. Otra persona llegó a medio día para pagar la compensación a los miembros de la mesa. Otra funcionaria apuntó el recuento parcial y final para enviarlo de inmediato al centro de estadísticas central y que los telediarios tuvieran cosas que contar.

Me pareció que estaba todo bien pensando, no había desperdicio de funcionarios o de gorrones. Felicito a los que hayan dedicado su tiempo a perfeccionar el proceso porque es casi impecable.

La única opción de mejora es la informatización y siendo racionales encarecería el sistema, lo haría más complicado de usar y menos confiable. No es lo mismo manejar una caja llena de papelotes que tener que preparar terminales, terminales suplentes, buscar enchufes en colegios que no los tienen, personas que sepan usar el ordenador, etcétera.

La misma esencia de las elecciones es el localizar a una persona en la lista, indicar su número de orden de votación y que ya ha votado. Esto se hace con Excel casi por defecto. Para un programador informático sería trivial hacer una aplicación que hiciera lo siguiente:

Escribes las primeras letras del apellido y te va mostrando coincidencias en ese censo o en otros de ese mismo colegio. Si la persona está en otra mesa el sistema indicaría el número de dicha mesa y si está en la correcta, con un click se acepta el nombre y se tiene apuntado el orden de votación, la hora de votación y que esa persona ya ha votado.

Como esta información es pública y no tiene misterio alguno, podría actualizarse en tiempo real y se podría hacer una gráfica continua de participación, sin los arcaicos saltos de “recuento a las 12:00”, “recuento a las 16:00”, “recuento a las 18:00”. El problema estaría en que serían necesarios terminales portátiles para los miembros de las mesas y eso sería muy caro.

La modernización podría llegar por parte de los interventores. Ellos copian esa misma información para los partidos políticos. Es un trabajo engorroso, molesto y muy sujeto a errores. Si lo hicieran con un programa informático para móvil les resultaría sencillísimo y podrían enviar los datos con cualquier periodicidad en tiempo real. Los partidos políticos podrían implementarlo en algunos teléfonos, como sistema de prueba, para los interventores que fueran personas jóvenes. Cuando los teléfonos se conecten a Internet con normalidad y sin mecanismos ortopédicos sería posible realizar algo así de forma muy sencilla.

Y sería entonces cuestión de meses que la Junta Electoral, al encontrar un sistema que reduce el tiempo de recuento de votantes a menos de la cuarta parte, lo emplease de forma masiva. Pero insisto que el sistema actual es muy eficiente, dentro de las posibilidades que permiten el papel y el lápiz.

Otra posible forma de mejora es el uso de las personas en la Mesa Electoral. En realidad toda la carga de trabajo está al principio y al final. La figura de miembros de la mesa a tiempo parcial sería interesante. Si no fuera por el final, que tiene que agilizarse al máximo para tener el recuento lo antes posible, se podría hacer el mismo trabajo con la mitad de gente, aunque puntualmente se formarían colas.

Gentes de la política

Los interventores son personas de los partidos que se incrustan en la mesa para comprobar que todo va bien y se realiza con legalidad. Es una figura interesante y respetable. Pensaba que eran veteranos con gran conocimiento del proceso electoral. La verdad es que saben más bien poco y a veces dan datos equivocados. Llevan mucho tiempo sentándose y apuntando pero no están seguros del funcionamiento de las elecciones y te sacan de pocas dudas. Dentro de sus limitaciones, el manual que te dan junto a la funesta carta de nombramiento como miembro de la mesa está muy bien redactado y es de gran ayuda. Es un ejercicio de concisión y dice lo importante en pocas páginas. Buen trabajo.

Los interventores son la esencia de la política. Los que yo vi eran la base verdadera de toda esa maquinaria que a veces nos repugna. Vemos al bronceado político de bolsillos llenos y sentimos asco. Pero en la base de la escalera se encuentran mucha personas que con cierta candidez defienden unos ideales que a veces saben que tienen mucho de ideales y poco de posibilidad de llegar a la práctica. Gente que se alegra de recibir una carta genérica firmada por el Presidente del Partido en el que les agradecen su trabajo. Que con chocar la mano de un político de regionales se dan por satisfechos. Los que envuelven los bocadillos que se reparten en los mítines. Puedes no estar de acuerdo con lo que hacen, como con los editores de la Wikipedia en castellano, pero siendo personas animadas por valores te despiertan simpatía y admiración.

Entre partidos rivales se llevaban como lo que eran, compañeros de trabajo en distintos departamentos. Me gustó lo que oí por parte de uno de los del Partido Popular, hablando con los del Socialista. Decía que las campañas habían sido nefastas y un cúmulo de insultos. Que le sorprendía cómo el Partido Socialista no había aprovechado o por lo menos intentado aprovechar que su candidato era una eminencia (varias carreras universitarias, doctorados por todo lo alto, premios extraordinarios). Y es verdad, uno ve a un político canario o andaluz y siempre se queda con la idea de persona dicharachera y se olvida que en muchos casos es alguien con una formación impresionante.
Que yo me enterara por boca de alguien del PP, el mismo día de las elecciones, de todo esto, es señal de que algo se ha hecho malamente.

El recuento

Contar los votos es la parte más importante. Las cuentas tienen que cuadrar: número de sobres, número de papeletas y número de votantes de la lista que se va rellenando durante todo el día. Con un equipo ejemplar hicimos el recuento de una forma metódica, alemana y casi suiza. Cuando sacamos el último sobre estaban todos en sus montoncitos bien ordenados, cuadrados como las papeletas que se presentan para elegir el voto. La mesa daba gusto verla. Todas las cuentas cuadraron al detalle. Es cierto que los votos nulos causan molestias a la mesa. El resultado parcial fue una victoria del Partido Socialista, por pocos votos.

La parte del recuento se hace con presión para dar los datos lo antes posible. Y todo el mundo quiere copia de todo, por lo que hay que rellenar un montón de hojas. En mi mesa todo fue sencillo. En la mesa en que una compañera se encontró con dos pesos muertos como vocales, hubo un descuadre de votos gigantesco (de más del 20%). Es lo malo de que cualquiera pueda estar en una mesa electoral. Al final la pobre presidenta tuvo que hacer todo el trabajo para conseguir tener las cifras bien.

En una hora ya tenía el recuento realizado y la documentación preparada. Faltaba la parte final, en que el Presidente de la Mesa tiene que entregar un par de sobres en el Juzgado. Este es el segundo pie de que cojea el sistema electoral. Puedes convencer a un funcionario de que pase un domingo en un colegio a cambio de una gratificación. Y a un cartero. Y a los policías. Pero a los jueces no. Porque no hay tantos y porque su trabajo no es ese. Ellos trabajan en el juzgado, un domingo por la noche. Y te toca ir allí a darles la documentación.

El punto es que la documentación que entregas no sirve para nada. Son originales de documentos que nadie va a exigir porque lo que cuenta, que es el recuento, se lo ha llevado un cartero a las nueve de la noche y la copia la ha presentado la funcionaria para que se pueda hacer el recuento de la televisión. Lo otro es “la parte oficial” de este circo. Para que en caso de una reclamación se pueda localizar el documento original.

Pero es que se hace el recuento en una hora y sin embargo tienes que esperar durante más de una hora (hora y media en mi caso) a que vengan a recogerte para ir al juzgado con la documentación. Teóricamente no puedes ir por tu cuenta, te tiene que llevar la policía. Y no lo hace en un coche patrulla, lo hace en un autobús escolar que va realizando una ruta por un montón de colegios. Esto en Madrid significa que tienes que perder un montón de horas, tras un día de mucho trabajo, para entregar un par de sobres que no sirven para nada.

Y esto desquicia a muchas personas que están deseando cerrar ese día. Tras haber pasado por tanto, toca esperar durante horas muertas sin la certeza de cuándo llegará ese autobús. Pero bueno, que al final llega. Y en el juzgado está todo muy automatizado y hay que esperar poco para entregar los sobres, que nadie abre.

Esta es la otra parte que habría que mejorar, pero no sé muy bien cómo. Supongo que el cartero es confiable sólo hasta cierto punto y por eso uno debe realizar el envío de la documentación por sí mismo. Los jueces no pueden desplazarse, eso es lógico. La policía no puede poner un coche patrulla por cada Presidente de Mesa, porque la mitad de la policía está ejerciendo labores de escolta para los políticos y sus familiares. No hay medios para la fiesta de la democracia, sólo para los feriantes de la misma.

Resumen

No es una experiencia que se desee repetir, pero es como la mili, con el tiempo se recuerda todo mejor y te hace un hombre. Tiene aspectos positivos, te reconcilia con tu barrio. Me gustó ver la mesa de al lado, que tenía a un toxicómano rehabilitado y que terminó con todo antes que mi propia mesa, que trabajaba como un consulado suizo. Ahí se ve lo idílico del reformar a una persona, ver que alguien así trabaja codo con codo con personas “normales” y puede sentirse bien haciendo correctamente un trabajo valioso.

Tiene alguna ventajas estar en la mesa, al día siguiente te dan cinco horas libres en el trabajo. Yo he gastado la mitad en contar mi experiencia. También te dan un bolígrafo, un fluorescente y una regla numerada. Menos da una piedra.

Un mes con WordPress y sin Movable Type

Después de más de cinco años trabajando con el gestor de páginas de Movable Type el salto a WordPress me echaba para atrás. Los motivos que tenía eran:

a) Perder lo que ya sabía. Después de muchos años con un sistema uno lo conoce y sabe usarlo con bastante soltura. Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.
b) La seguridad del segundón. No hay nada como usar un sistema que no es el que usa todo el mundo. Las vulnerabilidades, sistemas de spam, ataques, todo está pensado para WordPress que es el número uno de la lista. Por eso ir con el segundo tiene muchas ventajas, te puedes despreocupar.
c) El cambio siempre es traumático. Se rompen links, se pierden páginas, Google se vuelve loco, tú te vuelves loco.
d) Hay que cambiar el diseño. Aunque haya plantillas de diseño, siempre hay cosas que quedan regular y toca el ingrato trabajo de mejorarlas o adaptarlas.
e) Ancho de banda. Lo buenísimo de Movable Type es que genera páginas estáticas y eso se traduce en tiempos de respuesta más rápidos (la página se carga antes) y en menor consumo de ancho de banda.

De un modo u otro, tras un mes de experiencia, casi todos esos aspectos están totalmente superados.
a) Aprender lo desconocido. En poco tiempo de uso ya sé más WordPress de lo que conocía Movable Type. Y es que Movable Type se ha quedado atrapado en su propia ingeniería y ahora mismo es un producto ortopédico. Todo lo que quieras hacer es más o menos complicado. Me parece una opción inaceptable para los usuarios poco avanzados. WordPress está diseñado con mucho conocimiento y es un producto sorprendentemente sencillo.
b) Seguridad. Esto es algo que nunca se sabe cuando te puede tocar. Hasta ahora no ha habido problemas con el spam, sólo con Askimet se paran todos los bombardeos de publicidad.
c) El cambio de links era quizás lo que más me preocupaba. El sistema de direcciones de Movable Type era del tipo asinorum.com/blog/2008/03/buenos_dias.html; WordPress se puede adaptar a seguir ese mismo sistema de direcciones pero era dar un paso atrás.

Quería pasar a un sistema de direcciones orientado a los buscadores, con las palabras importantes. Ahora las direcciones son del tipo asinorum.com/buenos-dias/333, mucho más cortas e interesantes. Pero para mantener los enlaces antiguos y adaptarse a la situación actual no quedaba otra solución que la de hacer una redirección manual, para cada link.

Es decir, que tengo un fichero enorme con cada dirección antigua y al lado cuál es la dirección moderna con la que se corresponde. Para hacer esto más cómodo me fue de mucha ayuda esta utilidad para Movable Type.

Como aún asín esto no era del todo seguro, implementé una idea interesante que era preparar un sistema que me avisara de cada link roto con que se encontraran los usuarios. De esa forma cuando alguien tropezaba con un link roto a mi me llegaba un email indicando la dirección desde la que se venía y la dirección no encontrada. Con eso pude ir reparando los pequeños errores sueltos que aún van quedando. Simplemente en la página de error 404 se incluye el código:

if (substr($_SERVER['REQUEST_URI'],-4)!=='.css' and substr($_SERVER['REQUEST_URI'],-4)!=='.gif' and
substr($_SERVER['REQUEST_URI'],-3)!=='.js' )
{

if (!isset($_SERVER['HTTP_REFERER'])) {
} elseif (isset($_SERVER['HTTP_REFERER'])) {
#this will help the user find what they want, and email me of a bad link
$failuremess = "A user tried to go to $website"
.$_SERVER['REQUEST_URI']." and received a 404 (page not found) error. ";
$failuremess .= "It wasn't their fault, so try fixing it.".
"They came from ".$_SERVER['HTTP_REFERER'];
mail($adminemail, "Bad Link To ".$_SERVER['REQUEST_URI'],
$failuremess, "From: $websitename "); #email you about problem
}
}

Tras las primeras semanas ya casi no recibo ningún email de aviso, lo cual quiere decir que todo está en orden.

d) El cambio de diseño era lo más sencillo. Encontrar un buen diseño con Movable Type era un infierno y trabajar en eso requiere medios o paciencia. Si lo bueno de Internet es que tomas las cosas sin preguntar y no pasa nada. Creo que todavía no les he dado crédito, pero el diseño actual es tomado de esta página.

Las imágenes de arriba algún día las cambiaré. El diseño es extraño, en blanco y negro. Es como vería las página un perro. Los daltónicos no son marginados estéticamente.

e) Ancho de banda. Pues hoy en día la verdad es que servir contenido es algo que no cuesta problemas. Las ofertas ya no son tan ratoneras como antes en que había páginas que dejaban de estar operativas a día 20 de mes. El tráfico web se ha duplicado, en gran parte debido a que ahora hay una imagen en cada página, cosa que antes no ocurría.

trafico-asinorum

Me imagino que aunque una página llegase a hacerse popular de forma temporal, no habría ningún problema en servirla. Aún estoy usando una parte insignificante del tráfico que tengo pagado.

En resumen, estoy muy satisfecho con el cambio. Prácticamente todo es para mejor. Movable Type se ha quedado totalmente atrás, cuando sacan un plugin nuevo lo celebran con una fiesta y luego para instalarlo necesitas casi tener un master en Sistemas y Tecnologías de la Información. En WordPress es fácil instalarlos, modificarlos y hasta crearlos y cualquier cosa que necesites ya está inventada.

Con el cambio en las direcciones, más orientadas a buscadores, he notado un incremento en el número de visitas en por lo menos un 20%. Sin hacer nada más, ya llegará el tiempo de crear Etiquetas, entradas relacionadas y todo tipo de truculencias.

Nombres disputados

Si llevas algún tiempo leyendo por aquí habrás visto que uno de los temas más frecuentes es el por qué las cosas se llaman de una determinada manera. Y por qué a veces se trata de luchar porque un nombre no se asocie con una definición o directamente no se llegue a adoptar.

En lo que a geografía se refiere, son frecuentes las diferencias por rencillas históricas. Desde el nombre de una calle en honor a un general franquista hasta el nombre de un país entero.

Se entiende que el tener cierto nombre sólo puede ser posible como forma de reconocimiento. Alejandría o América son nombres de lugares en homenaje a personajes que causaron pocas antipatías. Mientras que algunos como Stalingrado o Turkmenbashi lo hacen como honor a antiguos dirigentes absolutistas y saben que sus nombres no permanecerán en el tiempo.

Siempre llega el momento de revisar cuentas, de actualizar la memoria histórica. Es entonces cuando los lugares pierden sus referencias consideradas inadecuadas.

Una excepción notable y de considerable interés son los territorios compartidos. Cuando una región es parte de dos países, que tal vez sean enemigos, a veces existe la imposibilidad de ponerse de acuerdo con los nombres.

Los Pirineos son franceses y españoles (y andorranos y catalanes) pero no sentimos problema alguno en llamarlo de la misma forma, aunque cambie ligeramente por las características propias de cada lengua. Pero esto no sucede entre países que aún no han curado sus heridas de guerra. Veamos algunos ejemplos:

Mar de Japón.

Hay mares como el Mar del Norte que con el tiempo han ido perdiendo referencias geográficas. Hubo un tiempo en que se llamó Mar Alemán. Estas alusiones suelen acabar molestando a los vecinos que comparten las aguas, pues consideran ese mar tan suyo como del dador del topónimo.

En el caso del Mar del Norte, fue cuestión de tiempo que ni siquiera los alemanes llamasen a su mar con el nombre de su país. Pero hay casos en que parece que falta mucho tiempo para llegar a una decisión.

El Mar de Japón es el ejemplo más claro. El mar es compartido entre Japón, Corea y Rusia. Sin embargo recibe el nombre del primer país.

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Ni qué decir tiene que los japoneses llaman a ese mar “Mar de Japón”. Los coreanos sin embargo prefieren el nombre de Mar del Este, que llevan usando desde hace 2.000 años.

Para los japoneses la disputa no tiene sentido, puesto que todo el mundo conoce a ese mar con el nombre de Mar de Japón. Pero los coreanos alegan que la prevalencia del nombre del mar se debe al expansionismo japonés, y que el nombre que ellos le han dado desde siempre tiene mucha más antigüedad.

El asunto se llevó a la Comisión de las Naciones Unidas, que acabó archivándolo y decidiendo que no había razones suficientes para cambiarlo por el de Mar del Este. Y ahí quedó la cosa.

Cada país aporta sus mapas históricos en defensa de su nombre, pero los japoneses lo tienen todo bajo control. Incluso en los antiguos mapas europeos ya figura el nombre de Mar de Japon.

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(Este es uno de los mapas coreanos en defensa de su causa).

Si Corea triunfase, los japoneses tendrían la molestia añadida de tener al oeste de su país al Mar del Este.

Golfo Pérsico.

Un combate titánico al que permanecemos ajenos los Mediterráneos es la lucha entre árabes e iraníes por el topónimo del llamado por nosotros Golfo Pérsico.

Aunque es una región mencionada desde los mismos orígenes de la escritura, el nombre oficial se convirtió en un conflicto semántico a partir de 1960, en que los países árabes decidieron llamarlo Golfo de Arabia.

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En este caso la postura más fuerte es la persa, pues cuando tienes a Ptolomeo de tu parte – que ya lo llamara Golfo Pérsico en sus escritos – no hay nada que hacer.

Pero los árabes son mayoría en torno a dicho golfo y su creciente interés en defender todo lo árabe, les ha llevado a recurrir al novedoso nombre de Golfo de Arabia. También ellos tienen sus mapas antiguos que aportan como prueba.

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La posición iraní es fácil de defender, pero a diferencia del conflicto entre japoneses y coreanos, aquí casi todos los vecinos están de acuerdo en cambiar el nombre.

Es una lucha realmente interesante por lo desigual. Los iraníes tienen todo el peso de la historia y la costa este es suya. Los países árabes tienen la oeste y son muy insistentes en sus reivindicaciones. Hasta ahora no han conseguido atraer hacia su causa a ningún país importante. El Golfo Pérsico es el Golfo Pérsico. Pero los americanos, siempre deseosos de estar en buenas relaciones con los países árabes, tratan de usar el topónimo árabe cuando están en alguno de los países defensores del Golfo de Arabia.

Incluso la Guerra de Golfo tiene un nombre ambiguo, capaz de agradar a todos. Es lo romántico de los americanos, que hasta son capaces de hacer la guerra complaciendo a sus enemigos.

El combate es muy duro en todos los frentes. Los iraníes saben que en estas riñas cualquier concesión puede ser una muestra de debilidad.

Así que incluso el Gobierno iraní llegó a impedir la distribución de un atlas de National Geographic que mostraba el golfo de la discordia con el nombre de Golfo Pérsico y en pequeño una indicación entre paréntesis que decía Golfo de Arabia. National Geographic acabó enmendando el atlas y dejando este dato sólo como una nota aparte.

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También desde internet se potencia la lucha y en su momento se realizó un Google bombing para que las búsquedas en Internet de los términos “golfo de Arabia” arrojaran como primer resultado este:

The Gulf You Are Looking For Does Not Exist. Try Persian Gulf.

The gulf you are looking for is unavailable. No body of water by that name has ever existed. The correct name is Persian Gulf, which always has been, and will always remain, Persian.

La Guerra del Guión.

Uno de los combates toponómicos más virulentos a la par que surrealistas es el que se desencadenó en Checoslovaquia tras la caída del Muro en Noviembre de 1989.

El país se llamaba entonces Czechoslovak Socialist Republic, República Socialista Checoslovaca. Ante el sin sentido del término Socialista, se decidió cambiar el nombre oficial del país. Y entonces, se abrió un extraño debate de enorme interés lingüístico.

Los checos lo tenían fácil, pero no tanto los eslovacos, que querían marcar una distinción en el nombre del país. Querían dejar de ser Czechoslovak para pasar a convertirse en Czech-Slovak (Chequia-Eslovaquia). Y lo que parecía que no era más que una sugerencia, pasó a convertirse en una pequeña guerra.

La reivindicación eslovaca trataba de restablecer la situación existente entre 1918-1920 y entre 1938-1939. Parecía una solicitud poco seria pero los parlamentarios eslovacos no daban su brazo a torcer: querían el guión.

La primera solución de compromiso fue salomónica. Los checos mantenían el nombre del país en su versión del nombre oficial: República Federal Checoslovaca. Y en la versión oficial en eslovaco, aceptaban partirlo: República Federal Checo-Eslovaca. Eso sucedió a finales de Marzo de 1990.

Pero tampoco el nombre gustó. Apenas un mes después, se volvía a debatir el nombre oficial del país. Los eslovacos insistían en que querían el guión y los checos no estaban del todo de acuerdo. Entonces llegó la siguiente sugerencia por parte de los checos: usar los dos nombres separados: República Federal Checo Eslovaca. Este nombre fue aprobado por el parlamento el 20 de abril de 1990.

El acuerdo incluía un apaño no evidente. En la versión original el nombre era Česká a Slovenská Federativní Republika. Ahora bien, según la gramática del checo y del eslovaco, los topónimos como este tendrían que escribirse con la primera de las letras en mayúscula y el resto en minúscula.

De cumplirse lo estrictamente correcto, Chequia quedaría en mayúsculas y Eslovaquia en minúsculas. Para evitar una infinita discusión, se optó por hacer todas las letras mayúsculas, también para Federal y para República.

El conflicto fue incluso más complejo. Pues aunque los medios de comunicación hablaron de “La Guerra del Guión” en realidad la distinción que exigían los eslovacos era más sutil. Existen dos caracteres diferenciados: el guión y la raya.

Para casi todos nosotros, son el mismo signo, el que hay en el teclado debajo de la ñ. En checo existe una distinción pero al igual que en castellano, es más teórica que práctica. Para el idioma eslovaco, sin embargo, los dos caracteres tienen un sentido muy diferente.

Lo que realmente querían los eslovacos no era un guión sino una raya. El guión sirve para distinguir dos términos relacionados, como hispano-americano. La raya establece alguna forma de separación entre ambos.

La discusión duraría poco más, pues al final de las palabras se llegó a las fronteras. Ambos países decidieron escindirse al final de ese mismo año, haciendo efectiva su separación el 1 de enero de 1993.

La Wikipedia tiene una lista de otros casos singulares de conflictos por nombres. Junto con el de Macedonia, ya tratado, creo que estos tres son los más interesantes.

Fuentes:

Renombrado de territorios, en la Wikipedia.
El mar de Japón, conflicto nominal, en la Wikipedia.
Defensa japonesa de su postura en el conflicto.
La disputa del Golfo Pérsico, en la Wikipedia.

Elevator Pitch

El mito del empresario o el inversor como personaje eternamente ocupado. Un semidiós que valora su tiempo como si fuera oro de altísimo kilataje. ¿Cuántos habrá realmente así? Me imagino que una docena, o diez docenas como mucho, al menos en España. Maniáticos del control a lo J.P. Morgan como Florentino Pérez o Emilio Botín.

El resto de empresarios tendrá una vida relativamente convencional, con sus prolongados horarios pero sin esa ansiedad por aprovechar cada minuto. Sin embargo los empresarios de medio pelo y los inversores de alcurnia similar tratan de fomentar esa esotérica imagen.

Centrándonos en el mundillo de los emprendedores de Internet, que es un corral donde hay que echar de comer aparte, lo primero que vemos es que cualquiera se pone el título de CEO. La Wikipedia lo traduce como Director Ejecutivo, pero claro está, eso no sirve para una empresa virtual, en que el anglicismo está bien arraigado.

Lo malo de llamarte Director Ejecutivo es que parece como si hubiera algún otro director. Si la empresa es de Internet, la estructura será mínima, para ahorrar costos. Así que no habrá otro director. Es más, puede que no haya ni siquiera otro empleado.

Para este tipo de personas, Twitter nace como un bálsamo medicinal. Los blogs exigían mucho esfuerzo (escribir un título, un texto, elegir una categoría, pulsar un botón) y el tiempo de un CEO es oro. No puede permitirse perder el rumbo de su negocio por culpa de la distracción de un blog.

Pero Twitter es todo ventajas, pues al ser corto permite comunicar de forma instantánea cualquier chispa de genialidad, como indicar trasbordos entre vuelos o asistencias previstas a congresos endogámicos.

En los medios anglosajones existe el tópico del Elevator Pitch, o discurso de ascensor. Parte de la idea tópica del inversor ocupadísimo que no atiende citas al tener una agenda apretadísima. Un emprendedor que quiera ponerse en contacto con él no puede hacerlo por medio de los canales tradicionales (como sería tratar de solicitar una de esas preciadas citas) así que recurre a un método espontáneo.

Aprovecha un encuentro casual con uno de estos inversores, ya sea el encuentro provocado o no, para explicarle de prisa y corriendo en qué consiste su negocio y para qué necesitaría de su ayuda o inversión. El absurdo tópico es que te encuentras con dicho empresario en un ascensor dentro de un rascacielos plagado de oficinas.

Todos sabemos que estos encuentros casuales no pueden darse nunca en un ascensor. Los lugares más probables donde coincidir con un gran empresario son los restaurantes de postín, los partidos de fútbol o los locales de alterne. Si quisiera tropezarme con Botín en un ascensor tendría antes que superar tres o cuatro niveles de seguridad dentro de la sede corporativa del Banco Santander.

La idílica idea de ese encuentro se ha convertido sin embargo en algo enquistado en el pensamiento de lo que debería ser el mundo de los negocios. Siempre tratando de resumir sin necesidad, muchos de estos inversores de medio pelo ya exigen no una presentación del negocio o una complicada memoria con el desglose del plan de negocio. Te piden directamente el elevator pitch. Te dan un número breve y determinado de segundos y te toca soltar el rollo sobre en qué consiste tu propuesta de negocio.

Incluso en algunos ambientes se escenifica. En un divertido podcast sobre emprendedores americanos, los oyentes tienen la opción de grabar su discurso de ascensor y mientras lo pronuncian se oyen ruidos como de ascensor.

Luego no se discute si el producto o la idea es buena y tiene futuro. Se habla si el discurso estuvo bien fundamentado y se aprovecharon los segundos de forma adecuada. Es una versión sonora de lo que es Twitter.

La realidad es que los inversores de Internet atienden a criterios emocionales. No son personas con una gran experiencia y en realidad no saben distinguir un cerdo de una castaña. Le echan un vistazo al producto, ven el diseño de la corbata del desesperado emprendedor, tiran una moneda dentro de su cabeza y deciden.

Lo que quiero criticar es el que los que tienen que decidir lo que es bueno y lo que es malo se autolimiten voluntariamente. Pets.com es una buena idea de negocio, brillante incluso. Lo que lo distingue del éxito no es que su CEO tenga la falda más o menos corta, sino quizás los absurdos gastos necesarios para lanzar la plataforma. Los gastos no se ven en un elevator pitch ni en un post de Twitter.

Igual ocurre con los “libros para emprendedores” que suelen ser cuentos infantiles de temática empresarial. Dos ratones discuten porque ha desaparecido un queso. El monje que perdió su Ferrari. Un niño que descubre que su padre es manirroto y el vecino sabe mucho de negocios. No hay ni un sólo libro “de negocios” de éxito que haya sido escrito en un tono sobrio y racional. No es falta de tiempo para leer, sino falta de circunvoluciones para escribir o entender.

Y aprovecho para dar mi opinión personal de que si no se tiene secretaria, no se debería de decir que uno es CEO.

Blahnik mojado

Las opiniones de los usuarios sobre productos suelen ser interesantes, pero alcanzan su grado máximo cuando se refieren a destinos vacacionales. En un pequeño habitáculo de nuestras mentes imaginamos que cuando viajamos de vacaciones todo el mundo se debe volcar en hacernos la vida lo mejor posible.

Las vacaciones son como todo lo demás. Vas a lugares baratos donde trabaja personal sin cualificación alguna y con horarios y salarios de esclavo. La comida no la cocinan gourmets de la Guía Michelín y si un sitio es bueno, estará masificado. Para muchas personas una pequeña contrariedad que soportarían con facilidad a diario les resulta un pequeño drama cuando sucede en sus vacaciones, que soñaban perfectas.

De todas las opiniones que he leído en mi vida, muchas me han parecido vengativas, rencorosas, airadas. Pero esta que os adjunto me ha sugerido de inmediato que se trataba de una persona neurótica. Y claro, el final es hilarante, sin tener pinta ni por asomo de ser una broma.

El hotel que se critica es uno de los más valorados en Tripadvisor del los situados en la zona sur de Gran Canaria. La típica opinión de cero estrellas donde todo el mundo ve cuatro o cinco.

Si me haces caso, no te arrepentirás, ojalá yo hubiera heho caso muchas veces de lo que se dice para no llevarme un desengaño como el que me llevé.

Comienzo, nada más llegar intento meter el coche en el parking me dicen que está lleno que lo aparque en el parking del centro comercial que hay enfrente, me dispongo a poner una hoja de reclamaciones, como ofrecen un parking y luego no es así, y más en esa zona que para aparcar es un poco lío,y menos mi coche pues es carito, en fín milagrosamente después de mencionar la hoja de reclamaciones, plas aparecen 6 plazas libres, pero me dicen que son 12 euros al día si nada más meterlo lo abono por los días en los que desee estacionar el coche ahí, osea por 3 días 36 euros por aparcar en el parking del hotel que es al aire libre, evidentemente me ofendo porque sonó a como que no pudiera o no quisiera pagarlo y lo único que quería es aparcar el coche cerca de mí.

Continúo, subo a la habitación la cual está cerca del cuarto de la limpieza y al entrar, a ver, quizás a otros no les parece saí, pero después de haberme alojado en diferentes hoteles de esta categoría o superior, aquí como el Sheraton, Riu, Villa del Conde, Cordial Mogán….en Europa,incluso en Estados Unidos, pues la habitación me pareció pequeña, agobiada, sobria…, bien, en fin continuamos, ah!! antes de que se m olvide, algo que me sorprendió que no lo he visto en ningún hotel, que por cambiar las toallas de la piscina te cobran un euros, si como lo ois, te cobran, no es el euro, sino que te cobran, pues bien vamos a la cena.

Vamos a la cena y nunca,nunca, nunca, nunca, me había encontrado un buffette tan pobre y con comida de tan mala calidad, poca variedad….., a parte de estar en hoteles de 4, 5, 5 superior, también he estado de 3 estrellas incluso apartahoteles, y ninguno tuvo una comida así, creedme sino os arrepentiréis como me he arrepentido yo, pues estaba entre este y el H10, o irme a Toledo, y resulta que aún me duele el dinero gastado, porque cuando algo no está bien, duele, si está bien lo disfrutas y punto, pues bien, la primera noche, había ternera, dura por supuesto, con unos pinchitos de cerdo y pollo, que puff, no se si mi perro se los comería, pues bien al lado de esto hay como 4 bandejas a la izquierda, donde encuentras papas arrugadas, con raíces, ropa vieja y verdura asada y al otro lado otras 4 bandejas con papas fritas, estofado y otro tipo de papas. bien al otro lado nos encontramos el pescado, rodajas de merluza, donde a un lado hay 4 bandejas con pasta, que mejor ni hablar pues sería un insulto para los atalianos que alguien haga la pasta así, y por el otro lado nos encontramos, algo que intenta parecer paella, y no recuerdo bien si había alguna bandeja más; pues bien en el centro el típico postre, algo de fruta, helado, y algún dulce y eso es todo, no exagero, es así, pensé que después del Villa del Conde no había un buffette tan pobre, pues este lo es, la diferencia con el Villa del Conde, es que aquí la comida es asquerosa, al día siguiente terminé vomitando la cena, pues la ternera no me debió caer bien, lo poco que cómí pues estaba dura…….

La mañana siguiente fuimos a desayunar, nuestra sorpresa si quieres zumo natural de naranja te lo cobran, 2 euros la copa, 4 la jarra de 1/2 litro, así que creo que cuando te ponen el precio y te dicen con desayuno, deberían decir, menos zumo de naranja.

Bien el desayuno también algo pobre, pero lo peor fue al día siguiente cuando voy a una máquina de café a servir leche y chocolate, y solo sale agua, voy a la otra y está apagada y me comentan que se está bajando la palanca, pues bien, me quedé sin tomar nada líquido para el desayuno.

Todas las cenas eran lo mismo no había variedad como en otros hoteles, que un día es el día canario, otro el mexicano…., aquí siempre lo mismo.
Pues llegamos al último día, de este finde lleno de decepción, me despierto a las 8 no para levantarme sino para ir al baño, y de repente al llegar a los armarios doy un patinazo,enciendo la luz, y cual es mi sorpresa un charco de agua, pues algo gotea del techo, despierto a mi marido el cual se tiene que levantar un domingo a las 8:10 y me dirijo a recepción pues esa agua que caía me mojó mis zapatos Manolo Blahnik, mis Öscar de La Renta, los Hugo Boss de mis marido y unos Adolfo Dominguez de él, lo más perjudicados, mis Manolo y los Adolfo Domínguez de él, cuando viene el del servicio técnico después de una hora, nos comenta que es la salida del aire acondicionado que después de un tiempo se tupe y hay que cambiarla cada X tiempo y no se había cambiado, así que hice fotos, puse una hoja de reclamaciones, y me dicen de quedarse con mis zapatos para que el seguro valore los daños, mis Manolo, está loca!!!, nunca un seguro pagará unos Manolo, ni el viaje hasta Nueva York para adquirir un zapato exclusivo como es el mío, y menos el valor sentimental que tienen, así que le hizo fotos y a esperar, pero nadie comenta que me deberían recompensar por hacer que mis mini vacaciones fueran un infierno que me fuera del hotel a las 10 de la mañana, que todas las mañanas me despertaran las de la limpieza al sacar los carros, que me causaran un mal estar y un resbalón un Domingo a las 8 de la mañana.

Pues bien esa fue mi experiencia, si queréis experimentar lo mismo alójense en este hotel, si no buscad otro, que los hay mucho mejor, invertid vuestro dinero en un buen hotel.

Underdog

Hace ya varias semanas publicaron un significativo estudio en Freakonomics. En él habían analizado la probabilidad de vencer en un partido, condicionada a la diferencia de puntos entre los dos equipos al descanso.

El análisis da el obvio resultado de que cuanto mayor es la diferencia de puntos, mayor es la probabilidad de ganar. Sin embargo tiene algo de destacable y es que cuando la diferencia es de sólo un punto, se produce una singularidad.

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En el momento en que un equipo se marcha a los vestuarios con un punto de ventaja, se convierte en el favorito, pero es un favorito de pacotilla. Su pírrica ventaja tiene que tener un efecto psicológico negativo porque paradójicamente los equipos que van perdiendo de un punto antes de la segunda parte acaban ganando el partido con mayor probabilidad.

La utilidad de este estudio es clara: si eres una persona tan patética como para apostar en partidos de baloncesto en vivo, seguramente la apuesta a favor del equipo que va perdiendo en el descanso, en este caso concreto, te puede llevar a ganar pasta.

En los deportes es lamentable el esfuerzo de algunos equipos por no asignarse el papel de favoritos. En las ruedas de prensa se ponen a lloriquear justificando que aunque se ven sobradamente capaces de ganar, no son los favoritos. En cierto modo el creer que puedes ganar a veces es un obstáculo en la consecución del objetivo. Sobre todo porque el equipo rival estará motivado: vencer al favorito a la vez que se percibe como algo posible. En el ejemplo del baloncesto vas perdiendo pero sólo hay un punto de desventaja.

También sirve como ejemplo para competiciones entre empresas, si la segunda está muy cercana a la primera, es cuestión de tiempo que la sobrepase.

En deportes y el mundo de las apuestas, el underdog es el equipo no favorito.

Educación bilingüe

La mente de los niños pequeños es muy flexible y son capaces de aprender cualquier cosa casi sin querer. Cuando los padres de un niño hablan diferentes idiomas, el niño suele, de forma mágica, captar la esencia de ambos lenguajes y aprenderlos de forma simultánea.

Sin embargo el aprendizaje que se realiza de forma improvisada suele derivar en que el niño no termina siendo realmente bilingüe. Para conseguirlo la educación debe realizarse de una manera planificada, no todo puede estar basado en la frescura intelectual de un niño pequeño.

Un caso muy común es el de padres extranjeros que viven en otro país por motivos laborales. Supongamos padres españoles que viven en Francia. Si los padres abandonan la educación al puro azar, lo que ocurrirá es que su hijo aprenderá el idioma que oye en casa, el castellano. Llegará al colegio y se encontrará con un mundo: tiene que aprender a leer y de paso un nuevo idioma.

Pero es un niño y lo aprenderá. Entonces tendremos a un niño de siete años que habla un francés correcto y un español correcto. Y que sabe leer y escribir en francés.

Con el paso de los años, si todo el contacto de este niño con el castellano se limita a sus padres, su conocimiento del idioma se irá mermando. Podrá leerlo casi sin esfuerzo, aunque notará enormes carencias de vocabulario. Su confianza a la hora de escribirlo será mínima. Quizás ni siquiera pueda hacerlo de forma razonable.

Evidentemente este niño no puede ser considerado un bilingüe ejemplar. Sabe hablar dos idiomas pero sólo escribir uno de ellos.

Se puede vivir sin ser bilingüe y de hecho muchos de nosotros hacemos vida normal sin serlo. Pero es una pena perder la grandísima oportunidad de que tu hijo conozca dos idiomas perfectamente. Laboralmente es una ventaja incomparable. Para cualquier trabajo que tenga verdadera relación entre los dos idiomas, como introducción de empresas del país X en el país Y, o traductor, o para trabajar en la sucursal de una empresa extranjera, tu hijo sería un firme candidato.

Hay quienes creen que la educación demasiado formalizada crea monstruos. Es algo propio de nuestra generación, que trata de inculcar en los hijos la normalidad por encima de todo. Ser uno más. Para criar a un hijo bilingüe en realidad no es necesario ningún método complicado. Pero debe haber algún método.

Como ocurre con tantas otras cosas, creemos que un experto en la materia puede ayudarnos. Creemos que un economista no comete decisiones económicas equivocadas, que un abogado nunca se metería en un juicio sin creer que puede ganarlo, que un psicólogo o pedagogo lo saben todo sobre la educación de los niños. Lo cierto es que estos expertos tienen conocimientos genéricos y para asuntos muy concretos, su opinión puede ser incluso perjudicial.

Pero bueno, a mi tampoco me tenéis que creer, pues soy experto en nada. Sí que hay expertos en educación multilingüe. Lo raro es que tu vecino sea uno de ellos. Para ellos lo recomendable es un plan sencillo. En primer lugar, hablar al niño en los dos idiomas a aprender. Si los padres son de países diferentes, cada uno de ellos debe enseñarle su idioma y dirigirse y esperar respuesta de él sólo en ese idioma.

Esto se llama el método “un padre, un idioma”. Sólo con eso ya se puede conseguir que aprenda a hablar dos idiomas. El siguiente paso es la lectura. Lo habitual es que haya un idioma “oficial” del país donde el niño viva. En el ejemplo anterior, era el francés. Si un padre es español y una madre rumana, y viven en España, el idioma oficial es el español.

Pues ahora habría que enseñarle en casa a leer el idioma “no oficial”, antes de que le enseñen a leer en la escuela. Y luego aprenderá el segundo idioma de forma sencilla de los profesores. Ya hemos conseguido que aprenda a leer en los dos idiomas.

Luego queda una parte no menos importante y es la de mantener ese segundo idioma, el esquivo. Para ello hay que implicar al niño en esa segunda cultura. Potenciar que hable en ese idioma con otras personas. Por ejemplo en una Escuela de Idiomas, donde lo perfeccione, o apuntándolo a alguna actividad donde tenga que emplearlo. Para el ejemplo hispano-rumano, el hijo podría apuntarse en una asociación de la cultura rumana que haya en España.

Todo esto parecerá obvio pero no hay más que ver programas como “Madrileños en el Mundo” para ver a decenas de hijos de españoles expatriados que tienen la capacidad bilingüe mermada. Algunos entienden el castellano pero no lo hablan, otros no saben escribirlo, algunos incluso lo desconocen por completo. Luego ese niño querrá o intentará mejorar su capacidad con un esfuerzo más costoso.

Simplemente si los padres hubieran facilitado el aprendizaje, lo habrían conseguido como un juego más. En toda mi vida sólo he conocido a un bilingüe perfecto, era un norteamericano hijo de españoles y trabajó para mi empresa realizando traducciones. Hacía un trabajo de excelente calidad y para él era algo trivial.

Todo esto no tiene nada que ver con los planes de bilingüismo de los colegios en España. Eso es una perversión de la palabra bilingüe. Si alguien quiere dar una verdadera educación bilingüe en España tiene que rascarse el bolsillo y llevar a su hijo a un costoso colegio privado, como el Colegio Alemán o el carísimo King’s College.

Banderas Azules

Siempre hay un día del año en que los noticieros nos sorprenden con el positivo dato de que España es el país con más banderas azules del mundo. Esto nos llena de orgullo y a muchos nos sirve para pensar que vivimos en el mejor de los mundos posibles.

Y no es por tirar piedras en el tejado español, pero en cuanto uno oye aquello de que la playa más azul del mundo está en Galicia, lo menos que puede sentir es la duda de si será verdad. Porque poco turismo de sol y playa es el que acoge esta región. Muchos novios incluso tienen la temeridad de marchar a las playas de México. Tantos kilómetros cuando las mejores playas están en España.

Lo de las banderas azules es como la Guía Michelín. Es una empresa que se dedica a gestionar los premios. Pero el hecho de que ellos te concedan alguno no significa más que eso, que han votado a tu favor.

El caso de las banderas azules es aún más que eso. Una asociación radicada en Copenhague que se dedica a decidir quién consigue las banderas y quién no.

Y por eso no quiero decir que las concesiones sean fraudulentas o que sean arbitrarias. Es más, todo lo contrario. Son tan estrictamente reguladas, que escapan al sentido común.

¿O acaso crees que casi todas las mejores playas del mundo están en España? Lo primero es que muchos países no participan en el programa de las Banderas Azules, con lo que no pueden conseguir ni una sola. Y hay países con playas famosas, como México, Australia, Brasil o Estados Unidos, que no participan en el programa.

Lo siguiente es que los criterios para conseguir una bandera azul no son los mismos que los seres humanos tenemos para definir una playa “de puta madre”. Según he podido leer, los lógicos son:

  • Que el agua esté limpia de bacterias.
  • El volumen de peces que haya en la costa.
  • Que no haya restos aceitosos en la superficie.

Pero luego vienen criterios que aunque están muy bien, en realidad no tienen nada que ver con la calidad de la playa. Como que haya servicios, que se pueda llegar a la playa en transporte público, que disponga de contenedores para el reciclaje o que esté habilitada para minusválidos. Con estos criterios quedan descartadas muchas playas desiertas de arenas infinitas de la costa gaditana. Mientras que estrambóticos pedregales rebosantes de apelotonados domingueros ondean orgullosos su bandera azul.

Three Wolf Moon T-Shirt

Hoy en día se supone que los efectos virales permiten conocer a mucha gente un determinado producto que destaca por lo ingenioso o llamativo del mensaje.

Hoy recibíamos la noticia de uno de estos efectos, pero mucho más inusual. Se trata de un producto del todo convencional al que los usuarios, por sus comentarios jocosos e irónicos sobre él, en la tienda virtual de Amazon, han encumbrado hasta desconocidos niveles de popularidad.

three-wolves-shirt

Una simple camiseta con tres lobos aullando a la luna. El diseño es un poco hortera y pasado de moda, pero no es especialmente penoso. Los lobos se agolpan en torno a la figura de la luna, en una imagen poco lograda. Pero todos hemos visto camisetas mucho peores.

Lo extraño de la camiseta, en principio, era su precio, de unos 35 dólares. Un precio elevado para un producto que no destaca por nada.

La primera opinión se escribió en diciembre de 2007, una inocente valoración sobre cinco estrellas. La siguiente opinión llegaría en junio de 2008. Obviamente la camiseta no estaba siendo un éxito de ventas, pero por puro azar dos personas habían asignado una puntuación de cinco estrellas, la máxima posible, al producto.

Estas dos opiniones son las típicas que se pudren enterradas bajo descripciones más inteligentes y detalladas de un producto. La segunda:

Los lobos en esta camiseta son encantadores, ¡Casi puedes oír sus aullidos! La camiseta es de excelente calidad y el diseño es bonito. Estarás orgullosa de vestirla!

Aquí, si no me equivoco, es cuando intervino un error de diseño de Amazon. En un momento dado, los productos con más de una revisión, contaban para la lista de productos más valorados. Sin importar cuántas opiniones tuviera dicho producto. Es decir, que si buscabas una camiseta y ordenabas por las más valoradas por los usuarios, esta figuraba entre ellas: dos opiniones, 100% de personas le da máxima puntuación.

La vi hace unos meses y pensé lo que estoy contando ahora, me llamó sobre todo la atención el precio altísimo. Pero hubo una persona que fue aún más lejos, decidió comentar al respecto en tono irónico, en noviembre de 2008. Y en lugar de criticar, ¿Por qué no darle otra valoración de cinco estrellas? El texto es ingenioso y está muy elaborado:

Este producto tiene lobos en él, lo cual lo hace ya de por sí dulce y merecedor de las cinco estrellas, pero una vez te pones la camiseta, la magia ocurre. Después de asegurarme que la camiseta cubría mi barriga, cuando me bajé de mi trailer rumbo al supermercado Wal-mart, las mujeres empezaron a acosarme. Las mujeres reconocieron por los lobos en mi camiseta que yo era, como un lobo, un ser misterioso y solitario que sabe como “invocar a la luna” de vez en cuando (ya me entendéis). Las mujeres se me acercaban con propuestas de que fuera su novio o les diera dinero para algo que ellas llamaban anfetas. Les dije que no, porque no tenían suficientes dientes y, la verdad, un hombre con una camiseta de lobos no se conforma con lo primero que se tropieza.

[…]

Ventajas: Me cabe a pesar de mi enorme barriga, tiene lobos en ella, atrae a las mujeres.
Inconvenientes: Sólo trae tres lobos (podría traer algunos lobos mas), no puedo ver los lobos cuando me siento con los brazos cruzados, los lobos estarían mucho mejor si brillaran en la oscuridad.

A partir de ahi, sólo llegaron dos comentarios más. Uno de alguien que verdaderamente la había comprado y le puso una valoración baja (2 estrellas) y otro que en la misma línea de los primeros, votaba con cinco estrellas con algo de inocencia.

Cinco reseñas, tres en forma exageradamente positivas, una muy divertida y una negativa. Ahí andaban los tres lobos. Pero el cuatro de mayo, cinco meses después de la reseña divertida, a la llamada de cualquier efecto viral, las opiniones positivas empezaron a dispararse. En pocos días ya eran cientos. Casi todas en plan divertido, casi todas dando cinco estrellas.

Y luego vino el resto, la camiseta era tan conocida, que merecía la pena comprarla. Y como un efecto bola de nieve, lo que empezó como una broma pasó a convertirse en uno de los superventas de Amazon, por delante de cualquier producto de éxito razonable. Y entonces saltó a las portadas de los periódicos.

Tras esa primera reseña tan ingeniosa, llegarían otras. Interesante es la reseña negativa más valorada. Obviamente también lo es en clave de humor:

Me compré esta camiseta con lobos porque, como sabéis, tiene unos preciosos lobos en ella.
Sin embargo, tras tres semanas con la camiseta, empiezo a pensar que algunos de los beneficios, tal y como los describen otras reseñas, son exagerados. Por ejemplo NINGUNA supermodelo se me ha acercado.
[…]

Esta es doblemente ingeniosa, pues a la vez es una parodia de las reseñas serias de otros productos.

La camiseta es divertida y la historia también. Lo que más me ha gustado es ver cómo hay un submundo de personas que se dedican, en lugar de a rellenar infumables artículos de la Wikipedia, a realizar reseñas divertidas de productos convencionales.

Por ejemplo, una simple botella de leche.

tuscan-milk

La garrafa de leche Tuscan, que nada tiene de especial sobre otras, tiene 663 votos con la máxima nota. Las opiniones son divertidísimos ejercicios de estilo. Hasta le han dedicado unos versos y de bastante calidad. La que destapó a la leche Tuscan de su anonimato es la opinión que nos avisaba de que:

Y entonces, fue cuando le conocí. Estaba cansado de esta vida conmigo, cansado de traer a casa la leche entera Tuscan, de un galón y 128 onzas, de decir lo obvio: “¿Ha alguno de vosotros probado a derramar esta cosa sobre muesli? El resultado es IMP-PRESIONANTE.

Destrozando el algoritmo de productos relacionados de Amazon, que te recomienda otros en función de los patrones de visitas de los usuarios, como producto sugerido ante una garrafa de leche aparece, además de la camiseta de los tres lobos y la luna, ¡Un tanque de verdad!

El tanque cuesta 20.000 dólares y bueno, no hace falta decir que es algo bastante bizarro para ser comprado online.

tanque

Las opiniones son todas jocosas, más de 200 cuando cuesta pensar que hayan podido vender uno sólo de estos productos.

Por fin un tanque en el que puedes confiar.

Práctico, asequible, con estilo y sobre todo, de conducción agradable.

Y gracias a los tres lobos podemos encontrar todo un mundo de maravillosas extravagancias. Basta con navegar un poco por las páginas relacionadas con dicho artículo. Por ejemplo:

Objetos raros en Amazon.
Polvo de uranio, para testar detectores de radioactividad.
El libro Pride and Predjuice…and zombies.
La guía Cómo vivir con un gran pene Consejos, sugerencias y sabiduría para los hombres que tienen demasiado.

Vía: Inusual Bussiness Ideas that Work (es un splog).